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17 septiembre, 2006

La Misión en la Vida

Una de las inquietudes mas frecuentes en mis hermanos que quieren asumir un compromiso consigo mismos esta condensado en la pregunta: ¿Cuál es mi misión en la vida?.
 
Y existen dos maneras de obtener la respuesta. La PRIMERA es por medio de un mensaje recibido de algún maestro y la SEGUNDA avanzando en la propia labor de descontamanicación y desatadura karmita que le proporcione el entendimiento del sentido de su vida y de su misión en los diferentes roles.
 
El sentido de la Vida
 
Para descubrir la misión es necesario conocer el sentido de la vida en este planeta.
 
Las preguntas surgen antes este tema, podrían ser:
 
¿Qué es este planeta en el concierto universal?
El por qué y para qué de su existencia
¿Por qué estamos nosotros aquí, haciendo vidas y vidas?
¿De donde venimos?
¿Qué papel desempeña cada vida?
¿Para donde vamos?
 
Un planeta es un componente de algún sistema, dentro de otro más complejo, llámese sistema solar, estelar o galáctico. Nuestro planeta es un componente de un sistema solar, como tercer planeta que gira alrededor de esa estrella maravillosa que llamamos sol. Así como una célula es parte de un órgano, nuestro planeta es como una célula de ese órgano que es el sistema solar, que a su vez es parte de un organismo más complejo que es el sistema estelar de Pléyades.
 
Este orden de sistemas de sistemas, son los ladrillos con los que se edifica el hermoso edificio del universo en una armonía total donde no falta ni sobra nada. Cada mundo o célula desempeña un papel diferente, que dentro de la variedad inmensa de ese universo es necesario e importante para la obra total. Así como las células, cada mundo es un ser vivo con un espíritu, en este caso es de muy alta evolución, que lo rige.
 
Nuestro planeta tiene en su totalidad global una misión que corresponde a su estado vibracional, en cada una de las cinco dimensiones que posee. En la tercera, que es en la que vivimos, es un gran mundo purgatorial donde las fuerzas que impulsan la evolución y las que la frenan luchan entre si, dando ventaja al freno durante los dos tercios de su tiempo y al impulso evolutivo, el otro tercio. Han concluido cinco eras de freno y estamos en la transición a una de las dos eras de impulsos; la Era de Acuario.
 
Las eras anteriores fueron de prueba y la que apenas comienza en sus albores, será de oportunidades en su plenitud.
 
Con su juego cíclico de prueba y oportunidad, se convierte en el hogar para otros seres que la habitan y que sacan partido de esta condición.
 
Nosotros somos la cima evolutiva, que en un comparativo con el cuerpo humano, desempeña el papel del cerebro planetario.
 
A diferencia del símil anatómico, en el caso de Gaia; el nombre de la Tierra en esta Era de Acuario, las neuronas mueren y se reemplazan por otras nuevas.
 
Esas neuronas somos cada uno de nosotros. Las mentes personales, en su conjunto, forman el pensamiento global que rige los detalles del planeta. Es pues el pensamiento humano el que ha construido la tormentosa historia en estos últimos 10.000 años de prueba. Y será este pensamiento colectivo el que impulsara el esplendor de Acuario, cuando por la purificación, la consciencia ilumine las mentes e irradie el orden a todo el sistema.
 
En los tiempos del eterno presente universal los espíritus experimentan vidas paralelas en los diferentes niveles de evolución todas a la vez a nivel del universo y viviendo los tiempos propios de cada mundo en cada una de las vidas. Si en este nuestro nivel tuviéramos la capacidad de traspasar el tiempo veríamos que a la vez estamos en otros mundos mas avanzados, en estrellas y aun siendo ellas.
 
También veríamos como a medida que nuestro paralelo se acerca mas a Dios, nuestros espíritus se funden con otros que en etapas inferiores solo eran manifestaciones múltiples de la misma conciencia que en ese nivel las absorbe. Este fenómeno de unicidad de la multiplicidad sigue y sigue hasta que todo se funde en la única verdadera unidad que es Dios, en el culmen supremo y final de la evolución.
 
Esto es lo que somos cada uno de nosotros en una visión muy universal, pero a nivel de nuestro planeta; ¿que significan las vidas?
 
En esa gran escalera, a cada uno de nosotros nos corresponde transitar por este bello planeta para llenarnos de merecimientos, a través de las experiencias de cada día, hasta que un día maravilloso colmemos nuestro aprendizaje y con manos llenas de tesoros asemos al siguiente nivel abandonando los tiempos de Gaia  y abordando los nuevos tiempos de otro mundo de mayor vibración, que en el estado universal es solo otra vida paralela que ya esta. Esto es complicado de comprender para nuestra mente limitada, pero tan real como nuestra experiencia diaria del pasado, el presente y el futuro.
 
Venimos de las estrellas y vamos hacia ellas nuevamente, a unirnos con nuestros futuros que ya son. Esos futuros que podríamos decir “nos esperan”, son nuestros padres, nuestros tutores, nuestros guías, nuestros maestros personales que cuando los llamamos miran, por así decirlo; hacia atrás y bondadosamente nos tienden la mano. Somos nosotros mismos mas adelante. Ellos si traspasan los tiempos y vienen a ayudarnos y apoyarnos.
 
La ley del karma
 
Como ultimo preámbulo al tema de la misión en la vida, debemos entender este principio fundamental que explica gran parte de lo que acontece en las vidas humanas.
 
Es la ley creada por la acción, que a su vez es hija de la energía, uno de los tres fundamentos del universo: energía, luz y fuerza.
 
Llamamos karma a un orden propio de este plano que es la secuencia causa-efecto.
 
Existen cada día causas muy remotas que produjeron efectos que a su vez se convirtieron en causas de otros efectos mas próximos, hasta llegar a las experiencias del día que son los efectos últimos de esa gran cadena de causas y efectos que se remontan hasta nuestras mas lejanas vidas del pasado. El karma es una esclavitud atávica que condiciona totalmente la vida humana, por su atadura y apego a ese pasado. Así pues, somos lo que somos; nos pasa lo que nos pasa, nos encontramos con quien nos encontramos como consecuencia de la Ley del karma. Nada es casualidad, nada es buena o mala suerte, todo tiene un sentido exacto en la mayoría de los casos, desconocemos.
 
La misión en la vida.
 
Ahora si estamos mejor preparados para entender la misión en la vida.
 
Hay misiones que son generales para toda vida humana y otras que son específicas y que se desprenden de las generales.
 
La principal misión, que es valida para cualquier vida, es aprender de ella las lecciones que le trae y así enriquecer e espíritu en su camino hacia Dios.
 
Las experiencias pueden ser muy variadas pero la misión es la misma: Crecer y ser grande.
 
Para los espíritus más viejos que ya han experimentado muchos aspectos del vivir terrestres, su misión va más allá: la vida les pide que se desprendan del karma y que limpien su existencia de las cargas que traen del pasado como fardos creados por los errores de las vidas anteriores y de esta, que se manifiestan en los defectos de la mente y en las enfermedades del cuerpo.
 
Para estos espíritus antiguos la misión no concluye allí. A medida que se desprenden de las ataduras del pasado y de los traumas, heridas y cicatrices que dejaron las experiencias de la acción, la misión de ser es despertar la conciencia para que su mente y su cuerpo se unan internamente con la esencia de la existencia que es ese espíritu universal que da sentido a toda vida.
 
En ese proceso de unificación, la luz de los espíritus vivifica la energía del cuerpo y de la mente, el ser se ilumina y al final se realiza, permitiendo que esa sea su última vida en este mundo. ¡¡Que maravillosa misión!!
 
La purificación será diferente en cada persona de acuerdo a los defectos, traumas, fobias y genética de cada uno. Descubramos nuestras sombras mas importantes y propongámonos a corregirlas en nuestra vida. Saquemos todo ese pasado que nos abruma y abramos las puertas a la libertad.
 
Pero mas allá, existe otra misión todavía superior, para estos espíritus de avanzada: El Dar. Entregar a otros los frutos de su luz y ayudarlos a ser grandes como el. Realizarse en la vida se encuentra en el DAR, su sentido supremo.
 
Para lograr esta misión general para todo ser con un despertar de su conciencia, es necesario entender el sentido de la vida y haber disuelto sus ataduras karmitas. Quien vive en el karma, apegado al pasado esclavizante no podrá realizar la misión de su vida.
 
Como dar ese aporte es cuestión que puede llevarse a cabo de múltiples maneras. Así decimos que hay misiones especificas para cada ser, en cada una de las vidas.
 
El universo es un inmenso reloj de precisión donde cada pieza juega un papel particular y diferente a los otros componentes, pero cada uno es igual de importante para que el gran reloj marque siempre la hora exacta.
 
Fraternalmente en la luz del amor
Miccael Sais

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