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21 septiembre, 2006

EL CAMINO HACIA LA FELICIDAD

EL CAMINO HACIA LA FELICIDAD
MENSAJES DE LA MAESTRA KWAN YIN.

“COMUNICACION COSMICA”
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LA REEDUCACION DE LA HUMANIDAD.

Repaso de conceptos.

Decíamos, que dentro de los principios que los seres humanos deben seguir para entender y vivir en la felicidad, conforman una disciplina, una nueva forma de percibir al mundo y organizar sus pensamientos internos, y de participar dentro de la sociedad con nuevas perspectivas.

Habíamos ya analizado el principio que dice: que sólo yo puedo alcanzar la felicidad, sólo yo puedo dármela, y, por lo mismo, esa es mi responsabilidad. Entendíamos lo inútil que es culpar a otros por no poder ser felices nosotros.

Después entendimos, en el segundo principio, que somos personas únicas en el universo, que nuestras experiencias y nuestros procesos mentales nos dan una manera particular de ver la vida y ésta es la razón de que nuestros actos, nuestra conducta, sea particularmente nuestra, ya que sólo nosotros podemos entender nuestras motivaciones más internas. Una de las implicaciones de este segundo principio, era, que los juicios que otras personas emitan acerca de nosotros no deben afectarnos, puesto que entendemos que nadie podría juzgar las verdaderas causas de mis acciones, a menos que pudieran sentir y pensar lo que nosotros sentimos o pensamos; todos los juicios que otras personas elaboran acerca de nosotros son parciales, incompletos, y son el fruto de su propia percepción de la realidad, y esa visión que ellos tienen es tan parcial e incompleta, como la que nosotros tenemos acerca de ellos, por lo que, así como sus juicios no son válidos acerca de nosotros, tampoco los nuestros serán válidos acerca de ellos.

Entendimos la inutilidad de pasar por la vida juzgando cada cosa que vemos. Entendimos que viviendo en el presente se eliminan los juicios hipotéticos. Aprendimos igualmente, la trascendental importancia que tiene el que las personas aprendan a fijarse en el tiempo presente, eliminando todo el sentimiento y la carga emotiva que se acumula al estar viviendo en realidades del futuro o del pasado, es decir, realidades hipotéticas.

El tercer principio: Lo que recibo ahora es lo que sembré ayer.

Ahora, un tercer punto que nos debe llevar a adquirir una mayor responsabilidad de nuestros actos, es el que nos enseña que todo lo que recibimos en el tiempo presente, no son sino frutos de acciones tomadas en el pasado, pero, a la vez, mis acciones presentes serán las semillas cuyos frutos recogeré en el futuro. Aparentemente, es un principio que ha sido estudiado ampliamente en todas las religiones y filosofías del mundo, es un concepto que nosotros recibimos desde el momento en que abandonamos la cuna, y que no se aparta de nuestras vidas hasta el momento en que abandonamos el cuerpo físico. ¿Qué podemos agregar a éstas ya tan conocidas palabras, qué podríamos decir además de todo lo que ustedes han aprendido ya?.

Para empezar, quisiera decirles, que como ley universal, ésta se cumple en todos los niveles, no únicamente en el reino humano, sino en todos los reinos; no únicamente en el planeta tierra, sino en toda la creación, por lo mismo, si en el tiempo presente recogemos lo que ha sido sembrado en el pasado, busquemos entonces las causas de aquello que estamos viviendo.

La humanidad actual.

En principio, los seres humanos han logrado construir una sociedad, que dentro de sus conflictos, de sus problemas y crisis, presenta opciones para seguir caminando hacia estados más armónicos de convivencia. Observamos a la humanidad actual y vemos que un ochenta por ciento de las personas no son sino el fruto de las mismas condiciones bajo las cuales su vida se desarrolla; son máquinas programadas por las condiciones que la sociedad les ha impuesto, sus necesidades han sido creadas por la publicidad en los medios de información; sus ideales y metas han sido puestas allí, igualmente, por la sociedad; el camino que han llevado ha sido el que el gobierno ha querido, o bien, sus padres le han obligado; sus emociones no son sino aprendizajes que ha tenido que llevar, gracias a la convivencia forzada por su familia o sus amistades.

En resumen: El ser humano conformado por un cuerpo físico, que se mantiene sano o se enferma, dependiendo de las condiciones que la sociedad le presenta para vivir. Su cuerpo emocional que ha sido manipulado y desarrollado bajo la presión de las fuerzas que se mueven en el medio en que vive. Y sus necesidades espirituales que han sido parcialmente satisfechas por las religiones bajo las cuales ha crecido y que más que ofrecer una opción viable hacia una vida más armónica, lo llenan de ocultos temores o cierran su capacidad de razonamiento, para enmarcarla dentro de un fanatismo que no son sino cadenas a su mente y a su alma. Este es el panorama que nos presenta el ochenta por ciento de la humanidad.

Dijimos que lo que hoy ocurre, es el fruto de lo que antes ocurrió, ¿qué fue lo que pasó antes para que esto se llegara a dar?.

El símil del río.

Si siguiéramos el curso de un río en sus etapas de formación, cuando las primeras lluvias empiezan a humedecer las cumbres de las montañas y siguiéramos a ese pequeño chorro de agua que se desliza precipitándose hacia el fondo del valle, observaríamos que los obstáculos que se le presentan en el camino, son salvados sacando la vuelta y escogiendo el camino que menos resistencia opone a su descenso. Si tuviésemos la visión del conjunto y viéramos cómo está la geografía de la montaña, podríamos predecir si el río tomará tal o cual camino en su carrera descendente, sabríamos que los obstáculos tal vez lo lleven hasta un pequeño estanque en donde esa agua quedará encerrada por algún tiempo, o tal vez pudiéramos predecir, que el agua en su recorrido, formará una cascada a determinada altura. Si pudiéramos nosotros seleccionar el camino que el agua seguirá para llevarla hasta donde nosotros deseamos, sería más fácil cumplir con la misión del río.

Algo similar ha pasado con la evolución de los hombres; la evolución es una fuerza formidable, impulsa a las humanidades a avanzar y avanzar hacia terrenos desconocidos para ella, pero los obstáculos que el camino presenta van marcando la pauta por la que la humanidad seguirá su curso. Un descubrimiento nuevo de la ciencia puede darle un impulso a la humanidad hacia una determinada dirección; alguna crisis de tipo política o económica, puede impulsar los esfuerzos de la humanidad a avanzar hacia otra dirección. Nosotros, que podemos ver el plan divino y entender hacia dónde debe llegar el hombre, nos preocupamos por apartar del sendero todas aquellas causas, conflictos o accidentes de terreno que pudiera desviar el sendero por el que la humanidad debe seguir, sin embargo, no todo es posible y, en ocasiones, el rumbo que la humanidad toma es distinto al que nosotros hubiéramos deseado; surge entonces la necesidad de tomar acciones correctivas y reorientar el sentido de la evolución.

El panorama que hoy ofrece la humanidad a nuestros ojos, es similar a un río que viene en descenso con una fuerza tempestuosa. Imaginemos un pequeño chorrito de agua que va ligeramente adelante del caudal mayor, que viene arrastrando piedras, basura, plantas y animales que encuentra a su paso; el pequeño chorro de agua que va al frente son quienes deciden el sendero por donde cruzará el resto de la humanidad, las decisiones que ellos tomen son vitales para el futuro de la sociedad humana, y, ¿quiénes son los que conforman a ese pequeño chorro que va en la punta del enorme río, formado por millones de seres humanos?. Son los políticos, los jefes de gobierno, los grandes científicos y filósofos, los grandes economistas, las mentes iluminadas de la humanidad, los grandes iniciados, algunos conscientes y otros inconscientes, todos en conjunto, deciden el sendero por el que la tierra avanzará.

El futuro de la humanidad.

¿Qué podemos esperar para el futuro, si el ochenta por ciento son inconscientes?, si el ochenta por ciento no son sino el fruto de la sociedad, con sus conflictos y problemas, ¿qué podemos esperar para el futuro?, sólo conflictos y problemas.

La esperanza está en ese pequeño grupo de seres humanos que dan las pautas a seguir por el resto de la humanidad; es necesario, es preciso, es indispensable, que aquellos de ustedes que han encontrado una solución a los conflictos internos de las personas, tomen acciones concretas que permitan la reeducación de la humanidad, que permitan encender la luz dentro del laberinto obscuro en que se mueve la mayor parte de los humanos.

La responsabilidad está al frente de este río caudaloso, no es un marco imaginario para ver las cosas de una manera espiritual, es un marco real, es un hecho real, que sólo unos cuantos toman las decisiones por los millones de seres humanos, es un hecho real, que cuando un sendero se muestra a la humanidad y su imagen puede llegar a impactar e influenciar a una gran cantidad de seres humanos, la humanidad puede reenderezar el rumbo, la humanidad se lanza en busca de esa opción, de esa nueva enseñanza, porque lo abre a posibilidades que de momento no ha encontrado.

Invitación a compartir este conocimiento.

La felicidad, la armonía y la paz, son conceptos que todos desean incorporarlos a sus vidas; véanse a ustedes mismos y dénse cuenta de todo lo que han recibido; les pregunto ¿no es justo pedirles que todo lo que han recibido lo compartan?, pero no con unos cuantos, no con aquellos que tienen la suerte de vivir en su ciudad, no únicamente con aquellos que tienen la suerte de hablar el mismo idioma, sino con todo el mundo, con todos los seres que tuvieron la suerte de vivir esta época al mismo tiempo que ustedes. Eleven su voz en libros, en conferencias, en cursos, en viajes, en todos los idiomas que les sea posible y hagan llegar estas opciones, den a conocer a todos lo que por el amor divino ustedes han recibido.

Junio 14, 1992.

EL REENCUENTRO CON LA ARMONIA.

Hablábamos de que los frutos de hoy son las semillas del pasado, que toda acción efectuada en algún momento de la vida tiene su repercusión más adelante en el tiempo. Hablábamos de que la sociedad humana, con todos sus conflictos, no está haciendo otra cosa que recoger lo que su propia siembra plantó tiempo atrás. Y también comentamos que la humanidad avanza por su camino evolutivo, de la misma forma como lo hace un río que va descendiendo por las laderas de una montaña.

El poder de la resistencia a ser feliz.

Hoy quisiera decirles algo más: Cada sonrisa que ustedes hayan esbozado tendrá un eco que se escuchará en algún momento en el futuro; las sonrisas engendran sonrisas y las lágrimas engendran más lágrimas. Olviden el llanto y entréguense de lleno a la felicidad, que su vida presente pueda ser la semilla de felicidad que siembre los ecos que llenarán de armonía su futuro. Cierto es que las lágrimas, en ocasiones, nacen de una profunda felicidad, pero, en esos momentos, las lágrimas no hacen sino desmoronar las limitantes, las creencias y los valores que impedían al ser humano alcanzar una felicidad; las lágrimas son el resultado de la resistencia que hace el ser humano por evitar ser feliz.

El sentimiento de culpabilidad.

Esos sentimientos de culpabilidad que los inclina erróneamente a sentirse identificados con todos los desdichados de la humanidad; no se necesita estar triste ni tener problemas para ayudar a las personas necesitadas, no se necesita ser uno de ellos para ayudarlos, es mil veces mejor proyectarles una imagen de felicidad, de espiritualidad, de paz interior, y extender la mano para que todos puedan alcanzar esos valores.

El desdichado que es auxiliado por otro, simplemente se identifica y multiplica su dolor haciéndose fuerte, sintiendo que ahora son más los que se encuentran en la misma situación; no es eso lo que buscamos, si vamos a unirnos todos, que sea en el reino de la felicidad, si vamos a extender nuestras manos, que sea para sacarlos del estado en que se encuentran y no para sumergirnos nosotros junto con ellos. Fácil es ayudar a otra persona proyectándole una imagen similar a la que tiene; te ayudo porque yo también estoy triste, o te ayudo porque yo también tengo un problema y, entonces, el mal de uno se convierte en mal de dos y la ayuda que se puede proporcionar es limitada, porque entonces, la persona encuentra una excusa más para persistir en su tristeza.

¿Quién puede ayudar?.

Sólo el que ha encontrado un camino puede ofrecer la opción a los demás; sólo aquél que ha alcanzado la felicidad puede guiar a otros a conseguirla, y los demás se sentirán motivados e impulsados para seguir a ése que ha alcanzado lo que todos buscan.

Por eso hoy vengo a decirles: es muy importante que todos hagan de este camino su ruta a la felicidad, el sendero que los lleve, paso a paso, al reencuentro con la armonía y el gozo interior y exterior; ya basta que los iniciados piensen que deben ser humildes y pordioseros para acercarse al mundo, si por humildad se entiende la pobreza, es una de las más grandes equivocaciones; si por humildad se entiende el sentimiento de hermandad entre todos los hombres, sin importar su clase o condición social, entonces es un bello ideal, no es necesario automartirizarse para salir como apóstol a salvar almas, es preciso alcanzar la gloria de la felicidad, es preciso que, cada palabra, cada acción, cada cosa que se haga, sea igualmente un ejemplo vivo de lo que una persona puede hacer cuando se adentra en el sendero de la iniciación.

La realización del ser humano.

La realización suprema del ser humano reside en esa tierra misteriosa llamada felicidad, porque, el hombre que es feliz, es el hombre que se realiza en todos los terrenos, en todas sus actividades, en todos sus papeles dentro de la sociedad, ese es el camino y el sendero por el que todos debemos seguir. Que las aparentes miserias del mundo exterior no engañen sus ojos espirituales; detrás de los cuerpos enfermos, de las caras demacradas, de las lágrimas que son derramadas por millones cada día, detrás de todo ese tenebroso panorama se encuentran espíritus aprendiendo, se encuentran seres evolucionando, se encuentran hermanos que buscan aprender el arte de vivir; convirtámonos en sus guías, en sus instructores, en sus mentores, y eliminemos ese sentimiento desgarrador que sufren las personas cuando viven envueltas en problemas y carecen de la preparación para resolverlos.

Continuaremos en las siguientes sesiones con el resto de los postulados para alcanzar la felicidad.

Junio 21, 1992.


LA FELICIDAD ESTA EN EL PRESENTE.
ESTADOS DE ENERGIA.

Motivación.

Hace tiempo, cuando me presenté la primera vez con ustedes, les di a entender que la vida es una escuela y que el amor pinta de colores brillantes cada lección. Los invité a que pudieran observar la vida bajo otra perspectiva, bajo otra visión, y buscamos interiorizarnos en los verdaderos valores que enaltecen la vida y dan sentido a la existencia de los seres humanos.

Posteriormente, en cada una de las ocasiones en que me ha tocado participar con ustedes, he intentado, he buscado la manera de presentar las verdades que ustedes ya conocen y han escuchado desde muchos años atrás, de una manera simple y fácil de comprender; he buscado que cada palabra active y mueva cada una de las fibras de sus corazones, he buscado reordenar los conceptos bajo los cuales ustedes trabajan en sus vidas, educando sus emociones y reorientando sus aspiraciones. Cuando les di aquellos diez principios mediante los cuales la persona podía alcanzar un nuevo estado de existencia, en donde se puede experimentar la felicidad de una manera permanente y continua, buscaba, en realidad, establecer un método pedagógico que pudiera servirles a ustedes para presentar, sistemáticamente, nuevos puntos de vista y que pudieran reenmarcar las perspectivas bajo las cuales las personas actúan en su vida diaria.

Los estados de baja energía.

En los estados de baja energía, que es como llamaremos de hoy en adelante a esos estados negativos del ser, llámense depresiones, angustias, nervios, temores o cualquier otro similar; en los estados de baja energía, las personas se convierten, literalmente hablando, en pozos por donde se fugan una cantidad de energías considerables; las personas a su alrededor sienten un desgaste energético por la simple interacción con las personas que se encuentran en estados bajos de energía.

Los estados de alta energía.

Por el contrario, en los estados de alta energía que llamaremos positivos, tales como la felicidad, el optimismo, el amor, la comprensión o la unidad con el universo, en estos estados de alta energía, la persona se convierte en un donante, y aquellas otras que se encuentran a su alrededor, son beneficiarias y depositarias de esa energía que esas personas están acumulando y generando.

Repercusión de la calidad de la energía.

Observen ahora la diferencia en sus relaciones humanas, todo el mundo rehuirá a las personas con bajas energías, porque es enormemente desgastante convivir con una de ellas; en cambio, aquellas otras que son donantes de energía, que rebosan y distribuyen su energía indiscriminadamente a su alrededor, son personas que serán buscadas y nunca les faltará amistades para relacionarse. Los estados de alta energía son los deseables, son aquellos estados a los que aspiramos llegar, porque producen inmediatamente beneficios para todos los que los rodean, mientras que los estados de baja energía, sólo producen conflictos, problemas e interrupciones en las relaciones armónicas con seres humanos.

Quisiera comentar que más adelante y dentro de las pláticas que mis Hermanos JESUS e HILARION les han venido dando acerca de las relaciones humanas, estos conceptos de estados de mínima o de baja energía y estados de máxima o alta energía, serán detalladamente estudiados y observarán la enorme importancia que tienen para estblecer las correctas relaciones humanas.

Nada del pasado ni del futuro pueden lastimarme, sólo el presente tiene valor para mí.

Regresando al principio que en nuestro decálogo ocupaba el cuarto lugar, y que afirma que nada del pasado ni del futuro pueden lastimarme y que sólo el presente tiene valor para mí, analicemos esta afirmación desde el punto de vista de los estados de alta y baja energía:

La felicidad se obtiene en el presente: aquí y ahora.

En principio, la persona que se preocupa por cosas que ya pasaron y acerca de las cuales nada puede hacer, observaremos que mentalmente se encuentra ligada a un pasado que la lastima; los recuerdos son regiones de la mente que desgastan la energía que tenemos disponible para vivir el presente. Por otra parte, las angustias ocasionadas por hechos que todavía no acontecen, que se encuentran en un futuro, ya sea próximo o lejano, son también zonas de la mente que desgastan energéticamente a la persona; una persona que modifica sus estados de ánimo, simplemente por mantener activada esa zona de su mente que tiene que ver con su pasado o su futuro, gasta toda la energía que tiene disponible para trabajar en su presente y la imposibilita a actuar adecuadamente; la persona que piensa en el pasado o en el futuro se inmoviliza en el presente, se queda estática, mientras su mente viaja a regiones inútiles de su existencia.

Es preciso entender que la felicidad no puede ser obtenida ni en el pasado ni en el futuro, es preciso entender que esas son zonas que únicamente afectan negativamente a la persona; aun cuando ésta se refugiara en aquellos recuerdos que le proporcionan gratos momentos, o bien fabricando castillos o ilusiones en el futuro y le dan una cierta tranquilidad en su conciencia, entendamos, que tanto uno como el otro, son aspectos en los que se gasta energía, energía que está disponible para vivir el momento presente.

La sana programación del futuro.

Quisiera aquí hacer una distinción en lo que se refiere a construir castillos de naipes para un futuro ilusorio y construir una meta racionalmente lógica y emocionalmente aceptable hacia la cual la persona pretende dirigir sus pasos; en este segundo caso, la construcción se hace como una estrategia para orientar la vida de las personas, y en estos casos, esa energía está bien empleada. Sin embargo, si la persona construye sus castillos y no trabaja en su presente para hacer realidad esos deseos, la energía que ha gastado construyéndolos es energía perdida, energía inútil.

Las metas del discípulo.

Todo estudiante de la enseñanza espiritual debe tener perfectamente delineado su futuro y en este proceso se gasta energía; pero el futuro no es una nube en un cielo imaginario, las metas que se construyen por los discípulos se encuentran al final de un camino, un camino que ha sido trazado cuidadosamente por el propio discípulo; el castillo se encuentra al final del camino, pero los pies del disípulo se encuentran ya en algún punto de este camino, su sendero lo va llevando hacia la meta que ha fijado, y, en este caso, la energía que se gaste decidiendo cada vez más claramente el castillo y el camino, es una energía bien empleada que fortalece la disposición, la voluntad y el deseo de poder llegar hasta él y hacer realidad un sueño espiritual. Igualmente, el recordar hechos pasados dolorosos y no adquirir ningún tipo de enseñanza, es totalmente inútil e inaceptable.

El valioso aprendizaje de lo ocurrido en el pasado.

Por otra parte, hacer una cuidadosa valoración de las experiencias pasadas para extraer de ellas las lecciones que podamos emplear en el presente, es, sin duda, una gran inversión de sus energías. Este estudio debe ser sistemático y con un propósito; no es el hecho de estar rumiando experiencias dolorosas con el objeto de alimentar una idea negativa acerca de sí mismo o fortalecer la posición de mártir que muchas veces la persona utiliza en sus relaciones humanas, no es eso lo que se busca, sino más bien, una revisión de las experiencias acumuladas a la luz de los conocimientos que se tienen. Bajo esta perspectiva, nuestras propias experiencias se convierten en libros abiertos sobre los cuales se aprenden las más valiosas lecciones; son las piedras con las cuales construiremos ese camino hacia el futuro, son escalones que nos llevarán de la mano hacia las cumbres de nuestra realización personal.

La acción en el presente. La unidad de propósito. La alineación total.

Así pues, ni el pasado ni el futuro pueden lastimarnos, sólo el presente tiene valor, porque el presente es lo que me permite caminar; de nada valdrán las más perfectas visualizaciones y las más sofisticadas prácticas metafísicas si el estudiante es incapaz de dar el primer paso, la acción es la primera etapa del camino. En el momento en que el estudiante pone su pie en un sendero que él mismo ha definido, en ese momento sus cuerpos se alínean; el propósito espiritual que dirige sus pasos se encuentra alineado con el cuerpo físico formando una unidad con todos los cuerpos intermedios, es la voluntad actuando en el mundo tridimensional, esa es la gran conquista de los iniciados, la gran conquista de cada uno de los discípulos espirituales.

Que estas palabras sirvan para fortalecer en cada uno de ustedes, el deseo que tiene de empezar a caminar firmemente en su propio sendero espiritual. Julio 26, 1992.

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