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15 septiembre, 2006

La infiltración Iluminati en la Nueva Era

La infiltración Iluminati en la Nueva Era
Por Rafael palacios
 
Los que me sigan desde hace tiempo, habrán tenido la oportunidad de leer algunos escritos de grupos cristianos acusando al movimiento de la Nueva Era de estar manipulado por los Iluminati para acabar con el cristianismo.
 
Es una teoría bastante extendida entre estos círculos, que ligan al paganismo-culto a la naturaleza (una de las bases de la Nueva Era, junto a la supresión de las jerarquías religiosas, la unificación de todas las religiones, la recuperación de las tradiciones indígenas y la fusión de la ciencia con la espiritualidad a través de la cuántica) con el satanismo.
 
Yo, que conozco por dentro la Nueva Era, no sólo en España, sino también en algunos países de Latinoamérica, no he podido encontrar ese vínculo satánico por ninguna parte, pues la gente que he encontrado está deseosa de la unificación del Planeta en una sola nación y quiere paz (todos) y justicia social (muchos). Hasta hace poco, tampoco había visto ni rastro de la infiltración de elementos del "poder en la sombra", los Iluminati.
 
Mis únicos problemas con la Nueva Era han sido debidos al fundamentalismo con que llevan el pensamiento positivo, tan presente, por otra parte, en toda la sociedad. Ya sabéis, "todo está bien si tú estás bien", "primero tienes que cambiar por dentro", su insistencia en decir a todo que SÍ, SÍ, SÍ, nunca querer ver lo que está mal y, como consecuencia de ello, no querer bucear en las raíces del mal en la política y, mucho menos, desconfiar de la versión oficial de las cosas. Un grueso grupo de la Nueva Era piensa que el mundo cambiará, MAGICAMENTE, cuando todas las personas hayan cambiado y, por lo tanto, de nada sirve participar en la política ni en las transformaciones sociales; lo único que hacen es rezar y meditar.
 
Ese es el origen de que tantas personas de la Nueva Era anden enfrascadas en cursos y talleres con los que esperan conectarse con los extraterrestres o entrar en la cuarta o la quinta dimensión (y también por qué andan tan perdidas, negándose a reconocer, como dice mi compadre Miyo, el lado oscuro).
 
Este curso pasado, un servidor y otros, como Guillermo Herrera (traductor de los informes NESARA y de la Federación Galáctica) abandonamos la lista de la red ibérica de la luz (quizás, el grupo más representativo de Nueva Era en España), visto que su moderador censuraba todos los textos que ponían en entredicho el orden económico e instaban a la rebelión política (esta persona se situó al lado de la oligarquía latinoamericana y en contra de Hugo Chávez y Evo Morales).
 
Hoy, cuando leo las personas que participan en el "minuto por la paz", a celebrar el próximo día 17 en todo el mundo, organizado por la asociación para el diálogo interreligioso Brahma Kumaris y la Fundación Ananta (en la que participa esta persona), con un gran despliegue de cartelería en Madrid y el alquiler de un gran salón de actos, he empezado a entender mejor el asunto.
 
http://www.portaldorado.com Entre nombres nada sospechosos como Ramiro Calle o María Pinar, en la lista de participantes en el evento encuentro a Ricardo Díez Hochleitner y a Antonio Garrigues (a menos que tenga un hijo del mismo nombre, se trata del famosísimo Antonio Garrigues Walker). El primero es Presidente de Honor del Club de Roma y el segundo, miembro destacado de la Comisión Trilateral, las dos, organizaciones ligadas al entramado de "lado oscuro de la fuerza" conocido como los Iluminati, los exclusivos foros de vampiros donde se deciden las crisis económicas y las invasiones de países.
 
Una de las mejores formas para detener un movimiento es infiltrándose en él y, sobre todo, inyectando dinero. Situándote a la cabeza de las organizaciones que pueden crearte problemas, controlarás su discurso y lo vaciarás por completo de contenido...
 
Señores y señoras de la Nueva Era: no negaré el poder de la meditación, pero hasta que no se decidan a afrontar el MAL (CON MAYÚSCULAS) existente en el Planeta, los niños palestinos, africanos y latinoamericanos seguirán muriendo, y los precios de los pisos, también. (Seguro que conocerán que los masones fueron grandes... ¡CONSTRUCTORES!)
 
 

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