Una de estas noches Mi Maestro Interno me llevo a un sitio muy oscuro y me preguntó:
- ¿Qué ves?
- Nada, maestro, le respondí - la oscuridad es absoluta y no me deja ver.
Mi Maestro dio una palmada, y se encendieron al mismo tiempo mil lámparas de intensa luz. Entonces nuevamente me pregunto:
- ¿Qué ves ahora?
- Nada, le dije - esta luz cegadora me impide abrir los ojos para ver.
Entonces Mi Maestro me dijo:
- Aprende, y asume que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver. Por eso fueron hechos de luces y de sombras, para que puedan verse los unos a los otros. ¡Ay de aquél que no perdone la oscuridad que hay en su hermano, pues no lo podrá ver, y estará solo!. Y ¿ay de aquél que no busque poner luces en su oscuridad, pues a sí mismo se perderá!. Y concluyó: Recuerda siempre que estas hecho de sombras. ¿Dónde mejor que en ti puede brillar la luz?.
Fraternalmente en la luz del amor
Miccael Sais
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