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22 mayo, 2006
PRUEBA DEL COMPLOT
El nuevo vídeo sobre el atentado del Pentágono muestra
un misil o una aeronave pequeña, no un avión comercial
Declaración de Thierry Meyssan
«Diversos estudios de opinión demuestran que más de la mitad de los neoyorquinos, más de la tercera parte de los alemanes y más de las cuatro quintas partes de los árabes y latinoamericanos rechazan la “teoría del complot islámico” y consideran que el gobierno de los Estados Unidos está implicado, al menos pasivamente, en los atentados del 11 de septiembre de 2001.»
Sábado 20 de mayo de 2006
París (Francia)
Es un punto de vista que se extiende cada vez más. En noviembre de 2005, la Red Voltaire organizó una conferencia internacional Axis for Peace ampliamente difundida por las televisoras independientes de América Latina, en el mundo árabe y el mundo eslavo. Numerosas personalidades denunciaron allí la responsabilidad directa del poder estadounidense en la organización de los atentados. En los Estados Unidos, el millonario Jimmy Walter difundió más de 200 000 DVD que refutan la versión oficial y en vano ofreció un millón de dólares a quien explicara científicamente la versión oficial del derrumbe del World Trade Center. Varios cientos de sitios web han sido dedicados al tema, sin hablar de las últimas repercusiones que el mismo ha tenido: en los últimos días, el presidente Ahmadineyad expresó su escepticismo en una carta abierta al presidente Bush, mientras el Parlamento venezolano se prepara para crear una comisión investigadora
En este contexto, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha hecho pública la versión integral del video grabado por las cámaras de vigilancia instaladas en el parqueo del Pentágono, secuencia que no aporta ningún elemento nuevo con relación a las fotografías ya publicadas extraídas de los mismos. Cualquier persona puede verificar que ningún Boeing 757-200 se estrelló en el Pentágono. Como expliqué en Le Pentagate, y como lo confirma este video, el atentado fue cometido mediante una aeronave de un solo motor y de muy pequeño porte que no se estrelló sobre el edificio, sino que lo perforó y provocó una breve y violenta explosión. Todos los elementos corresponden a un misil, no a un avión comercial.
Es deber de todos aclarar lo relacionado con estos atentados en nombre de los cuales la Patriot Act ha suspendido numerosas garantías constitucionales, se ha instaurado un régimen antidemocrático y se ha iniciado la conquistas de los campos petroleros del Medio Oriente.»
http://www.voltairenet.org/article139213.html
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La mala racha de
George W. Bush
Lunes 22 de marzo de 2006
Los demócratas se frotan las manos y no es para menos, la caída de popularidad del presidente George W. Bush en los últimos meses augura poco futuro político para el gobernante republicano. Sin embargo, pese a que las críticas sobre su gestión llegan incluso desde sus propias filas, no sería la primera vez que Bush superase con éxito una profunda crisis de credibilidad.
Los datos plasman una clara erosión de la imagen del presidente: según el último sondeo de Ipsos para AP, sólo un 37% de los estadounidenses aprueba su gestión mientras que un 67% de los encuestados opina que el país no va en la buena dirección. ¿Cuáles son los motivos que han generado esta desconfianza de los norteamericanos ante la persona a la que eligieron como presidente en dos legislaturas consecutivas?
Como no podía ser de otra manera, una de las principales causas del bajón de Bush es el malestar permanente que supone la guerra de Iraq. En 2005 se superó la barrera psicológica de los dos millares de soldados muertos en el país mesopotámico, una cifra que incomoda sobremanera a la mayoría de los estadounidenses, muchos de los cuales consideran que sus tropas están 'haciendo un favor' a los iraquíes y que, por tanto, su labor allí podría ser prescindible.
Tampoco contribuyó a mejorar la imagen presidencial el papel realizado por el gobierno durante el desastre del Katrina. Que un país con recursos petrolíferos propios y con un ejército desplegado por medio mundo no pudiera hacer frente a una crisis humanitaria interna ha sido un duro golpe para la opinión pública estadounidense, que fue testigo de cómo su Administración se veía obligada a pedir ayuda a países extranjeros. Las filtraciones de la CIA respecto al cuestionable trabajo de los servicios secretos y el Gobierno antes y después del 11-s tampoco han sido plato de gusto para los estadounidenses.
Los últimos recortes en el programa de salud Mediacare, la única asistencia médica pública que reciben los estadounidenses más necesitados, también ha generado cierto malestar. Según los planes gubernamentales, se planea reducir la aportación a este programa, a lo largo de los próximos cinco años, en 35.900 millones de dólares. Este tijeretazo se ha justificado desde las filas republicanas como medida necesaria para atender los elevados gastos en defensa previstos para 2007, que se incrementan en un 6,9% respecto a los de este año. También se prevé aumentar en un 3,3% los gastos en seguridad interna.
De todos modos, parece que la gota que ha colmado el vaso de la paciencia del electorado ha sido el 'affaire Dubai', que finalmente se ha cerrado en falso. Cuando hace unas semanas los medios de comunicación anunciaban que el Gobierno tenía pensado contratar a la compañía Dubai Ports Worlds (DPW) para gestionar los seis puertos de EE UU gestionados hasta entonces por la británica P&O (ahora absorbida por DPW), un gran clamor se alzó contra la decisión, acusando al Ejecutivo de Bush de estar poniendo en peligro la seguridad nacional. En realidad, se ha tratado más de una erupción virulenta de la arabofobia generalizada existente en EE UU que de una reacción racional contra un peligro cierto (Dubai es uno de los principales aliados de EE UU en Oriente Medio) pero ha sido la excusa perfecta para canalizar el estado de ánimo general contra el presidente Bush, al que se sumó incluso la vieja guardia republicana. George Bush se defendió apuntando que no se puede gobernar a gusto de todos y añadía: 'Entiendo que algunas de las cosas que he hecho no son populares, pero eso va incluido en el sueldo. El que tiene miedo de tomar una decisión y se preocupa sólo de que la gente diga cosas agradables de él no es un líder'.
Finalmente DWP ha decidido no aceptar la contratación, pero eso no ha conseguido aclarar el horizonte del presidente republicano, que ve cómo ni en sus propias filas cuenta con un apoyo seguro.
Si en las legislativas de 2002 el 59% de los republicanos decían que votaban como señal de apoyo a Bush, en 2006 este porcentaje ha bajado hasta el 43%. La falta de respaldo también se hace sentir entre los congresistas; si hace cuatro años el 31% de los independientes apoyaba al presidente, en la actualidad, este sostén se ha reducido al 14%.
http://es.news.yahoo.com/22032006/190/mala-racha-george-w-bush.html
¿Pretenden usar contra Venezuela el truco del uranio de Níger?
El Gobierno Bush trata de asociar a Hugo
Chávez con el programa nuclear de Irán
Por Larry Birns y Michael Lettieri *
Washington conoce bien el arte de utilizar pretextos frágiles cuando se trata de justificar sus mal urdidas, y a veces ilícitas, iniciativas latinoamericanas. Vienen a la mente la época de la contra en Nicaragua, la invasión de Playa Girón, la crisis de los misiles cubanos, Ollie North, los embustes del ex embajador de USA en Honduras John Negroponte, e innumerables maquinaciones contra Cuba, Chile, Grenada y Guatemala.
Sábado 20 de mayo de 2006
Caracas (Venezuela)
Una avalancha de artículos que asocian a Hugo Chávez con el programa nuclear clandestino de Irán sugieren que podría ser que a Washington le atrae cada vez más la idea de calumniar aún más a Venezuela mediante el amaño de una nueva arma para una yihád contra Caracas. El único problema es que la base para una acusación semejante sería una invención total, más digna de ser utilizada en Iraq, donde todo vale, que en Latinoamérica. Un tal guión sugeriría que existen vínculos entre presuntos suministros venezolanos de uranio y el programa nuclear iraní. En otras palabras, se presentaría a Venezuela como una nación terrorista, involucrada ilícitamente en el tráfico de uranio de contrabando para el régimen paria iraní a cambio de artefactos nucleares, y tal vez otras consideraciones.
El complot
En otoño de 2005, funcionarios venezolanos comenzaron a explorar la posibilidad de adquirir tecnología de reactores nucleares de Argentina o Brasil, que tienen sendos programas de energía nuclear e instalaciones para su uso pacífico. Esta acción provocó una respuesta predecible y quisquillosa del Departamento de Estado, que no trató de disimular que no la agradaría que tuviera lugar dicha transacción. Aunque jamás se llegó a un acuerdo o se realizaron embarques, Caracas ya había establecido estrechos vínculos políticos con Teherán, lo que se convirtió en una razón más para que la Casa Blanca sospechara de la intención final de Chávez. La decisión de Irán de reanudar este año el enriquecimiento de uranio, que ha provocado ahora un alboroto internacional, también trajo consigo un nuevo examen de la presunta relación floreciente entre esa nación y Venezuela. En la ONU, Caracas ayudó a alimentar esas sospechas, ya que Venezuela formó parte del puñado de naciones miembro que expresaron su apoyo a la reanudación de la actividad nuclear pacífica iraní, que efectivamente no estaría bajo la supervisión de la ONU.
Los amplios, aunque algo vagos, acuerdos de cooperación entre Irán y Venezuela fueron repetidamente reiterados por fuentes de Washington para sugerir que podrían existir factores más malignos. El rumor más popular decía que Caracas enviaba su uranio a Irán a cambio de tecnología nuclear, y la versión más radical comenzaba con acusaciones de que Caracas trataba de obtener armamento de Teherán. Algunos llegaban a sugerir que ya se habían transportado clandestinamente artefactos nucleares a Venezuela en petroleros fletados. Más intriga especulativa vino después de la expulsión en febrero de la región del Amazonas de los misioneros de los misiones usamericanas de la “Misión Evangelizadora Nuevas Tribus”, ya que comenzaron a circular rumores precipitados de que el grupo evangélico había estado involucrado de alguna manera en actividades de exploración de uranio en el estado de Bolívar y que la pista de aterrizaje de los misioneros estaba facilitando semejantes operaciones contra Chávez. Esas afirmaciones, que incluían supuestos vínculos con la CIA, fueron acaloradamente negadas por el grupo.
Mucho ruido por nada
Sin embargo, todas esas teorías respecto a una cierta conspiración diabólica que vincularía a Irán con Hugo Chávez se han basado en su integridad en un puñado de acusaciones anémicas provenientes de varios antiguos funcionarios de Chávez, los que, en el mejor de los casos, sólo se citan los unos a los otros, pero que no presentan el núcleo de sus acusaciones o suministran la más mínima evidencia de que Venezuela haya sido de alguna manera cómplice de Irán en el suministro de uranio a dicho país. Por su parte, esas diáfanas afirmaciones están siendo tomadas por almas gemelas derechistas domiciliadas en USA que escriben furiosos editoriales en el Washington Times del reverendo Moon (“Enfrentamiento con Chávez”), o que hacen que colegas parlamentarios de ideas afines pronuncien virulentos discursos desde el hemiciclo del congreso acusando a Chávez de esforzarse por tramar un complot nuclear con Teherán o alguna otra conspiración amenazante.
Aunque los rumores a veces incluyen un supuesto informe de inteligencia israelí que habla de minería clandestina de uranio en Venezuela, las así llamadas conclusiones nunca han sido presentadas, y menos todavía confirmadas. En realidad, aunque Venezuela pueda poseer algunos depósitos de uranio que aún tienen que ser comprobados, no existe evidencia de que hayan sido ubicados, y menos todavía operados. Funcionarios venezolanos han rechazado vehementemente las acusaciones de que su país esté facilitando el enriquecimiento de uranio por los iraníes, e incluso el Departamento de Estado ha minimizado semejantes sugerencias, señalando que aunque “sabe de informes sobre una posible explotación iraní de uranio venezolano,” no ve ninguna “actividad comercial con uranio en Venezuela.”Además, los presuntos lazos pasan por alto que Irán no necesita importar uranio desde Venezuela para sus proyectos, porque posee amplios suministros propios. Todo esto probablemente le importa poco al gobierno Bush, que posiblemente es cada vez más presionado por sus propios partidarios de la línea dura para que adopte una posición contra Chávez. La reciente nacionalización del gas boliviano ha sido citada por eruditos ultra conservadores, cuyo conocimiento de Latinoamérica alcanza apenas para identificar la capital de Venezuela, como evidencia de la difusión perniciosa de la influencia chavista.
También apuntan con sorna a la falta de alguna reacción de USA ante este desafío. Una semejante militancia de su parte, combinada con la creciente tensión de Washington con Irán, podría ser el momento oportuno para algún tipo de reacción diplomática o incluso de represalias ante las afirmaciones de una relación especial de Venezuela con Teherán y otras manifestaciones de conducta contraria a USA.
Un semejante paso de Washington se basaría por completo en rumores, invenciones, y conjeturas un guión que, por lo menos en este momento, se basaría por entero en evidencias falsas o inexistentes como el falso yellowcake (forma concentrada de uranio bruto) de Níger que suministró la base para la intervención de USA en Iraq. Al tratar de vincular a Chávez con la crisis iraní, el gobierno Bush posiblemente podría estar edificando los fundamentos para su propia campaña de trucos sucios.
El mundo haría bien en recelar ante semejantes intrigas: frascos misteriosos, imágenes satelitales artificiosas, o fotografías borrosas comienzan a ser empleados ahora con fines tendenciosos, aunque ilusorios, por una brigada de enemigos de Chávez que sirven bajo una variedad de dioses ideológicos interesados.
* Larry Birns: Director, Council on Hemispheric Affairs,has been the director of COHA since 1975.
* Michael Lettieri: Ph.D. in Italian Studies from the University of Toronto, where he now serves as Chair of the Department of French, German and Italian (UTM).
http://www.voltairenet.org/article139204.html
Criminalización del periodismo
Periodistas, dirigentes y especialistas en comunicación expondrán en la charla-debate “Criminalización del periodismo. Calumnias e injurias”, la cual se desarrollará el próximo martes 23, a las 18:00, en el Aula 6 de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de la Plata, calle 44, entre 8 y 9, La Plata.
Viernes 19 de mayo de 2006
Buenos Aires (Argentina)
Carlos Del Frade, periodista rosarino; Ramón Quiroga, de la Asociación de Periodistas Deportivos de La Plata; y Analía Elíades, abogada, docente y especialista en Derecho de la Comunicación, serán los participantes del debate que analizará las distintas herramientas jurídicas de persecución y censura, quiénes son los que las aplican, cómo funcionan y cómo protegerse.
Esta actividad esta organizada por el Foro de Comunicación La Plata, Berisso y Ensenada y la Asociación de Periodistas Deportivos de La Plata.
http://www.voltairenet.org/article139197.html
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