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24 mayo, 2006

EL AMOR Y EL MIEDO


El amor y el miedo

El ser humano sólo puede experimentar dos sentimientos; amor y miedo.

Suele suponerse que los distintos tipos de sentimientos que podemos tener son innumerables, pero eso es una ilusión.

Al ser analizados, todos los otros sentimientos son simples subproductos del amor y del miedo. La ira no es otra cosa que miedo disfrazado. El júbilo, el interés, la sensación de éxito y logro, la apreciación del arte, son todas formas de amor. La gran diferencia entre ambas es que el amor siempre es creativo, y el miedo es destructivo.

"A nosotros nos toca decidir cuál de estos dos sentimientos gobernará nuestra vida."

El miedo es el único enemigo que realmente tenemos. Se puede sanar la condición que sea si es posible liberarse del temor vinculado a dicha condición, ya que los problemas o las enfermedades no son más que temores subconscientes reflejados en nuestro entorno.

En todo momento es cierto que "no tenemos más que temer que al miedo mismo". El miedo es un factor muy fuerte que precipita lo temido.

Sabemos que todo es mente.

Los pensamientos proyectan al mundo de las formas su contenido. Este proceso se acelera notablemente cuando es apoyado desde el campo emocional con sentimientos como la fe o el miedo.

Examinemos un ejemplo al respecto:

Si pensamos constantemente sobre tal o cual enfermedad, porque hemos escuchado que es muy contagiosa, etc., probablemente todo esto dispare el miedo en nuestro campo emocional y terminemos contrayendo un problema de salud. Más del 80% de las enfermedades son psicosomáticas. Esto lo asevera la Organización Mundial de la Salud.

Primero se genera el miedo en la psiquis. Bajan las defensas naturales del organismo, dando paso a que la enfermedad se plasme en el cuerpo. Todo este proceso comenzó con un pensamiento, se apoyó en una emoción y se trasladó al cuerpo.

Lo mismo sucede con el dinero, las relaciones, etc. Se comienza pensando en las condiciones económicas adversas del entorno. Se teme la indigencia, culminando todo este proceso con la manifestación de la pobreza.

Podemos reflexionar al respecto que la semilla es el pensamiento; el miedo es la raíz, el tronco y las hojas, y los frutos son el resultado tan temido.

Cuidando de no sembrar la semilla del pensamiento negativo, cortamos la secuencia que precipita el error. Polarizando nuestro campo emocional en el polo opuesto positivo, comenzamos la tarea de cultivar el opuesto.

Si pensamos con optimismo cultivamos la fe. Esta nos ayudará a plasmar en las formas todo lo positivo que se ha pensado. Si en vez de regodearnos en el fracaso, analizando una y otra vez lo ocurrido, nos centramos en que todo cambiará, puesto que somos herederos de la grandeza del Padre, tarde o temprano veremos los buenos frutos del pensamiento positivo.

Sabemos que la verdadera naturaleza del Ser es la armonía perfecta e inmutable. Esta es una Verdad absoluta, y nada puede cambiarla. Claro está que podemos aceptar ideas erradas acerca de la Verdad, y en tanto que aceptemos tales errores, tenemos que vivir esclavizados por ellos.
También le damos cabida al miedo, y el miedo no es más que una falta de confianza y fe.

Entonces al fin, nos decidimos a ser mas espirituales y realizando la verdad lo mejor que podemos. Tan pronto como hacemos esto, comienza la acción del Creador, comienzan a evaporarse nuestros temores, y la falsa condición comienza a mejorar sostenidamente. Así, la Verdad del Ser y la bondad de Dios son revindicadas una vez más en nuestras vidas.

Cuando parezca que ciertas personas nos han injuriado, en vez de pensar en ello con resentimiento, debemos expulsar de nuestra mente todos los pensamientos en cuestión, realizando la bondad y armonía de Dios en nosotros y en el agresor. Esto no sólo subsana por completo la condición, sino que también nos trae gran progreso espiritual.

Aprendamos a vivir por encima de las tensiones que plagan la conciencia de los pueblos del mundo.

No hay manera de sobrevivir en paz si se vive por debajo de la "línea de flotación", donde reside el miedo y toda índole de angustias, intolerancias, odios, ira, rebeliones y envidias. El que hace esto se convierte en parte de la "creación masiva" y de la "mente de la masa"; estará en el fondo del "foso" de la creación humana en vez de en la cima.

Estando en la cima se podrá dejar caer una soga, a quienes se encuentra debajo, mediante la cual podrán ser elevados, a trves de la aceptación y ser sacados de la oscuridad, de la inconsciencia humana, llevándolos a "La Luz de Dios que Nunca Falla".

En el curso del diario vivir, surgen crisis individuales que afectan sólo a una persona, a una familia o a un grupo localizado de seres relacionados; y en muy pocas ocasiones gracias al apoyo de las huestes iluminadas se dan grandes crisis nacionales e internacionales que afectan a millones.

Lo importante que cada quien debe recordar es que cualquier grupo, sin importar cuán grande o pequeño pueda ser, está compuesto de la unidad individual, multiplicada.

El individuo calmado, equilibrado y razonador se convierte en el punto fundamental para la gran masa que es incapaz de hacerle frente inteligentemente al estremecimiento repentino, sorpresa, miedo o lo que la apariencia pueda ser.

Todos hemos escuchado hablar de cómo grandes masas de público han sido sacadas con toda seguridad de edificios en llamas mediante el rápido pensar y control maestro de un artista del escenario o de un miembro del público, quien dirigió el patrón de pensamiento de la masa, manteniendo el orden y el equilibro de todo el grupo.

La histeria emocional y todo el sentimiento masivo son altamente contagiosos, y se desplazan como un fuego forestal a través del mundo emocional de la humanidad.

No hay individuo que pueda enfrentarse a la inesperada perturbación repentina, a menos que se haya auto entrenado cuidadosa y sostenidamente para permanecer equilibrado y en calma ante la faz de emergencias, y que haya construido un momentum de energía controlada en el ambiente.

El campo de práctica para tal entrenamiento es el propio ambiente diario.

"Qué bueno es poder conservar la calma cuando todos los demás a tu alrededor están perdiendo la suya y culpándote por ello."

La cuestión de mantener la calma; orientando la mente a las indicaciones de la Inteligencia Superior, y mantener los sentimientos en paz y serenos ante las más desagradables experiencias diarias, harán toda la diferencia entre la seguridad y el desastre en la eventualidad de surgir una emergencia.

Todos hemos tenido la experiencia de contactar a un individuo calmado y equilibrado cuando nosotros mismos hemos estado angustiados, y hemos atestiguado el efecto de la transferencia de ese sentimiento calmado equilibro y sereno que calma nuestras emociones perturbadas.

Así, aunque la histeria, el miedo y las emociones incontroladas son instantáneamente transferibles, también lo son las cualidades espirituales superiores de paz, equilibrio y balance.
Por encima de la raza humana, se proyectan grandes Seres Guardianes cuya responsabilidad y servicio voluntario consiste en proteger a las corrientes de vida del planeta, doquiera que surge la necesidad.

Llevan a cabo este trabajo conectando sus propios sentimientos de Paz, Equilibrio, Seguridad, Calma y Sanación, con algún individuo encarnado físicamente que pueda mantener el control armonioso de sus energías emocional y mental en un momento en que las grandes masas están perturbadas.

A tales individuos se les singulariza, y a través de sus cuerpos fluye la sustancia del Amor de Dios como un recubrimiento de Sanación, Protección, Paz y Suministro.

Es así como las "alas del Todopoderoso" se despliegan sobre la faz de la Tierra.
Asimismo, individuos que por naturaleza y cultivo propio, son auto controlados y equilibrados en momentos de crisis, se convierten en los recipientes y dispensadores naturales de la sustancia sobrenatural el "maná del cielo" de la cual a veces requiere la gente para sostener la vida del cuerpo durante actividades catastróficas, hambrunas, guerra, pestilencia u otras crisis de naturaleza similar.

Observen cómo Moisés alimentaba a los israelitas en el desierto, y cómo Jesús multiplicaba los panes y los peces.

Comencemos individualmente, entonces, a auto entrenarnos para permanecer como la Presencia de Paz ante las pequeñas experiencias triviales del diario vivir, de manera que de presentarse la ocasión, podamos refugiarnos bajo las alas del Todopoderoso y, más aún, convertirnos en esas mismísimas alas para los hijos de la Tierra que puedan requerir de nuestra presencia, confort, asistencia y consejo.

"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se.
"Si tuviereis fe como un grano de mostaza---nada os será imposible" Jesús [Mateo 17:20]
La Fe es una cualidad que es inherente a la vida.

No hay nadie que no tenga fe en algo. En su esencia primigenia, la vida contiene subdesarrollada toda cualidad que es constructiva.

Los egos que evolucionan parecen perder temporalmente el uso de algunas cualidades al menos temporalmente, durante sus largos viajes por el plano terrenal tales como Liberación, Victoria y Pureza.

Sin embargo, no hay ego evolucionado que haya entrado al sendero de la experiencia de vida, que no tenga fe mediante la cual ha moldeado, a diario, la energía de su propio ser.
Los individuos siempre han tenido, tienen y siempre tendrán fe en algo.

Llegamos ahora a la clara comprensión de la cualidad que representa la fe.

Es un canal a través del cual fluye la energía vital del ego evolucionado para energizar todo aquello que el individuo escoja aceptar como verdad para él y, conforme a su fe, tal cual dijera Jesús repetidamente, le será hecho.

El poder directivo de la atención y el poder receptivo de los sentidos son instrumentos de fe.
Sin embargo, la fe, de por sí, es una vertida consciente de esencia vital que energiza y magnifica aquello que el ego evolucionado cree que es real, y a lo cual, mediante su fe, le da su propio Poder Divino mediante el cual se le permite vivir en este mundo de la experiencia.

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