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27 julio, 2006

Buda viviente

Selección de las últimas noticias del Tíbet
Kerdang, el buda viviente que
abandonó la vida monástica


Martes 11 de julio de 2006

Tíbet (EFE).- Medio centenar de reporteros extranjeros fueron invitados a conocer este mes el nuevo tren al Tíbet, y en el programa de actividades paralelas aguardaba una sorpresa: conocer a Kerdang Quzha, un buda viviente 'arrepentido'.

Kerdang, de 58 años, habló brevemente con la prensa en las puertas del monasterio Shodeng de la localidad de Nagqu, en el norte de la meseta tibetana y nueva parada del tren al Tíbet, inaugurado el pasado 1 de julio.

Kerdang, de piel curtida por el sol como todo buen tibetano, fue considerado un buda viviente a los siete años por los monjes del Shodeng, que creen que es la quinta reencarnación del abad del monasterio.

Lo sorprendente del caso es que Kerdang, a pesar de ser el principal responsable de este pequeño edificio religioso, lleva una vida secular, puesto que, tal y como lo permite el budismo tibetano, colgó los hábitos, se casó y tiene tres hijos.

Con gafas de sol y el sombrero vaquero que está tan de moda en el Tíbet, el buda viviente relató a los periodistas cómo es la vida en el monasterio y en el pueblo de Nagqu, así como un poco de su historia.

'El anterior buda viviente definió que yo era su reencarnación', contó a Efe Kerdang, quien no recuerda muy bien cuáles fueron los rituales seguidos para confirmarlo, aunque lo normal es que baste con que reconozca objetos personales de su antecesor o sepa frases pronunciadas por éste.

El buda viviente reconoce que no recuerda nada de sus anteriores reencarnaciones, pese a que en el budismo hay gente que sí cree capaz de tener memoria de ellas, e incluso asegura que sus amistades actuales ya lo eran en anteriores vidas.

El pueblo de Nagqu, donde vive Kerdang, ha cambiado mucho en las seis décadas que sí recuerda: de una pequeña localidad a la que acudían los ganaderos para vender sus productos, ha pasado a ser una ciudad con un aspecto muy similar a las de las 'tierras bajas' de China.

Lugar de paso de la carretera que sale del Tíbet por el norte, y ahora parada del nuevo 'Tren del Cielo', Nagqu es un ejemplo de la influencia de la etnia mayoritaria china en la meseta tibetana, para bien o para mal.

'La ciudad ha prosperado y la población ha aumentado mucho', señala el buda viviente, quien no gusta mucho de hablar sobre religión.

Dentro del monasterio Shodeng, sus antiguos condiscípulos sí siguen la dura vida del monje budista tibetano, que pasa gran parte del día estudiando sánscrito (la antigua lengua sagrada del budismo) y los sutras (escrituras).

A las 9 de la mañana, los lamas se dan cita en la habitación principal del monasterio para entonar las oraciones, acompañadas por la música desafinada de platillos, enormes trompas y oraciones en graves sonidos guturales hasta la saciedad.

Kerdang los contempla pero no parece sentir nostalgia por la época en la que él era no sólo uno de ellos, sino el más importante dentro del monasterio.

Los budas vivientes son denominados por el budismo tibetano 'tulkus', y según la creencia son figuras religiosas que deciden reencarnarse una o varias veces para completar las obligaciones que establece la religión budista.

El reconocimiento de que algunas personas eran reencarnaciones de otras en el Tíbet se generalizó hacia los siglos XII y XIII, cuando los lamas empezaron a concentrar el poder religioso y político en el 'Techo del Mundo'.

Los dos 'linajes' de reencarnaciones más conocidos en el Tíbet son el Dalai Lama, que se considera reencarnado 14 veces desde 1391, y el Panchen Lama, 'número dos' en la jerarquía de los lamas tibetanos, venido al mundo 11 veces desde 1385.

Sin embargo, se considera que el más antiguo de estos 'tulkus' es el Karmapa, pues su primera vida comenzó en 1110 (el actual nació a principios de los 80).

La idea de la reencarnación o 'tulku', unida al derecho del reencarnado a heredar los bienes de su antecesor, ayudó a que los monjes tibetanos, a lo largo de los siglos, acumularan territorios y riquezas, convirtiendo sus 'linajes' en auténticos feudos y poco a poco dominando el poder político en el Tíbet.

Se cree que hay unos 500 'linajes' de reencarnados en la religión tibetana, no sólo en el Tíbet sino en otras zonas donde esta rama del budismo está más extendida (Nepal, Mongolia, India, Bután...).

Cuando el buda viviente está próximo a su muerte, suele profetizar de palabra o por escrito dónde nacerá su futura reencarnación.

Aunque normalmente los budas vivientes suelen ser encontrados en el mismo Tíbet, hay notables excepciones como Tenzin Osel, un granadino de 21 años que de niño fue reconocido como la reencarnación de un lama tibetano llamado Yeshe.

http://actualidad.terra.es/sociedad/articulo/
kerdang_buda_viviente_abandono_vida_977138.htm


El Universo en un Mandala

Seis monjes budistas del templo de Gaden Ngari elaboran en Capdepera un diagrama simbólico en tres dimensiones con arena de colores para propagar la compasión y el bienestar.

Martes 4 de julio de 2006

Mateo Cuart (Diario de Mallorca).- Nada es permanente. Todo lo que empieza acaba y todo lo que existe, tarde o temprano, dejará de hacerlo. Ése es uno de los mensajes que los budistas del monasterio Gaden Ngari, en la India, quieren transmitir a quienes les visiten hasta el jueves por la noche en el polideportivo de Capdepera.

Para entonces, los seis monjes desplazados a la isla preven haber terminado entonces el mandala que empezaron a elaborar ayer. Se trata del Chenrezig, un diagrama simbólico en tres dimensiones hecho con arena de colores procedente de la India que representa la evolución del universo y el mundo en su forma divina. Además, pretende propagar la compasión entre la gente y el bienestar en el entorno, para lo que es preciso que el mandala sea destruido una vez terminado, y que la arena utilizada se vierta en un río o en el mar.

Tras ocho horas de trabajo, sólo era posible contemplar varias líneas cuidadosamente trazadas sobre una mesa azul. Y es que la elaboración de un mandala requiere concentración y un trabajo tan concienzudo como efímero que ayer corría a cargo de cuatro de los seis monjes desplazados a la isla, todos ellos ataviados con el tradicional traje rojo. Otros dos, los más mayores, descansaban en el hotel tras un largo día de viaje. El séptimo desplazado era Tsering Dhondup, su profesor de inglés en el templo Gaden Ngari, de origen indio, aspecto amigable y eterna sonrisa.

Según explica Dhondup, los mandalas se elaboraron durante muchos años en secreto, mientras que ahora algunos se exponen al público. No obstante, otros mantienen aún su aspecto salvaguardado entre los muros de monasterios como el Gaden Ngari, donde sirven para la contemplación y la meditación.

El jueves, día de aniversario del Dalai Lama, además de exponer en público el resultado final de su trabajo, los monjes recién llegados a la isla celebrarán varios rituales e incluso un concierto con el que tratarán de brindar energía positiva a la gente y a su entorno. "Insectos, animales y personas; todos el mundo necesita ser feliz", explica Dhondup, quien considera que para conseguir la felicidad es imprescindible el altruismo. Por ello, los monjes aprovecharán la ocasión para pedir, a quien se la quiera ofrecer, ayuda económica para reformar un monasterio en el que, según explica el profesor, viven decenas de personas en pésimas condiciones.

La visita de estos budistas a Mallorca forma parte de una gira iniciada semanas atrás en Orotava, en Tenerife, donde Dhondup asegura que, además de ser muy bien recibidos por los isleños, consiguieron vender varios discos con sus cantos. "En Mallorca aún no hemos podido hablar con la gente, pero quienes nos han ayudado hasta el momento han sido muy amables", afirma el profesor, quien asegura envidiar el clima del archipiélago.

Tras una parada en Barcelona para celebrar junto con los miembros de la Fundación Casa del Tíbet el 71º aniversario del Dalai Lama, los monjes del Gaden Ngari continuarán en San Sebastián su particular gira por España.

http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?
pNumEjemplar=1218&pIdSeccionfiltered=9&pIdNoticia=195435


Los turistas ponen en peligro el
palacio del Potala, la joya del Tíbet

Lunes 17 de julio de 2006

Lhasa, Tíbet (AFP).- En la época de la revolución cultural, el palacio de Potala, joya del budismo y símbolo del Tíbet, se había mantenido a salvo de la locura destructora de los guardias rojos gracias a la intervención del primer ministro Zhou Enlai. Cuarenta años después, surge una nueva amenaza: los turistas.

Qiangba Gesang, director del palacio, no se frota las manos ante la afluencia de turistas tras la apertura, a principios de julio, de la primera línea férrea que conecta 'El techo del Mundo' con el resto de China. "El gran número de visitantes es mi gran problema", declara este tibetano de 64 años, que trabaja en el palacio desde 1989. "Nuestro objetivo no es hacer dinero. Mi tarea principal es proteger el palacio", dice ante periodistas extranjeros durante una visita organizada por el gobierno.

Algunos turistas chinos eligen el nuevo tren para ir a admirar el palacio de invierno de los Dalai Lama desde el siglo VII, como este estudiante de 20 años, de la etnia han, Zhang Haoran, original de Pekín. "Es la primera vez que visito el Tibet, me encanta viajar pero el avión está demasiado caro", dice.

En este monumento extraordinario, objeto de restauración desde 2002 y situado a 3.700 metros de altitud, construido con materiales rojos en su parte alta y blancos a lo largo de la colina, la premura de los turistas contrasta con la de los peregrinos tibetanos. En algunas estancias estrechas, los monjes y los militares intentan poner orden y que la muchedumbre no permanezca parada demasiado tiempo.

Qiangba Gesang explica que se han dado consignas a los guías para que los grupos no permanezcan demasiado tiempo en las salas, ya superpobladas, a fin de evitar una presión demasiado grande sobre la estructura del palacio. "Hemos demandado a los guías que acorten los tiempos de estancia", dice. "Cada día, el número de visitantes es importante, hay que hablar rápido, no tenemos tiempo para detenernos", manifiestas un guía, Ci Wang.

Si los peregrinos pedían a los turistas un precio de entrada simbólico, un yuan (unos 10 céntimos de euro), la tarifa se ha elevado considerablemente: 100 yuanes (10 euros).

Para hacer frente a la afluencia masiva, los responables del palacio han decidido aumentar la cuota de visitantes autorizados de 1.500 a 2.300. "Recibir a 2.300 personas en un día es el límite para el palacio de Potala, no lo podemos aumentar", estimó Nimaciren, director de Patrimonio Cultural de la región autónoma del Tíbet, citado por el periódico Beijing News.

Las autoridades piensan igualmente en otra medida para dosificar las visitas a lo largo del año. Un sistema de tarificación diferente dependiendo de la época: 100 yuanes (10 euros) durante la temporada baja y 300 yuanes (30 euros) para la alta. Pero aún no hay nada decidido. "Animo a los extranjeros a venir en invierno, el Tíbet no es tan frío como ustedes imaginan", dice Qiangba Gesang a los periodistas.

http://es.news.yahoo.com/17072006/159/
turistas-ponen-peligro-potala-joya-tibet.html


China acusa al Dalai Lama
de tener vínculos con la CIA

Miércoles 26 de julio de 2006

Pekín (Reuters).- Un periódico oficial chino acusó el miércoles al Dalai Lama de colaborar con la CIA, la agencia central de inteligencia estadounidense, rechazando así los intentos de acercamiento del líder tibetano y ensombreciendo las conversaciones iniciadas para acercar posiciones.

El Dalai Lama, que huyó de su tierra en 1959 tras un fallido levantamiento contra el control de la zona por parte de China, ha propuesto una política de "Medio Camino", buscando la autonomía pero no la independencia del Tibet.

Sin embargo, la edición online del periódico China Daily, portavoz en lengua inglesa del Gobierno chino, rechazó las propuestas del Dalai Lama en un comentario no firmado.

"Para 'organizar fuerzas armadas para combatir su vuelta al Tibet', colaboró con el ejército indio y la CIA estadounidense para organizar 'tropas fronterizas especiales indiotibetanas'", dijo el texto, sin entrar en detalles.

El CIA entrenó a hasta 400 exiliados tibetanos en bases militares en Colorado, Okinawa y Guam después de que el Dalai Lama huyera al exilio dentro de una guerra de guerrillas financiada por Estados Unidos contra China, que ocupó el Tíbet en 1950, informó el diario Chicago Tribune en 1997.

Las milicias fueron lanzadas en paracaídas sobre Tíbet, donde llevaron a cabo una campaña sin éxito contra los comunistas. La implicación estadounidense terminó en 1968.

El Gobierno tibetano en el exilio, que tiene su cuartel general en el norte de India, no hizo comentarios de inmediato.

La declaración acusó al Dalai Lama, premio Nobel de la paz, de la formación de un ejército rebelde en Nepal, y de establecer oficinas y organizaciones en el extranjero para fomentar el separatismo.

"Lo que persigue es una estafa y nada media entre una 'autonomía de alto nivel' y la 'independencia tibetana'", dijo.

La diatriba complica las conversaciones entre Pekín y los enviados del Dalai Lama, reanudadas en 2002.

http://es.news.yahoo.com/26072006/
44-89/china-acusa-dalai-lama-vinculos-cia.html


Crisis de valores

Por Jorge Bucay
Viernes 7 de julio de 2006

Desde hace ya mucho tiempo todos los especialistas y estudiosos de los procesos sociales, políticos y psicológicos, así como la mayoría de los filósofos, antropólogos y religiosos nos vienen advirtiendo de la decadencia moral de nuestra sociedad, de nuestra tendencia al aislamiento y de la crisis ética que supone nuestra pérdida de valores.

Para los más apocalípticos nos acercamos a una catástrofe mundial, una gran guerra de consecuencias impredecibles signada por la destrucción y la violencia; para los "optimistas" sobrenadamos un momento más de crisis (ni el último, ni el primero) que deberá dejar a la humanidad, en un lugar mejor de aquel en la que lo encontró. Aún para éstos, el peligro de la deshumanización de lo humano, no está ausente. El hombre parece alejarse peligrosamente de los valores que le permitieron construir la sociedad en la que todos vivimos.

Valores como la bondad, la honradez, la fidelidad o la honestidad, se han devaluado a expensas de la importancia que reclamaron otros intereses: el éxito, el poder, el dinero, la influencia, el placer.

Encerrados en algún lugar que consideramos seguro, vemos el mundo por una ventana. La tormenta ha empapado el cristal y nuestra visión de la realidad esta distorsionada aunque nosotros ni siquiera nos damos cuenta.

Los más sabios discuten si se trata de una crisis de la sociedad y sus valores o de cada individuo. Un trastorno de cada uno de nosotros que dudamos de nuestras elecciones porque carecemos de suficiente valoración de nosotros mismos y de nuestros compañeros de ruta, el resto de la humanidad.

Seguramente haya un poco de cada cosa, pero quizás haya que agregar a estas dos crisis, el deterioro de los canales de transmisión de los valores de nuestra estructura social.

Desde hace muchos años, pero sobre todo en el último siglo, el peso, la importancia y la influencia de la familia, de la iglesia y de la escuela han ido desapareciendo. Las razones son muchas y de diferentes áreas pero por el motivo que fuera, justificado o no, el establecimiento y la pauta de lo deseable y meritorio, de lo aceptable y lo "bueno" ya no llegan a nosotros de la mano de nuestros padres y abuelos, maestros o sacerdotes. Ellos vienen más bien signados (y muchas veces claramente determinados) por la masiva influencia de los diferentes medios de comunicación; desde la prensa escrita a la televisión, desde la radiofonía a Internet. Esto quizás no sería tan grave si no fuera porque además los modelos a seguir o copiar, son diseñados por los departamentos de publicidad y marketing de algunos cientos de empresas más que poderosas.

La transmisión y establecimiento de valores queda así en manos impersonales y casi siempre ajenas a la idiosincrasia de la gente y lejos de sus verdaderos intereses y creencias. Manos que, para terminar de agravar el pronóstico, no siempre están dispuestas a resistir la tentación de hacer negocios con ese nuevo poder que, sin medir consecuencias, les hemos conferido.

Me propongo desde esta columna hablar durante el verano de algunos de esos valores. Valores morales de los que tanto nos habló el desaparecido filósofo argentino Jaime Barylko, maestro y amigo. Incansable educador que dedicó gran parte de su vida a despertar nuestro interés en la importancia de educar en valores a nuestra sociedad, muchas veces olvidada de ellos.

Frente a tanta urgencia y catástrofe. De cara al impacto de todo lo que nos sucede. Mirando con preocupación la necesidad de resolver nuestras apremiantes urgencias. ¿Qué importancia puede tener dedicarse a este tema, más bien reservado al ámbito de los programas de estudio de alguna materia poco práctica?

El Dalai Lama suele contar esta brevísima historia que quizás conteste a esa pregunta: Se trata de un árbol que había visto la luz en un terreno muy fértil. Rápidamente se dio cuenta de que tenía todas las posibilidades para volverse el más alto y frondoso de los de su clase. Buena semilla, buena estirpe, buena madera.

Fiel a su deseo se ocupó de crecer. Los más viejos del bosque le contaron que en esa zona solían llegar los fuertes vientos del sur y que había que afirmarse mucho cuando la tormenta llegara.

El retoño escuchó el consejo pero tuvo un pensamiento fatal: Estamos en una planicie. Cuando yo vea venir la tormenta, ya me ocuparé de echar raíces.

¿Hará falta terminar la historia?

Cierto es que poner el acento en la educación es dedicarse a las raíces y quizás sea verdad que esto implique descuidar un poco la altura y el crecimiento externo del árbol de nuestra sociedad, sin embargo, deberíamos ser cuidadosos, porque cuando la próxima tormenta venga (y los pronósticos no parecen descartarlo) será importante poder apoyarnos en las firmes raíces de una educación clara en valores morales.

http://www.diariodemallorca.es/secciones/noticia.jsp?
pNumEjemplar=1221&pIdSeccionfiltered=9&pIdNoticia=196153

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