Secretos del Universo
Por Brad Jensen
http://www.spiritual.com.au
Traducción: Paloma Fernández Fernández. artesyoficios@arnet.com.ar
Soy millonario, propietario de la empresa que creé y que está valorada en, por lo menos, siete millones de dólares; con ella gano más de medio millón de dólares al año. Empecé hace 22 años con un título en Filosofía y Religión y una pluma prestada. Llevo casi 20 años investigando, aprendiendo y enseñando diligentemente ideas para la prosperidad.
Estos son los secretos del universo:
1. Primero, el gran secreto: nuestro mundo físico es un mundo de ensoñación, que funciona exactamente igual que soñar sólo que generalmente va más despacio. Cuando reconoces esa ensoñación y empiezas a trabajar con el mundo desde esa perspectiva, la velocidad aparente de la acción se acelera. La manera de dirigir al mundo es a través de tu imaginación y de tu voluntad. Ejercitar tu voluntad la fortalece. Puedes ejercitarla haciendo algo que no te guste hasta que te guste.
2. Se recibe por la misma puerta por la que se da. La manera de recibir a cambio de nada sencillamente es dar a cambio de nada. La calidad es más importante que la cantidad, ya que el universo amplifica el pensamiento convirtiéndolo en circunstancia. Empieza dando y deja que Dios perfeccione lo que des.
3. Perdona a Dios. Amar a tu prójimo es amar a Dios. Perdonar a tu prójimo es perdonar a Dios. Cuando veas un defecto de cualquier género en el amor o la gracia de Dios, mira otra vez. Mira con más atención. Jesús en la cruz dijo: "¿Cómo pudiste hacerme esto, Dios?"; pero después dijo: "Confío en ti, acepto tu propósito como si fuese el mío".
4. No importa cuánto te tambalees y caigas, ni si eres incapaz de meditar, ni si desatendiste durante años a tu ser real, herido e indiferente al amor de los que te rodean; vuélvete y espera el perdón de Dios y acepta su gracia donde la encuentres. Cuando tu amigo o tu enemigo te dan algo, ese algo es un regalo de tu propio ser verdadero.
5. No derroches energía en lo imposible. No intentes convencer a nadie ni cambiar la manera de pensar de nadie. No les pidas a otros que tomen decisiones por ti, ni las tomes tú por otros. Ambas cosas son ilusiones que niegan el amor de Dios. Lo mejor que puedes hacer por cualquiera es ayudarle a hacer una elección consciente para que pueda aprender de ella. La mejor manera de enseñar es con el ejemplo.
6. Ahora ya eres rico, cuentas con abundancia de aquello en lo que estés pensando. El mundo es un motor creativo que creará cualquier cosa en la que estés pensando en realidad. Cada pensamiento de tu mente es una oración acerca de ti, no importa cuál parezca ser el asunto. La única manera de manifestar carencia es aferrarse a algo en contra de otro. Olvida todos los pensamientos de ofensa, de venganza, de que te hirieron, de autojustificación, de necesitar defenderte de las expectativas de los demás, de lo injusta que es la vida, de que otros se están aprovechando de una ventaja que no merecen. La alegría trae alegría y la pena trae pena. Cuando oigas de la buena fortuna de otros, piensa: "¡Bien por ellos! ¡Dios los bendice y los hace prosperar, y yo también los bendigo!". Charles Fillmore dijo: "El inextinguible recurso del espíritu es igual a cada demanda. En la carencia no hay realidad. ¡La abundancia está aquí y se manifiesta ahora!". ¡Y tiene toda la razón!
7. Confía conscientemente en ti mismo. ¡En cualquier caso, en realidad lo haces! La clave de la maestría está en reconocer la realidad. La realidad es una simulación. El futuro se adentra en el pasado a través del túnel de tu pensamiento. Cambia ahora lo que piensas y el futuro cuidará de ello.
8. Tu vida es un equilibrio dinámico basado en tu pensamiento presente. ¿Qué pasa cuando tomas el 2 % de la cantidad de un platillo de una balanza y lo pones en el otro? Por supuesto, ese platillo baja y el otro sube y, con eso el cambio queda completado. El 2 % de tu vida despierto son diez minutos al día. Diez minutos al día de pensamiento concentrado cambiarán tu vida por completo. Para empezar, podrías imprimir este mensaje y leerlo todos los días durante un mes entero. Cuando las cosas empiecen a cambiar, no te dejes llevar por la emoción y te distraigas, sigue firme con ello. No lo comentes con nadie más. Deja que la energía se concentre y construya. La única cosa que Dios sabe hacer es milagros.
9. No se gana, se aprende. "Cuando se comprende el karma, éste desaparece". Ante cualquier reto, pregúntate a ti mismo: "¿Qué estoy intentando aprender de esto?". Después, empieza a actuar de acuerdo con este principio. Experimenta con tu vida. Invierte en tus relaciones arriesgándote en la comunicación.
10. Cuando te atasques, busca a otro que esté en una situación similar y enséñale todo lo que lleves aprendido (¡a menudo serán ellos los que te encuentren y acudan a ti!). Hasta que no lo entregas, no lo posees. Este saber se aplica a todas las cosas.
11. Entiende que nunca crearás ninguna situación de la que no puedas aprender. ¿Para qué lo harías? Dios está contigo en todo momento; es su trabajo. "Puedo manejar esto con la ayuda de Dios" es el principio y el fin de la fe.
12. Las únicas limitaciones que existen son las autolimitaciones. Deja que la abundancia comience ahora mismo. Vigila la tendencia a "nombrar es culpar". La responsabilidad es lo opuesto a la culpa. Cuando te culpas a ti mismo o culpas a los demás, estás negando temporalmente tu poder para cambiar (lo cual es, de nuevo, gastar energía en lo imposible). Tarde o temprano, todos los que están en tu vida que tú crees que te impiden ser o tener lo que quieres, terminarán por morir o irse, y entonces te darás cuenta de que esa condición es producto de tu propia mente. ¿Por qué no actuar con esta consciencia ahora?
13. Si estás vivo, mereces ser rico. Dios quiere que seas rico. Él siempre está más dispuesto a darnos cosas que nosotros a recibirlas, independientemente de lo dispuestos que estemos a recibir.
14. Somos seres infinitos fingiendo ser finitos. Hemos creado formas y condiciones para escapar de las limitaciones de la falta de forma. Pero no nos olvidemos de quienes somos en realidad ni finjamos demasiado.
El primer paso para tener una vida abundante es relajarse,
el segundo es enfocar la atención,
el tercero es concentrarse,
el cuarto es alegrarse,
el quinto es permitir la manifestación,
el sexto es dar libremente,
el séptimo es tener gratitud a la verdadera fuente.
15. Deshazte de lo que no estés usando realmente. Si te aferras a algo (persona, lugar o cosa, o incluso a una idea) porque piensas que podrías llegar a necesitarlo, lo que en realidad te estás diciendo es que no posees esa cosa, que no te la mereces y que no crees que puedas recrearla en un futuro. Todos esos pensamientos son pensamientos de pobreza. Limpia tus armarios, haz una venta de saldos o dalo a la caridad, pero deshazte de todo ese colesterol espiritual que está taponando tus arterias al paso de bienes.
16. El diezmo es dar el diez por ciento de tus ingresos a grupos o individuos que veas usar principios espirituales de la manera que te gustaría desarrollar en tu vida. El secreto de dar el diezmo es entender que ya estás dándolo mediante tus pensamientos, y que dar el diezmo de manera consciente es precisamente asumir el control de un proceso que ya se está produciendo. El diezmo regular y consciente edifica tu poder consciente de aceptar en tu vida la abundancia de Dios. Para la mayoría de las personas, un buen sitio para empezar es dar el diezmo a tu iglesia, a tu grupo de apoyo, a alguien que te esté enseñando algo, a alguien que sea un buen ejemplo espiritual para ti. Muchas iglesias y centros te enseñan a dar el diezmo como "tu canal para el bien espiritual". Bien, cuando eliges vivir en el Espíritu, eso es el mundo entero. Yo digo que des donde te sientas bien dando, donde puedas dar sin duda ni reserva. Si no existe tal lugar, crea uno. Da sin ataduras y recibe de la misma manera.
Gracias por compartir conmigo la oportunidad de expresarme sobre este tema. Por ello, me siento enormemente bendecido.
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