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14 enero, 2007

DIOSES Y DIOSAS DE LA NUEVA TIERRA

Arcángel Miguel a través de Kate Spreckley
18 de Enero 2005

Traducción: Paloma Fernández Fernández. artesyoficios@ arnet.com. ar

En los últimos cinco años muchos trabajadores de la luz han atravesado por el proceso de transición y ascensión. Esta transición se ha producido desde la frecuencia de la tercera y cuarta dimensiones a la frecuencia Cristal o frecuencia de quinta dimensión. En ocasiones ha sido una experiencia muy traumática para tantos que han tenido que liberar o nadir viejas heridas, patrones viejos y viejas relaciones, no sólo de esta vida únicamente sino de muchas vidas previas. También ha sido necesario que descubriéramos nuevas formas de ser, nuevas modalidades de equilibrio, armonía, felicidad, abundancia y amor. Amor incondicional por nosotros mismos y por todos los demás, una clase de amor que no habíamos sentido en nuestras numerosas encarnaciones en este planeta.

Inicialmente la transición hacia la vibración Cristal se inició con el nacimiento de los Niños Cristal que comenzaron a encarnar a finales de los 90. Aquellos niños tenían una vibración mucho más elevada y por consiguiente eran muchos más sensibles a las bajas energías que dominaban nuestro planeta y nuestra sociedad. La misión de esos niños consistió en llevar y sostener la energía Cristal o de la 5ª Dimensión. Esos niños tuvieron que luchar para combatir esas energías inferiores, encontrando difícil mantener su vibración superior. Trabajadores de luz de todo el globo escucharon su llanto clamando por auxilio y eligieron comenzar su propio proceso de ascensión hacia la Vibración Cristal. Dado el enorme número de personas que realizaron su transición al estado Cristal, fuimos capaces de ayudar a que la propia Tierra ascendiese y renaciera como Planeta Cristal.

Uno de los ejes principales del proceso de transición ha sido el regreso de la Energía Femenina Divina o energía de la Diosa. Esto permitió que un brote enorme de energía femenina divina traspasase tanto nuestros cuerpos humanos como la Tierra. Parte de nuestro proceso consistió en encontrar y mantener el equilibrio entre las energías del Masculino y de la Femenina Divinos en el interior de nuestros propios cuerpos. Esto se hizo para generar un equilibrio de ambas energías Divinas en nuestro interior y para permitir que esa redistribució n o restablecimiento del equilibrio de fuerzas regresase a la Femenina Divina. Esto ha sido ampliamente logrado, y como verán por los recientes Tsunamis catastróficos, la propia Tierra se está equilibrando a medida que el poder de la Divina Femenina ha sido despertado también en ella.

Este equilibrio de fuerzas no ha sido visto en nuestra Tierra desde la época de Lemuria, que fue un Paraíso o Cielo en la frecuencia de la Tierra. Lemuria fue un paraíso en el que todos estaban conectados como uno solo. En el que había una paridad y un equilibrio entre todos los habitantes de nuestro planeta. Todos vivieron en un estado despierto y lo hicieron conscientemente. Trabajaron con Los Grandiosos Divinos Dios y Diosa, de los que fueron un compendio, y cocrearon con El Divino.

Aquella cocreación fue realizada conscientemente, siempre con el propósito de manifestar únicamente amor, paz, felicidad y abundancia. Fue un lugar en el que hombres y mujeres vivieron como iguales, sin que ninguno dominase al otro. No había división ni carencias, se compartía y se creó un grandioso sentimiento de celebración, con toda la humanidad y los reinos Angélicos trabajando juntos para crear el Cielo.

Hubo quienes decidieron irse de Lemuria y crear un Nuevo modo de vivir en la Atlántida, donde comenzaron a utilizar todo lo que habían aprendido en Lemuria y a construir sobre ello. Pero había muchos en la Atlántida que perdieron la perspectiva general y comenzaron a usar y a abusar de su conocimiento. Esto fue lo que ocasionó finalmente la destrucción tanto de la Atlántida como de Lemuria.

Algunos hicieron preparativos para irse antes de la destrucción y se asentaron en Sudamérica, África y Europa. Se pueden encontrar representadas muchas de las viejas costumbres de Lemuria y de la Atlántida en las pirámides de Egipto y en muchos lugares antiguos de Sudamérica y Europa. Por desgracia la humanidad ha olvidado las viejas costumbres de Lemuria y de la Atlántida, por lo que tuvimos que empezar de nuevo.

Durante muchos siglos nuestra sociedad y nuestra cultura han estado funcionando para someter el poder Femenino a la esclavitud, la sumisión y la debilidad. Nuestro mundo tridimensional fue ordenado para funcionar de acuerdo con la fórmula Masculina de pensamiento y estructura. La dominación, la agresión, la fuerza y el control han sido el corazón de todas nuestras relaciones y condiciones sociales. Las cualidades Femeninas de la intuición, la compasión, la no-violencia, la alimentación y la sanación fueron ridiculizadas. En el pasado la Diosa fue debilitada, pero no ha sido silenciada, se le permitió hablar pero no se la escuchó.

En el planeta no ha habido un equilibrio paritario de fuerzas entre las energías de lo Masculino y lo Femenino, y con frecuencia las mujeres, para poder sobrevivir en nuestra cultura, han tenido que asumir papeles tanto Femeninos como Masculinos. Muchos de ustedes que ya han tenido hijos se habrán dado cuenta de que esto no funciona. Las mujeres no son sobrehumanas ni capaces de hacerlo todo y ser todo.

Los papeles de los padres y compañeros se han difuminado, descabalado y desequilibrado. Ya es hora de generar un equilibrio que equipare a todos en poder y privilegios. En especial es hora de que los hombres y las mujeres recobren su poder y trabajen con la energía del Dios y de la Diosa para que sean capaces de vivir vidas equilibradas, plenas y saludables. Los papeles tradicionales tienen que ser reelaborados y redefinidos para que ambos podamos apoyarnos y amarnos incondicionalmente. Eso no significa retroceder a los roles arcaicos basados en el poder y la sumisión, sino redefinir esos papeles dentro de la pareja y de la estructura familiar. Es necesario generar un equilibrio de fuerzas que es lo que de hecho quiere decir ser un compañero o una pareja. Nuestra cultura y nuestra sociedad han trabajado duro para crear Roles Arquetípicos en las relaciones. Son los Arquetipos del Padre y de la Madre o de la Esposa y el Esposo. Ha costado miles de años crear esos Roles Arquetípicos que se relacionan con la vida en la Tercera Dimensión. En la Nueva Tierra que estamos creando, es hora de recrear esos roles y de definir papeles personalizados que se correspondan con los de cada persona individual en la Quinta Dimensión. Es extremadamente difícil romper con esos roles habituales y requiere valentía y del conocimiento consciente de quién se es, de porqué se está aquí y qué se tiene para ofrecer a la humanidad en su conjunto.

Hoy en día la mayor parte de los hombres y de las mujeres están heridos, y la clave para su sanación no se encuentra en ninguna otra persona, sino en un viaje de Autodescubrimiento. Es un viaje sin final porque es el proceso de aprendizaje de toda una vida. Aprendizaje acerca de uno mismo, de la humanidad y de la conexión con todo. Una vez que se emprende el viaje de la autoconciencia y de la sanación, resulta más fácil amar tener compasión por todos los demás. Sólo una vez que se haya descubierto esto individualmente se pueden comenzar a crear relaciones igualitarias y poderosas a partir de las cuales se adquiera la capacidad de comenzar a trabajar juntos en equipo, apoyándose y amándose mutuamente a la vez que se trabaja y transmite a la comunidad a escala global.

El equilibrio de fuerzas entre el Divino Masculino y la Divina Femenina es extremadamente importante cuando hay niños implicados. Si no hacemos un uso correcto del poder, como padres y provisores de cuidados mal podremos ser capaces de trabajar con nuestros hijos y de criarlos de verdad. Ellos han venido aquí a enseñarnos nuevas maneras de vivir y de interactuar y, a menos que nos bajemos de nuestros pedestales y tomemos nota de cómo viven ellos conscientemente en el presente, vamos a terminar destruyéndonos no sólo a nosotros mismos, sino a nuestros hijos y a nuestro planeta. Se nos ha dado el magnificente regalo de nuestros hijos y debemos asumir este conocimiento y este poder que nos están ofreciendo usándolo para cocrear un cielo en el que todos vivamos como seres humanos iguales, sanos, equilibrados y poderosos. Se nos ha concedido el don de la ascensión y depende de nosotros asumir ese poder y utilizarlo de maneras eficaces y significativas. Como hombres y mujeres, de nosotros depende conectar con este poder y comenzar a usarlo para crear los cambios necesarios en nosotros mismos, en nuestra sociedad y en nuestro mundo. Hemos dirigido lo impensable, ascendiendo nuestro planeta sin que se produjera su autodestrucció n, y es nuestra responsabilidad asumir este conocimiento y este don, trabajar con él y crear nuestra versión del Paraíso de la Quinta Dimensión.

www.starchild. co.za
Las canalizaciones de Celia Fenn en español las pueden descargar en archivo Word de http://manantiacadu ceo.com.ar/ libros.htm

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