El Despertar Cuántico – Julio 2006
Gillian MacBeth Louthan
Surgimos de las profundidades acuáticas del abismo interno de su ser. Surgimos para ayudarlos a aspirar profundamente. Olvídense del aire humano y aspiren profundamente con su corazón. Jueguen en un lugar de alegría. Ustedes, como seres humanos, se sientan durante mucho tiempo en la orilla mirando a sus otros aspectos propios jugar y nadar en las aguas de la vida. Se mantienen durante demasiado tiempo en trajes y cremalleras y zapatos cuando el Ser interno mismo sólo quiere que lo liberen.
Muchos de ustedes trabajaron en los Templos de los Delfines y las Sirenas en la antigua Atlántida. Se han mezclado y transformado en ese ser Delfín, en ese maestro Ballena y han pasado siete días en el vientre de la ballena –no como alimento, sino como estudiantes, Dentro de su ser vive el Mar, el Tritón, la Sirena. El mar es parte del tejido mismo de su ser, vive en su interior. Escuchen internamente al Antiguo Océano rompiendo contra los muros debajo del Templo. Oigan el sonido de los pájaros y oigan el sonido de su corazón mientras nosotros (los delfines) los acompañamos de regreso hacia el tiempo, un tiempo en el que eran más fluidos, un tiempo en el que eran maleables, más flexibles. Dejen que los llevemos nadando hacia el tiempo en que disfrutaban cada centímetro de su cuerpo y su flexibilidad.
Han olvidado la energía del juego por estar muy ocupados siendo adultos, muy ocupados siendo formales, muy ocupados representando el título de su profesión, el título de su nombre, pero no el “título de su alma”. Les pedimos que se desnuden y dejen que emerja la esencia refulgente de su Delfín celestial. No emerjan con el temor de ser asesinados o convertidos en atún, no emerjan con miedo a estar en aguas tóxicas o con vergüenza tóxica. No salgan a menos que estén dispuestos a ser libres, libres de lo que los acosa, libres de lo que los agobia, libres de lo que los mantiene entre las líneas de su vida.
Abran sus chakras y permitan que los alineemos. Imaginen que uno de nosotros, de su familia delfín, se halla ante ustedes, cuerpo entero ante cuerpo entero, chakra con chakra, corazón con corazón, mientras nos mezclamos y convertimos en Uno. Se han olvidado de lo simple que es la vida, han olvidado que todas sus necesidades pueden y serán satisfechas sólo cuando crean que es así. Se han olvidado de todo el amor que tienen dentro de su ser. Ese amor no es sólo para su pareja o familia de sangre, sino también para todos los que están sobre el mundo y dentro del mundo. El amor es fluido y se mueve libremente como nosotros; no es para encerrarlo bajo llave o encajonarlo y guardarlo en un estante para un día lluvioso. Es para compartirlo con todos y con cualquiera. Se han olvidado de aceptar a sus hermanos en la misma parte del mar en que viven, en su vecindario, en su ciudad, en su país, ellos también son su familia. A algunos niveles, las vibraciones de ellos son como las suyas, aunque esa vibración no mantenga limpio su patio, su casa o sus hijos. Ustedes se hacen de espejos los unos a los otros en cada calle en la que viven.
En la Madre Océano no hay cercos, ni paredes, ni puertas, para mantener a cualquier cosa afuera o adentro, todo es parte de todo lo demás. No tenemos enemigos en el océano porque creemos que es así. Incluso los que desearían convertirnos en su presa no lo hacen –porque nuestra intención es ésa. Creemos que no estamos amenazados por el hombre, por los tiburones, por los miembros más grandes de nuestras propias familias. Y así es. El agua de su planeta se vuelve espesa con el plancton que está confundido con las toxinas que fueron enterradas hace mucho y finalmente consiguieron llegar a la superficie. A medida que surjan más explosiones y emanaciones de su Estrella, los océanos se utilizarán como conductores y así, el agua misma en la que vivimos aumentará de temperatura.
Nuestro tiempo en la Tierra se acorta más y más mientras los barcos, las estaciones y la radiación cambian a tal grado que ya no estamos más en un entorno que podamos tolerar. Pero mientras nos marchamos a los reinos superiores, les pedimos que nunca olviden quiénes somos –porque nosotros somos ustedes. Y aunque ustedes no siempre nos vean en sus horizontes acuáticos, en la bruma matinal de los océanos o en las puestas de sol de los ríos, estamos ahí.
No estamos aquí por nosotros mismos ni lo hemos estado nunca. Estamos aquí por ustedes. Eventualmente (antes de lo que creen) llegarán a un grado de realización que estén dentro de todas las especies y todas las especies estén dentro de ustedes, entonces no habrá necesidad de que nosotros continuemos nuestras enseñanzas en forma física. Los patrones evolutivos cambiarán en la próxima marca. Surgirán nuevas criaturas que habían estado ocultas por largo tiempo y serán presentadas. No les tengan miedo a las criaturas de su planeta porque todas fueron creadas por ustedes, para ustedes y teniéndolos a ustedes en mente. Incluso esas cosas que les resultan pestilentes contemplan la creación divina que son. No maten una especie para salvar a otra. Somos los delfines. Dejamos este cuerpo, pero permanecemos con ustedes. Recuerden nuestras palabras.
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