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20 febrero, 2007

LA ONDA ENCANTADA DE LA TIERRA ROJA

Este año de la Luna en que vamos limpiándonos y purificándonos, a
través del agua que fluye, que en nada se queda estancada y que da vida,
regando toda semilla dormida, se viene, desde hoy, la Onda Encantada de la
Tierra Roja.

La tierra planeta, la tierra madre ancestral, la tierra sólida, la
tierra hogar, la tierra que es cuna, la tierra que de vez en cuando se
remece, lanza fuego y rocas líquidas como si su sangre, la tierra que se
derrumba como barro, la tierra verde de espesuras, la tierra en que
crecemos, en que vamos y que un día se convierte en la morada, para que
broten más vidas, la tierra.

De todas esas tierras se informa esta corriente de energía poderosa que
por estos trece días, nos posibilitará el reconocer su esencia para
hacerla propia o para reconocer la nuestra, que es la misma esencia.

Será el tiempo para darnos cuenta de la tierra que se mueve, que gira,
que viaja, que construye cada día y cada noche, que hace estaciones
que florecen o que alargan los días o las noches, que acunan las semillas
y que después las hacen estallar de frutas. Darnos cuenta de los ciclos
de la tierra, de sus eras que sumaron elementos, con su armonía
interna. Darnos cuenta que así mismo como es ella, somos también nosotros, con
los ciclos propios de la infancia, del adulto, del hacernos lentamente,
del movernos, de entendernos, ciclos, con sus reglas, con sus tiempos,
libres e independientes del deseo, del poder, de la obediencia, o de la
mente. Así mismo como un año se nos vino de invierno de aguacero y al
siguiente el aguacero nos cayó en verano, ¿quién lo sabe?, ¿quién lo
quiere?, ¿quién lo hace?... lo que apenas nosotros intentamos desde aquí,
es explicarlos con palabras, con procesos, con bosquejos, pero así es y
es ahora y así lo ha sido siempre.

Así nosotros somos eco de su esencia y nos suceden fenómenos, eclipses,
sequías, primaveras, marejadas, veranos y selvas, crecemos, un día
estábamos labrando el suelo y al otro, el cielo, un día nos hablaba el
fuego y después el viento estaba en todo nuestro aliento, ciclos, pasos,
caminos que anduvimos por la pura esencia de lo que somos, sin dramas,
sin pleitos, sin traumas, sin cuentos, así de simple, así como el
deshielo abrió una grieta para bajar del cerro, así como el desierto, así como
tus pasos o tus sueños, así de simple, la evolución fue siendo.

De cierto que los hombres intervienen, que lo han hecho siempre, y
provocan que el proceso se adelante, se postergue o se extingan alguna
especie, pero al final los procesos son independientes, están más allá de
nuestras ansias, han estado, están ahora, y seguirán estando, contienen
una sabiduría que le anda por las venas, por sus ríos subterráneos, por
el centro de cristal con que palpita y que sólo entenderemos desde
nuestra propia esencia. Si alguna vez la intervención humana acelerara su
propio ciclo, deberemos reconocer que la tierra nunca nos falló, que
estuvo siempre renovando su fuente y aunque todo lo pasado, fue leal, nos
amó sin condiciones, la madre, y quién sabe si en ese instante tenga
aún una manera de que todo otra vez comience.

Nosotros, como microcosmos, hechos a su imagen y semejanza, poseemos lo
mismo, estamos repletos de sabiduría ancestral. Sólo si nosotros no
queremos, no evolucionaremos, porque el cielo nos entregó la libertad para
saber hacerlo, todos los demás lo harán sin que intervengan, nosotros
deberemos saber hacerlo, esa es la lección que debemos superar para
llegar más lejos. Por toda la evolución fuimos llevados en brazos de la
tierra, ahora es el momento de hacerlo nosotros y para poder lograrlo
hemos de saber hacerlo.

Por ahora, en estos días, serán buenas las vibraciones del universo
para dejar que todo siga su curso, para dejarnos también al equilibrio
natural de la tierra y asumir cuanto suceda como parte, como paso, como
fase, saberlo es nuestro tema, saber interpretar, comprenderlo, en un
estado constante de conciencia. En el ejercicio de esta libertad con que
hemos ascendido, tendemos a dudar, tendemos a no querer movernos, a
temer que un terremoto o que un asteroide o que un olvido de la órbita,
todo eso es una evolución del universo, de eso se encarga la armonía como
hasta ahora lo ha hecho, nosotros a lo nuestro, con los ojos bien
abiertos estos días, llegarán un gran número de respuestas, las respuestas
están ahí, sólo hay que verlas, las respuestas están adentro, sólo hay
que sentirlas.


DRAGON RESONANTE ROJO

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