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28 junio, 2006

LA VERDADERA MATRIX

Programación individual y colectiva, la herramienta cotidiana de los Illuminati
 
 
LA VERDADERA MATRIX
 
(Parte 1)
  
 
 
 
    En toda la historia de la Humanidad, nadie que haya sido víctima de un “lavado de cerebro” se ha dado cuenta de ello. En consecuencia, debemos ser cuando menos prudentes y desde ya, muy pero que muy modestos al evaluar la teoría que construida sobre hechos históricos paso a exponer, y que podría resumirse así: desde hace décadas, si no siglos, un grupo de poder en las sombras viene experimentando y aplicando con éxito técnicas de manipulación mental, programación cerebral y coacción psicológica sobre el individuo y sobre la masa social, con fines que iremos desbrozando. Y dentro de ese contexto, al género humano se le construye una percepción deformada de la verdadera Realidad.
 
    Lo que en este trabajo trataré de exponer es, por un lado, qué sencillo —para quien disponga de tiempo, recursos, personal y motivaciones— resulta “reconstruir” el paradigma mental de alguien, tanto a título individual como grupal. Luego, citaré las evidencias que apuntalan la certeza de que distintos gobiernos (o grupos de élite dentro de ellos) han tratado de llevar al extremo estas técnicas, buscando afectar a la sociedad toda. Luego señalaré, tal como lo he hecho en muchos otros artículos publicados en “Al Filo de la Realidad”, cómo esta “reprogramación colectiva” es funcional a los Illuminati (1) para finalizar con algunas especulaciones de índole general. Debo admitir aquí que me han impulsado a redactar este trabajo mis propias investigaciones en torno al proyecto “Visión Divina”, creado en las más altas esferas de poder del Vaticano y que saltara a mi conocimiento durante la investigación sobre el movimiento Falun Dafa (2), publicado también en nuestra revista digital. Las implicancias y ramificaciones de esta cuestión exceden el marco de este trabajo; pero sería conveniente que el lector mantuviera en mente ciertas deducciones presentadas en esa investigación para permitirle comprender de manera, si se quiere, más “holística” esta problemática.
 
    No debe olvidarse que, además, durante veinticinco años he sido instructor de Autocontrol Mental. En consecuencia, mucho he aprendido en ese tiempo —sin ir más lejos; antes de Internet, tuve oportunidad de acceder a algunos instructores ya desaparecidos que si bien no lograron jamás “marketinear” ostensiblemente sus prácticas, dejaron escuela— y mi natural curiosidad me ha llevado a ampliar sobremanera el limitado campo práctico del dictado de seminarios. Puedo decirlo ahora: en 1989 y 1990, fui convocado por uno de los entonces funcionarios de la Secretaría de Investigaciones del Estado argentino para prestar asesoramiento en el espinoso problema de las sectas; y en ese ida y vuelta de instrucción e información recabé buena parte de lo que me dispongo a volcar aquí.
 
 
Pero... ¿es tecnología exclusivamente humana?
 
    En algún momento he planteado en mis artículos una pregunta que, cuando menos a mí, me interesa sobremanera. Habida cuenta de la existencia de ese Poder en las Sombras —sin debatir ahora filiaciones ideológicas o estrategias globales— ¿tendrá el mismo el carácter de sociedad iniciática y esotérica, más allá de secreta?. E independientemente de ello, ¿es demostrable de alguna manera un posible contacto —si no identidad— con inteligencias extraterrestres o extradimensionales?.
 
    La cuestión es lo suficientemente apasionante como para dejarse llevar fácilmente por especulaciones personales no basadas en hechos. Pero, obviamente, en este resbaladizo terreno poder presentar “pruebas y evidencias” es, más allá de difícil, casi un contrasentido. Siempre he escrito que si sabemos tanto de los Bilderberger, Skull & Bones y otras lindezas, es porque seguramente hace rato que los Illuminati aventaron sus avíos y partieron de esos cenáculos con otros rumbos. Si sabemos demasiado de una sociedad secreta, ya no es tan secreta. Y si lo es y funciona, nada sabremos de la misma...
 
    Creo que en este enfoque se compartirá el punto de vista de que difícilmente los Illuminati estén enrolados en una determinada ideología, menos en un partidismo o alguna bandería, jugando en todo momento de “locales y visitantes”, de atacados y atacantes, de buenos y malos, aquí y allá. Por la misma razón, creo que colectivamente hemos llegado a la conclusión de que se han aprovechado en numerosas ocasiones de estructuras e instituciones —ya preexistentes, ya creadas a esos efectos— para vehiculizar sus objetivos. El Vaticano y la Masonería, blanco y negro, cara y cruz de la misma moneda. Pero el blanco y el negro, en partes iguales, conforman en conjunto el Todo. Si no fueran tan distintos y tan armónicos al mismo tiempo, el ajedrez carecería de tablero...
 
    Creo —esta es mi opinión, ignoro cuántos de ustedes la compartirán— que han convencido a un pueblo (los hebreos) de ser “especiales” —tan especiales como ciertos arios se creyeron a sí mismos durante el nazismo— de darle armas a los clericales de ese pueblo (los judíos) para elaborar toda una teogonía de justificación, y a una estructura partidaria —los sionistas— la capacidad de presión psicológica, de manipulación doctrinaria para que todo el pueblo, errante o no, terminara con un estupendo “lavado de cerebro” que les lleva, no sólo a aceptar su historia de expatriados y sojuzgados en todo tiempo y lugar en busca de un espacio vindicatorio en la geografía planetaria, sino a ser incapaces de cuestionar ciertos ítemes de su propia historia.
 
    En cuanto a las herramientas dadas a la casta sacerdotal de este pueblo, oportunamente volveremos sobre evidencias en nuestro poder de que algunos rabinos "demuestran" categóricamente, la "pureza racial" —¿a qué les suena esto?— de su pueblo a través de los tiempos y la —¡cómo no nos dimos cuenta!— relación de eso con la elección de Dios.
 
    En fin, volviendo al tronco central de este planteo, en ocasiones el debate debería enfocarse en los aspectos “espirituales” detrás de los Illu, pero cuando ello conllevaba poner sobre el tapete —con mente abierta— cosas tales como el Luciferismo, entraban a terciar otra vez componentes y lecturas religiosas —perdón, debí escribir “eclesiásticas”— y la situación se salía de madre.
 
    Así que volvamos a tratar de centrar el punto. Decía yo:
    a) ¿Podemos demostrar que los Illuminati están históricamente organizados como sociedad esotérica (con exclusión de ciertas anécdotas históricas, tales como la época de Adam Weishaupt y otras)?. Creo que sí. Una sociedad esotérica, si es tal, es iniciática, y, por lo tanto, probacionista. La pregunta es si los “ritos de iniciación o admisión” serán tales simplezas como los de la masonería o se construyen sobre entelequias más complicadas. Otrosí digo: quienes hayan sido o sean alumnos de nuestro curso de Autodefensa Psíquica Superior, recordarán que allí enseñamos los llamados “Ciclos de Vida”, una forma de aplicar ritmos básicos cósmicos en el mejoramiento de las actividades cotidianas. Bien, les cuento que esa técnica —muy esotérica, cuando menos, en su fundamentación— le fue enseñada en los años '20 a J. Rockefeller, presidente a la sazón de la Standard Oil, por unos “amigos”. Dicen que él la aplicó con mucho éxito en sus negocios —bueno, por eso se la enseñamos nosotros a nuestros alumnos, esperemos que les sirva, si no para llegar a la presidencia de alguna petrolera, por lo menos para mejorar sus finanzas cotidianas— y me pregunto quiénes habrán sido esos “amigos”.
 
    Paso un dato: la asunción de nuestro presidente (Argentina), Néstor Kirchner. En el traspaso de mando, hubo gestos muy “esotéricos”. Hace tiempo, me llegó este comentario:
“Seguramente la mayoría de Uds. ha visto la transmisión de mando de Duhalde a Kirchner en el Congreso de la Nación. Y como a todos, la falta de protocolo del flamante mandatario sólo llamó la atención por eso, dejar el acartonado acto de lado. Pero no fue así. Hubo algo que careció de difusión y no se sabe por qué, o sí, para evitar los comentarios sobre cosas 'raras' en tan magno evento. Me explico: Primeramente, el bastón de mando no era el tradicional europeo, que instauró el Gral. Uriburu para la asunción de Agustín P. Justo y que desde entonces se usó siempre, con empuñadura de oro, al modo de los monarcas y presidentes de Europa. El que recibió Kirchner es de madera nacional, con empuñadura de plata (el metal del país: Argentum - plata), en su interior contiene tierra de la zona tehuelche. Sobre la empuñadura se han grabado símbolos tehuelches, una flor de cardo (única planta nacional que está tanto en Jujuy, como en T. del Fuego), además del escudo nacional. Acá viene la parte no aclarada. Cuando Duhalde estaba por entregar el bastón, Kirchner le indicó que se lo diera con las dos manos, con los puños hacia abajo. Duhalde así lo hizo y Kirchner lo recibió con las dos manos hacia arriba. Así se pasaban los indígenas la pipa y la lanza de guerra. Luego, ese movimiento que quedó registrado como una payasada del nuevo presidente no era tal, sino los movimientos rituales que hacían los caciques al recibir la pipa o la lanza de guerra, para luego tomarlo en la posición correcta. La risa y los gestos cómplices, como diciendo 'se animó este loco' que hizo la senadora/primera dama, son por demás elocuentes. Todo este comentario me lo pasó un amigo que es un estudioso de culturas antiguas de América y decidió averiguar detalles a partir del tema del nuevo bastón presidencial. Es demasiada casualidad (y éstas sí que no existen) que tanto grabado tehuelche se conjugara con el rito de pase también tehuelche.”
 
    b) Otro tema que gustaría profundizar es si existe alguna certeza aunque sea indirecta de una filiación o relación no humana (extraterrestre, extradimensional) de los Illuminati. No demos aquí lugar ni a opiniones personales basadas sólo en la intuición, ni “mensajes canalizados” —alguna vez deberemos debatir, por ejemplo, si tanto mensaje canalizado no tiene otra razón de ser, así como el investigador Gabriel Vargas sostiene que los “contactos” que reciben algunos fanáticos del mesianismo extraterrestre (¿Nesara?) no serán en realidad generados psicotrónicamente por grupos paragubernamentales con fines de manipulación e intoxicación— ni en las teorías de Icke que, como saben, se construyen más sobre la reflexión histórica que sobre hechos, diríamos, periodísticamente rastreables.
 
    Esotéricos, extraterrestres, extradimensionales. Si lo último tiene relación con lo divino-maligno, cielo e infierno, dioses y demonios, se me ocurre que podemos escarbar allí algo. A fin de cuentas, ¿qué diferencia hay entre las corrientes que hablan de dimensiones o universos paralelos donde existen —para nosotros— seres no físicos, alternativamente favorables, desfavorables o indiferentes para nosotros, y toda la teología de ángeles y demonios (al decir de Dan Brown [1][3])?. Puesto de otra forma, ¿qué pasa si releemos la teología y el catecismo, y observamos la liturgia de tantas religiones preguntándonos si no se trata más que de arcaicos intentos de contactar —o bloquear contactos— con otras dimensiones?. A propósito, les sugiero que lean con atención el N° 133 de “Al Filo de la Realidad”, casi íntegramente dedicado a exponer una teoría de alto vuelo científico sobre la realidad de los universos paralelos [1][4].
 
    Esotéricos, extraterrestres. Creo que de lo primero podremos reunir bastante evidencia, no así de lo segundo. ¿O me equivoco otra vez?.
 
Continuará.
 
Referencias:
 
[1] Sobre los Illuminati, consultar:
AFR Nº 89: Illuminati: el poder secreto detrás de la Historia.
AFR Nº 122
: El síndrome de Pedrito: ¿Hollywood aliado de los Illuminati?
AFR Nº 124: Illuminati: Inquisidores de la nueva era.
Boletín: Actualidad CAI - Nº 1: Un nuevo dato "Illuminati".
AFR Nº 127: Revolviendo la biblioteca: Otra vez tras la pista de los Illuminati.
 
[2] Ver “Falun Dafa: La Espiritualidad como Espionaje” en AFR Nº 147 y AFR Nº 148. Para solicitar por email (sólo suscriptores), clic en los enlaces y enviar. Vía web para todo público aquí.
[3] Dan Brown: autor de “Ángeles y Demonios” y “El Código Da Vinci”.
[4] Ver en: AFR Nº 46: "Científicos proponen Universos Paralelos" y AFR Nº 133: "Universos Paralelos".
 
 

LA VERDADERA MATRIX

 

(Parte 2)

 
 
 
 
    Realmente es imperativo retornar a un enfoque (el “esotérico y/o extraterrestre”) que en lo personal me apasiona. Y digo retornar porque los lectores más antiguos rememorarán que algunos de los primeros trabajos sobre el particular publicados en esta revista atañían a esas hipotéticas filiaciones Illuminati. Luego, a medida que pasaba el tiempo, los enfoques giraron más hacia la economía de mercado, la lectura sociopolítica y otros matices de igual interés e importancia.
 
    Es obvio que coincidimos en esta publicación distintas vertientes. Por ejemplo, supongo que muchos de nosotros estamos cuando menos acostumbrados a estos enfoques heterodoxos. Pero asimismo sé que muchos lectores se acercarán “desde afuera”, simplemente atraídos por esta temática específica a la cual y desde su respetable punto de vista lo esotérico o extraterrestre les es totalmente ajeno, cuando no banal. Sin embargo, creo que todos contamos con la sensatez suficiente para escuchar qué tiene el otro que decir y sacar nuestras propias conclusiones.
 
    La observación de alguien en el sentido de “no creer en lo esotérico y extraterrestre” es respetable, pero señala en su misma naturaleza un hecho de capital importancia. Lo esotérico existe, en tanto y en cuanto sindica a cualquier agrupación que se vale de escalafones probacionistas y de naturaleza iniciática. Si aunado a ello se encuentra una arraigada creencia en lo preternatural, queda conformado el cuadro de Illuminati = sociedad esotérica (que no es lo mismo que sociedad secreta, que puede o no ser esotérica). La propia naturaleza “consanguínea” de los grupos de poder —muchos emparentados por lazos de familia o de matrimonios entre sí, piezas intercambiables de un gigantesco juego de ajedrez donde las alianzas se suceden entre tirios y troyanos a espaldas de la masa— suma lo suyo en esta especulación sobre la persistencia histórica de un entramado esotérico. Y —aquí llego al punto— cuando se observa que esos grupos de poder no hesitan en acudir a técnicas de naturaleza “espiritual” tenemos el derecho de preguntarnos: si los Illuminati son lo suficientemente inteligentes, a través del tiempo —amén de otras “cualidades” que obviamos referir por caerse por su propio peso— para “creer en esoterismos”, ¿no deberíamos preguntarnos si, después de todo, no habrá en esas creencias resultados prácticos?.
 
    Y no hablo aquí de “resultados prácticos” en el sentido de que manipulen las creencias de los demás en concurso con sus propios fines, o que “hagan como que creen” —como estoy seguro hacen muchos “dignatarios” no tan “dignos” de muchas de las Iglesias constituidas— sólo por la conveniencia que emana de ello. Hablo de Illuminati, de poderosos en lo económico, político y militar que creen, practican, acuden a disciplinas y herramientas metafísicas (“más allá de lo físico”) para la obtención de sus fines. Me parece poco lógico suponer que un individuo, más aún, un colectivo de individuos sea lo suficientemente astuto, capaz y hábil para manejar los hilos del mundo y a la par irreflexivo, ingenuo, crédulo, supersticioso e ignorante para “creer en cosas que no existen más que en su imaginación”. O se tiene capacidad de observación y análisis, o no se la tiene. Más aún: si estos grupos persisten a través de los tiempos en adscribir a lo esotérico, es porque el viejo método del ensayo y el error les ha enseñado que sí; que funcionan.
 
    El problema es que —otra vez— chocamos contra “las no creencias”. O, mejor dicho, la creencia en la no creencia. Si alguien con formación en el materialismo dialéctico está firmemente convencido de que todas estas son paparruchadas —y está convencido desde hace tiempo— descartará a priori el advenimiento de la hipótesis del uso de herramientas “espirituales” por parte de los grupos en el poder porque, como él ya sabe, NO puede tal cosa existir.
 
    Repasemos la Historia. Estadistas y dictadores; reyezuelos y monarcas de imperios, estrategas militares, doctos ministros han acudido al servicio de astrólogos, parapsicólogos, tarotistas, han formado parte de cenáculos espiritualistas, han contado con su “monje negro” —en la acepción más rasputiniana de la palabra— muchos de ellos, seguro, habrán sido apenas brutos encaramados a la fuerza en el poder. Pero, vamos, nos guste o no, comulguemos o no con sus ideologías, sabemos bien que muchos otros no. Y hasta los tecnócratas de la economía han usado y siguen haciéndolo recursos muy “new age” para el gusto de algunos con miras a optimizar sus beneficios. Que un grupo dilecto de esos poderosos, entonces, emparentados, aliados a través del tiempo, usufructúen esas herramientas y se colegien de alguna manera que nos es ignota —y a la que sólo por costumbre le damos el apelativo de Illuminati— es algo que se cae por su propio peso.
 
    Pero aquí, lamentablemente, algunos comenzamos a hablar distintos idiomas. Porque para unos lo “esotérico” (es decir, lo espiritual como instrumento de conocimiento) es sólo una paparruchada o, en el peor-mejor de los casos, un recurso de manipulación de los miedos de las masas. De manera que saldríamos de los límites temáticos de esta nota pues tendríamos que retrotraernos a la fuente de la cuestión, es decir, debatir qué hay de cierto y qué no en lo “espiritual”, en lo “metafísico”, en lo “parapsicológico”, con lo cual, como saben, la abundancia de “off topics” haría que hasta uno mismo terminara por aburrirse de la lectura.
 
 
Vayamos al grano: La perspectiva de la víctima
 
    Quienes han pasado por ello por regla general defienden apasionadamente a sus manipuladores, asegurando que solamente les han “enseñado la luz”... o han sido transformados de alguna manera milagrosa. El “nacimiento de la conversión” es una frase “amable” para designar el lavado de cerebro... y cualquier estudio acerca del lavado de cerebro debe de comenzar con el estudio del resurgimiento Cristiano en la América del siglo XVIII.
 
 
La macabra historia de la manipulación
 
    Aparentemente, Jonathan Edwards descubrió accidentalmente las técnicas durante la cruzada religiosa de 1735 en Northampton, Massachussets. Induciendo sentimientos de culpa y aprensión aguda, e incrementando la tensión, los “pecadores” que asistían a sus reuniones de resurgimiento acababan rompiéndose y sometiéndose completamente. Técnicamente, lo que Edwards hacía era crear condiciones que limpiaban el cerebro para que la mente aceptara una nueva programación. Una vez un predicador, o un líder de una religión, un manipulador o una figura con autoridad crea la fase en que el cerebro puede vaciarse y quedar limpio, sus víctimas quedan completamente abiertas. Nuevas instrucciones, en forma de sugestiones, pueden sustituir a sus ideas previas. Como Edwards no enviaba mensajes positivos hasta el final del resurgimiento, muchos aceptaron las sugestiones negativas y actuaron, o desearon actuar, según ellas.
 
    Charles J. Finney fue otro renacentista cristiano que utilizó las mismas técnicas cuatro años más tarde en conversiones religiosas en masa en Nueva York. Las técnicas son todavía usadas por renacentistas cristianos, cultos, empresas piramidales, y los ejércitos, por citar sólo unos pocos. Déjenme señalar aquí que no creo que la mayor parte de los renacentistas religiosos se den cuenta de que están usando técnicas de lavado de cerebro. Edwards simplemente insistió en un sistema que realmente funcionaba, y otros no hicieron más que copiarle y lo siguen haciendo más de doscientos años después. Y cuanto más sofisticado es nuestro conocimiento y nuestra tecnología, más efectiva es la conversión. Estoy profundamente convencido de que esta es una de las principales razones del incremento del fundamentalismo cristiano, especialmente en su variedad televisiva, mientras la mayor parte de las religiones convencionales declinan.
 
 
Las tres fases del cerebro
 
    Aunque los cristianos fueran los primeros en formular con éxito el lavado de cerebro, hemos de mirar a Pavlov, el científico ruso, para obtener una explicación técnica. En los primeros años del siglo pasado, su trabajo con animales abrió la puerta a ulteriores investigaciones con seres humanos. Tras la revolución rusa, Lenin vio rápidamente el potencial de la aplicación de las investigaciones de Pavlov a sus propios fines. Pavlov identificó tres estadios diferentes y progresivos de la inhibición transmarginal.
 
    El primero es la fase equivalente, en la que el cerebro da la misma respuesta a estímulos débiles o fuertes. La segunda es la fase paradójica, en la cual el cerebro responde más activamente a los estímulos débiles que a los fuertes. Y la tercera es la fase ultra-paradójica, en la que las respuestas condicionadas y los patrones de comportamiento pasan de positivos a negativos o de negativos a positivos.
 
    Con la progresión a través de cada fase, el grado de conversión se hace más efectivo y completo. Las formas de conseguir la conversión son muchas y variadas, pero el primer paso habitual en el lavado de cerebro religioso o político es trabajar con las emociones del individuo o del grupo hasta que alcanzan un nivel anómalo de ansiedad, miedo, excitación o tensión nerviosa. El resultado progresivo de esta condición mental es la disminución de la capacidad de juicio y el incremento de la sugestionabilidad. Cuanto más se mantenga o intensifique esta condición, más se agrava. Una vez se alcanza la catarsis, o primera fase cerebral, la conquista completa de la mente es más fácil. La programación mental preexistente puede ser reemplazada por nuevos patrones de pensamiento y conducta. Otras armas usadas frecuentemente para modificar el normal funcionamiento del cerebro son el adelgazamiento, las dietas radicales o altas en azúcar, las incomodidades físicas, la regulación de la respiración, el recitado de mantrams en la meditación, la exposición de misterios asombrosos, efectos especiales de luz y sonido, la respuesta programada al incienso, o intoxicación por drogas. Se consiguen los mismos resultados en los tratamientos psiquiátricos contemporáneos con electroshock o con la disminución intencionada de los niveles de azúcar en sangre inyectando insulina. Antes de hablar del modo exacto en que algunas de la técnicas se aplican, quiero señalar que la hipnosis y las técnicas de conversión son dos cosas diferentes, y que las técnicas de conversión son mucho más poderosas. Sin embargo, ambas se usan a la vez frecuentemente... con poderosos resultados.
 
 
Cómo trabajan los predicadores evangelistas
 
    Si quiere ver a un predicador renacentista en plena faena, en su ciudad hay probablemente varios. Vaya a la iglesia temprano y siéntese en la parte de atrás. Probablemente, se tocará una música repetitiva mientras la gente va llegando. Un ritmo repetitivo, idealmente de 45 a 72 “golpes” por minuto (un ritmo cercano al del corazón humano), es muy hipnótico y puede generar estados alterados de la conciencia en un alto porcentaje de personas. Y, una vez se está en estado alfa, se es al menos 25 veces más sugestionable que en estado beta de plena conciencia.
 
    La música es probablemente la misma en todos los servicios, o tiene el mismo ritmo, y muchas personas pueden caer en estados alterados de la conciencia en cuanto entran en la iglesia. Subconscientemente, recuerdan su estado mental en servicios anteriores y responden de acuerdo con la programación post-hipnótica. Mire a la gente mientras espera que comience el servicio. Muchos muestran signos externos de trance: relajación corporal y ojos ligeramente dilatados. A menudo, se balancean adelante y atrás sentados en sus sillas. Después, el sacerdote entra. Y suele hablar con una “voz rodada”.
 
 
Técnica de la “voz rodada”
 
    La “voz rodada” es un estilo repetitivo y rítmico usado por los hipnotizadores cuando quieren inducir un trance. Lo usan también muchos abogados, algunos de los cuales son consumados hipnotizadores, cuando desean introducir firmemente una idea en la mente del juez, la prensa, el público o el cliente. La voz rodada puede sonar como si el orador estuviera hablando con el ritmo de un metrónomo, o como si estuviera enfatizando cada palabra con un estilo monótono y repetitivo. Las palabras son pronunciadas habitualmente a un ritmo de 45 a 60 por minuto, maximizando el efecto hipnótico.
 
    Luego, el pastor comienza el proceso de “construcción”. Induce un estado alterado de la conciencia y/o comienza a excitar a los oyentes. Después, un grupo de jóvenes suelen salir a cantar. En mitad de la canción, una de las fieles puede ser “poseída por el espíritu” y caer al suelo o actuar como si el Espíritu Santo estuviera en su interior. Esto incrementa muy efectivamente la intensidad en la habitación.
 
    En este punto, las tácticas de hipnosis y de conversión están siendo mezcladas. Y el resultado es que la atención de la audiencia se focaliza en la comunicación a medida que el ambiente se hace más excitado o tenso. Más o menos en ese momento, cuando se ha conseguido un estado mental alfa colectivo, es cuando pasan el cesto de las donaciones. En el plano de fondo, la voz rodada del predicador puede exhortar “Dad a Dios... Dad a Dios... Dad a Dios...”. Y los asistentes dan.
 
    Puede que Dios no tome el dinero, pero su representante sí que lo hace. Después aparece el orador “amenazador”. Induce el miedo e incrementa la tensión hablando acerca del “diablo”, “ir al infierno” o de la proximidad del fin del mundo. En el último show de este tipo al que asistí (hace bastantes años; sospecho que las herramientas se deben haber optimizado aún más desde entonces), el predicador habló acerca de la sangre que pronto manaría de cada boca en la tierra. Estaba también obsesionado con la “sangrienta lanza de Dios”, que todos habían visto colgada sobre el púlpito la anterior semana. No tengo ninguna duda de que todos la vieron.
 
    El poder de la sugestión dada a cientos de personas en la hipnosis asegura que al menos del 10 al 25 por ciento de ellos verán cualquier cosa que se les sugiera que han de ver. En la mayor parte de las reuniones renacentistas, “testificar” o “ser testigos” sigue usualmente al sermón basado en el miedo. Gente del auditorio se levanta y relata sus historias. “¡Estaba impedido y ahora puedo andar!” o “¡Tenía artritis y ahora se ha curado!”. Son manipulaciones psicológicas que funcionan.
 
    Tras escuchar numerosos casos de historias de curaciones milagrosas, el tipo medio de la audiencia con un problema menor está convencido de que puede ser curado. La sala está cargada con miedo, culpabilidad, intensa excitación y expectación. En ese momento los que quieren ser curados se alinean alrededor de la habitación, o se les dice que salgan al frente. El predicador puede tocarles la cabeza firmemente y gritar “¡Sana!” Esto libera la energía psíquica y, para muchos, resulta la catarsis.
 
    La catarsis es la purga de las emociones reprimidas. Unos individuos pueden llorar, caer al suelo o incluso tener espasmos. Y si la catarsis se efectúa, tienen una posibilidad de curarse. En la catarsis (una de las tres fases cerebrales mencionadas anteriormente), el cerebro queda temporalmente vacío y se aceptan las nuevas sugestiones. Para algunos, la curación puede ser permanente. Para muchos, puede durar de cuatro días a una semana, que es, incidentalmente, lo que duran las sugestiones hipnóticas dadas a un sujeto en estado de sonambulismo. Incluso si la curación no es duradera, la vuelta de estas personas a la iglesia cada semana asegura que el poder de sugestión va a anular continuamente el problema... o a veces, tristemente, puede enmascarar un problema físico que perjudicará al individuo a largo plazo.
 
    No estoy diciendo que no ocurran verdaderas curaciones. Ocurren. Puede que la persona estuviera lista para dejar de lado la negatividad que causó el problema en principio; puede que fuera obra de Dios; pero creo que pueden explicarse con el conocimiento actual del funcionamiento de la mente/el cerebro. Las técnicas y la representación pueden variar de iglesia a iglesia. Muchas usan “el don de lenguas” para generar la catarsis en algunas personas mientras el espectáculo crea intensa excitación en los observadores.
 
    El uso de técnicas hipnóticas por los religiosos es sofisticada, y los profesionales aseguran que son cada vez más efectivas. Un sonido potente y el uso adecuado de la iluminación son de primera importancia para inducir un estado alterado de la conciencia.
 
Continuará
 


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