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18 octubre, 2007

Por su labor en favor de los derechos humanos en el Tíbet

El Dalai Lama ha sido reconocido en
todo el mundo pese a las iras de China

La invasión y el genocidio del pueblo tibetano
han recibido una condena en todos los países


Madrid, 17 oct (EFE).- La máxima distinción civil de EEUU, que ha recibido el Dalai Lama, es la última de una larga lista de reconocimientos por su labor en favor de los derechos humanos en el Tíbet, que han enfurecido a China, cuyas tropas ocupan ese país desde 1950.

El máximo líder espiritual del Tíbet recibió el Premio Nobel de la Paz en 1989 y ha sido distinguido con premios de importantes instituciones y nombrado "doctor honoris causa" por más de veinte universidades alrededor del mundo.

El 10 de octubre de 2006 le fue otorgada de forma honoraria la nacionalidad canadiense pese a las protestas del Gobierno chino, y tres días más tarde fue recibido en audiencia por Benedicto XVI, por primera vez desde que fue nombrado Papa.

Tensing Gyatso, XIV Dalai lama, nació el 6 de julio de 1935 en Taktser, Amdo, parte oriental de Tibet, en el seno de una familia modesta de campesinos, con el nombre de Lhamo Dondhup.

A la edad de dos años fue reconocido como la reencarnación de Thubten Gyatso, decimotercer Dalai Lama, y recibió el nombre de Jetsun Jamphel Ngawang Lobsang Yeshe Tenzin Gyatso.

Su responsabilidad como cabeza espiritual del Tíbet se completó con la asunción del poder político dos meses después de la entrada de las tropas chinas en septiembre de 1950, pero la dura represión china contra el levantamiento popular de Lhasa en 1959 le forzó a abandonar el país.

Tras su exilio se instaló y formó un gobierno en la ciudad india de Dharamsala, y desde entonces se ha dedicado a recorrer el mundo en busca de apoyo internacional para el reconocimiento de los derechos de su pueblo.

En los últimos años, el Dalai Lama ha renunciado a las pretensiones independentistas que mantuvo durante sus primeros años, y se ha centrado en pedir una "verdadera autonomía" que permita a su pueblo preservar su "identidad cultural, lingüística y religiosa".

Sin embargo, el régimen chino no oculta su malestar cuando se refiere al que considera el principal "demonio" del Tíbet, país que considera una parte "inalienable" de China.

Cada vez que el Dalai Lama hace una visita al extranjero, las autoridades chinas presentan sus quejas a los respectivos mandatarios, por considerar que se interfiere en los asuntos internos chinos.

La polémica más importante en sus incesantes viajes por el mundo tuvo lugar en junio de 1993, cuando las presiones chinas motivaron que la ONU le retirara la invitación para intervenir en la sala de plenos de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena, aunque finalmente se le permitió hablar ante los representantes de las organizaciones no gubernamentales.

El Dalai Lama no oculta su deseo de morir en Tíbet, pretensión que se le niega desde el Gobierno chino a pesar de su promesa de retirarse de la vida política cuando llegue el momento de su retorno.

El líder budista es autor de más de sesenta títulos como "Mi país y mi pueblo" (1962), "El budismo del Tibet y la llave del medio camino"(1975) y "The Universe in a Single Atom - The Convergence of Science and Spirituality" (2005).

Entre sus actividades favoritas destacan la jardinería, la meditación y la lectura de los antiguos textos tibetanos o "mantras".

Es admirador del Mahatma Ghandi y fue amigo personal del Papa Juan Pablo II con el que se reunió en varias ocasiones.


China advierte que el premio de EE.UU. al Dalai
Lama "ha dañado gravemente" las relaciones

Pekín, 18 oct (EFE).- El Gobierno chino aseguró que el premio del Congreso de EE.UU. al Dalai Lama y la reunión del presidente estadounidense, George W. Bush, con el líder espiritual tibetano "han dañado gravemente" las relaciones entre Pekín y Washington.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Liu Jianchao leyó un comunicado en el que calificó el galardón concedido al Dalai Lama y la reunión de éste con Bush de "descarada intromisión en los asuntos internos de China", que, según afirmó, ha dañado los sentimientos del pueblo del país asiático.

El Dalai Lama, líder religioso y político tibetano en el exilio, recibió el miércoles la medalla de oro del Congreso norteamericano, un acto en el que estuvo presente Bush, quien el día anterior había mantenido una reunión privada con el Nobel de la Paz.

El galardón es el más alto reconocimiento que puede otorgar el Congreso de EEUU a un civil -nacional o extranjero- por sus contribuciones a la seguridad y prosperidad del país.

"La medalla del Congreso, la asistencia al acto de entrega de líderes estadounidenses y las reuniones de estos con el Dalai Lama violan además gravemente las normas de las relaciones internacionales y la postura de EEUU de respetar la política de una sola China", añadió el comunicado.

China exigió a EEUU que adopte urgentemente medidas inmediatas para eliminar el "terrible impacto" de este "acto gratuito" y que deje de entrometerse en los asuntos internos chinos, aunque el portavoz declinó precisar qué tipo de iniciativas satisfarían al Gobierno chino.

Liu anunció también que el ministerio convocó hoy al embajador estadounidense en el país asiático para manifestarle una "protesta oficial" en nombre de China.

"El Tíbet es una parte inalienable del territorio chino. Los asuntos del Tíbet son asuntos internos de China. China se opone decididamente a toda intromisión en sus asuntos nacionales", añadió el portavoz.

Además, negó que el Dalai Lama se conforme con una autonomía para la región tibetana, como ha declarado públicamente en varias ocasiones, y afirmó que todas sus acciones tienen como objetivo "la independencia del Tíbet".

Manifestó que, desde su exilio en 1959, el Dalai Lama ha manipulado a los tibetanos en el extranjero, y se ha involucrado en actividades para separar a China.

"El Dalai Lama ha controlado el llamado gobierno tibetano en el exilio, ha formulado la llamada constitución de los tibetanos exiliados y ha puesto la independencia del Tíbet como propósito de esa Constitución", afirmó.

"Todo el pueblo chino sabe que el Dalai Lama no es un líder religioso o espiritual, sino un gobernante que trata de separar y destruir a China", manifestó Liu, quien advirtió de que cualquier intento de separar al país asiático está condenado al fracaso.

Sobre los comentarios de Bush asegurando que China debería autorizar el regreso del Dalai Lama, el portavoz manifestó: "todo lo que China haga con el asunto del Tíbet es su asunto interno. El pueblo chino sabe mejor que nadie cómo manejarlo y no nos gusta que nos digan cómo hacerlo".

El Dalai Lama huyó al exilio en 1959, tras el fracaso de una rebelión contra la ocupación del Tíbet, en la que murieron unos 87.000 tibetanos, y vive en la ciudad india de Dharamsala, donde lidera el llamado gobierno tibetano en el exilio.

El Premio Nobel de la Paz acusa a China de haber causado un "genocidio cultural" en el Tíbet, facilitando la emigración masiva de chinos de la etnia mayoritaria Han a una región que durante siglos vivió muy aislada del mundo exterior.

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