Insólita reaparición de los Caballeros Templarios
siete siglos después de su disolución por Roma
Madrid, 20 mar (EFE).- Casi 700 años después de su disolución en el Concilio de Vienne (Francia), en 1.312, la legendaria Orden de los Caballeros Templarios ha resurgido de las tinieblas de la historia de una manera insólita: con un enigmático anuncio en un diario británico.
Desde aquel concilio, los templarios parecían haberse esfumado de la faz de la Tierra hasta este martes, cuando el diario 'The Daily Telegraph' publicó un gran anuncio encabezado por un llamativo título: 'La antigua y noble orden de los caballeros templarios'.
El aviso, difundido justo cuando se cumplían 694 años de la muerte de Jacques de Molay, celebra la decisión que el Vaticano tomó el año pasado de divulgar el denominado 'Folio de Chinon', un pergamino descubierto en 2001 en los Archivos Secretos Vaticanos.
Fechado en Chinon (Francia) en 1308, ese documento prueba que el papa francés Clemente V (1264-1314) absolvió al Gran Maestre del Temple y sus seguidores, pero Felipe IV de Francia hizo caso omiso y logró que el Concilio de Vienne decretara la disolución de la orden en 1312.
El anuncio, que ocupa casi toda la página 19 del periódico, adelanta que los templarios van a pedir al pontífice Benedicto XVI que 'restaure la Orden con los deberes, derechos y privilegios para el siglo XXI y los venideros'.
Además, el reclamo anima a 'los grupos templarios y los compañeros de armas de todo el mundo' a ponerse en contacto con la Orden para organizar 'a su debido tiempo' una reunión con el fin de renovar esa arcaica sociedad.
El aviso incluye la supuesta dirección de La Antigua y Noble Orden de los Caballeros Templarios en el oeste Londres, un domicilio que -según el diario 'The Guardian'- corresponde a la empresa de contables Sloane & Co.
El misterioso vínculo entre la Orden y los contables se justifica por el hecho de que Sloane ejerce, al parecer, de representante oficial de la organización benéfica 'Fundación de los Caballeros Templarios', que figura igualmente en el anuncio.
Asimismo, el reclamo publicitario del opaco grupo de los monjes-guerreros contiene dos páginas de Internet (www.theknightstemplar.info y www.theknightstemplar.org.uk) y una dirección de correo electrónico (infor@theknightstemplar.info).
No parece fácil, empero, que el Santo Padre vaya a acceder a la petición de los Caballeros Templarios, ya que la restauración de la Orden del Temple 'podría abrir una enorme caja de los truenos', según advirtió el teólogo e historiador Martin Palmer.
En opinión de Palmer, uno de esos 'truenos' podría sonar, por ejemplo, si los templarios modernos reclaman los derechos sobre las propiedades de sus antepasados que decomisó la Iglesia hace ya casi siete siglos...
La también llamada Orden del Temple fue una sociedad medieval de carácter religioso y militar fundada en 1118 en Jerusalén por nueve caballeros franceses, con el guerrero Hugo de Payens a la cabeza.
La Orden surgió con el objetivo de proteger a los peregrinos cristianos y defender Jerusalén, ciudad reconquistada tras la primera cruzada (1096-1099) contra la dominación musulmana.
Por esa razón y obviando ese ''Folio de Chinon'', Felipe IV logró que el Concilio de Vienne disolviera la Orden.Ataviados de túnicas blancas marcadas con la inconfundible Cruz Paté roja, los monjes-guerreros se convirtieron durante casi dos siglos en dueños de castillos, tierras y monasterios de toda Europa y Tierra Santa, así como en los banqueros más fiables del Medievo.
Sin embargo, ese poderío se eclipsó el 18 de marzo de 1314, cuando el último Gran Maestre del Temple, Jacques de Molay, murió en una hoguera prendida sobre un cadalso en un isla del río Sena en París, tras ser torturado y ajusticiado junto a sus lugartenientes.
El Gran Maestre sufrió así las iras del rey Felipe IV de Francia (1268-1314), apodado 'El Hermoso' y el mayor deudor de los templarios, quien decidió en 1307 confiscar las riquezas del Temple y acusar a sus miembros de prácticas heréticas e inmorales.
Por esa razón y obviando ese 'Folio de Chinon', Felipe IV logró que el Concilio de Vienne disolviera la Orden.
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