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25 diciembre, 2006

SOBRE JESÚS DE NAZARET

Voy a contaros una serie de relatos, al parecer inconexos entre si, pero que son necesarias para construir la génesis de la figura de Jesús el Cristo:

Andrija Puharich, es sin duda uno de los más destacados investigadores de lo paranormal y excelente parapsicólogo. Investigó y documentó la vida de Arigó, famoso curandero brasilero y la vida y milagros del dotado Uri Géller. Respecto de este último personaje Andrija vivió una serie de manifestaciones del “otro lado”, que en forma física e incluso sonora, pudo grabar en cintas magnéticas, de voces provenientes de los extraterrestres. Veamos algunas de estas manifestaciones:

Para Mantenerse en contacto con las civilizaciones que han sembrado estos avanzados seres extraterrestres, envían naves espaciales manejadas por robots que se asemejan a los humano en todo excepto que no tiene espíritu, ciclo de vida y muerte, ni la habilidad de pensar y tomar decisiones. Son computadoras programadas por los seres extraterrestres para observar solamente. Y estos son los platillos voladores que nosotros vemos. Si lo pensamos bien no es raro. Cuando lleguemos a perfeccionar los viajes interplanetarios y enviemos patrullas investigadoras que duren miles de años. “Hoova está ubicado a 53.069 edades luz de la tierna, y cada edad‑luz equivale a cien mil millones de años te­rrestres, según estiman los seres con quienes he hablado‑, sería cruel enviar a un ser pensante, de carne y hueso, des­tinado a perder su vida vagando por el espacio.

.....

Una vez formulé esa pregun­ta y fríamente me contestaron que "Hoova" tiene 16 mil veces el área de nuestra insignificante tierra... En lo que yo he podido determinar, ninguno de estos seres con quienes me he comunicado tiene intenciones malévolas.

......

"Cristo era un muchacho como Uri, uno de estos jóvenes de que hablo Spectra; una nave espacial de tamaño de una de nuestras ciudades que lleva 800 años estacionada sobre la Tierra , me comunicó que Jesús era el líder de Hoova. Por eso le llamaron Jehová en la Biblia cuando tomó la forma de Cristo. Está aceptado que es el mejor de todos los que han venido a guiarnos hacia la meta de la evolución del ser humano.

"Los rumores sobre los secuestros de seres humanos por platillos voladores son ciertos. Según me han informado, los secuestrados van con el fin de ser educados. Les enseñan lo que tienen que hacer en la tierra. Por ejemplo su­pongamos que su labor en este mundo es crear un nuevo tipo de matemática que explique donde viven los extraterrestres en la quinta dimensión. Enton­ces durante el "secuestro', sus mentes son programadas con esta información. Después se van recordando poco a poco de esto. Cuando vuelvan a la Tierra lo comparten con el resto de nosotros. Entonces todo el mundo cree que son ge­nios porque crean nuevas ideas que revolucionan al mundo.

"La pregunta más importante de todo es ¿por qué vienen? Y sobre todo, ¿por qué vienen periódicamente, con tanto énfasis en los últimos 30 años?

"Desde hace muchos siglos, civilizaciones antiguas en la tierra han estado al tanto de la existencia de estos seres su­periores y de sus platillos voladores. Los hindúes describieron vehículo espacia­les llamados "Vímanas" hace cinco mil años. Muchas de nuestras leyendas están fa­bricadas alrededor de estas naves y sus ocupantes Y precisamente, fueron los hindúes los que nos informaron que ca­da seis mil años, los seres extraterrestres regresan a nuestro planeta y la Tierra atraviesa un proceso de cambio produ­cido por cataclismos naturales ‑como el diluvio universal (hace seis mil años), y la desaparición de la Atlántida hace doce mil).

.........

La primera vez que interferimos con los asuntos de la raza humana fue hace 20 mil años. Vinimos con una misión planificada desde nuestro propio sistema Solar, y aterrizamos en Israel, donde Abraham nos vio en el roble de Mamré. Este es el origen de la leyenda de la escalera hacia los dioses, ya que nos vieron descender de la nave en una es­calera. No obstante, encontramos hue­llas de otros visitantes del espacio, de otras dimensiones distintas a la nuestra, que habían estado en la tierra millones de años antes que nosotros.

Damos consejos al hombre cada seis mil años. La última vez que intervenimos en su historia fue hace casi seis mil años, en el tiempo de los egipcios. Imhotep fue un hombre que se parecía mucho a Uri, y les trajo a los egipcios toda su civilización. Hace 6 mil años, también intenta­mos ayudar en otros lugar. El área que ahora se llama Alaska... y esta cultura pa­só a China. Hicimos lo mismo en la In ­dia. Esa fue la época en que permitimos que los humanos nos vieran aterrizar, pero su reacción fue adorarnos abyecta­mente y eso no podíamos tolerarlo.

El alma existe. Habita diferentes mundos en diferentes momentos de su existencia. Cuando el cuerpo físico mue­re, el alma regresa al mundo donde se originó. Allí continúa con la próxima faceta de su existencia o evolución. Pue­de ir a otros espacios, o regresar una vez más a un cuerpo humano para otra oportunidad en el plano físico terrestre. Lo que los humanos llaman reencarna­ción puede ocurrir, aunque no necesa­riamente. Hay poderes más altos que dividen el camino de estas almas y deci­den a dónde irán. La finalidad de toda existencia es moverse hacia su creador. No obstante, nadie puede conocer a Dios. Nosotros podemos alcanzar a Dios sólo como una idea. No físicamen­te. Ocupamos nuestros cuerpos durante un millón de años cada vez. Nosotros también, como almas, nos movemos ha­cia Dios. Todo lo que existe, se mueve hacia el principio de la creación. Cada alma pasa por cien mil existencias para llegar a Dios. No podemos explicar esto en tiempo, ya que el tiempo es un con­cepto tan enorme que los humanos no pueden comprenderlo. El tiempo no tie­ne final”.

Hasta aquí las interesantes manifestaciones de Andrija, que hablan sobre el Cristo, refiriéndose a su encarnación en la Tierra como Jehová. Lo dejamos en suspenso de momento para retomar a continuación otra experiencia personal:

Estaba despierto. De repente me vi arrebatado fuera de mi habitación y transportado al espacio exterior, donde el abismo cósmico parece no terminar nunca. Un pequeño resplandor sugerente y parpadeante parecía cada vez más cercano, hasta que puede observar los contornos de una inmensa nave interplanetaria. Cuando digo inmensa, me estoy refiriendo a más de cuarenta Km. de diámetro.

Rasihg, una bellísima mujer, vestida con un traje de vuelo me toma de la mano y me introduce en un inmenso pasillo, con dos hileras de ataúdes metálicos a cada lado del mismo apoyados sobre la pared, formando un pequeño ángulo de unos 45º. Veo que dichos tubos metálicos, tienen una pequeña ventana con una tenue luz. Casi al instante mi bella acompañante me dice:

Acércate y mira a través de la ventana.

Me acerco a los dos más próximo a mí y veo a través de la ventana el rostro de un hombre y una mujer de mucha edad, pero aún sanos y vitales que duermen plácidamente, ajenos a mi presencia. Tenían el pelo blanco, retraído hacia la mitad del cráneo. Con una piel que muestra la aristocracia de muchos años de vida sabia y consciente. Altos, fuertes, pero en definitiva dormidos.

Luego Rasihg me acercó a otros tantos tubos metálicos y allí vi a otros tantos personajes, de distintas razas, pero todos humanoides. La mayoría pasaría por seres terrestres. Aunque otros eran nítidamente distintos. Ante mi asombro, mi bella acompañante me dice:

Estos hermanos son paradójicamente los más activos de nuestra raza. Desdoblan su cuerpo astral, dejando el cuerpo físico en estado cataléptico y compenetran a los seres humanos, que curiosamente, destacan ante vosotros como hombres sabios, buenos, extraños y marginales.

¿Quieres decir que el espíritu de estos seres puede introducirse en un cuerpo humano y controlar sus actos?

Efectivamente. Pueden cohabitar en un binomio, más o menos consciente, más o menos operativo, por un corto periodo de tiempo ó o por la vida entera de la persona sobre vuestro planeta u otro planeta diverso. Cuando en vuestro Libro Sagrado el Maestro Jesús el Cristo dice a sus discípulos que “les enviaría el espíritu Santo” después de su muerte, afirmaba la voluntad de varios de los nuestros que se prestaron a pilotar a aquellos humildes pescadores y darles la sabiduría impropia de su educación y de sus costumbres, pero a la vez milagrosa y consciente.

Prosiguió Rasihg comentando:

A veces este binomio de compenetració n se hace más o menos perfecto, en función de las condicione psicológicas, la cultura o el espíritu del humano. Por eso habrás visto que muchos de vuestros hombres santos estuvieron mucho tiempo en grutas o en periodos de aislamiento, con el fin de conocer más su ego, y vencer sus debilidades, haciendo de su entidad un templo para que luego el espíritu se aloje sobre ellos en su vida pública.

Cuando vuestra Humanidad alcanza un determinado grado de madurez, los Señores del Karma autorizan la entrega de más sabiduría, más conocimiento o más medios para dicha evolución. Así pues, uno de nosotros dicta, inspira o manifiesta a través de este o el otro científico, aquel o el otro hombre santo o en este o aquel conquistador.

A muchos de estos hombres vosotros les llamáis Santos, y le ponéis estatuas en vuestras plazas. Pero no siempre esta cohabitación de espíritus es fácil, puesto que no podemos evitar las debilidades de la naturaleza humana. Por eso han vivido y viven personajes entre vosotros, a veces geniales y casi al instante siguiente decepcionantes.

Algunos de estos seres son conscientes de su dualidad. Otros se sorprenden diciendo:- ¿Cómo se me ha ocurrido esto a mí? Todo forma parte de una lógica, que vosotros no termináis de comprender.

No solo se vive en un plano, ni tampoco se vive solo. Siempre se vive en varios planos y unidos consciente o inconscientemente a todo el universo. Solo cuando los sentidos del espíritu se despiertan comprendéis cuando te digo.

Tal fue, parte la experiencia que viví con Rasihg y que llevó un poco luz a mi alma.

Hasta aquí dos argumentos, que son necesarios para centrarme en mi relato posterior. Pasamos ahora a otro argumento, de distinta índole, en otro espacio y tiempo, pero igualmente válido para poner otro ladrillo en el edifico narrativo que pretendo construir. Se trata de Yogananda, un ser excepcional que como Yogi, vino de la India a los Estados Unidos, dictando una serie de joyas de la literatura espiritual, que aún hoy varios años después de su muerte siguen siendo válidas, como camino de autorrealizació n. Me refiero a una alusión que hiciera sobre Jesús el Cristo:

Habla Yogananda: " …Basándome en un estudio reverente de la Biblia , tanto desde el punto de vista oriental, como en mi percepción intuitiva, estoy convencido de que Juan el Bautista fue en vidas pasadas el gurú de Jesucristo. Existen numerosos pasajes en la Biblia que infieren que Juan y Jesús, en su última reencarnación eran, respectivamente Elijah y su discípulo Elisha. (Tal es su pronunciación en el Antiguo Testamento. Los traductores griegos los deletrearon como Elijah y Eliseo y así aparece en el Nuevo Testamento).

El final mismo del Antiguo Testamento es una predicción de la reencarnación de Elijah y Eliseo. "He aquí que yo os envió a Elijah el profeta, antes que venga el día de Yahvé, grave y terrible. Así Juan (Elijah), antes de la venida del Señor, había nacido con alguna anticipación para servir de heraldo a Cristo.

Un Ángel se le acercó a Zacarías, el padre, para dar testimonio de que su hijo venidero, Juan, no sería otro que Elijah (Elijah). Mas el Ángel le dijo a Zacarías. "No temas, por que tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabeth te parirá un hijo, y le llamarás de nombre Juan…Y muchos de los hijos de Israel se volverán hacia el Señor su Dios; porque irá delante de él en el espíritu y virtud de Elijah, para orientar los corazones de los padres a los hijos y los rebeldes a la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo perfecto"

Jesús inequívocamente, identificó dos veces a Elías como Juan: "Mas os digo que ya vino Elías y no lo conocieron…Los discípulos entendieron entonces que hablaba de Juan el Bautista". Otra vez Jesús dijo:"Porque todos los profetas, y la Ley , hasta Juan profetizaron. Y si queréis recibirlo, él es Elías que había de venir".

Cuando Juan negó que él fuera Elijah, quiso decir que en el modesto papel de Juan, ya no venía con la alta investidura exterior de Elijah (Elijah), el gran gurú. En su encarnación anterior ya él le había dado el "manto" de su gloria y su riqueza espiritual a su discípulo Eliseo (Elisha). "Y Eliseo dijo: "Cosa difícil has pedido, sin embargo, si me vieres cuando fuere arrebatado de ti, hecho así te serán…" (Refiriéndose a las dos terceras partes del espíritu de Elijah que pasaron a Eliseo). Y tomó el manto de Elijah, que este había dejado caer.

Los papeles se habían cambiado, porque Elijah-Juan ya no necesitaba ostensiblemente ser el gurú de Elijah-Jesús, entonces perfecto en realización divina.

Cuando Cristo fue transfigurado en la montaña fue a su gurú Elías y a Moisés a quienes vio…Una vez más en su hora postrera, en la cruz, Jesús pronunció el nombre divino: "Eli eli, ¿lama sabachthani?” ; es decir: "Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí, oyéndole, dijeron: "Este hombre invoca a Elijah…veamos si vendrá Elías a liberarle".

Después de leer a Yogananda y comparar sus manifestaciones con las de Andrija Puharich, parecen darse varias contradicciones, en la medida que comparemos los orígenes de Jesús el Cristo, proveniente de un planeta, allende los confines del sistema Solar, o de la propia tierra, cómo Eliseo, antiguo profeta, citado en el Viejo Testamento.

Hay que tener un poco de paciencia, pues este es otro de los ladrillos o premisas que necesitaba citar para pasar luego a la construcción del relato final. No es lo mismo Jesús, que el Cristo. Estamos hablando de dos seres, no de uno. Por eso os reclamo un poco de paciencia.

Un último relato que deseo que valoréis está referido al Protoevangelio de Santiago, donde se narra un hecho excepcional que encaja más en los relatos de ciencia ficción de nuestro tiempo, que no en los milagros de antaño.

En dicho texto se habla de una inseminación artificial. José el esposo de la Virgen sin haber tenido contacto carnal con la misma, observa que Maria tiene los síntomas propios del embarazo y se dispone a repudiarla, sin entender lo que estaba pasando con aquella “casi niña” que le había sido confiada por los sacerdotes de Israel:

“.... Y sucedió que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "No temas por este niño; pues el fruto concebido en ella es obra del Espíritu Santo; dará a luz un hijo y le pondrás por nombré Jesús; salvará a su pueblo de sus pecados". Y José se despertó, se levantó y glorificó al Dios de Israel por haberle otorgado esta gracia, y se quedó con María.”

Mas adelante, el texto nos muestra un fenómeno de ciencia ficción, puesto que José se enfrenta a una especie de burbuja donde el espacio y el tiempo entran en otra dimensión. Todo se para. Una astronave encima de la gruta de Belén, proyecta un rayo que paraliza todo:

Y encontró una gruta, hizo entrar a María, dejó a sus hijos al lado de María y se fue a buscar una co­madrona por todo el país de Belén.

Y sucedió que yo, José, estaba caminando y dejé de andar: y miré alrededor y vi. el aire impregnado de espanto; levanté mi mirada al cielo y estaba inmóvil y quietos los pájaros del cielo; y bajé mi mirada a la tierra y vi una artesa y a unas obreros apoyados con sus manos en la amasadora, y los que amasaban ya no amasaban y los que estaban levantando la masa, no la levanta­ban y los que se la metían en la boca, no lo hacían; y todos miraban hacia lo alto; y he aquí que vi dos corde­ros que se acercaban, pero ya no andaban, se paraban, y el pastor levantó su mano para pegarles con el bastón; pero su mano se quedó suspendida en el aire, y miraba la corriente del río y vi dos cabras con la boca abierta a punto de beber y que no bebían, y en un momento, todo volvió a ponerse en movimiento.

José busca a la comadrona y retornan a la gruta al tiempo de ver una tele transportació n; es decir, Jesús el Cristo no viene al mundo por la vía uterina, sino transportado por una “nube metálica” a los brazos de la Virgen. Incluso la comadrona y otra mujer comprueban como aún después de nacer permanece Virgen. Además, se produce en una de las testigos, quemaduras propias de un fenómeno; cuanto menos, electromagnético o incluso térmico, que lógicamente nada tiene que ver con los partos convencionales:

...”Y se pararon en el lugar donde estaba la gruta y una nube luminosa cubría todo el lugar. Y la comadrona dijo: "Mi alma se glorifica en este día porque mis ojos han visto los prodigios que anuncian que ha nacido un Salvador para Israel". La nube se alejó de la gruta y entonces apareció una luz tan intensa que nuestros ojos no podían soportarlo. Y la luz fue disminuyendo poco a poco hasta que apareció el niño y tomó el pecho de su madre María. Y la comadrona gritó: "Hoy es un gran día, porque he visto algo extraordinario" .

Y la comadrona salió de la gruta y se encontró con Salomé y le dijo: "Salomé, Salomé; tengo que con­tarte algo extraordinario: una virgen ha dado a luz". Y Salomé dijo: "Por el Señor mi Dios, si no pongo mi dedo y toco su seno, no creeré que una virgen haya dado a luz"

“....Y la comadrona entró y dijo a María: "Prepárate, estamos hablando de ti sobre algo que es muy grave". Y Salomé tras poner el dedo en su seno dio un grito diciendo: "Caiga una desgracia sobre mi impiedad y mi incredulidad, porque he dudado del Dios vivo; y he aquí que mi mano tocada por el fuego, se separa de mí".

Hasta aquí los ladrillos o premisas documentales que necesitaba para adentrarme en el misterio de Jesús el Cristo:

El Consejo de los Veinticuatro Ancianos de la Galaxia se reúne. Todos han detectado un cambio inevitable. Estos venerables espíritus no son seres individuales. Encarnan, conciencian, dirigen y expresan el latido cósmico. Viven en sus células, cada cambio que se produce en nuestra Galaxia. Sueñan con el mismo sueño y al unísono con cada uno de nosotros. Se duelen del dolor del perseguido o sienten en su cuerpo la siembra de la vida en este u otro astro o planeta de su ámbito de influencia.

El cambio se ha de producir en un rincón de la Galaxia. Es nuestro Sistema Solar, y por ende el sistema planetario el que va a producir un cambio. Las Entidades responsables de cada uno de estos astros han de poner en marcha tanto en el nivel macro, como microcósmico una situación de transformació n vital de todos los seres vivos.

Por el Sol ha de comprometerse un Cristo. Por cada uno de los doce planetas ha de comprometerse un Genio Planetario. El Cristo debe revestirse de carne y encarnar en nuestro planeta. Cada uno de los doce Genios planetarios debe asimismo elegir un vehículo carnal y proceder al cambio.

Se va a producir una mutación del actual sistema. Una muerte y una resurrección, por tanto los trece deben morir; derramar su sangre, y con este sacrificio, aquí abajo, se producirá un cambio allá arriba. El Sol cambiará su longitud de onda y su frecuencia. Cada planeta cambiará su densidad planetaria. Los espíritus de los seres humanos se encontrarán más cómodos en sus cuerpos, redimensionados en forma más sutil por un nuevo programa vibracional. La energía psíquica del Sol emitirá una frecuencia más alta de pensamiento y de voluntad. La redención de la materia está próxima.

Cada forma de pensamiento viaja por el Cosmos, atrayendo y repudiando a los elementos que le son afines. Los seres que se han autorrealizado en la verdad superior viven en una perfecta consciencia. Conocen lo que va a acontecer. Todos quieren ser los intérpretes del plan, pero la Suprema Inteligencia se complace solo en el que debe ser, el designado, al que matemáticamente le corresponde. Así pues en el planeta Hoova un Cristo viviente es reclamado por su vibración a encarnar el plan. A ser el artífice del cambio. Su magnífico espíritu se predispone totalmente a protagonizar el cambio.

Las fuerzas vivas del inmenso planeta se reúnen y trazan un plan perfecto que durará dos mil ciento sesenta años terrestres. Al fin y al cabo, este tiempo no es más que un suspiro para entidades que normalmente viven casi un millón de años.

No solo en dicho plan se comprometen los seres más valiosos, sino que de otros tantos sistemas planetarios se coordina un plan perfecto para asistir al programa de cambio. Superiores e inferiores, altos y bajos, con distintas caras, con distintas concepciones universales se unen cual una máquina perfecta para realizar el proceso.

En el planeta Tierra comienza la Era Piscis. Todos los patrones culturales que habían regido en la época anterior de Aries; Era de Moisés; Era del ojo por ojo y diente por diente, han caído. El Anciano de Aries debe dejar paso al niño Piscis. El ser que encarna el amor redentor.

En el consejo superior del planeta Hoova, se proyectan las cámaras del tiempo, hacia nuestro rincón de la Galaxia. Se mide la distancia en tiempo, no en longitud. Ellos, están viviendo en nuestro futuro. Han recorrido ya nuestro universo espacio-temporal y han saltado a otra dimensión. Se rastrea la raza, las costumbres, las zonas geográficas. Se comprueba el insignificante proceso evolutivo en el que vive la raza humana y se mide el tiempo en el que el hombre terminará de conseguir una conciencia mayor. El plan por tanto debe durar lo que debe durar la conquista de este plan. Mucho tiempo; si lo miramos con nuestro reloj, pero no para ellos.

Se realiza un primer viaje ínter dimensional hacia la tierra. En la órbita terrestre se deja en órbita un satélite al que llaman “Spectra” que será una estación de recepción y emisión de órdenes de la Tierra a Hoova y desde éste a nuestro planeta azul.

De entre los pueblos y los seres de la Humanidad se elige a un Patriarca llamado Abraham. Se contacta físicamente con él y además se le induce una aceleración psíquica de parte de su D.N.A. Esta siembra debería dar después de cuarenta y dos generaciones un ser biológico adecuado y preciso para albergar un espíritu superior. El Cristo de Hoova se presenta ante los antiguos hebreos como Heoovha. Señor Dios de todos ellos. Padre de una especie. Implanta por tanto su semilla.

Heoovha no puede tomar cuerpo en ese momento en la tierra. La raza tiene en su memoria biológica los valores de la Era anterior, Aries. El representa el “agua cósmica” el amor universal, y los cuerpos humanos están informados de valores de agresividad, de fuerza, de tensión. Debe sembrar y producir un cuerpo afín a su espíritu.

Desde Hoova se sigue en el tiempo con dicho plan de mejoramiento. Así pues, comienza una serie de inseminaciones progresivas a mujeres Vírgenes de Israel. Tal es el caso de Sansón, cuya madre fue visitada por un ser Ínter dimensional diciéndole:

Vas a concebir y darás a luz un hijo. No bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, ni comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios, desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte.

Lo mismo ocurrió con otros profetas, que no solo fueron programados desde el vientre de su madre, sino que subieron en las astronaves de dichos seres: “carros de fuego” y se les transmitió el programa y las órdenes precisas para guiar a todo un pueblo a su destino.

Después de cuarenta y dos generaciones el Cristo de Hoova, manipula por un lado el nacimiento de Juan el Bautista, concibiendo de una madre estéril y prepara el nacimiento de Maria la Virgen , inseminando en la madre de esta, Ana, la clave de una mayor sensibilidad psicológica, ante su inminente encarnación.

Afortunadamente en estos momentos no nos maravillamos de la concepción clónica y podemos seguir con estos argumentos sin que nadie se escandalice.

Desde Spectra se realizó una operación de alta precisión, por la cual, le fue abducido un “óvulo” a la Virgen Maria al que se le acopló en forma clónica, material genético del cerebro de Heoovha. Esta operación que se realiza en un sofisticado laboratorio en orbita terrestre, dura nueve meses. Mientras en la tierra la Virgen vive toda la sintomatologí a de un embarazo sin menstruación y con el proceso endocrino correspondiente.

Llegado el momento preciso, el niño nacido de este proceso fue tele transportado a la gruta donde Maria esta sintiendo todos los dolores de parto. La astronave emite una frecuencia atemporal sobre el lugar y se paraliza todo en el radio de su acción. Luego el niño recién nacido es depositado en los brazos de la madre. Lógicamente la Virgen maría permanecía totalmente Virgen, puesto que no había tenido ningún contacto sexual con ningún hombre. Entre otras cosas por ser muy joven –poco más de catorce años- y porque ella sabía desde hacia tiempo que este fenómeno se daría, dado que el Arcángel Gabriel se lo habría anunciado en su día.

Puede parecer ciencia ficción, pero un caso similar ocurre en nuestro tiempo, respecto de una abducción a una joven por parte de seres del espacio, que extraen sus óvulos y luego es dejada en tierra. Durante nueve meses esta mujer tiene todos los síntomas de embarazo. Se le retira la menstruación y finalmente sueña que nace una hija suya en el espacio. Estoy hablando de uno de los numerosos casos investigados por Leo Sprinkle, en uno de sus famosos libros sobre abducciones.

Nace Jesús el Cristo pero en este cuerpo se incorpora el espíritu antiguo del profeta Eliseo. Vive como mortal, con todo su proceso kármico, con sus virtudes pero a la vez con multitud de imperfecciones. Ni más ni menos, que como todo ser humano.

Desde la nave Spectra se prepara la siguiente fase del plan: Heoovha entra en un ataúd metálico acondicionado para mantener un cuerpo en estado sonambúlico. Así el espíritu se desprende del cuerpo y puede acoplarse a otro ser, viajar a otra dimensión, romper los moldes de la materia y del tiempo. El Crístico espíritu de Heoovha, sale del cuerpo físico que hasta ahora lo contenía y viaja al Santuario Solar donde viven los “Elohim”, los creadores de la raza. En el propio núcleo astral del Sol. Estos seres que no tienen materia, sino espíritu andrógino y puro, reciben el espíritu de Heoovha y lo compenetran con su poder, le designan como el ser cristificado a través del cual se producirá el cambio de Sistema Solar. Así el Cristo Solar caminará sobre el espíritu de Heoovha, el espíritu de Heoovha caminará sobre el espíritu de Jesús y el espíritu de Jesús sobre el hijo de Maria. Y por un tiempo corto sobre el espíritu de Juan el Evangelista. Ya se que lo he enredado un poco, pero intentare arreglarlo transcribiendo un párrafo de nuestro libro anterior, “Elijah El Señor de la Tierra ”:

“Juan estaba predicando en la fuente del Enghadi. Su carismático discurso hacia vibrar a propios y extraños. Nadie mejor que Juan para el diálogo. Él era la inteligencia activa, el discernimiento puro del conocimiento de la Ley.

Jesús escuchaba agazapado tras los visitantes ocasionales, que atentos al profeta no perdían ni una sola sílaba de su discurso. En un momento preciso, Jesús se encaminó silencioso hacia la figura de Juan y una vez a su altura dijo lo siguiente:

Maestro; yo creo en todo cuanto dices y deseo ser bautizado.

Juan, le miró fijamente y se quedó petrificado, puesto que aquellos ojos no eran humanos. Algo absolutamente maravilloso salía a borbotones de aquel ser y golpeaba el duro corazón del profeta de Dios. Miró después a la parte alta de la cabeza del Nazareno y deslumbrado por lo que vio dijo:

Señor, mío, y Dios mío; ¿Que tienes tú para que El Señor del Sol te acompañe?

Juan veía y sentía al mismo tiempo lo que aquella figura transmitida y comprobó no solo que sus sueños y sus percepciones intuitivas eran ciertos, sino que su espera y su final estaban ya próximos. Juan, veía la gloria del Sol compenetrando a aquel ser.

Muchas veces en las sesiones que organizara su padre, y en las meditaciones y ayunos había vislumbrado la forma aproximada del Señor del Sol; del Cristo luminoso, pero no solo había visto, sino que había sentido el aroma de su presencia inmaculada en su espíritu. Sensaciones estas imposibles de explicar, si no se han vivido en el nivel perceptivo individual.

Aquel Nazareno vestido con tela tosca y con cara lánguida, que habría pasado desapercibido para todos, era inmenso ante los ojos del Bautista. Tan solo pudo decir:

- Soy yo, el que necesita ser bautizado por ti ¿y tú vienes a mí?

Jesús le respondió:

- Déjame ahora, pues conviene que se cumpla así toda justicia. Tú eres el Señor de esta Morada y a ti corresponde franquear la entrada a quien viene de fuera.

Y diciendo esto Jesús se arrodillo ante Juan cumpliendo así con la ceremonia de los Iniciados de la "Casta de los Hijos del Sol". El señor de la Tierra , como monarca del planeta abrió con humildad las puertas al "Señor del Sol".

Pocos son los que conocen el misterio de lo que allí ocurrió, pero lo contaré paso a paso para sorpresa de algunos y estupor de otros tantos:

Juan estaba con los pies introducidos en el borde del Jordán. A su alrededor y encima de la loma que preside el paraje conocido como Enghadi, estaban los discípulos del Bautista, que en número de setenta y dos, habían sido convocados para celebrar la reunión periódica de la "Fraternidad Solar" que en su día dirigiera Zacarías y que ahora capitaneaba Juan. También estaba Andrés, y junto a él un muchacho joven sin barba todavía, cuyo nombre era asimismo Juan; (el que fuera discípulo amado de Jesús). También estaban algunos seguidores de Jesús y unos pocos esenios que periódicamente compartían con Juan la actividad de sanar a los enfermos.

Jesús entró en el agua, pero no a la orilla inmediata, sino al lado profundo del río, donde cubría entero a una persona. Simplemente, entró como si una fuerza invisible le guiará.

No salió inmediatamente. Algo pasó en los dos minutos largos que tardó en emergen del agua.

Juan quedó absolutamente parado, como si unas manos invisibles le impidieran moverse. El resto de los presentes también permanecían quietos y sin poder moverse. Encima de sus cabezas apareció una nube metálica de grandes dimensiones, que Juan conocía muy bien, pues en ella viajaba su amado Ángel y hermano Link.

Jesús dentro del agua, simplemente se ahogó. De tal manera que su espíritu humano se desprendió de él y se alojó al instante en el joven (el evangelista) , que en la loma observaba cuanto allí ocurría. Fue casi un segundo, pero el pecho del muchacho sufrió un impacto tan fuerte, que comenzó a llorar de felicidad. Era una sensación que solo él podía sentir. El llanto del muchacho Juan, se contagió repentinamente a todos los presentes y al tardar tanto en salir el Maestro Jesús, pensaron algunos que quizás había tenido algún percance. Se disponían a entrar en el agua a rescatarle, cuando poco a poco, como movido por un resorte parsimonioso, la cara del Maestro primero, y el cuerpo después fue emergiendo del agua y acercándose a la orilla, pero en esta ocasión el espíritu que albergaba aquel mortal, ya no era el del hijo del hombre, sino el "Espíritu Crístico del Sol", la "Luz del Mundo". Sus ojos iluminados de un extraño resplandor estaban ausentes y su túnica parecía seca e irradiando un extraño color azul.

Repentinamente, la nube metálica que estaba sobre la cabeza de los presentes envió un rayo de luz al lugar, a la vez que una forma energética luminosa, semejante a una paloma se posaba sobre la cabeza del Maestro. En realidad era un sincronizador magnético o cámara vigilante de naturaleza astral que en todo momento siguió al Maestro y que trasladó imágenes hacia el centro de la Misión espacial, al igual que por este medio recibiera inspiración de palabra e intuición o don de profecía.

De la nube metálica salió una voz que en forma atronadora dijo:

Este es mi hijo amado, mi predilecto.”

Durante un periodo de aproximadamente siete años, el espíritu de Jesús se alojó en Juan el Evangelista y en el cuerpo de Jesús, se incorporó el espíritu de Heoovha ó lo que es lo mismo: el espíritu del Cristo. Por eso cuando Jesús está muriendo en la cruz, mira a su madre, que estaba acompañada por Juan el Evangelista y le dice:

- Madre, he ahí a tu hijo

Y mirando a Juan le dice:

- Hijo, he ahí a tu madre.

Por el hecho concreto que cohabitando con el espíritu de Juan el Evangelista estaba el espíritu de Jesús, pero no el del Cristo. El del Cristo estaba en el cuerpo del Nazareno clavado en el madero.

La agonía fue tremenda. Hay un paro cardiaco y el Cristo abandona el cuerpo y habla con Satán. -¡si, amigos míos!-, con el propio Maligno. Para ser exacto, es Lucifer (espíritu) el que compenetra a Satán (el cuerpo):

¿De que te vale ahora la fuerza del espíritu? Yo soy el dueño de este mundo y ahora estás bajo mi poder.

Satán se enfrenta al Cristo con estas palabras y con una sonrisa de autosuficiencia y de satisfacción. Cristo le responde:

Ambos sabemos que somos servidores de un poder mayor. Es necesario que yo muera para que se den los cambios previstos por dicho poder. Con mi muerte tu poder disminuirá; el hombre será más consciente y la materia evolucionará desplazando muchas de las criaturas que ahora te sirven.

Satán le observa resignado puesto que nada ni nadie puede cambiar el orden supremo del devenir del Cosmos. Ambos saben que son la expresión positiva y negativa de un sistema bipolar, donde el día y la noche son sus reinos, sus moradas. Y en cada reino cada uno es monarca y señor, pero siempre sujetos al dictado del “Supremo Poder” que mueve cada brizna de polvo del rincón más perdido del Universo. Ambos saben que la materia perderá densidad para que el espíritu del hombre gane espacio sobre un cuerpo grosero y sujeto a la materia. Satán es consciente que su reino merma, por lo tanto le interesa pactar con el Señor de la Luz y con mirada penetrante habla al Cristo diciendo:

Yo no puedo mandar sobre tu espíritu, al igual que tu no puedes mandar sobre el mío, pues ambos somos hijos del mismo Padre y ambos somos amados en igual medida. Pero en esta dimensión soy más dueño que tu de la materia. Yo preservaré tu cuerpo, si intercedes con el Padre, para que mis criaturas puedan vivir en la sombra, en la noche y en el húmedo mundo del dolor y del miedo humano.

El Cristo, observa desdoblado como el cuerpo que está en la Cruz esta lleno de larvas malignas, Observa la “Parca”, señora de la muerte, que se ha abrazado al cuerpo y que la vida se escapa de este despojo material que a duras penas respira en el madero. Ve el dolor de la madre de Jesús y ve el espíritu de su hijo alojado en Juan el Evangelista. Observa el misterio de cuanto allí está aconteciendo y siente el reclamo de los “Elohim” de los Genios Solares que le llaman a su dimensión. Sabe que el cambio de la Era es inevitable. Después de un momento mágico y trascendente replica:

¡Sea entonces! Aparta tus criaturas de mi cuerpo. Ya es hora de que yo regrese, así podré pedir por ti y por que te sea concedido más tiempo.

¡Sea, así! Yo haré que tu cuerpo duerma, pero que no muera. Rogaré a la “Carpa” que suelte su mortal lazo hasta que retorne a por ti en otro tiempo.

El Cristo retorna al cuerpo y el corazón del Nazareno comienza a latir a duras penas. Pasan unos minutos y de nuevo se para el corazón. Se está desangrando. El Cristo sale de nuevo del cuerpo y es arrebatado al paraíso (mundo interno de la tierra.- Leer clave 22 del mismo autor). Allí esta Juan, muerto a manos de Herodes, que le esta esperando. Ambos se abrazan. Todos los servidores del Gobierno interno lloran; no tanto por el misterio de la muerte, sino por que el tiempo se acorta para los que sufren y se duelen de tanta maldad sobre la faz de la tierra. Nace una nueva Era y por tanto más evolución sobre el planeta tierra.

Retorna al cuerpo y el corazón late de nuevo. Pasan dos minutos y definitivamente se da la muerte. El Cristo Heoovha, viaja al núcleo astral del Sol. Los Elohim, le reciben y bajan su cabeza en señal de respeto y admiración ante aquel servidor del Altísimo, que había propiciado encarnar el cambio. El cuerpo Solar explota con una tremenda tormenta cambiando la longitud y la frecuencia de la onda psíquica del mismo.

El Cristo Heoovha aún permanece 40 días en la tierra con su cuerpo luminoso, visitando a los discípulos de Jesús, a Maria Magdalena, y a Maria, pero nadie le puede reconocer puesto que el no es Jesús, sino el Cristo que compenetró al mismo. Luego ante los apóstoles es ascendido por la nave Spectra. Una vez en la nave, el espíritu se compenetra con el cuerpo formando un solo ser, retornando al planeta Hoova. ¿Pero que pasa con el espíritu de Jesús? .

El cuerpo que está en muerte clínica en la cruz, es recogido por los discípulos del Maestro e introducido en el sepulcro de José de Arimatea. Allí permanece durante setenta y dos horas.

Este tiempo es el límite en que el cuerpo astral puede vivir desprendido del cuerpo físico. Pero el espíritu de Jesús al no abandonar esta dimensión, y estar alojado en Juan, puede de nuevo compenetrar el cuerpo del sepulcro en el tiempo límite concedido por las Leyes universales.

Desde la nave Spectra, se desplazaron varios seres a la antigua Palestina. Despertaron a José de Arimatea y le dijeron:

Debes ver lo que ningún ojo humano puede ver. Pero debes sellar tus labios hasta el momento de tu muerte. Escogerás de entre los seguidores del maestro, hombres probados en la virtud que lleven el secreto en sus espíritus hasta el retorno del Cristo después de dos milenios.

José de Arimatea siguió a tres varones luminosos hasta el sepulcro que estaba en el huerto de su casa. Había dos guardas en la puerta de la gruta, pero estaban totalmente dormidos y ajenos a su llegada. Uno de los viajeros del espacio activó un aparato que tenía en su mano y la piedra se desplazó. Los tres viajeros entraron en la gruta. Activaron una pequeña esfera y se hizo como de día. Luego aplicaron sobre el cuerpo del Nazareno unos cuantos extraños aparatos y finalmente todos observaron como Jesús retornaba a la vida, pues no había estado muerto nunca, sino en estado sonambúlico. La parca no se lo había llevado, pues su señor Lucifer, así se lo había ordenado.

José se abrazó con fuerza a su amigo Jesús llorando de alegría, pero el Nazareno no sabía bien lo que había pasado. Había estado en estado de hipnosis profunda desde el encuentro con sus hermanos del cielo en el Huerto de los Olivos. Toda su pasión había sido controlada y seguida desde Spectra, habiendo sometido al mismo a un estado hipnótico para poder resistir todo el proceso.

Uno de los viajeros dijo:

José, di a tus siervos que estarás ausente unos días. Acompaña a Jesús a las tierras altas de vuestro padre Abraham y retorna a tu casa. Saldrá a vuestro paso otros enviados que están esperando vuestra llegada para llevarte a ti, Jesús, a las tierras de los hombres sagrados de las altas cumbres. Allí permanecerás hasta que retornes de nuevo a este sepulcro, cuando llegue tu vejez.

El enviado del espacio hizo una pequeña pausa y retomó la palabra dirigiéndose a José:

Y tu José vivirás hasta que retorne de nuevo tu amigo Jesús. Verás que su cuerpo habrá cambiado, pero será el mismo que ahora abrazas con alegría. El morirá entre tus brazos y volverás a sepultarle, esta vez, para siempre. Luego tú morirás. Pero asegúrate que los seres que tú elijas juren por el Supremo que no revelarán nunca este secreto. Custodiarán el cuerpo hasta que les toque la muerte y otros tantos juramentados, harán lo mismo, hasta el fin de los tiempos. Este es el secreto que os llevareis a la tumba y que solo en el final de esta era, esto será revelado.

Jesús marchó a la India , donde siguió su vida de virtud y de amor hacia los demás. Luego retorno y murió tal y como habría dicho el Ángel. José le espero y luego casi al mismo tiempo murió feliz por haber cumplido con su misión. El cuerpo de Jesús aún hoy permanece en secreto en manos de unos pocos. Pero esto es todo cuanto os puedo contar.

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