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27 septiembre, 2007

La hora como moneda simbólica en los Bancos del Tiempo

15/09/2007 - 20:16
IBLNEWS, AGENCIAS

Nacieron en los 80 en EEUU, y en España vieron la luz hace menos de una década. Pero ha sido en los dos últimos años cuando, al abrigo de los ayuntamientos, se han multiplicado los Bancos del Tiempo, un lugar de encuentro para el intercambio de tareas y cuya moneda simbólica es la hora.

Los Bancos del Tiempo son una iniciativa "que quiere romper el aislamiento y la soledad de la vida urbana y crear espacios para acercar a las personas, y desarrollar valores de cooperación y solidaridad", explica a Efe Josefina Altés, coordinadora de los Bancos del Tiempo de la Asociación Salud y Familia.

Inicialmente concebidos como un proyecto de apoyo exclusivo a las mujeres, actualmente "han tomado una nueva orientación más territorial y abierta al conjunto de la población. Se trata de favorecer y organizar los valores solidarios fuertemente arraigados en una comunidad", dice Altés.

La asociación Red de Bancos del Tiempo, que facilita documentación y software para su creación, tiene contabilizados unos 60 funcionando en España, con una media de unos 200 usuarios en cada uno, por lo que el número de personas implicadas en estas iniciativas sería de unas 12.000 en todo el país. La gran mayoría han sido creados en los dos últimos años.

Las tareas que se intercambian son múltiples, tales como labores domésticas, acompañamiento de personas mayores o niños, clases de idiomas, de informática o cuidado del cuerpo y la salud, cocina, dar conversación, bricolage, acompañar a excursiones o hacer gestiones o recados.

Vale igual impartir una clase de informática que planchar la ropa. El precio es el mismo: la hora.

RECUPERAR AL VECINO

Cada persona adscrita al banco dispone de un talonario de tiempo en el que la secretaría de la entidad correspondiente, o el llamado "agente del tiempo", anotará tanto las horas dadas como las recibidas, de modo que nunca debe de haber más de 20 de diferencia entre el tiempo que se oferta y el que se demanda.

La Asociación Salud y Familia, una organización que gestiona el proyecto promovido por el Ayuntamiento de Barcelona, lleva diez años coordinando Bancos del Tiempo. Comenzaron con un proyecto piloto en 1998 en Guinardó (Barcelona) y ahora en esa ciudad hay seis bancos.

Además han colaborado en la puesta en marcha de cinco proyectos de este tipo en Vigo, financiados por el programa Equal de la Unión Europea , algunos en Madrid y han difundido el proyecto en Andalucía y Mallorca.

La mayor parte ha comenzado a funcionar en los dos últimos años, afirma Josefina Altés, quien asegura que la clave del éxito de estas iniciativas está en "la necesidad que tiene la gente de relacionarse con su entorno".

"Aunque vivimos ahora más cómodamente, se ha perdido esa relación primitiva que había entre vecinos, incluso entre familiares, porque ha cambiado la forma de vivir de la sociedad. Por ello los Bancos del Tiempo sirven de punto de referencia y de encuentro, de recuperar al vecindario de una forma organizada", afirma Altés.

Las tareas que los usuarios intercambian, en un 70 por ciento mujeres, depende mucho de los barrios. Altés pone como ejemplo Barcelona, donde en el barrio de Gavá, con un 50 por ciento de inmigrantes, los intercambios están dirigidos a la integración social, mientras que en el barrio de Gracia se trabaja más en el intercambio de conocimientos, de compañía o de enseñanza de idiomas.

INICIATIVAS PARTICULARES

En el 99 por ciento de los casos, la Red de Bancos del Tiempo tiene soporte de los ayuntamientos de cada población, aunque existen iniciativas de otras administraciones como la Xunta de Galicia que en marzo de este año los reguló por ley por primera vez en esa comunidad.

Además hay otras iniciativas de grupos alternativos, de ecologistas y otras entidades con financiación en algunos casos de programas europeos como Equal, e incluso de particulares.

Este es el caso de Nicolás García, un joven de 18 años estudiante de primero de Periodismo, que el pasado mes de abril decidió poner en marcha un Banco del Tiempo en su barrio de El Batán de Madrid.

"Vi un programa de televisión en el que hablaban de este sistema de intercambios. Con la ayuda del colegio de los Franciscanos del barrio, en junio abrimos el banco. Tenemos ya 30 socios y ya se están empezando a intercambiar tareas", explica a Efe Nicolás.

"El objetivo más importante es que se pierda la desconfianza que hay en los barrios", señala este joven que afirma que ya tiene una lista con ofertas de voluntarios para dar conversación, acompañar a ancianos, pasar trabajos a ordenador o hacer excursiones.

A veces las demandas no encuentran oferta -afirma- y por ello "hay una persona esperando a que alguien le enseñe a tocar el acordeón y otra que pide información para crear su página web".

MOVIMIENTO LOCAL

Rafael González, presidente de la asociación red-bdt.org, y coordinador de la red de Bancos del Tiempo de Madrid, que presta documentación y software para su creación, asegura en declaraciones a Efe que "uno de los valores fundamentales de los bancos es buscar las habilidades que tiene la gente".

La persona que los puso en marcha -asegura- fue Edgar Kahn, un abogado de los derechos civiles en los EEUU, que tras sufrir un ataque al corazón y estar muy enfermo vio cómo la sociedad le dejaba de lado.

"La idea está también dirigida a aquellas personas que por circunstancias diferentes se encuentran fuera del engranaje social y de la economía normal, y se les buscan funciones para desarrollar y hacerles sentirse útiles", asegura González.

Además del intercambio de tareas, para Rafael González el objetivo es que los usuarios se reúnan y se conozcan, facilitar la entrada de gente nueva en el barrio, porque "los bancos del tiempo son un movimiento local para dinamizar una zona pequeña".

González cree que las cosas que se intercambian son a veces "poco convencionales porque la gente que se involucra es poco convencional". Por ello, no es extraño ver ofertas de relajación, yoga, risoterapia, danza del vientre o gastronomía de otros países.

"Son tareas pequeñas la mayoría pero que producen intercambios bidireccionales. No se trata sólo de dar, por ejemplo, a las personas mayores, sino también de pedirles cosas e involucrarles", agrega.

Los Bancos del Tiempo tienen su origen en los "Time Dollar" desarrollados en los años 80 en EEUU por iniciativa de Edgar Kahn, en los cuales una hora de servicio valía un dólar. Este sistema derivó en los Time Bank (Bancos del Tiempo) del Reino Unido.

Fue en Italia, en 1992, donde el sindicato de pensionistas de Parma puso en práctica el proyecto de intercambiar tiempo para resolver problemas de la vida cotidiana. Tres años después se extendió a otras provincias italianas, donde ahora hay 300 bancos del tiempo.


Saludos,
Luis
luis@masnatural.com

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