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Victoria Montes de Oca
Victoria Montes de Oca
Enviado por:
Juan Rendon
Los ciclos y flujos de la naturaleza
Observando a la naturaleza y sus ciclos podemos comprender muchos de los procesos que vivimos espiritualmente. Todo en la naturaleza tiene un flujo inteligente asociado al flujo de vida en el resto del universo que debería funcionar para las personas también, sin embargo al hombre le cuesta mucho trabajo comprender y asimilar los procesos de la naturaleza ya que se ha mantenido atado a procesos espirituales casi artificiales, fluyendo y viviendo en contra de la naturaleza, inclusive de la propia contaminando y enfermando las propias células, e ignorando la sabiduría ancestral y cósmica que albergan todos los seres de la naturaleza.
El futuro de la humanidad depende en gran medida de la comprensión y adaptación de los patrones naturales de la vida en su forma de pensar y crear la realidad. La humanidad actualmente vive de manera artificial, creando y manipulando alimentos que existen de manera natural y que son proporcionados por la madre tierra. No tendría por qué existir la escasez de alimento, la tierra proporciona todo en abundancia, sin embargo el hombre no sabe trabajar a la par y en armonía con ella, agotan los recursos trabajando con químicos que dejan la tierra y los alimentos contaminados e inservibles; lo mismo sucede con el agua.
Existe un flujo de vida constante e infinito que crea todo cuanto existe en el universo, las plantas, los animales e inclusive los minerales conocen ese flujo y están entonados permanentemente con el, de esa forma su vida se sustenta y se expande, manteniendo la perfección y abundancia en todo momento. La vida en la naturaleza es perfecta, abundante e infinita siempre. Es cuando el hombre interviene con sus conceptos y miedos que la naturaleza pierde ese flujo y se ve afectada llegando a degradarse y morir.
Adaptar nuestros procesos espirituales, nuestra forma de vivir y sentir para que sean similares a los de la naturaleza es de gran utilidad y nos entona con la sabiduría ancestral que fluye naturalmente dentro de nuestro ser y que normalmente permanece en tinieblas a lo largo de la vida.
Imagina un árbol, como es que, los árboles al llegar el otoño se desprenden de todo su follaje, de todo aquello que ya fue, comprenden que es el momento de liberarse y dejar ir para dar paso a lo nuevo, a la nueva vida que florecerá en primavera. Es un ciclo natural, los árboles conocen ese flujo infinito de vida y jamás temen soltarse de una parte de si mismos, de una parte que permaneció con ellos tanto tiempo. ¿Puedes hacer lo mismo, dejar ir el pasado y permitir que florezca una etapa nueva de tu Ser?
Imagina un rió, como es que, fluye y fluye sin detenerse, adaptándose al terreno por donde fluye con flexibilidad y sin resistencia, el agua conoce ese flujo infinito de vida y jamás teme encontrarse en un nuevo lugar, se adapta y permite que toda la demás vida se adapte a ella y su flujo natural. ¿Puedes hacer lo mismo, fluir con la vida en alegría y disfrutar cada momento, estés donde estés y solo Ser, sin ataduras y caretas?
Imagina a un pájaro, como es que, ellos vuelan libres por el cielo, sin preocuparse por el sustento, pues saben que a donde quiera que vayan la vida se manifestara y les proporcionara todo aquello que puedan necesitar, ellos conocen ese flujo infinito de vida y jamás temen extender sus alas hacia la libertad. ¿Puedes hacer lo mismo y confiar en el sustento divino que Dios y la tierra te proporcionan?
Ahora imagina a las células de tu cuerpo, como es que ellas se comunican y trabajan en conjunto con armonía y amor, sin egoísmo, sin avaricia, todas unidas para sustentar y mantener el buen funcionamiento de ese pequeño mundo a quien ellas llaman hogar. Ese pequeño planeta que conforma tu Ser. Ellas conocen ese flujo infinito de vida y están esperando a que tu lo sientas, lo vivas y lo hagas tuyo, pues esa es la verdadera sabiduría ancestral. ¿Puedes hacer lo mismo, trabajar en armonía con tus hermanos para mantener la belleza y la vida en este SU planeta?
Todo todo lo que existe en la naturaleza posee aquella sabiduría ancestral, todo vibra con el flujo infinito de vida, ese aliento divino que nos creo y nos sostiene siempre en amor.
¡Esa vida esta en ti, en mi y en todo lo que nos rodea y es siempre infinita, abundante y perfecta!
El futuro de la humanidad depende en gran medida de la comprensión y adaptación de los patrones naturales de la vida en su forma de pensar y crear la realidad. La humanidad actualmente vive de manera artificial, creando y manipulando alimentos que existen de manera natural y que son proporcionados por la madre tierra. No tendría por qué existir la escasez de alimento, la tierra proporciona todo en abundancia, sin embargo el hombre no sabe trabajar a la par y en armonía con ella, agotan los recursos trabajando con químicos que dejan la tierra y los alimentos contaminados e inservibles; lo mismo sucede con el agua.
Existe un flujo de vida constante e infinito que crea todo cuanto existe en el universo, las plantas, los animales e inclusive los minerales conocen ese flujo y están entonados permanentemente con el, de esa forma su vida se sustenta y se expande, manteniendo la perfección y abundancia en todo momento. La vida en la naturaleza es perfecta, abundante e infinita siempre. Es cuando el hombre interviene con sus conceptos y miedos que la naturaleza pierde ese flujo y se ve afectada llegando a degradarse y morir.
Adaptar nuestros procesos espirituales, nuestra forma de vivir y sentir para que sean similares a los de la naturaleza es de gran utilidad y nos entona con la sabiduría ancestral que fluye naturalmente dentro de nuestro ser y que normalmente permanece en tinieblas a lo largo de la vida.
Imagina un árbol, como es que, los árboles al llegar el otoño se desprenden de todo su follaje, de todo aquello que ya fue, comprenden que es el momento de liberarse y dejar ir para dar paso a lo nuevo, a la nueva vida que florecerá en primavera. Es un ciclo natural, los árboles conocen ese flujo infinito de vida y jamás temen soltarse de una parte de si mismos, de una parte que permaneció con ellos tanto tiempo. ¿Puedes hacer lo mismo, dejar ir el pasado y permitir que florezca una etapa nueva de tu Ser?
Imagina un rió, como es que, fluye y fluye sin detenerse, adaptándose al terreno por donde fluye con flexibilidad y sin resistencia, el agua conoce ese flujo infinito de vida y jamás teme encontrarse en un nuevo lugar, se adapta y permite que toda la demás vida se adapte a ella y su flujo natural. ¿Puedes hacer lo mismo, fluir con la vida en alegría y disfrutar cada momento, estés donde estés y solo Ser, sin ataduras y caretas?
Imagina a un pájaro, como es que, ellos vuelan libres por el cielo, sin preocuparse por el sustento, pues saben que a donde quiera que vayan la vida se manifestara y les proporcionara todo aquello que puedan necesitar, ellos conocen ese flujo infinito de vida y jamás temen extender sus alas hacia la libertad. ¿Puedes hacer lo mismo y confiar en el sustento divino que Dios y la tierra te proporcionan?
Ahora imagina a las células de tu cuerpo, como es que ellas se comunican y trabajan en conjunto con armonía y amor, sin egoísmo, sin avaricia, todas unidas para sustentar y mantener el buen funcionamiento de ese pequeño mundo a quien ellas llaman hogar. Ese pequeño planeta que conforma tu Ser. Ellas conocen ese flujo infinito de vida y están esperando a que tu lo sientas, lo vivas y lo hagas tuyo, pues esa es la verdadera sabiduría ancestral. ¿Puedes hacer lo mismo, trabajar en armonía con tus hermanos para mantener la belleza y la vida en este SU planeta?
Todo todo lo que existe en la naturaleza posee aquella sabiduría ancestral, todo vibra con el flujo infinito de vida, ese aliento divino que nos creo y nos sostiene siempre en amor.
¡Esa vida esta en ti, en mi y en todo lo que nos rodea y es siempre infinita, abundante y perfecta!
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