LA CUARTA PROFECÍA MAYA
Un Legado de Símbolos, Conceptos y Profecías
Su validez en los albores del Siglo XXI: "El Tiempo del No Tiempo"
Serie Televisiva de Siete Episodios: "LAS PROFECÍAS MAYAS" Año 1999
Página Web: www.fernandomalkun.com
Los mayas fueron una cultura eminentemente astronómica; consideraban al ser humano como una proyección de energía. Nos dejaron sus estudios de los calendarios más precisos, en comparación con todas las civilizaciones sobre el Planeta Tierra. Precisamente, estos Calendarios, son la base de todas sus Profecías. En este Capítulo, se verán su importancia y significado para la humanidad que está viviendo los últimos períodos del siglo XX, ya entrando a los albores del siglo XXI. Esta Cuarta Profecía predice un aumento en la temperatura del Planeta, causada por la conducta anti-ecológica del hombre, conjuntamente, una mayor actividad del Sol, lo cual provocará un derretimiento de hielo en los Polos. Si el Sol aumenta su nivel de actividad por encima de lo normal, entonces habrá mayor producción de viento solar, más erupciones masivas desde la "corona" del Sol, así como una mayor irradiación, aumentando la temperatura del Planeta. Los mayas utilizaron el giro de 584 días de Venus, un Planeta que es fácilmente visible en el Cielo, pues su órbita está entre la Tierra y el Sol, como un "calibrador astronómico" para basar sus cálculos solares.
Ellos dejaron registrado en su Códice Dresde, que cada 117 giros de Venus, marcados cada vez que volvía a aparecer en el mismo sitio en el Cielo, el Sol tenía fuertes alteraciones, apareciéndole enormes manchas o erupciones de viento solar. Para los mayas, durante el período de finalización de un Gran Ciclo del Sistema Solar y el comienzo de otro, aparecen enormes manchas o erupciones de vientos solares. Los mayas advirtieron que cada 1.872.000 KINES o 5125 años occidentales, se producían alteraciones aún mayores y que cuando esto ocurre, el hombre debe estar alerta, pues estas erupciones de vientos solares se producen, son presagios de cambio y destrucción. En el Códice Dresde también aparece la cifra 1.366.560, la cual, tiene una diferencia de 1 KATUN, vale decir, 20 Años de los nuestros, con relación a la cifra que aparece en el Templo de la Cruz. En este Templo, ubicado en Palenque, está tallado en la piedra el número 1.359.540 KINES. La diferencia que tiene con el número anotado en el Códice Dresde es de 20 AÑOS o 1 KATUN. Este espacio es un período de tiempo que los mayas llamaban: "El Tiempo del No - Tiempo", precisamente, el tiempo en el que actualmente vive la humanidad, desde el año 1992.
En sus Profecías, ellos señalan que durante estos años, los cambios en la actividad del Sol serán aún más fuertes, puesto que las protecciones que tenemos a nivel planetario se están debilitando, razón por la que, el escudo electromagnético que nos cubre, está disminuyendo su intensidad. La producción de ozono en la ionosfera, que impedía la llegada de rayos ultravioleta, al reaccionar con ellos, ha disminuido y han aparecido unos enormes agujeros, justamente sobre los Polos Norte y Sur del Planeta, permitiendo la llegada de los rayos del Sol a la superficie de la Tierra. La actividad del hombre está alterando la composición de la atmósfera produciendo el llamado "Efecto Invernadero" que atrapa el calor, aumentando la temperatura.
Todos estos fenómenos, al ocurrir simultáneamente, producirán alteraciones en el clima y un aumento de la temperatura en los mares, situación por la cual, los glaciales ubicados en los casquetes polares se derretirán más rápido. Esto causará un aumento en el nivel de los mares, produciendo inundaciones en las regiones costeras, así como la modificación de la forma de los continentes donde vivimos. Los mayas predijeron que ésta será la forma en la que el Planeta se limpiará y reverdecerá por todas partes. Al respecto, no se puede desconocer que el aumento de la temperatura del Planeta ya está en curso. Informes científicos de diversas fuentes así lo confirman. Asimismo, estudios realizados en los bosques de Mongolia, Rusia y Estados Unidos, demuestran científicamente que los anillos de la corteza de los árboles son más gruesos en períodos de calor intenso, y, más angostos en los períodos fríos. Estos indicadores, son buenos medidores de los cambios de la temperatura del Planeta.
Éstos han podido ser medidos desde el año 1500 d.C., aunque las mediciones indican que, desde el año 1870, las temperaturas del Planeta habrían ido en aumento. Informes de la Environmental News Network (ENN), afirman que la nieve seca en Groenlandia ha disminuido y han aumentado las áreas donde se derrite el hielo. Los cambios más grandes ocurren en el borde sur-este de la "capa de hielo". La temperatura en Groenlandia aumentó 1° (grado) centígrado en los últimos años. También se informa que el aumento en la temperatura de la superficie de los mares en los trópicos, está causando alteraciones en los ciclos hidrológicos como los llamados "Fenómeno del Niño" y "Fenómeno de la Niña". El comportamiento inusual del clima se ha vuelto rutinario. Las corrientes cálidas que entran al Pacífico desde el Océano Indico llamada "Del Niño", son una de las causas de este calentamiento, así como de las sequías e inundaciones que tienen lugar desde Indonesia hasta Medio Oriente. El sistema hidrológico es sumamente importante para el manejo del clima, pues el 70% del Planeta está cubierto de agua.
Estudios realizados por la Universidad de Colorado, en los Estados Unidos, concluyen que los glaciales y los nevados de las altas montañas en todo el mundo, están disminuyendo su volumen notablemente, como resultado del aumento general de la temperatura del Planeta. Así, por ejemplo, el glacial más grande de Africa, en el Monte Kenia, perdió el 92% de su masa; a su vez, los glaciales del Monte Kilimanjaro se han reducido en un 73%. En 1980, en España existían 27 glaciales, cuyo número en la actualidad, se ha reducido a solamente 13. En los Alpes europeos y en el Cáucaso en Rusia, en los últimos años, los glaciales existentes se han achicado en un 50%. En Nueva Zelanda y los Montes Tien Shan, entre Rusia y China, los glaciales han disminuido en un 26%.
Los cálculos preliminares del estudio dicen que si los cambios continúan al mismo ritmo, en 50 años no habrán más picos nevados en ninguna parte del mundo. En la Antártida, la situación es aún más grave; algunos de sus glaciales se están derritiendo desde su parte central y no así desde sus bordes. Es sabido que cuando un estanque o lago helado comienza a derretirse, lo hace siempre desde su centro. La temperatura promedio en la Antártida ha aumentado 2.5° (dos grados centígrados y medio) en los últimos 25 años, y está apareciendo vegetación en partes donde antes no existía más que hielo. Un enorme pedazo del témpano de hielo Larsen, que antes unía la Isla de James Crost con este Continente, se desprendió de la masa helada continental, desplazando su peso en agua. Con 70 km de largo, por 40 km de ancho y 200 metros de altura, éste es un mega-glaciar del tamaño de Luxemburgo. Su mayor volumen está debajo del agua, ya que sólo un 10% de él sobresale a la superficie. Como el hielo es más liviano que el agua, al flotar este mega-glaciar se coloca en balance isostático. La fuerza centrífuga del Planeta hace que este inmenso témpano se mueva hacia el Ecuador, donde hay mayor temperatura y, por lo tanto, este témpano se está derritiendo.
En 1998, el Proyecto Estación Zebra confirmó que los hielos de los Polos se están derritiendo. Los científicos descubrieron que para llegar al Ártico, les tocó viajar 150 kms más sobre el agua, con relación al año anterior de 1997. Cuando midieron el grosor de una capa de hielo que antes tenía 3 metros de espesor, encontraron que ahora sólo tenía 2 metros. Ello significa que los glaciales se están derritiendo y la expansión térmica de los océanos producirá una elevación del nivel general de los mares, en todo el Planeta. Esto traerá tormentas más frecuentes y violentas. A propósito, el acuerdo al que se llegó en Kioto Japón, sobre la emisión de gases al medioambiente, desacelerará un poco, el proceso de descongelamiento de los glaciales, aunque, por supuesto, no logrará detener la acumulación de gases en la atmósfera. El 50% de la población del mundo vive cerca del mar, por lo cual, millones de personas se verán afectadas y desplazadas de sus hogares.
El año 1998, se establecieron registros de altas temperaturas, las más altas en los últimos 600 años. Sin embargo, un aumento de la temperatura como el que ha venido ocurriendo, no cambiaría rápidamente los niveles del agua en todo el Planeta, por lo cual, éste será un proceso que tomará varios años. Lo único que podría lograrlo es un cambio súbito en la posición de la corteza terrestre, con relación a su núcleo central, lo cual ya ha ocurrido varias veces en el remoto pasado, cuando los Polos del Globo Terráqueo cambiaron de posición. Sabemos que muchas cosas que no queremos que sucedan y que causen grandes tragedias, finalmente suceden. Debemos concentrarnos en producir resultados positivos de nuestras acciones y, al mismo tiempo, crecer con las dificultades que encontremos. Debemos asumir la vida y tomar nuestras decisiones de manera consciente; hay que abrir los ojos a las posibilidades que puede traernos un mundo en el que todos culpan a los demás por lo que sucede.
Al presente, el Escudo Magnético de la Tierra ya presente Grietas:
A propósito de los vientos solares, recientes descubrimientos publicados a mediados de marzo de 2004, por parte de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), indican que se ha descubierto que en la magnetosfera terrestre, de vez en cuando, se abren grietas y permanecen así, por horas. Estas grietas permiten que el viento solar penetre a la superficie de la Tierra, produciendo tormentas espaciales. La magnetosfera no es otra cosa que un campo de fuerza magnética, una especie de "burbuja espacial" de decenas de miles de kilómetros de ancho. Es una parte lejana del mismo campo magnético planetario que desvía las agujas de las brújulas en la superficie de la Tierra. Actúa como un "escudo" que protege al Planeta de las tormentas solares.
La nave espacial Image y el grupo de satélites Cúmulo (Cluster Satelites) con los que trabajan en forma conjunta, la NASA y ESA, hicieron el hallazgo. "Hemos descubierto que el escudo magnético está expuesto a las corrientes de aire, como una casa con una ventana abierta durante una tormenta", explicó Harald Frey de la Universidad de California, Berkeley, autor del artículo sobre esta investigación, publicado en la revista Nature. En ese mismo artículo Frey afirma: "La casa desvía la mayor parte de una tormenta, pero el almohadón se arruina. En forma similar, nuestro escudo magnético soporta la parte más perjudicial de las tormentas espaciales, pero algo de la energía se desliza a través de las grietas, ocasionando problemas con los satélites, la comunicación por radio y los sistemas de energía eléctrica".
El viento solar es un chorro rápido de partículas cargadas eléctricamente (electrones e iones) que el Sol expulsa constantemente. El viento puede ser fuerte durante los eventos solares violentos, llegando a disparar mil millones de toneladas de gas electrificado al espacio, a millones de kilómetros por hora. La magnetosfera terrestre generalmente hace un buen trabajo de desvío de partículas y campos magnéticos. De todas formas, las tormentas espaciales y sus impresionantes efectos, como las auroras que iluminan el Cielo sobre las regiones polares, con más de 100 millones de watts (vatios) de potencia, indican que el escudo magnético terrestre no es impenetrable. En nuevas observaciones, el Satélite de Imagen reveló un área casi del tamaño de California en la Atmósfera Superior del Ártico, donde una aurora protónica de 75 megavatios brilló por horas. Una aurora protónica es una clase de Luz Boreal causada por fuertes iones solares que golpean la Atmósfera Superior de la Tierra, haciendo que ésta emita luz ultravioleta. Mientras Image registraba esta aurora, el grupo de cuatro satélites volaba por encima, directamente a través de la grieta y detectó los iones del viento solar que la traspasaban. Esta corriente de iones de viento solar, bombardeó nuestra Atmósfera, precisamente, en la misma región donde Image vio la aurora protónica, durante más de 9 horas continuas.
¿Qué dicen algunos Videntes con relación a los acontecimientos del Fin de los Tiempos?
Una información que es de dominio público y que se la encuentra en el Internet, tiene que ver con la existencia de muchos mapas geográficos profetizados debido a las inundaciones del "Cambio de los Tiempos". Mentalistas, "canalizadores" y videntes de diferentes sitios profetizaron que las inundaciones del "Cambio de los Tiempos" terminarían por alterar la composición geográfica de la Tierra, y diseñaron diversos mapas en los que se ve cómo sería, según ellos, la nueva distribución de los continentes.
¿Cuál de todos estos mapas será el verdadero? Seguramente todos y ninguno de ellos. Todos estos mapas muestran que algo significativo está por ocurrir, lo que causará que el agua y la tierra cambien de ubicación; muchas regiones que hoy se hallan junto al mar, se hundirán bajo las aguas. Pero no hay que olvidar que los cambios de la conciencia de la humanidad pueden alterar estas predicciones, modificando nuestro futuro, pues el hombre siempre tiene el control sobre su destino. Ashton Pitre dice que recibió sus mapas de la Virgen María; Lori Adrientoi recibió información de los Maestros Ascendidos. Gordon Michel Skadium es un vidente y futurólogo del Instituto Mátrix. Mary Summerrain publica los mapas que forman parte de la herencia de su tribu, los Hopi. Dolores Canon es una médium que asegura comunicarse directamente con Nostradamus. Todos ellos predicen que la Tierra se moverá a una nueva órbita, que aparecerá un nuevo Sol de color azul, que terminarán las enfermedades sobre el Planeta y que la vida del nuevo hombre durará 2000 años.
Estos videntes sostienen que los nuevos seres humanos tendrán "cuerpos de luz" y que nos comunicaremos a través del pensamiento, que los libros serán cristales llenos de sabiduría, y que los podremos proyectar a voluntad. Lo importante es que toda la humanidad se una en un esfuerzo colectivo para remediar las causas que están conduciendo a la destrucción del Planeta. Corregirlas requiere de un esfuerzo global, donde todos como individuos debemos cooperar para resolverlos, pues no tenemos otra opción. Si no nos proponemos corregir los desequilibrios que estamos causando, experimentaremos enormes niveles de dificultad. Si sólo continúan los índices actuales de aumento de temperatura en la Antártida, y si tomamos en cuenta que en 100 años subió 0.5 grados centígrados, y el año 1998 subió 0.33 grados, entonces ya, de hecho, tendremos enormes problemas a muy corto plazo. Si se multiplica la actividad del Sol y el hombre continúa contaminando la atmósfera, ninguna de las proyecciones será válida. Seguramente, de todas maneras se derretirán los Polos y, con esto, el agua de los mares de todo el mundo, subirían unos 6 metros.
Los mayas establecieron sus distintas escalas y unidades de medida, desarrollando varios calendarios que fueron utilizados para entender y medir los ciclos que atraviesan el Planeta y el hombre, en su giro simultáneo alrededor del Sol, a fin de darle orden al Universo, para sincronizarse con ellos, fluir sin luchas, sin angustias, sino más bien, en un recorrido de sensaciones y pensamientos hacia la sabiduría, hacia la comprensión de la maravilla de vivir. Los Calendarios mayas crean una conciencia matemática, ordenada, cíclica, sobre todo lo que existe alrededor del hombre, brindándole seguridad. De ese modo, con la ayuda de esos Calendarios, el hombre sale del caos, de la ignorancia; basándose en lo conocido, pueden predecir lo desconocido, definir momentos en los que el cambio es previsible, explicable. Los mayas desarrollaron Calendarios sobre los ciclos de las lunaciones y de los eclipses.
Así pudieron predecir el eclipse que ocurrió el 11 de agosto de 1999, el cual marcó definitivamente, los últimos 13 años del Gran Ciclo Maya. Tenían calendarios que registraban las revoluciones alrededor del Sol, así como las sincronizaciones de los ciclos de Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno, con el ciclo de la Tierra. Mucha de esa información se perdió cuando Fray Diego de Landa quemó la mayoría de los Códices alegando que su contenido era diabólico; otra parte permanece en cuatro Códices que son de dominio público. También se encuentran los 620 bajo relieves del Templo de las Inscripciones en la lápida de la tumba de Pacal Votan en Palenque, en la Escalinata de los Jeroglíficos y en innumerables estelas que existen dispersas por todo Yucatán. Los mayas localizaron sus edificios de manera especial, para que sus ángulos, fachadas y aperturas sirvieran como clave de comprensión. Colocaron fechas grabadas en las piedras de sus muros con mensajes para nosotros; de hecho, todo este legado constituye un monumento a su conocimiento. Sus mensajes han estado esperando a que lleguemos a un estado mental que sea conveniente para descifrar las pistas, a que nos libremos de nuestro materialismo condicionador.
Los Calendarios Mayas:
De todos los calendarios que desarrollaron, principalmente utilizaron dos simultáneamente, para designar cada día; el Calendario HAAB basado en el Sol, y el T'ZOLKIN basado en la Luna. El HAAB era el calendario que medía el TUN, el Año. Dividía el giro de la Tierra alrededor del Sol en 18 UINALES de 20 días, para un total de 360 días y un mes adicional de 5 días, los UAYEB o días nefastos que completaban los 365 días del Año Solar. Era exactamente igual al calendario usado por los antiguos egipcios, incluidos los UAYEB o 5 días nefastos. ¿Habría alguna relación entre las dos culturas, más allá de la forma de sus Pirámides? Los mayas utilizaban sus calendarios para determinar las influencias diarias de la energía en el ser humano. El día del nacimiento de una persona marcaba su destino; cada día determinaba los eventos colectivos, pues todos eran influenciados simultáneamente.
Los mayas nos dicen que la energía se mueve desde el centro de la Galaxia hacia Alción, en Las Pléyades y, desde allí, hacia nuestro Sol, el cual, a su vez, irradiará esta energía hacia todo el Sistema Solar. Asimismo, la Luna, Venus, Marte, Mercurio principalmente, y los demás Planetas, reflejan esa energía hacia la Tierra. La cantidad de energía reflejada depende de su ubicación en la órbita en la que giran alrededor del Sol, así como de la posición de nuestro Planeta. Toda esa energía reflejada en la Tierra, produce las estaciones, el clima, las mareas, así como las fases de crecimiento de todas las cosas en nuestro Planeta. Todos los pueblos aceptan la existencia de esa fuerza vital, a la cual, Paracelso la llamó Evestrúm, los egipcios la llamaron Kal, los griegos Pneuma, los hebreos Ruah, los hindúes Prana, los japoneses Ki, los chinos Chi y los mayas Puah.
El Calendario maya HAAB contaba los meses y estaba basado en el giro alrededor del Sol; a su vez, el T'ZOLKIN contaba los días y se basaba en las fases de la Luna. TZOL significa "Cuenta" , mientras que KIN significa "día"; el Calendario maya T'ZOLKIN es un instrumento para "contar los días", un Calendario de 260 días, es decir, 13 meses de 20 días. Coincidentemente, en el cuerpo humano hay trece (13) puntos de poder, en las articulaciones principales, uno (1) en el cuello, dos (2) en los hombros, dos (2) en los codos, dos (2) en las muñecas, dos (2) en las caderas, dos (2) en las rodillas y dos (2) en los tobillos. Trece (13) Baktunes o períodos de 400 años hay en el Gran Ciclo Maya de 5200 Tunes, entre "rayo sincronizador" y "rayo sincronizador"; trece (13) multiplicado por cuatro (2) da 52, fractal del Gran Ciclo Maya de 5200 Tunes. Trece (13) es el número de la proporción cósmica, la "llave interdimensional". El T'ZOLKIN puede verse de dos maneras, tanto como un conjunto de ruedas calendáricas o como una matriz; dos ruedas que giran a distintas velocidades, donde una de ellas designa los días con un número del 1 al 13, mientras que, la otra, con uno de los 20 glifos solares sagrados. Ambas ruedas giran eternamente en combinación con la de 365 posiciones del HAAB, que marca en qué mes está cada uno de los días ya designado por las otras dos ruedas anteriores. Los mayas coordinaban el giro de los dos calendarios cada 52 años, cuando las posiciones iniciales de las dos ruedas calendáricas coincidían, el espacio-tiempo de un fractal o proporción de los 5200 TUNES que demora en aparecer el "rayo sincronizador" de la Galaxia. Cada 52 años, es decir, cada 18.980 KINES, se realizaban 13 días de fiesta en los que se celebraba la "bajada del Cielo", del "fuego nuevo", la "salida del Sol". Este rito servía para encender el fuego y aseguraba la existencia de otro ciclo de 52 años. Estos 13 días de fiesta sincronizaban la longitud del año solar de 365.25 días con el año del HAAB de 365 KINES, es decir, 52 multiplicado por 0.25 nos da los 13 días que festejaban cada 52 años. En nuestro Calendario Gregoriano, ese ajuste lo hacemos cada 4 años, con los años que llamamos "bisiestos", en los que se agrega 1 día (29 de febrero) para compensar el calendario. Por lo tanto, en la cultura maya, el número 52 se convierte en un número de suma importancia. Ellos consideraban que un ser humano no adquiría su madurez, sino cuando cumplía 52 años.
La otra manera de ver el T'ZOLKIN es como una matriz de 260 posiciones que tiene en la parte horizontal, en su base, los 20 glifos sagrados; son arquetipos, símbolos que definen un pensamiento que todos entendemos, que nos hace vibrar. Son los símbolos que representan un estado de la energía en el tiempo. Cada uno de nosotros tiene un glifo que le corresponde al día de su nacimiento, y que define su destino. También, de manera colectiva, compartimos un símbolo diario, del día que estamos viviendo y que manifiesta unas características particulares y distintas con relación a otros días. Por ejemplo, en el día de CAHUAC, el "día de la tormenta" , no es conveniente realizar negocios. Los mayas planificaban sus actividades diarias tomando en cuenta esas fuerzas invisibles que eran de conocimiento común, y que quedaban simbolizadas en los glifos. Podían profetizar el futuro gracias a los estudios de los eventos que ya habían sucedido bajo los mismos signos del día, que se convertían en advertencias y consejos para enfrentar situaciones similares.
En la matriz del T'ZOLKIN, los 20 glifos solares sagrados serían una de las fibras que conforman el "Tejido del Tiempo" en nuestro Universo; son el agua que fluye y sostiene la corriente de nuestra mente; 13 números por 20 glifos solares sagrados dan 260 días del Calendario Lunar, el T'ZOLKIN. En sentido vertical, 13 niveles definen la matriz del "Telar del Tiempo", los números mayas del 1 al 13, son la otra fibra del "Tejido del Tiempo", representan la luz. Son conjuntos de 13 números que se repiten horizontalmente, 20 veces a lo largo de la matriz que conforma el T'ZOLKIN. De esta manera, las 260 posiciones del "Telar Maya" quedan marcadas con un número del 1 al 13. Los 20 Glifos Solares Sagrados terminan de marcar cada posición del Telar con su símbolo correspondiente en cada uno de los 13 niveles, quedando cada uno de los 260 días, con un número y un símbolo que le corresponde. Un T'ZOLKIN dura el embarazo de la mujer, desde el día de la concepción hasta el día del parto, es decir, este Calendario Lunar está ajustado al ciclo del biorritmo humano, al período de gestación del ser humano. La repetición de los números del 1 al 13 crea un "Tejido", un "Tejido de Tiempo", "un tejido de realidad", "un tejido de dimensiones".
Los mayas descubrieron que por la posición de los Planetas en el Sistema Solar, en la Tierra hay algunos días en los que se recibe más energía, facilitando en el hombre, los procesos de toma de conciencia, crecimiento interior y sincronía con el Universo. Si en esos días uno está sincronizado con los ritmos del Universo, entonces se llegará a adquirir estados superiores del ser y del sentir. La posición especial de los Planetas en sus órbitas, concentra la energía hacia la Tierra, y potencia todo lo que existe. Cincuenta y dos (52) días de los doscientos sesenta (260) que conforman el Calendario Lunar del T'ZOLKIN, son "Portales Energéticos", vale decir, días que vibran de manera particular, por la energía que se recibe simultáneamente de todo el Universo. Al marcar esos días en la matriz del T'ZOLKIN, se produce una forma de características simétricas reflejadas sobre una columna central, en el séptimo nivel de la matriz. Ellos la llamaban "La Columna Mística". Sin ser reflejada, esta "columna mística" lo refleja todo; un modelo simétrico con 6 niveles a cada lado de la columna central. Actúa como nuestra propia columna vertebral. En la parte superior se encuentra la onda positiva que todos los seres reciben de HUNAB KÚ, el "spin" o giro del huracán que irradia hacia afuera una energía indescriptible, desde un punto central. En la parte inferior se encuentra la representación de la onda negativa, el "contra-spin" o giro contrario del huracán que atrae hacia adentro, una enorme cantidad de energía hacia el punto central, en el corazón de la Galaxia.
En el centro de la Galaxia, HUNAB KÚ pulsa energía e información en dirección de las manecillas del reloj, y en sentido contrario, simultáneamente. El corazón de la Galaxia emite una serie continua de señales que nosotros llamamos "radioemisiones". Estas señales sincronizan a todos los seres vivos del Universo y se encuentran codificadas de una manera muy simple, para que al utilizarlas, todos los seres puedan coordinarse armónicamente. Los mayas codificaron estas frecuencias de luz, información y energía en la matriz del T'ZOLKIN, una matriz matemáticamente muy simple, que permite acomodar todas las combinaciones armónicas posibles. En otras palabras, se trata de una verdadera "Tabla Periódica de Frecuencias Galácticas" . Veamos la maravilla matemática de los mayas. Si sumamos las cifras que denominan a cada nivel de la matriz, tomando la "Columna Mística" como eje, veremos que 6 + 8 da 14; a su vez, 5 + 9 da 14; por su parte, 4 + 10 es igual a 14; 3 + 11 es igual a 14; 2 + 12 es también igual a 14; y 1 + 13 de la misma manera, es igual a 14. La suma de todos los números de los niveles de la matriz da 91, que es el número de días que tiene cada una de las cuatro estaciones climáticas del año. Esta cifra también es igual a 13 multiplicado por 7, o, si se quiere, el número mágico maya multiplicado por el número místico. Ahora, si tomamos nuevamente como eje la "Columna Mística Central" y restamos un número de su contrario, encontramos que sus diferencias dan una progresión que va del 0 al 12. Si repetimos la operación en sentido contrario, se produce una progresión que crece de 0 a 12. Y si sumamos toda la serie da como resultado 84, que es igual a 7 el número místico maya- multiplicado por 12.
Pero las maravillas matemáticas de los mayas apenas comienzan a mostrarse; si tomamos cada uno de los números de las cuatro esquinas del "tejido binario": 1 + 7 + 7 + 13 = 28. Lo curioso es que ese mismo resultado se repite, si sumamos las cuatro esquinas siguientes; 9 + 13 + 1 + 5 = 28. Y los siguientes: 4 + 6 + 8 + 10 = 28. Y los siguientes: 12 + 12 + 2 + 2 = 28. Lo mismo sucede con las cuatro posiciones centrales: 11 + 12 + 2 + 5 = 28. Y así, se obtiene el mismo resultado numérico de 28 indefinidamente, con la sumatoria de todas las posiciones que ocupan los 52 "Portales Energéticos" que conforman el "Tejido Binario del Telar Maya del Tiempo", el T'ZOLKIN. Dicho de otra forma, todas las 13 series de 4 números suman 28; lo que parece ser sólo una línea de números, realmente ofrece una gama mágica de permutaciones y posibilidades. El "Telar Maya del T'ZOLKIN" representa un momento en el tiempo, una "Constante Galáctica" de 260 días que se repite eternamente, con su interminable ronda de permutaciones. En Química existe la Tabla Periódica de los Elementos, que es una lista de todos los Elementos, desde el Hidrógeno al Uranio, incluyendo todos los elementos raros, su peso atómico y su número de isótopos. Es lo que forma la "Tercera Dimensión". En esa analogía, el T'ZOLKIN es la "Tabla Periódica de las Frecuencias", más allá de la Tercera Dimensión; así como hay 144 Elementos, hay 260 Frecuencias Galácticas. Todo sonido, toda luz, toda energía, toda información es una Frecuencia, una vibración con una longitud de onda. Toda frecuencia que vibra por un período de tiempo, puede ser graficada. Se le puede dar una forma que es modulada dentro del T'ZOLKIN.
Dicho de otra forma, la matriz matemática contenida en el T'ZOLKIN es mucho más que un simple Calendario Lunar; puede también contener cualquier vibración y darle una forma, desde el odio hasta el amor, pasando por nuestro código genético, hasta la luz ultravioleta. Nuestro Código Genético o el ADN, es decir, aquello que contiene información para darle forma a las células que van a desarrollarse como un ser humano, tiene su propia estructura vibratoria. Nuestros genes vibran. Esas estructuras, esas palabras codificadas, tienen seis partes que se juntan para crear la "doble hélice entorchada" que todos asociamos al DNA, en su forma, muy parecida a lo que vemos en el T'ZOLKIN. Cada persona tiene su propia longitud de onda. Cuando dos personas se acercan, lo primero que se relacionan son sus formas de onda; éstas se acoplan, se neutralizan o no lo hacen de ninguna manera. La parte química sucede cuando las formas de onda se han registrado mutuamente. La humanidad entera conforma una sola forma de onda que se mueve y crece en el tiempo. Nuestro Planeta tiene su propia forma de onda, como resultado de su vibración particular. El Sol también tiene su propia forma de onda, al igual que el Sistema Solar en su conjunto. La Galaxia es una gran forma que contiene a todas las demás formas; ondas dentro de ondas, puesto que todo es movimiento dentro del océano galáctico electromagnético. Nuestra Galaxia representa un infinito número de ondas girando en su camino por la geometría del tiempo, formando el pensamiento, longitudes de onda buscando su camino de retorno a la fuente original, es decir, a Dios.
Todas esas ondas son reguladas por la "Constante Galáctica", el T'ZOLKIN. Los rayos de luz, energía en formación, tienen diferente número de ciclos, con diferente frecuencia, matrices que pueden ser medidas o moduladas por la matriz interdimensional del T'ZOLKIN. Un "Telar o Tejido Cósmico" que se teje a través de las experiencias producidas por los sentidos. Un rayo teje la forma de onda de todos los seres del Universo, con patrones geométricos, con formas de onda reguladas por las constantes del T'ZOLKIN. El rayo regula las frecuencias, de tal manera que, las diferentes formas de onda se acomodan entre sí, cada una con su forma particular. De esa manera, se va tejiendo la "Tela Cósmica del Universo". Ésta contiene a todo el Universo. Somos una forma electromagnética y el reflejo de la forma de onda interdimensional de todo el Universo, somos el todo y la parte. Cuando estamos en sincronía con las formas de onda, con los ciclos del Sol, la Luna y las rotaciones de los planetas, fluimos con la vida, encontramos la felicidad y el secreto de todos los ciclos del Universo.
Trece lunaciones se suceden en un año, es decir que, en ese tiempo, la Luna da 13 vueltas alrededor de la Tierra, mientras ésta, cada año, da un giro alrededor del Sol. Basado en el T'ZOLKIN, en sus movimientos, 13 ciclos de 28 días cada uno, dan 364 días del año y uno de purificación para recibir el Año Nuevo. Somos testigos de que la Luna se demora 28 días en dar una vuelta alrededor de la Tierra y, simultáneamente, gira sobre su eje a la misma velocidad. Por eso, siempre vemos desde la Tierra, la misma cara de la Luna, en tanto que, permanentemente hablamos de la "cara oculta" de la Luna. Desde la Tierra, cada semana se ve una fase nueva: Luna Nueva, Cuarto Creciente; cada semana gira 90°, y cada día avanza 13°; en dos semanas se ve la Luna Llena y luego Cuarto Menguante, para nuevamente comenzar el ciclo completo con la fase de la Luna Nueva. Cada 28 días, la Luna da una vuelta completa de 360° alrededor de la Tierra. Cada Fase de la Luna refleja hacia la Tierra, distinta cantidad de la luz y energía del Sol. Pero como la Luna gira en una órbita elíptica muy excéntrica alrededor de la Tierra, y ésta se desplaza, a su vez, alrededor del Sol, su giro sinódico dura 29 días y 12 horas. Después del Sol, la Luna tiene la influencia más fuerte sobre la Tierra; su fuerza de atracción se hace sentir sobre todos los líquidos y fluidos almacenados sobre el Planeta, subiendo las aguas de todos los mares y bajándolas suavemente, causando las mareas altas y bajas. La Luna influye en los fluidos del interior de todos los organismos vivientes, así como en los ácidos que forman las combinaciones que permiten la vida.
Durante siglos, casi todos los pueblos de la Tierra utilizaron los movimientos de la Luna para medir su tiempo. Se medían los sucesos naturales contando los días de Luna Llena a Luna Llena; sus movimientos se registraban en el "Almanaque", palabra que deriva del árabe "manakh" que significa Luna. La palabra "mes" proviene del latín "mensis" que también quiere decir Luna. Esto mantenía al hombre con la mirada orientada y dirigida hacia el firmamento, y con la mente sincronizada con la Galaxia. El tiempo se ajustaba a las 13 vueltas que da la Luna, en un año, alrededor de la Tierra. Sin embargo, las voluntades del Emperador Romano Julio César y del Papa Gregorio XIII, lograron cambiar la medida del tiempo; se dividió el año en 12 meses desiguales, con diferente número de días. Así, se perdió un mes, una lunación completa repartida en pequeñas cuotas de días, entre los otros 12 meses del año, y, con ella, la sincronía con la Naturaleza y con el Sistema Solar.
El hombre moderno vive el tiempo mecánicamente, sin ninguna relación con los ciclos naturales del Planeta, de la Luna y del Sol. Los relojes de cuarzo le han dado otro sentido al paso del tiempo; nuestra civilización perdió el sentido del tiempo como movimiento entre sucesos naturales, que nos muestran que somos parte de una Galaxia que está viva. El hombre de hoy, ve al Universo como si fuera un reloj, una máquina insensible. También, en estos días, se cree que el ser humano es una rueda suelta en el engranaje universal, que su vida mental, emocional y síquica, está totalmente desconectada del Universo. Este desajuste está enloqueciendo a todo el mundo, sin que nadie se de cuenta. Lamentablemente, en estos tiempos, la felicidad se mide en términos de acumulación, ya no tenemos tiempo para nada. Para el hombre contemporáneo, el tiempo es oro; ésa es la consigna del corazón interesado del sistema. Por eso, se destruyen unos a otros y acaban con la Naturaleza y con el Planeta. Estos días se vive sólo para obtener provecho individual; el interés es la unidad de medida del paso del tiempo, en el actual sistema de relaciones económicas y sociales. Se vive sólo para saber cuándo se trabaja y cuánto se gana. La Naturaleza importa muy poco y, por eso, se contamina y destruye al Planeta. Los mayas nos dicen que el hombre puede evitar las catástrofes y la destrucción, al sincronizarse con los ciclos de la Naturaleza.
El sistema de medición y división del tiempo, vale decir, el calendario actual, no tiene ninguna sincronía con los ciclos y tiempos de la Galaxia y, eso, está conduciendo al hombre, a su propia destrucción. Para el hombre actual, una de las maneras para sincronizarse con el Planeta y abrir la mente a la Galaxia, puede ser la de modificar el calendario existente y reemplazarlo por uno que tome en cuenta, las Fases de la Luna. Así, el Año Solar puede medirse en 13 meses de 28 días cada uno, es decir, las 13 lunaciones de 28 días exactos, totalizarían 364 días, a los cuales adicionaríamos un día de descanso y purificación para recibir el Año Nuevo. De esa manera, todos los días nos daríamos cuenta de que no estamos solos, sino que formamos parte de un Sistema Cósmico, y pondríamos a la mujer representada por la Luna- a regular el tiempo.
Los mayas tienen registros de momentos extraordinariamente remotos en el tiempo, que indican su capacidad de conocimiento del tiempo, desde hace miles de años. Esto demuestra su dominio y su conocimiento acerca de los ciclos del Universo. Ellos hubieran podido continuar su calendario miles de años en el futuro, si así lo hubieran querido. Sin embargo, este su calendario se interrumpe, súbitamente, el día 22 de diciembre del año 2012, llamando nuestra atención, particularmente, sobre los últimos 20 años del Gran Ciclo (1992 2012), pues en estos últimos años, en "El Tiempo del No Tiempo" es cuando se define nuestro destino. Desde 1999, y hasta el año 2012, el fin del actual ciclo de la humanidad, según los mayas, quedan 13 años, otra vez, el número mágico maya, para que podamos ver el "Amanecer del Nuevo Día Galáctico" de 26.000 años, junto a los cambios que éste traerá consigo.
El próximo Capítulo presenta la Quinta Profecía Maya, la cual dice que, en los próximos 13 años, a partir de 1999 y hasta el 2012, se verán fallar todos los sistemas sobre los que está basada nuestra civilización, así como el sistema de manejo de información a través de los computadores, el sistema de comunicación que depende de los computadores y de los satélites, la economía que depende de todos estos. Fallarán los sistemas eléctricos y, al hacerlo, entrarán en crisis todos los demás sistemas, el judicial, el político, el social, el militar y el religioso. Será un "efecto dominó" que cambiará todas las estructuras del Planeta.
FIN DE LA CUARTA PROFECÍA
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- Serie Televisiva de Siete Episodios: "LAS PROFECÍAS MAYAS"; Año 1999
- La siguiente Página Web de Fernando Malkún, ofrece para la venta los Siete DVD's correspondientes a las Siete Profecías Mayas: www.fernandomalkun.com
- Difusión Autorizada por: Fernando Malkún Bogotá / Colombia
- TRANSCRIPCIÓN - EDICIÓN DE SIETE PROGRAMAS TELEVISIVOS EFECTUADA POR:
Jebner Zambrana Román jebzam@entelnet.bo
Grupo "AMATISTA" del Maestro Saint Germain
La Paz Bolivia
NOTA: El transcriptor-editor no se hace responsable de los comentarios u opiniones personales contenidas en este texto. Cualquier crítica, reclamo u observación relacionada con el contenido de la presente Tercera Profecía Maya, debe dirigirla a Fernando Malkún, Director y Guionista de la Serie Televisiva "PROFECÍAS MAYAS".
Para un mejor entendimiento de los tiempos y los anuncios hechos encada una de las Siete Profecías Mayas, el amable lector deberá conocer que esta Serie compuesta por Siete Episodios (Siete Profecías), fue elaborada el año 1999. De esa forma, cronológicamente, uno estará mejor ubicado en coordenadas de tiempo y espacio.
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