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09 agosto, 2006

CONSEJO DEL 888-Por Gillian MacBeth-Louthan

CONSEJO DEL 888
Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan
 
Yo soy el que viene en emanaciones de luz. Yo soy el que mora en la alta morada de su corazón. Yo soy el que ungió sus pies, levantó su ánimo y consoló su corazón. Yo soy la esencia, el aspecto superior del hombre conocido como Jesús. Yo soy Sananda. Y vengo esta noche mientras el Consejo del 888 entra por este portal. 
 
Visualicen tres ochos verticales frente a su mente. Véanlos enroscados  alrededor de los otros creando una hélice, una triple hélice. Ahora apliquen eso a sus 144 filamentos de ADN cósmico. Expandan su ADN y su comprensión de él hacia los niveles más altos de él mismo. Pidan esa activación en su cuerpo, en su conciencia y en su futuro.
 
Están a la vera de su vida zurciéndola con una aguja y un pedazo fino de hilo. Están junto a su vida usando técnicas primordiales cuando ustedes son tantísimo más. Elévense más allá de lo que parecen ser bloqueos, barreras y muros en su forma de pensar, en su corazón y en su vida. Dejen de lamerse los morros mientras devoran y sorben lo que fue la injusticia pasada, lo que fue la herida pasada, lo que fue el dolor pasado. Dejen de desangrarle la vida de las personas que amaron y de subyugarlas al dolor telepático mientras vuelven sobre su historia.
 
Vean en mí a la esencia del Cristo ante ustedes. Vean el encuentro de nuestros chakras. Mi raíz con su raíz. Mi sacro con su sacro. Mi plexo solar con el suyo. Mi corazón con el suyo. Mi garganta con la suya. Mi tercer ojo con el suyo.
 
Recuerden, hijos míos, que no hay debiluchos entre ustedes. Ninguno que esté quebrado, ninguno que esté fracturado -porque todos ustedes son Dioses… Así como yo soy el Alma Suprema del hombre conocido como Joshua / Jesús, ustedes también me tienen como su Alma Suprema.
 
Hoy viene finalmente el Amor Radiante para caminar entre ustedes. No el amor como lo tuvieron y conocieron ustedes en esta experiencia, sino un amor que sobrepasa todo lo que existió en la conciencia humana hasta ahora. Durante años el Universo trató de darles amor a través de cada chakra del cuerpo. Trató de infundirlo en su alimento, en el agua, en cada célula de su ser. El yo, lo humano, lo empujó lejos, le dio unas palmadas y lo mandó a su cuarto. Ahora el amor que está más allá de la medida humana y el corazón humano viene a caminar entre ustedes.  Los filamentos son tan finos que no sabrán cuando se encuentre entre ustedes y otro.  Sólo cuando el cuerpo se estremezca y tiemble y su corazón se abra y el amor se abalance a su interior, conocerán y recordarán ese vasto amor radiante. Muchos de ustedes se encontrarán lagrimeando a medida que el alma se convierta en líquido al observar al Corazón de Dios.  El Corazón de Dios llega a la Tierra para caminar entre sus creaciones.  Cada vez que toca a las personas, ellas reciben un amor que sobrepasa a todos los demás y cuando toquen a alguien se expandirá exponencialmente.
 
El Creador mismo, la Divinidad, la Totalidad, la Fuente, ha decidido caminar por la Tierra. Ustedes son los hijos favoritos del Universo ubicados por encima de los ángeles. Son hijos muy consentidos y sin embargo no lo saben. Madre-Padre-Creador-Dios se presenta para caminar entre los mortales. Sepan que todo lo maravilloso y divino es invisible, ustedes no lo pueden ver mientras pasa entre dos puntos. No lo pueden medir, lo pueden sentir, no lo pueden ver. No lo pueden atrapar. No lo pueden destruir.
Cuando lo observan, cambia el suceso ocular dentro del contexto de sus ojos. Lo que significa que los ojos del corazón ven en un vector distinto y con ventaja, clarificando todo lo que ven con un conocimiento divino más allá del recuerdo de las células y del ADN. Se les darán esos cristales de amor líquido a la pituitaria, la pineal y el hipotálamo luego de que entren por los ojos, disolviendo así la separación en su cerebro a medida que se fusionen los corredores entre los hemisferios derecho e izquierdo. Sus médicos ya lo vieron y lo midieron, pero creyeron que era una anomalía.  El cerebro humano se estira hacia un nuevo horizonte de acontecimientos que sobrepasa todas las limitaciones previas conocidas y desconocidas, registradas y borradas en el tiempo.
 
 

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