Santiago de Chile, 11 jun (EFE).- Investigadores chilenos y franceses
descubrieron seis tumbas de hasta 4.500 años de antigüedad que pertenecerían
a la etnia kawéskar en una inhóspita isla de la Patagonia chilena, que
visitaron junto a cuatro de los últimos 17 miembros de este pueblo, al borde
de la extinción.
La expedición "Última Patagonia", organizada por la entidad franco-chilena
Centre Terre, descubrió además nuevas osamentas de ballenas a unos 32 metros
de altura sobre el nivel del mar, así como una especie de pez del que no se
sabía que habitaba en esa zona, explicó a Efe Marcelo Agüero, jefe del grupo
chileno.
La Televisión Nacional de Chile (TVN) emitirá imágenes de esos
descubrimientos el próximo domingo en el programa "Cazadores de ciencia",
realizado por los camarógrafos de Cábala Producciones, que filmaron por
primera vez el interior de las profundas cavernas de la Isla Madre de Dios,
en la austral Región de Magallanes, a unos 2.500 kilómetros de Santiago.
En la isla, considerada uno de los lugares más inhóspitos del planeta, las
precipitaciones alcanzan 10.000 milímetros cúbicos de agua al año, los
vientos llegan a los 210 kilómetros por hora y las grandes olas del Océano
Pacífico hacen casi imposible el acceso a la ínsula, que actualmente está
deshabitada.
Los investigadores viajaron durante 12 días con tres ancianos kawéskar,
conocidos también como alacalufes y una de sus descendientes por la isla y
sus alrededores, donde los últimos representantes de uno de los pueblos más
antiguos de Chile recordaron acontecimientos de su vida, que destila trazos
de una cultura casi extinta que apenas dejó huellas escritas.
Incluso una de las ancianas nació y vivió en esa isla, donde el
descubrimiento científico revela que los kawéskar, un pueblo que
tradicionalmente ha sido considerado limitado en su desarrollo cultural y
tecnológico, pudieron trasladarse hasta allí hace miles de años en
rudimentarias canoas.
"Fue un encuentro emotivo e impresionante, porque les ayudamos a documentar
su memoria patrimonial", relató Agüero, quien añadió que la vida en la isla
era "un infierno" por la constante lluvia que se cernía sobre ella y que
hacía parecer sus bloques de piedra caliza como si fueran mármol.
Según el científico, este macizo de roca caliza es "único en el mundo" por
su nivel de disolución, ya que la intensidad de la lluvia y el viento ha
abierto profundas cavernas de hasta 160 metros de profundidad en las que ya
en 2006 se descubrieron ocho osamentas a nueve metros de altura.
En esta ocasión, los científicos hallaron huesos de ballenas a 32 metros de
altura, lo que les hace pensar, entre otras hipótesis, que un tsunami
gigante pudo empujar a estos animales hacia el interior de las cuevas o que
quizá hace miles de años el nivel del mar alcanzaba esas cotas.
La expedición, que se desarrolló en enero y febrero pasados, estableció su
campamento base en las instalaciones de la Compañía de Aceros del Pacífico,
la mina más austral del mundo ubicada en la cercana isla Guarelo, conocida
como "la isla de los hombres solos", según relató Diego Rojas, responsable
de "Cábala Producciones".
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