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02 noviembre, 2007

Artículo de opinión personal sobre la inmovilización y Júpiter por Guillermo Herrera

Tomando posiciones ante unos
anuncios muy difíciles de creer

“El plazo límite para la inmovilización anunciada de
tres semanas acabaría a mediados de noviembre”

“La abundancia infinita del Cielo es nuestra seguro,
pero ¿cuándo llegará a nuestra cuenta corriente?”


Este articulo es fruto de las dudas y consultas sobre el tema planteadas por lectores de mis traducciones, y también es fruto de la dificultad de posicionarse ante unos anuncios tan fuertes y difíciles de creer. No tengo más información que la que sale en los mensajes, pero trato de aplicar el sentido común en mis reflexiones. Estoy cansado de leer artículos y reflexiones en inglés sobre este tema, por lo que acá va uno en nuestro idioma, porque nosotros no vamos a ser menos que los gringos a la hora de ser cronistas del fin de los tiempos y del Apocalipsis, entendido siempre como revelación positiva y no como catástrofe negativa.

Si hemos de creer todo lo que nos están contando sobre la inminente inmovilización y la ignición de Júpiter, desde el sitio de la red de la Señora Candace Frieze y Jess Anthony, cuyo heroico traductor oficial es nuestro amigo Damián Carmona, (yo voy por libre como traductor independiente) todos los plazos mencionados en los mensajes se nos están echando encima. Según mis propios cálculos el plazo límite para la inmovilización anunciada de tres semanas acabaría a mediados de noviembre, si quieren tener dos semanas de anuncios e información pública antes de la ignición de Júpiter anunciada para el 23 de diciembre. Por lo tanto el tiempo apremia, y el calendario galáctico se nos echa encima.

Pero realmente nadie tiene derecho a pedirnos que creamos ciegamente en aquello que no vemos todavía, y por lo tanto son legítimas todas las posturas, incluido el escepticismo absoluto de algunos amigos míos. Lo único que hacemos, los que nos tomamos en serio estos mensajes, es aceptar la posibilidad de que fuera verdad o mentira hasta que lo podamos confirmarlo o desmentirlo con nuestros propios ojos.

Esto de la ignición de Júpiter no es nada nuevo. Ya lo anunció hace casi un siglo el Maestro Samael Aun Weor, creador del movimiento gnóstico moderno, al que critiqué por mezclar filosofía iniciática con religión corriente, y también es posible que lo hayan anunciado otros maestros que desconozco. También lo anunció para diciembre un sabio astrólogo madrileño que no había leído ninguno de estos mensajes (es amigo de un amigo mío). Cuando el río suena, agua lleva, pero se nos hace muy duro el pensar que todo vaya a suceder tan pronto, sin tener otra confirmación oficial que la de unos mensajes supuestamente canalizados.

Esta posibilidad nos confunde pero al mismo tiempo aviva las esperanza de cambio a los que ya estamos cansados de esperar las promesas del Cielo sin ver en las noticias resultados tangibles con nuestros cinco sentidos y demasiados mensajes metafísicos que nos hablan de vibraciones celestiales, sutilezas metafísicas y otros cantos de sirena. Pero ¿dónde está el perdón de la deuda que tanto necesitamos los endeudados terrícolas por culpa de la cábala oscura de los bancos que nos chupa la sangre mediante una usura legalmente autorizada e institucionalizada? Obras son amores, y no buenas razones, porque de buenas intenciones está empedrado el infierno, como nos decían en el colegio.

Por lo tanto, la única postura sensata en este momento no sería lanzar las campanas al vuelo sino “esperar y ver” (wait and see) como dicen los anglosajones, alimentando la esperanza de que puede suceder algo grandioso para la humanidad, pero sin perderla en el caso de que no se cumplan las fechas. Llevamos miles de años esperando pacientemente, como el Santo Job, la liberación del planeta, encarnación tras encarnación, y por lo tanto las demoras actuales son “pecata minuta” comparado con todo lo que hemos esperado.

Sigamos atentos a los mensajes esperanzadores que recibimos confiando en que tenemos un futuro maravilloso por delante, y que existe un magnífico y generoso Plan Divino para liberar a este planeta de las tinieblas, pero sin creer en nada ciegamente como he repetido muchas veces:

“Por favor, utilicen su propio discernimiento en cada mensaje y sientan la libertad de borrarlo a menos que algo les resuene en su interior. No crean nada ciegamente. Acepten todo como posibilidad pendiente de confirmación o desmentido. Escepticismo no quiere decir el que duda, sino el que investiga y rebusca.”

Me despido con los mejores deseos para todos y con el lindo saludo de nuestros hermanos Sirios de la Federación Galáctica:

¡Sepan que el suministro perpetuo y la abundancia infinita del Cielo son vuestros! ¡Alégrense! y ¡Sean benditos en amor y alegría celestiales!

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias por tu comentario, estoy totalmente de acuerdo: esperar y ver que pasa. Aunque siento que algo increible va a pasar: lo presiento de un modo cada vez mas fuerte. Al mismo tiempo, no temo. Me produce alegria, serenidad, calma. Cada vez me concentro mas en eso: no es un pensamiento por fuera, sino surgido dentro de mi.
Tampoco temo por mi hijo, pero si por mi marido. Por qué podra ser?