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(Karina Malpica)
Como moderadora de la lista de correos del Foro de Chamanismo Esencial de la Red Latinoamericana de Luz, a menudo recibo e-mails solicitándome que defina lo que es un chamán o lo que es el chamanismo y la manera de entrar en contacto con algún "chamán auténtico".
El único chamán que conozco en persona es el peruano Juan Ruiz Naupari, con quien trabajo desde hace algunos años. Además de él, Josep María Fericgla, un especialista catalán a quien entravisté en Barcelona y Christian Salado, un médico cubano con quien tomé un curso de visión aural, me han enseñado y aclarado muchas cosas respecto a este tema.
Ahora sé que no se puede hablar de chamán ni de chamanismo en términos genéricos, ya que hoy en día coexisten distintos tipos de chamanes y de chamanismos en nuestro planeta.
Lo que diferencia a unos de otros es, en primer lugar, su propósito y en segundo lugar la tradición a la que pertenecen y la formación que han recibido.
Según nos ha contado Juan Ruiz Naupari, el propósito original de chamanismo era el autoconocimiento y como tal, constituye uno de los caminos más antiguos hacia el despertar del ser humano o la iluminación, como se le llama en otras doctrinas. A éste tipo de chamanismo Juan lo llama chamanismo esencial para diferenciarlo de los propósitos ulteriores que, al paso del tiempo, fueron adquiriendo los herederos de la tradición que se separaron cada vez más del antiguo conocimiento.
Entre estos propósitos ulteriores, el más difundido en la actualidad es la sanación, principalmente de síntomas y enfermedades psíquicas y físicas; pero también hay quienes utilizan los llamados "poderes chamánicos" para el ataque y la defensa, o simplemente para ganar dinero propiciando una especie de "chamanismo turístico" que responde a la demanda de "viajes" utilizando las llamadas plantas de poder, como bien adviete Josep Maria Fericgla.
Para entrar en contacto con un "chamán auténtico", lo primero es pues, definir qué es lo que queremos para saber qué tipo de chamán nos interesa. Puede ser que únicamente queramos tener una experiencia con una planta sagrada y un "chamán turístico" nos puede facilitar la oportunidad; puede ser que queramos adquirir "poderes" para explorar nuestras capacides psíquicas y busquemos un "chamán brujo"; puede ser que estemos enfermos y necesitemos un "chamán sanador" que nos ayude a deshacernos de los síntomas que nos aquejan; o quizá estemos listos para entrar en la recta final del viaje de regreso a nuestra esencia y podamos comprometernos con la senda del chamanismo esencial.
Por regla general, cuando definimos claramente lo que deseamos y no deseamos nada más, o sea cuando logramos unificar nuestra voluntad en un solo sentido, es cuando encontramos lo que buscamos. Es por esto que en el argot chamánico se dice que "cuando el alumno está listo, aparece el maestro".
Siempre vibramos a una frecuencia determinada a la que el Universo responde emparejándonos con aquellas personas, situaciones o cosas cuya frecuencia es similar a la nuestra. Las dudas, los miedos y los objetivos contradictorios alejan de nuestro campo de experiencia aquello que aún no deseamos con nuestra voluntad unificada. Así es que, definir exactamente qué es lo que deseamos es el primer paso para conseguirlo; el segundo es unificar nuestra voluntad y el tercero, permanecer relajadamente atentos para percibir las señales de su inminente aparición.
Esto no necesariamente quiere decir que debamos sentarnos a esperar que el chamán adecuado a nuestros propósitos se materialice delante de nosotros, simplemente quiere decir que nuestras averiguaciones, nuestros intentos y esfuerzos por conseguir lo que buscamos, sólo tendrán éxito cuando nuestra voluntad esté unificada en un único sentido, lo cual nos hace sentir relajados y seguros de que eventualmente lo conseguiremos. La mayoría de las veces este proceso es totalmente inconsciente.
Tiempo antes de encontrarme con Juan Ruiz, ya había decidido que el autoconocimiento era lo que más me importaba y ya había dado mis primeros pasos en ese sentido. Un día entrevisté a dos amigos sobre sus experiencias con ayahuasca y poco después, éstos mismos amigos me invitaron a una charla sobre "Cosmología Inca" donde conocí a Juan Ruiz. A partir de entonces comencé a trabajar con él y a recibir sus enseñanzas como parte de mi camino personal que incluye el estudio no sólo del chamanismo esencial, sino de todo lo que Aldous Huxley dio en llamar "filosofía perenne", o sea, todas las fuentes de sabiduría ancestral que nos llevan de regreso al amor, enseñándonos a abrir y mantener abierto el corazón.
A continuación encontrarás una síntesis bibliográfica de los autores que he consultado respecto al tema del chamanismo y extractos de las principales ideas de Josep María Fericgla y Juan Ruiz al respecto.
¿Quiénes son los chamanes y cómo utilizan las plantas y sustancias visionarias?
La palabra chamán proviene de un vocablo de origen siberiano shaman que identifica hombre-dios-medicina. El vocablo tungu original xaman se deriva del verbo scha, "saber", por lo que chamán significa "alguien que sabe, sabedor, que es un sabio".
Algunas investigaciones etimológicas explican que la palabra proviene del sánscrito por mediación chino-budista al manchú-tungu. En Pali es schamana, en sánscrito sramana es algo así como "monje budista, asceta". El termino chino intermedio es scha-men.
Ese conocimiento o sabiduría que nos refiere la etimología, implica de una manera o de otra, un contacto con el mundo de los "espíritus", contacto que el chamán utiliza en su propio interés y particularmente para ayudar a otros que sufren, e incluye en su actividad lo que seria propio de un psiquiatra o psicoterapeuta contemporáneo. Especialmente si se considera que "la psicoterapia es un camino para la expansión de la conciencia. Es una actividad en el desarrollo de nuestra vida con la cual nos ayudamos a nosotros mismos y a los otros, para despertar del estupor de la inconsciencia y la ignorancia conociendo quien nosotros somos realmente."
Mircea Eleade, investigador rumano que realizó la primera recopilación sobre el chamanismo y cuyos libros son textos clásicos obligados para su estudio, define al chamanismo como la técnica del éxtasis o trance, y al chamán como el gran especialista del alma humana que tiene la capacidad de realizar viajes hacia la región de los espíritus y desde allí puede armonizar la realidad.
Según sintetiza Eleade:
El chamán, cuya vocación es señalada por alguna circunstancia extraña (un sueño, una enfermedad, un rayo) inicia su difícil aprendizaje, que puede durar muchos años y que se caracteriza por la experiencia iniciática de sufrimiento, muerte y resurrección ritual, vivida particularmente a través de rigores como el ayuno, dietas estrictas, veladas interminables, abstinencia sexual, dominio de la caza, la pesca y las artes cotidianas, conocimiento de las plantas medicinales y consumo de plantas psicotrópicas. En este tiempo, el iniciado aprende cantos, bailes, rezos, mitos y, en general, la cosmogonía y la historia de su pueblo.
En la visión de este investigador pionero, el chamán es al mismo tiempo, el portador y hacedor de mitos, el místico extático, el guía espiritual y el curandero de un grupo social. De tal forma que la sesión chamánica viene a ser un evento de carácter público en el que la comunidad se reúne para realizar un ritual según una intención particular: la curación de un enfermo, la celebración de una fiesta religiosa, el entrenamiento de un nuevo chamán, el inicio de la época de caza, siembra o recolección, el agradecimiento o el apaciguamiento de la ira de los espíritus, el combate de una plaga o una epidemia y un sin número de justificaciones más. Bajo esta óptica, el chamán cura, sostiene la coherencia social y cultural de su pueblo, tiene un conocimiento extraordinario de las plantas medicinales y ha conservado, en muchos casos, un sorprendente manejo ecológico del medio ambiente.
Entre las actitudes o paradigmas perceptuales de los chamanes que utilizan plantas o brebajes visionarios se incluyen los siguientes:
1) las plantas se consideran sagradas;
2) son utilizadas en ceremonias o rituales específicos que sostienen y renuevan la cosmovisión del grupo cultural;
3) existe un mundo distinto a éste al cual se tiene acceso por medio de las plantas, en ese ámbito secreto de la existencia tienen lugar experiencias provechosas y se adquieren valiosos conocimientos;
4) el empleo de estas sustancias forma parte reconocida de la membresía del grupo, o algún subgrupo significativo;
5) estas plantas pueden ser utilizadas por quienes tienen la habilidad para curar y para producir otras cambios en el mundo ordinario mediante su aplicación.
¿Qué son los chamanismos?
El antropólogo catalán Josep María Fericgla, otro investigador entusiasta del tema, autor de Los chamanismos a revisión, asegura que no se puede hablar de chamanismo, sino de chamanismos, ya que los distintos chamanes difieren de la imagen clásica en función de su origen, su inclinación y sus objetivos; además de que en la actualidad se ha desvirtuado su función ancestral y hay toda una serie de impostores respondiendo a las demandas del mercado "new age".
De acuerdo con Fericgla, habría dos fenómenos con sus respectivas subdivisiones: el chamanismo clásico y el chamanismo de consumo. De este último dice que llena las carencias y aspiraciones de los Occidentales ávidos de escapes y dispuestos a pagar por una experiencia exótica, "pues se ha convertido en un simple producto más para ser vendido en el mercado de creencias y espectáculos en que hemos convertido la Tierra".
Por contraposición, asegura que "hay que entender el chamanismo clásico como un campo específico en el que se dan profundas experiencias estructurantes, que tanto afectan el mundo individual como el social".
Desde su punto de vista las prácticas chamánicas clásicas habitualmente actúan como fuente de revelación interior que ofrece alguna respuesta a las grandes incógnitas humanas de tipo ¿para qué existimos?, ¿cuál es el sentido del dolor y el sufrimiento?, ¿hacia dónde me dirijo?, ¿qué hay antes y después de esta forma de vida que nos es dado experimentar? ¿qué soy? ¿quién soy? Dice que estas respuestas, en el contexto del chamanismo clásico, se obtiene por medio de "los estados disociados de la mente", estados generalmente inducidos por el consumo de drogas enteogéas y/o por trances rítmicos o de otro orígen, como las alteraciones en el ritmo respiratorio: "Con ello, pues, el chamanismo se convierte en el primer sistema histórico organizado para buscar el equilibrio psíquico y físico del ser humano."
De acuerdo a esta visión, Fericgla da su propia definición de lo que sería un chamán clásico:
En una forma de descripción impresionista, podríamos acordar que el chamán es un individuo visionario e inspirado, entrenado en decodificar su imaginería mental y en entenderla. Esta imaginería mental que el chamán ha cultivado, y cuyos impulsos y pasadizos afirma dominar, le sirve de técnica de profunda revisión personal y como camino para recibir verdades referidas al mundo exterir, que él vive como revelaciones. En nombre propio o en el de la colectividad a la que sirve y con la ayuda de sus espíritus aliados -que a menudos son plantas psicoactivas-, el chamán puede entrar en un profundo estado modificado de su mente sin perder la conciencia despierta de lo que está viviendo. Penetra en lo que me gusta denominar una consciencia dialógica. Durante la disociación mental a la que se somete y controla, su ego visionario establece relaciones con entidades que el chamán vivencia como de carácter inmaterial. Con la ayuda de tales entidades... dice poder -hasta un punto que depende de su capacidad personal- modificar el orden del cosmos invisible de acuerdo a su interés o al de su colectividad. Es habitual que el chamán consuma sustancias enteógenas o mantenga rituales percusivos (principalmente binarios) para inducirse la disociación mental, el trance, que lo caracteriza.
¿Cómo se llega a ser un chamán?
El Dr. Jaques Mabit, un médico de origen francés que dirige una comunidad terapéutica en Perú, Takiwasi, junto con José Campos, un chamán de la zona, asegura que:
Los conceptos de los shamanes pueden ser experimentados por cualquiera y por lo tanto constituyen un cuerpo de conocimiento asequible al estudio científico mediante la auto-experimentación controlada... El entender las prácticas y representaciones del shamanismo pasa en forma obligatoria por un trabajo del propio cuerpo, o sea por una auto-experimentación... El verdadero shamán se inicia mediante técnicas precisas y rigurosas en las cuales se compromete totalmente, utilizando su propio cuerpo como receptor del macrocosmos y de las fuerzas que lo animan y a la vez inductor de una auto-exploración de sus bloqueos personales ligados a su historia personal, sus herencias familiares, culturales, colectivas: en suma del microcosmos del cual es portador... La enseñanza del maestro no se hace a través de las palabras, del discurso: el maestro habla muy poco y sólo controla las experiencias para evitar al aprendiz perderse en los laberintos de su inconsciente o del espacio-tiempo mítico en el cual recién se adentra su discípulo. Por lo tanto, la enseñanza es un auto-descubrimiento conseguido mediante técnicas cuya finalidad es provocar modificaciones de estados mentales que dan al alumno la capacidad de percibir directamente, sin intermediario, los aspectos de la realidad que generalmente escapan su conciencia ordinaria, cotidiana y "normal", especialmente cuando se trata de personas como yo, que viven en un medio urbano, occidentalizado donde se han perdido los vínculos con la naturaleza...
En el primer capítulo de su libro Chamanismo, el arte natural de curar, José María Poveda asegura que para mayor precisión hay que distinguir entre chamán y chamanismo, pues no todos los actos del chamán son necesariamente actos chamánicos, y personas que no sean chamanes pueden utilizar o desarrollar tareas basadas en tales técnicas.
Desde su perspectiva: "Lo nuclear al chamanismo es la capacidad de entrar a voluntad en un estado modificado de conciencia (estado de conciencia chamánico: E.C.Ch.) con un propósito terapéutico, para buscar conocimiento, y terminado ese trance ser capaz de recordar lo que aconteció durante el mismo."
Para Poveda, la propia enfermedad es el camino para el conocimiento terapéutico dentro del chamanismo. Dice que cualquier enfermedad y su curación pueden ser entendidas según cuatro momentos:
1) el de la situación previa en la que se daban los antecedentes;
2) el de la aparición y desarrollo del problema;
3) el momento de la crisis; y
4) la recuperación.
Y la formación del chamán se entiende mediante el desarrollo paralelo de esos cuatro pasos:
En la fase de antecedentes pueden recogerse la aparición de experiencias inusuales o signos físicos extraños que dan singularidad a un individuo. También pueden existir períodos de reflexión solitaria. La búsqueda de respuestas en el aislamiento voluntario, ha sido una de las formas en que los seres humanos han iluminado o reencuadrado sus problemas y han mantenido una sabiduría que va más allá de lo cotidiano. Entre los indígenas de norteamerica es conocida como "vision quest". El planteamiento y desarrollo del problema es entendido como una llamada de los "espíritus", como una vocación especial, que constituiría la segunda fase. Estas podrían ser:
a) La llamada de alguna enfermedad. Es evidente que para aprender algo lo mejor es ponerse manos a la obra, practicarlo, vivirlo intensamente o sufrirlo. En este sentido una de las formas primordiales de aprender sobre un problema es haber pasado por él y haberlo superado. En el caso concreto de una enfermedad, haberla sobrepasado con éxito será una de las formas primarias de conocerla y saber como manejarla. Los ex-pacientes dejan de serlo para convertirse en expertos, en fuentes de información sobre un proceso que les ha llevado a formas inhabituales del vivir. El contacto con el dolor y la muerte constituye un modo poderoso de exposición al conocimiento o a la necesidad de saber acerca de situaciones críticas. El chamán ha sido definido también como "el curador herido", en el sentido de que las cicatrices son señales de su transformación en el camino del conocimiento para sanar. El psicoanalista que pasa su propio psicoanálisis antes de empezar a trabajar representa otra manifestación de esta manera de aprender. La persona que forma parte de un grupo de autoayuda, comparte sus experiencias y constituye un ejemplo de ese conocimiento de primera mano puesto al servicio de los otros.
b) La llamada chamánica familiar. El hecho de tener modelos cercanos y accesibles a los que imitar facilita cualquier proceso de aprendizaje. La transmisión familiar será otra de las formas elementales de adquisición de conocimientos. El lugar donde habitualmente trabajan los chamanes es de ordinario el lugar donde viven y donde está su familia o su grupo. Es un sistema tradicional para transmitir experiencia, sobre todo en tareas que incluyen especialización artesanal. Esta vocación familiar puede seguir una línea femenina (p.e. vogulos) o masculina (p.e. ostiacos y samoyedos siberianos) (Tondrian, 1964).
c) Junto a las anteriores, deben incluirse también otro tipo de llamadas, que se atribuyen genéricamente a los "espíritus".Son señales, con valor profundo para un individuo concreto. Muchas veces esta llamada es sentida viniendo "desde arriba". En el mundo del chamán los cielos y las montañas representan al mundo superior, más intelectual y espiritual. Lo que hay bajo el agua o bajo la tierra representa al mundo inferior, más físico. El mundo medio entre ambos no es solamente el lugar donde se vive, sino también donde se sienten y se dan los estados ordinarios de conciencia. La llamada busca traducirse en hechos concretos capaces de modificar este mundo de lo cotidiano. Esta llamada puede percibirse a través de los sueños, de sucesos extraordinarios o en medio de problemas individuales o grupales que precisan una solución radical.
El "espíritu" que descubrimos en las grandes peregrinaciones: Meca, Roma, Jerusalén, Santiago de Compostela, Guadalupe y tantos otros lugares, manifiesta de manera consistente en cada cultura una transformación personal, profunda y enriquecedora. Para significar su importancia, en algunos casos como en el mundo musulmán, se cambia el propio nombre o se le añade otro
Según los grupos humanos, su evolución a lo largo del tiempo y la reflexión que en ellos se da sobre la enfermedad, el proceso de transformarse en chamán puede presentar diferencias. Estas son siempre más superficiales que profundas, y más bien cuantitativas que cualitativas.
CONVERTIRSE EN CHAMÁN
Palabras de un chamán esquimal Iglulik:
"Deseaba convertirme en chamán con la ayuda de los demás, pero no lo conseguí. Visité a muchos chamanes famosos y les hice grandes regalos... Busqué la soledad y pronto me entró una profunda melancolía. A veces me echaba a llorar y me sentía muy desgraciado, sin saber por qué. Entonces, sin razón alguna, de repente todo cambiaba y me sentía inexplicablemente alegre, con una alegría tan poderosa que era incapaz de contenerla, y tenía que ponerme a cantar, una poderosa canción en la que sólo había cabida para una palabra: ¡Alegría, alegría! Además, tenía que utilizar toda la fuerza de mi voz. Entonces, en el seno de aquel misterioso y abrumador ataque de alegría, me convertí en chamán, sin saber yo mismo cómo había ocurrido. Pero era chamán. Podía ver y oír de un modo totalmente distinto. Había adquirido mi qaumanEq, mi iluminación, la luz chamánica del cerebro y del cuerpo, de modo tal que no sólo era capaz de ver a través de la oscuridad de la vida, sino que la misma luz emanaba de mí, imperceptible para los seres humanos, pero visible para todos los espíritus de la tierra, del cielo y del mar, que se me acercaron para convertirse en mis ayudantes espirituales".
Knud Rasmussen, "Intellectual Culture of the Iglulik Eskimos". Informe de la quinta expedición Thule 192124, vol. 7, no 1 (Copenhague, Gyldendalske Boghandel, Nordisk Forlag, 1929); citado pür Michael Harner en "The Way of the Shaman" (San Francisco, Harper Row, 1980).
¿Cuáles los las características de un chamán?
Fred Alan Wolf es un investigador científico poco convencional, que de mago ilusionista pasó a convertirse en doctor en física teórica. Este estadounidense es autor de diversos libros como Parallel Universes y ha pasado varios años de su vida conviviendo con chamanes e investigadores del tema en Gran Bretaña, Suiza, Estados Unidos, Brasil, Perú y México.
Después de un viaje a Perú en 1989, durante el cual tuvo diversas experiencias con ayahuasca, escribió un nuevo libro titulado La búsqueda del águila. En él reconstruye sus relaciones con el chamanismo y da cuenta de su comprensión paulatina de las coincidencias que encontró entre éste y la física cuántica, la psicología y la ciencia moderna en general. Esta comprensión lo llevó a formular nueve hipótesis acerca de los chamanes:
1) ven el universo como hecho por vibraciones;
2) ven el mundo en términos de mitos y visiones que en un principio parecen contrarias a las leyes de la física;
3) perciben la realidad en un estado de conciencia alterada;
4) utilizan cualquier truco para alterar las creencias del paciente sobre la realidad;
5) escogen lo que es físicamente significativo y ven todos los acontecimientos como universalmente comunicados;
6) penetran en mundos paralelos;
7) trabajan con una sensación de gran poder;
8) utilizan el amor y la energía sexual como energía curativa;
9) penetran en el mundo de la muerte para alterar su percepción en este mundo.
La interesante forma narrativa que escogió Alan Wolf para contrastar estas hipótesis con sus experiencias vivenciales fue entretejer tres historias distintas: la trama de una película que vio en Lima basada en las aventuras de dos personajes que toman ayahuasca; su propia historia, la cual describe en función de los lugares a los que fue, lo que vio e hizo en ellos; más el desarrollo de la idea de una nueva física de la conciencia para explicar algunos de los acontecimientos que observó y experimentó.
Wolf dice que aunque tal vez se vea en aprietos al sugerirlo, le parece que el mundo occidental "debe empezar a tener un punto de vista más tolerante con respecto a las substancias sagradas y productoras de visiones, en particular cuando dichas substancias se toman bajo la guía de un chamán; una persona con conocimiento sobre el mundo de las plantas."
Anticipándose a sus posibles críticos, Wolf advierte que no puede "siquiera concebir la ingestión de las plantas como algo recreativo", ya que desde su perspectiva sería peligroso hacerlo. Sin embargo cree que la ayahuasca puede ser utilizada por la profesión médica, "con la participación de Ayahuasqueros", para sanar muchas enfermedades mentales/corporales graves: "Mis pensamientos se dirigen al gran número de adictos a las drogas de nuestras sociedades modernas. Creo que un programa controlado de viajes con ayahuasca para los adictos a las drogas podría llevar a la cura de la adicción a éstas. Creo también que la ayahuasca puede ser útil para curar la depresión. Pienso en especial en la recuperación de muchos veteranos de la guerra de Viet Nam, a los que entiendo, sufren graves tensiones mentales".
Este físico galardonado con el American Book Award por su obra Talking the Quantum Leap encuentra que "el estado chamánico de conciencia, tal como lo ponen a nuestro alcance la ayahuasca u otros medios de inducir una conciencia chamánica, permite a la persona verse a sí misma bajo una luz mítica. Dicha visión proporciona un sentido de la compasión, una conexión con toda la vida; una nueva razón de existir."
El chamanismo esencial según Juan Ruiz Naupari
Juan Ruiz Naupari, es un chamán y psicólogo transpersonal peruano que actualmente trabaja en colaboración con Stanislav Grof
Ruiz Naupari coincide plenamente con la visión de Fericgla acerca de los chamanismos. Para él la verdadera esencia del chamanismo en sus orígenes fue el autodescubrimiento y no la brujería o la simple sanación de síntomas físicos sin atender al origen espiritual de la enfermedad que es la desconexión del hombre con Dios.
En este sentido, Ruiz Naupari asegura que el chamanismo original coincidía completamente con las enseñanzas de Buda, Krishna, Jesucristo y los demás destacados estudiantes y graduados en la ancestral tarea de regresar a la divinidad mediante el camino espiritual que sintetiza la clásica máxima del Templo del Oráculo de Delfos: "Conócete a ti mismo".
Para este chamán, "Las plantas tienen un espíritu y sus espíritus son inteligentes y tienen una gran misión y es la de ayudar... las llamadas plantas de poder o plantas Maestras, que en el desarrollo de la evolución, son plantas más evolucionadas, son grandes adiestradoras o adiestradores de lo que es la mente y la conexión con el espíritu."
A continuación presento una síntesis de una charla pronunciada por Juan Ruiz Naupari acerca de los distintos chamanismos y la cosmovisión andina en torno al chamanismo esencial:
El chamanismo antiguamente fue practicado por una élite sacerdotal y lo que conocemos como chamanismo, sobre todo en Perú, después de quinientos años, no es el chamanismo auténtico, porque este chamanismo está desprovisto de lo que es el trabajo de autodescubrimiento. Podríamos decir que el chamanismo que se practica ahora es como la medicina oficial, donde el paciente va al médico para que le solucione el problema y el doctor intenta solucionarle su afección a través de unas sustancias químicas sin llegar a la esencia de la enfermedad.
En el trabajo del autodescubrimiento debemos saber que el hombre, de acuerdo a la concepción andina, tiene tres niveles, para poder tener la oportunidad de descubrirse: el primer nivel que se llama Hanan Pacha o un mundo espiritual; el segundo nivel o Kay Pacha, el mundo del aquí y ahora, de los pensamientos y los actos volitivos de la vida diaria; y un tercer nivel, el Uku Pacha, que es el nivel denso, el nivel del ego. Entender y conocer esto es muy importante en la visión chamánica. El chamán sabe que existen esos tres mundos, externamente y también internamente.
El chamán moderno, se quedo en el mundo del Kay Pacha, es decir, el mundo del aquí y del ahora, de los problemas cotidianos y de los problemas físicos, pero no aborda el tema de fondo. Se quedó en el Kay Pacha. Tampoco tiene un gran conocimiento de lo que es el mundo del Hanan Pacha o mundo espiritual... Cuando uno entra a estudiar y a trabajar con el chamanismo, esto nos da una visión que nos permite el conocimiento de otro tipo de energía. Percibir el aura, por ejemplo, ya no es una cuestión extraordinaria sino más bien ordinaria cuando se está trabajando con el chamanismo. Ocurre como con la sociedad tibetana donde se habla tranquila y alegremente sobre cuestiones de reencarnación. Es algo cultural. Y en chamanismo también es algo cultural hablar de las energías. Las energías que curan, las energías que enferman. Pero otra cosa distinta dentro de lo que es el contexto chamánico es el Espíritu y los diferentes niveles espirituales. Otra cosa también es el abordaje que se hace a los diferentes elementos o departamentos de nuestro subconsciente para descubrir al ego. Entonces esto es lo que ya no existe en el chamanismo moderno, ya no existe la parte superior de la espiritualidad...
Algo sucedió en las esferas chamánicas y ese algo fue precisamente que abandonaron el autodescubrimiento, abandonaron el trabajo psicológico y espiritual, porque el trabajo psicológico y espiritual requieren de un esfuerzo. Y para lanzarnos a la búsqueda del autodescubrimiento y a tocar otras esferas espirituales, necesitamos energía y si no tenemos energía, no tenemos esa pasión con la cual investigar y hacernos acreedores de esos misterios que están en el Universo.
El chamanismo esencial va mucho mas allá de lo que es una acción de sanar, de curar el cuerpo físico. Podría decir sin temor a equivocarme, por ejemplo, que el príncipe Gautama Sakyamuni, el Buda, era un chamán. Su labor la enfocó realmente a lo que es el autodescubrimiento. El propio Jesús, el Cristo, su actitud, su trabajo, era eminentemente chamánico. El trabajo, la obra que le enseña Krishna a Arjuna es chamánico también. El trabajo del propio Krishnamurti, también es un trabajo chamánico en el sentido de que es un camino que nos permite lo que es el autodescubrimiento.
La espiritualidad no solo está ligada a la idea del Espíritu, a la propia palabra del Espíritu, ni tampoco a la adquisición de ciertas facultades para percibir la energía o tener cierta intuición ante ciertos eventos. Podríamos decir que eso son los rudimentos de lo que podría ser una espiritualidad exitosa en la vida del hombre. Entonces, es en el chamanismo esencial donde nosotros podemos encontrarnos a nosotros mismos...
Lo que quiero dejar bien asentado es que hubo un chamanismo de un alto nivel y que estaba basado fundamentalmente en el autodescubrimiento, más allá de esas acciones de magia o de brujería o de hechicería que se practican comúnmente hoy día y que nada tienen que ver con lo que fue el chamanismo esencial o aristocrático que existió en las épocas antiguas en todos los confines del planeta Tierra.
Entonces, el trabajo del chamanismo esencial no es simplemente para tener la anécdota de haber estado allí. No, la orientación que personalmente tengo y que los maestros con los que trabajo me dan, es precisamente que nosotros tengamos una percepción acerca de nuestro trabajo espiritual y acerca de aquello que nos resta energía y que nos corta las fuerzas necesarias en la investigación y el conocimiento de esa otra parte de nuestro universo que no hemos conocido; para que de manera conciente y sistemática hagamos de nuestro trabajo espiritual, nuestro propósito fundamental.
Tenemos tantas tentaciones en el mundo físico, tantas ocupaciones o preocupaciones que nos sacan fuertemente de lo que es nuestro propósito de trabajo interior, pero debemos hacernos un propósito y ese propósito debe ser inquebrantable... Si no hay un propósito que nosotros consideremos como algo sagrado, sepan bien que nos morimos todos sin haber experimentado lo bello, sin haber experimentado el amor y aquí a la Tierra hemos venido a experimentar el amor.
Cuando en el chamanismo no se trabaja con estas pautas, entonces el chamán sólo podrá ver serpientes, sólo podrá ver jaguares, sólo podrá ver musas, pero no podrá ver la Esencia del Espíritu, no podrá realizar un excelente trabajo de autodescubrimiento.
Nuestro interés debe ser directamente el Espíritu, porque el Espíritu es la llave, es la clave, es como un ubicarse en un lugar estratégico y desde allí observar y desde esa observación, desde esa contemplación resolver, desde el Espíritu mismo, desde el corazón. Ese es nuestro ideal como seres humanos y a eso llegaremos tarde o temprano y si no es en esta existencia, no importa, llegaremos en otra, pero llegaremos. Esta noticia es una noticia que les servirá para todas sus existencias, es una noticia que ha sido dicha antiguamente y va a ser pronunciada continuamente. Seguro que lo han escuchado más de una vez, pero más de una vez no hemos escuchado realmente..
Un Trabajo Místico podríamos decir que es como aquella capacidad que nos califica para poder conocer otros ámbitos del Espíritu. Un ejemplo de ello son las experiencias con enteógenos.
De pronto yo medito, comulgo con la abuelita (ayahuasca) o con el venadito (peyote) y empiezo a sentir unas sensaciones raras y extrañas. Como son sensaciones raras y extrañas mi mente no las tiene registradas y lo que hace la mente inmediatamente es producir miedo. Miedo ante esa sensación rara y extraña. Lo primero que nos preguntamos es '¿Será malo entrar en contacto con plantas sicointegradoras o enteógenos, tendrá contraindicaciones?' Y curiosamente jamás nos hemos preguntado si el ego tiene contraindicaciones. Y el ego es el causante de un gran porcentaje de todas las enfermedades humanas... Entonces cuando empezamos a sentir ese tipo de experiencias viene nuestro temor, pero cuando uno ya ha recorrido ese camino muchas veces, entiende que ese color, que esa emoción o que esa atención obedece al pensamiento del miedo o a un pensamiento negativo, que está en esos momentos invadiendo nuestra mente y nuestra alma y que está impidiendo que nosotros aflojemos los músculos, la mente, la emoción y podamos fluir con tranquilidad hacia el mundo espiritual. Es como cruzar un puente de una orilla a otra. Sabremos que hay una serie de elementos amenazantes, pero sin embargo esos elementos, esas serpientes o dragones, son aspectos ilusorios, son espejismos que están allí precisamente, para apartarnos del camino, para seleccionar a los caminantes...
Entonces cuando uno entra en contacto con una experiencia transpersonal y observa en primer lugar una serpiente, por ejemplo, que uno no comprende, que no entiende, que está amenazando, entonces uno puede tener miedo y el cobarde se retira y el cobarde acaba. Pero sin embargo cuando uno reconoce que es un espejismo o también cuando uno puede decodificar esa información, decir esta serpiente me está engendrando miedo y yo me relajo, entonces el Espíritu entra a través de la intuición y nos dice: "¡Ah, esta serpiente, esta relacionada con un miedo a enfermar", por ejemplo. Pero como estamos desde el corazón, haciendo el viaje desde el corazón, sabremos que no es necesario ese miedo a enfermar, es simplemente un temor irracional que se ha incorporado en nuestra mente, en nuestra sicología, de alguna manera porque quizás nuestra abuela se acaba de morir de cáncer y nosotros también pensamos que nos va a dar cáncer y que nos vamos a morir de la misma manera y que vamos a morir jóvenes. Entonces lo primero que aparece es el temor más fresco, más reciente: una serpiente, un dolor, un duelo. Son cosas que no existen, no son reales, son una locura. Pero otro hombre inteligente diría: "A ver ¿qué es esta serpiente?", y descubre que es un temor al miedo, es un ejemplo simplemente, de acuerdo. Pero también tiene en ese momento la oportunidad de desbaratar ese miedo hacia la enfermedad y entonces continúa caminando y llega a la otra orilla y tiene una experiencia con el Espíritu.
Luego si otra vez aparece la misma serpiente se dirá, "Bueno ya conozco a esta serpiente, ya tengo un recuerdo de lo que es el miedo a enfermar pero continuo adelante", y ese continuar y esa comprensión hace que esa serpiente en la próxima experiencia ya no aparezca. Entonces son como guardianes de nuestros propios egos y curiosamente se constituyen en guardianes de nuestro camino espiritual pero también como señales de que estamos en ese camino... Es interesante su estudio, el ego es un amo, es un jefecillo que está ordenándonos constantemente hacia aquello que nosotros no deseamos, pero también está poniendo a prueba nuestra inteligencia. Si nosotros nos achicamos ante el ego, si nos achicamos ante la vida, le damos poder al ego, y la mejor forma de enfrentarse al ego es observarle, porque curiosamente en la investigación que se hace del análisis del ego lo que no le gusta precisamente al ego es que le vean.
Con la abuelita se llega precisamente al centro del Espíritu... Pero ese regalo se nos da simplemente para que nosotros después vayamos haciendo conscientemente ese camino y vayamos construyendo el Camino del Espíritu de una manera consciente, con nuestra experiencia, con la energía de nuestras manos, con nuestro propósito, con nuestra voluntad para que podamos llegar a tener un acceso fácil a nuestro Espíritu interior.
Hay que contemplar el trabajo que hay que realizar en nuestra existencia para alguna vez lograr nuestra auto realización, para lograr en esta vida, en está existencia, lograr la iluminación y esto no es un atrevimiento, aunque los budistas digan que se necesitan muchas existencias para la iluminación. Esto es relativo, uno puede llegar a la iluminación en esta existencia, el requisito es enamorarse del Espíritu... Así tenemos que aprender a enamorarnos de Dios, a enamorarnos del Espíritu, pase lo que pase en nuestra vida, suceda lo que suceda en nuestra existencia. Me refiero a veces, a las aparentes dificultades, que realmente son exámenes o pruebas y las pruebas son para fortalecernos. Debemos pensar así, la prueba es para salir fortalecido. Entonces, a pesar de esas circunstancias que ponen a prueba nuestra convicción de ir hacia el Espíritu, uno debe continuar con la flecha lanzada al Infinito, al Sol, a Dios, no detenerse...
¿Qué es el Neochamanismo?
Joan B. Townsend, una antropóloga y profesora canadiense especialista en la gama de nuevos movimientos religiosos y actividades de la "Nueva Era" en Occidente, define el neochamanismo como un movimiento "que combina aspectos específicos del chamanismo tradicional, procedente de diversas sociedades alrededor del mundo, con un nuevo complejo de prácticas y creencias".
En su ensayo "Neochamanismo y el movimiento místico moderno", que a mi juicio tiene un destacado lugar en la valiosa compilación de Gary Doore: El viaje del chamán, curación, poder y crecimiento personal, Joan Townsend segura que el neochamanismo está ejerciendo una gran influencia en la mísitica moderna:
Este resurgimiento tiene lugar primordialmente en un pequeño pero importante segmento de la población que experimenta una nueva espiritualidad caracterizada por su interés en sistemas religiosos no occidentales. Y resulta especialmente significativo este interés por cuanto incluye gente educada, de clase media alta, personas que ocupan posiciones desde las que pueden influir, a su vez, sobre las ideas y tendencias de su sociedad. En dicho grupo se están redefiniendo y modelando distintos sistemas de creencias que cobran apariencia de un nuevo movimiento místico.
Esta profesora enmarca los orígenes del neochamanismo en la década de los sesenta del siglo pasado, cuando el movimiento hippie impulsó la idea de buscar el contacto directo con lo trascendente y cuando algunos antropólogos estudiaron con chamanes indígenas que habían conservado sus sistemas tradicionales, convertiéndose en sus aprendices, en un intento por asimilar de primera mano los sistemas chamánicos, alejándose del punto de vista teórico y anecdótico de sus antecesores.
En este sentido, ella destaca los trabajos de Michael Harner con los chamanes sudamericanos, los de Peter Furst y Barbara Myerhoff sobre el chamanismo huichol en el norte de México y los polémicos estudios de Carlos Castaneda, sobre su aprendizaje con el chamán-brujo yaqui llamado don Juan, también en el norte de México. Y aquí yo incluiría también los estudios de Josep Maria Fericgla, aprendíz de los shuar (jíbaros) ecuatorianos; los de Jacobo Grinberg-Zimmerman, seguidor de Pachita y otros chamanes mexicanos; y los estudios de por lo menos dos de los destacados discípulos de la mítica oaxaqueña María Sabina, que son los doctores Salvador Roquet y Richard Yensen.
Para Joan Townsed, lo fundamental del chamanismo "es el acceso a una realidad alternativa, distinta a la realidad cotidiana en la que todos funcionamos", donde el chamán es capaz de penetrar a voluntad y realizar cosas que afecten directamente la realidad ordinaria, con ayuda de espíritus, guías, maestros sin cuerpo físico o animales de poder. Hasta aquí señala coincidencias, sin embargo le parece que las diferencias comienzan en la búsqueda de trascendencia que caracteriza a los neochamanes, en su forma de integrar los conceptos de la medicina occidental con la sabiduría de la medicina tradicional y en general, en el hecho de que las ideas de un neochamán son mucho más eclécticas que las de un chamán clásico.
Muchos neochamanes son individuos en busca de trascendencia, que no suelen afiliarse a organizaciones duraderas o claramente definidas, como las iglesias o los grupos de "culto". En realidad, sus "grupos" no son más que pequeñas aglomeraciones de gente que se reúne en talleres y asambleas locales. Estos grupos, raramente dotados de una estructura social, son amorfos y relativamente de poca duración. La gente participa con frecuencia en varios grupos de este género simultáneamente, en uno de los cuales puede que se haga hincapié en el neochamanismo, en otro en la curación, en otro en el desarrollo psíquico y en otro en sesiones espiritistas.
A veces los neochamanes utilizan técnicas del chamanismo clásico para curar, tales como la de succionar para eliminar el objeto intruso en esta realidad y en la realidad alternativa, o la de viajar a la realidad alternativa para rescatar un alma perdida o un espíritu de poder. Sin embargo, su interpretación de la enfermedad es más amplia. La mayoría acepta la teoría de los gérmenes, así como otros modelos occidentales contemporáneos sobre las causas de las enfermedades, y reconoce el valor de las técnicas de la medicina moderna. En la mayoría de los casos, la curación chamánica (psíquica o espiritual) se considera adjunta a la medicina occidental, más que una opción alternativa. No obstante, existe un sentimiento, compartido por los miembros del sistema de creencias neochamánico y los del movimiento místico en general, de decepción con respecto a la medicina convencional. Se respetan los éxitos alcanzados por la medicina occidental, pero son muchos los que opinan que ha ido demasiado lejos. Con frecuencia se perjudica a los pacientes, en lugar de ayudarles.
En su completo ensayo, Townsed advierte que gran parte, los neochamanes, los videntes, los espiritistas y los curanderos, tanto hombres como mujeres, practican las mismas actividades y comparten las mismas creencias por lo que hoy en día resulta peligroso establecer una distinción rigurosa entre "chamán" y "no chamán":
Técnicas tales como la imposición de manos, la curación del aura, la curación por meditación a distancia y con la asistencia de ayudantes espirituales, o los viajes chamánicos y la extracción de la enfermedad, se consideran como suplementos útiles a las terapias ortodoxas. A veces éstas pueden triunfar donde ha fracasado la medicina convencional y curar a paciente desahuciado. La curación no es sólo física. Incluso cuando no se cura la enfermedad física, la curación del espíritu y la armonía del paciente consigo mismo y con "el universo" se consideran de una importancia igual o mayor. Claramente, la línea que separa a los chamanes tradicionales y neochamanes contemporáneos por una parte, de los videntes y espiritistas por otra, es sumamente sutil.
Otras coincidencias que Joan señala entre el neochamanismo y el movimiento "nueva era" se hayan en "el supuesto esencial de que todo está interrelacionado", lo cual conduce a un enfoque profundamente ecológico en el neochamanismo, "reminiscente de las primeras creencias hippies", y a la idea recurrente de la necesidad de un "despertar espiritual colectivo" que detenga no sólo el deterioro ecológico, sino los problemas derivados de las desigualdades sociales y la violencia entre grupos raciales y entre naciones.
En este sentido: Se considera que el trabajo neochamánico constituye un instrumento para poner fin a dichas pautas y dirigir el rumbo del desarrollo humano hacia la supervivencia, en lugar de la destrucción. Existe también una esperanza y una fe compartidas en que cuanta más gente ingrese en dicha espiritualidad, mayor será la probabilidad de efectuar un cambio en el mundo, que lo convierta en un lugar mejor y más seguro donde vivir. La unión de todos los pueblos puede convertirse en realidad y la paz en un hecho consumado. Es preciso que tenga lugar un despertar espiritual y éste es el fin al que se encamina la totalidad del movimiento místico.
Por último, Townsend se refiere al futuro del neochamanismo y descarta la posibilidad de que sea sólo una moda "instantánea" de consumo en Occidente. Frente a las críticas que señalan que el éxito del neochamanismo encarna el vacío y "la superficialidad de gran parte de la sociedad actual de supermercado que demanda versiones abreviadas de trascendencia espiritual", la autora cita a Michael Harner, quien respondió con las siguientes palabras a las críticas dirigidas contra sus "cursos intensivos" sobre chamanismo, poco después del accidente de 1986 en la central nuclear de Chernobyl, en la Unión Soviética:
...si las grandes naciones del mundo trabajan día y noche en sus propios cursos intensivos para nuestra aniquilación mutua, no podemos permitirnos ir más despacio en nuestro trabajo en dirección opuesta. La pausada enseñanza que fue posible en las antiguas culturas tribales ha dejado de ser apropiada. Las fuerzas de destrucción nuclear y ecológica avanzan apresuradamente, y también debemos hacerlo nosotros. Es preciso despertar a la gente, o puede que duerma eternamente. Y no sólo es preciso que despierte al conocimiento de la realidad ordinaria, por importante que ésta sea, sino a una comprensión personal, profundamente espiritual, de la interconexión de todo lo existente. Trabajemos unidos y tan rápido como podamos.
Según Townsend, la respuesta de Harner es típica de los sentimientos de muchos miembros del neochamanismo y del movimiento místico en general:
Es posible cambiar radicalmente la actitud y por consiguiente el rumbo de la historia mundial por medio del trabajo místico, conforme prolifere entre la población del planeta. Sin un cambio de rumbo importante, el mundo se encamina a la destrucción. Por el camino de la mística y conscientes de la unión de todo cuanto existe, se conseguiría un mundo nuevo y mejor en esta realidad, además de la paz que aporta la trascendencia. El chamanismo posee importantes verdades místicas y el potencial de experiencias trascendentes que mucha gente en la sociedad occidental anhela con ahínco. Así pues, creo que el neochamanismo y el resto del movimiento místico no constituyen una moda pasajera de una sociedad seglar y consumista, sino que suponen una tendencia importante, en potencia, capaz de cambiar radicalmente las creencias de la sociedad occidental.
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