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07 mayo, 2009

EL PORTADOR DEL SUEÑO.


Santiago Pando

No importa lo que viene por delante, lo importante es lo que dejamos atrás.
Morfeo, Matrix 2.

Millones de espermatozoides compitiendo en pos de fecundar al óvulo.
Al final, uno solo lo logra. Esa es la película de la vida.

Y podemos interpretarla de dos formas contrarias.

Para la manera común de ver las cosas, significa que los seres humanos
nacimos para competir los unos contra los otros. Y gana el mejor, el
más fuerte, el más rápido. Separación. Condena. Jerarquía vertical.

La otra visión lo ve justo al revés: si uno llega, llegamos todos. No
hay competencia sino colaboración de unos con otros. Uno es el fractal
de todos. Nadie pierde, todos ganan. Unidad. Libertad. Reino
horizontal.

Si uno cambia la forma de ver las cosas, la vida entera puede cambiar.

Ese espermatozoide que logra fecundar al óvulo es el portador de un
sueño colectivo.

Un mismo sueño compartido por los millones y millones de almas que
están encarnadas en la tierra en determinado momento. Es el sueño
cósmico donde todos somos uno. El génesis de la humanidad. El retorno
al paraíso terrenal.

El amor hecho realidad es el sueño cumplido. El ahora es el presente
divino donde los sueños se hacen realidad.

No importa de dónde vengas o cuál haya sido tu camino, porque en el
aquí y ahora todos somos portadores del mismo sueño. Todos somos
elegidos.

Somos, uno a uno, parte del gran rompecabezas del Creador.

Ser creadores es nuestra naturaleza humana. Somos hechos a imagen y
semejanza del Creador.

Crear nuestro propio sueño es unirnos sincrónicamente con el gran
despertar colectivo. Todo sueño es un despertar latente en el corazón
de uno.

Como dice Don Lauro en la película Creer es crear: si este sueño es
una realidad, hagamos sueños más maravillosos.

Cada uno de nosotros es el portador de ese sueño que quiere unirse al
gran despertar de la humanidad, donde todos somos uno.

El amor es el sueño que compartimos todos. Y es viral y contagioso.

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