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21 enero, 2009

Deja que el plan divino se desenvuelva

¿Anhelas que un reto en tus relaciones personales se resuelva perfectamente? Ten la seguridad de que hay un plan divino de amor y comprensión para ti. Deja ir y deja que ese plan se desenvuelva.

¿Necesitas saber los pasos correctos para tomar una decisión? Ten la seguridad de que hay un plan divino de luz y guía para ti. Deja ir y deja que el plan se desenvuelva.

¿Oras para superar un problema mental, emocional o físico? Ten la seguridad de que hay un plan divino de ayuda y curación para ti. Deja ir y deja que el plan se desenvuelva.

¿Deseas comprenderte mejor, ser más feliz, estar libre de tensión y ansiedad? Ten la seguridad de que hay un plan divino de paz y liberación para ti. Deja ir y deja que ese plan se desenvuelva.

Aquiétate y aparta tu atención de las demandas de las actividades diarias. Declara: Hay un plan divino en mi vida. Me calmo y permito que el plan se desenvuelva. Escucha atenta e internamente, sin traer a tus pensamientos lo que crees que debiera suceder. Vuélvete como un niño, confiado y receptivo a la guía del Espíritu que mora en ti.

Tal vez las contestaciones lleguen en esos momentos de escuchar calladamente. Tal vez sientas una seguridad interna o sientas que debes tomar alguna forma de acción definida. Puedes ser guiado a hacer una llamada telefónica, hablar con alguna persona en particular o escribir una carta. O quizás sientas que has de esperar pacientemente que el Señor te guíe. No preguntes por qué no has recibido respuesta. Continúa reconociendo que hay un plan divino activo en tu vida.

Supón ahora mismo que hay un plan divino de bien trabajando en tu vida. A medida que asumes esta actitud en mente y corazón, sientes que Dios actúa a través de ti en formas maravillosas y a veces misteriosas, para manifestar la mejor solución para tus problemas, las respuestas más útiles a tus preguntas y los resultados más beneficiosos para todos a quienes concierne.

Si tu necesidad es financiera, recuerda que hay un plan divino activo en tus asuntos. Luego deja ir y déjalo desenvolverse. Si enfrentas un reto físico o emocional, reconoce que hay un plan divino de curación que obra en tu mente y corazón. Deja ir y déjalo desenvolverse. Si te preocupas por una relación importante, ten valor y reconoce que hay un plan di­vino obrando en esa circunstancia. Dios dirigirá todos tus pasos. Dios te dirá cuándo permanecer callado y cuándo hablar. Dios revelará Su presencia y te mostrará cómo manejar toda situación con amor y sabiduría para traer a manifestación resultados correctos. El plan divino de las relaciones correctas se volverá una realidad para ti a medida que lo liberas y dejas que se desenvuelva.

Seguramente hubo momentos cuando aun el Maestro tuvo que recordar que había un plan divino activo en Su vida, momentos cuando oró sinceramente y confió en el Padre para obtener la dirección deseada. Jesús probó el poder de tal confianza, el poder que hace milagros, al dejar que el plan divino se desenvolviera a través de Él para toda la humanidad.

Cálmate y libera tus dudas, temores, ansiedades y tensiones. Deja ir y deja que el plan divino del bien se desarrolle. Entrega tus pensamientos, tus sentimientos —todo tu ser— al plan divino. Recuerda que hay un plan di­vino para que lo correcto se manifieste. Mantente firme en la conciencia de que hay un plan divino que obra en tu vida.

No hay nada que no puedas abordar con valor y sabiduría, nada que no puedas manejar con inteligencia, nada que pueda impedir tu camino, ni que te detenga a salir victorioso cuando te mantienes en la verdad de que el plan de Dios obra en todas las experiencias de tu vida. Momento tras mo­mento Su plan está activo. Día a día se desenvuelve. ¡Sé consciente de eso! Sentirás la presencia del Padre y verás las bendiciones reveladas en cada paso que das.



por Mary L. Kupferle

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