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17 agosto, 2007

Sigue la crisis anunciada

La crisis financiera
no ha tocado fondo


Dos millones de propietarios en EE.UU., a punto de perder
sus hogares a causa de las nuevas condiciones hipotecarias

Argentina, 13 ago (Infobae Profesional vía Yahoo).- Los datos hablan
por sí solos y muestran una realidad muy dura para bastantes familias
estadounidenses, que aprovecharon los bajos tipos de interés para invertir
en un hogar. Hoy se calcula que en EE.UU. hay dos millones de
propietarios a punto de perder sus hogares porque no son capaces de soportar
las nuevas condiciones que imponen los bancos. El epicentro del terremoto
está en los Estados de Florida, California y Arizona, donde muchos se
apresuran a vender sus viviendas para cubrir deudas y vivir en alquiler
con el efectivo que les quede.

La mayoría contrataron con sus bancos unas hipotecas conocidas como
“subprime” o de alto riesgo. Son préstamos que se concedieron a individuos
con un historial de crédito dudoso, cuando los tipos de interés
estaban por los suelos. Otros engañaron a los bancos sobre sus ingresos
reales. Las entidades hipotecarias, entretanto, revendían el riesgo
vinculado a estas hipotecas y lo colocaban en paquetes en el mercado de bonos
garantizados, atrayendo inversiones de los grandes bancos de Wall
Street.

Surgieron así dos burbujas, una vinculada al mercado inmobiliario y
otra al crédito. Y con los primeros síntomas de recesión en el sector de
la vivienda y el alza de tipos de interés llegaron los problemas. "El
sector de la vivienda creó una gran actividad económica y empleos en su
entorno, y ahora se ha revertido el proceso", señala Paul Kasriel,
antiguo economista de la Fed. Los bancos empezaron a revisar las hipotecas y
los propietarios comenzaron a dejar de pagar las cuotas mensuales, que
con las penalizaciones por los retrasos empezaron a duplicarse o
incluso triplicarse. Y comenzó la espiral, según informó El País.

Los precios de la vivienda están cayendo ahora a un ritmo que no se
veía desde los años de la Gran Depresión de 1929. La explosión de la
primera burbuja inmobiliaria se unió a la del crédito y salpicó a los
grandes bancos, como explican desde Global Insight. Los expertos hablan de la
creación de un efecto "pinza", en el que se encuentran atrapadas ahora
las grandes entidades financieras que apostaron por este mercado
subprime durante el boom, como los hedge funds de Bear Stearns.

En medio de esa doble burbuja quedaron también atrapados los grandes
bancos extranjeros, atraídos en años pasados por los productos
financieros estadounidenses. Es el caso de la entidad francesa BNP Paribas. Ello
explica que la crisis en EE.UU. esté salpicando a Europa y Asia.

"Muchos bancos internacionales, especialmente los europeos, optaron por
invertir en mercados de deuda como el de las hipotecas subprime y
ahora están sufriendo las consecuencias", afirman desde Global Insight.
Stefan Best, analista de Standard & Poors, anticipa que los bancos de
inversión dentro y fuera de EE.UU. incurrirán en pérdidas en sus carteras.

Aunque no cree que vaya a ser motivo suficiente para afectar a la
calidad de crédito en la industria financiera en su conjunto. Es más, cree
que esta corrección "llevará a una evaluación del riesgo más racional".
Pero advierte de que el proceso de ajuste llevará tiempo.

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, es el primero en reconocer que
se cometieron "excesos" durante el periodo de bonanza y advierte de
que pasará aún un tiempo antes de que se resuelvan los problemas. El
mercado hipotecario se estima en unos 10,9 billones de dólares, de los que
en torno a un 12% se consideran hipotecas de alto riesgo, según datos
de Inside Mortgage Finance.

"No puedo negar la gravedad del problema", decía Paulson en una
entrevista con la cadena CNBC, pero a renglón seguido recordaba que la
volatilidad es algo normal del mercado y destacaba la solidez de la economía
para capear el temporal.

La reacción del BCE y de la Fed fue, sin embargo, la de proporcionar
liquidez al sistema financiero para hacer ver a los inversores que hay
efectivo circulando. El problema es que se desconoce el impacto real de
la crisis. Josh Rosner, de la firma de analistas neoyorquina Graham
Fisher, señala en este sentido que "no existe un modelo para explicar lo
que está sucediendo en la industria inmobiliaria y en la hipotecaria".
Por eso cree que se debe dar una oportunidad a la Fed para que gestione
las turbulencias como crea oportuno.

Los analistas coinciden en que la volatilidad en el mercado es severa,
incluso cuando los fundamentales de la economía son buenos. La Reserva
Federal, entretanto, insiste en que el problema está aislado y cree que
no hay motivos para el pánico. "Los mercados querían liquidez y la Fed
se lo está dando", añade Don Luskin, de Trend Macro Investment, que
califica de correcta la estrategia seguida hasta ahora por el banco
central estadounidense. "Bajar tipos sería gran un error y lanzaría el
mensaje de que la Fed también está dominada por el pánico", remacha.

Lo mismo se opina desde Goldman Sachs, donde se asegura que no hay
elementos para una recesión. Para el caso europeo, la reflexión de Erik
Nielsen, uno de sus analistas, es que "no hay duda de que el BCE entiende
la presente turbulencia como resultado de una política de dinero barato
durante demasiado tiempo". Robert DiClemente, analista de Citigroup,
es menos optimista y opina que la conjunción de turbulencias y un mayor
deterioro del mercado inmobiliario obligarán a la Fed a modificar su
estrategia monetaria.

Una mirada al pasado

El estallido de la burbuja de crédito por la crisis hipotecaria en
EE.UU. está obligando a los analistas a mirar a crisis financieras pasadas,
para entender lo que pasa o anticipar lo que está aún por llegar.

Si se observa la evolución de las últimas semanas del índice Dow Jones,
el indicador por excelencia de Wall Street, la curva que muestra es
casi calcada a la del colapso vivido en el año 1987.

Otros tienden a mirar más hacia la crisis de las puntocom, las
compañías que nacieron al calor del boom tecnológico y de Internet. Porque los
dos eventos coinciden en una cosa: en los abusos financieros cometidos.

Sin embargo, como señala John Brady, de la firma de analistas MF
Global, la crisis que se vive actualmente en el mercado no es comparable con
episodios pasados porque, según explica, se trata simplemente de un
problema de crédito. "Los fundamentales económicos son buenos", reitera,
por eso no cree que la Reserva Federal (Fed) tenga que revisar a la baja
los tipos de interés para salir en auxilio de los inversores.

"Hay otras armas en el arsenal para dotar al mercado de la liquidez que
necesita", remacha Brady.

La mayor similitud con hechos y crisis pasadas, como coinciden en
señalar los expertos, se encuentra con las turbulencias que ocasionaron el
derrumbe del hedge fund Long Term Capital Management (LTCM), en el año
1998.

El fondo, en cuya gestión participaban varios premios Nobel en
Economía, perdió en apenas cuatro meses más de 4.600 millones de dólares.

La crisis en esta lucrativa industria, que se vio agravada por la
tormenta financiera en Asia, hizo temer lo peor en Wall Street.

En estas tres ocasiones, el entonces presidente del banco central
estadounidense, Alan Greenspan, optó por bajar los tipos de interés para
apoyar al mercado y contener la crisis, lo que eleva la presión sobre su
sucesor, Ben Bernanke, para que actúe cuanto antes.

En el mercado de bonos de Chicago se barajan un 75% de posibilidades de
un recorte en el precio del dinero en septiembre, si no llega antes de
que acabe el mes de agosto. Sin embargo, apuntan que ahora hay otros
instrumentos financieros para hacer frente a la volatilidad.

Siguen inyecciones de liquidez al sistema
financiero para evitar una crisis mundial


Madrid, 14 ago.- La inyección masiva de liquidez al sistema financiero
se mantiene como medida para evitar que la crisis hipotecaria que
afecta a Estados Unidos se extienda al resto de mercados. La aportación
total desde el jueves asciende ya a 264.600 millones de euros.

Tras haber inyectado 156.000 millones de euros entre el jueves y el
viernes, el Banco Central Europeo (BCE) aportó ayer otros 47.660 millones
al mercado. Tras esta intervención, la máxima autoridad monetaria de la
eurozona subrayó que "la situación monetaria se estabiliza".

Previamente, el Banco de Japón había puesto a disposición de los bancos
otros 5.070 millones de dólares, que se sumaban a los 8.500 millones
del pasado viernes.

Por su parte, la Reserva Federal estadounidense agregó 2.000 millones
de dólares al mercado en la jornada de ayer, mientras que entre el
jueves y el viernes inyectó 62.000 millones.

Otros bancos centrales, como el suizo o el canadiense, han intervenido
también en el mercado en los últimos días. El Banco de Suiza ha
aportado 1.920 millones de euros y el canadiense, 3.000 millones de dólares.

Alivio para los mercados

Estas aportaciones trajeron ayer la calma a los mercados. Las Bolsas
europeas aprovecharon la jornada para recuperar la mayor parte del
terreno perdido en las dos últimas sesiones de la semana pasada, con Londres
a la cabeza de las operaciones avanzando un 2,99%.

También el CAC parisino se anotó ganancias superiores al 2%,
concretamente el 2,21%, mientras el selectivo Ibex-35 del mercado español se
quedó a las puertas, con un avance del 1,92%. Por su parte, el Dax de
Frankfurt subió un 1,78%.

La reacción de la Bolsa de Nueva York, en cambio, fue mucho más tibia.
Tras una apertura claramente alcista, el índice Dow Jones se manejó
durante gran parte de la sesión con ganancias limitadas y terminó por
cerrar con mínimas pérdidas.


Wall Street sigue bajando
tras inyección de capital


Nueva York, 13 ago (AP).- Wall Street perdió un avance moderado en los
últimos momentos de la sesión y cerró con una pequeña pérdida el lunes
luego que la Reserva Federal y otros bancos centrales del mundo le
inyectaron más liquidez a sus respectivos sistemas monetarios, ayudando a
los inversionistas a aliviar su preocupación sobre la restricción
crediticia.

La Reserva Federal de Nueva York Fed, que administra las operaciones de
mercado del banco central estadounidense, anunció minutos después del
campanazo del inicio de operaciones un acuerdo de recompra de 2.000
millones de dólares durante la madrugada.

La medida de la Fed siguió a una medida similar del banco central de
Japón, que inyectó 5.000 millones de dólares en los mercados de dinero el
lunes, así como a una introducción de casi 65.300 millones de dólares
del Banco Central Europeo (BCE) para tranquilizar a los mercados
crediticios.

El BCE ya había agregado más de 200.000 millones de dólares la semana
pasada. Todas estas medidas, que ocurrieron luego de inyecciones
similares de parte de la Reserva Federal la semana pasada, parecieron aplacar
a Wall Street por ahora. Desde el jueves, la Reserva Federal ha
inyectado 62.000 millones de dólares en liquidez.

Pese a algunas prolongadas preocupaciones sobre la salud económica del
consumidor estadounidense, los inversionistas reaccionaron alentados a
un reporte del Departamento de Comercio el lunes, que informó que las
ventas al menudeo subieron 0,3% en julio, ligeramente arriba de las
expectativas del mercado.

Wall Street ha estado muy atento al gasto del consumidor estadounidense, ya que representa dos terceras partes de la actividad económica total del país.

El lunes, la empresa de préstamos Accredited Home Lenders Holding Co,
que se encuentra en dificultades, dijo que demandó a la compañía Lone
Star Fund VLP y a dos de sus afiliadas para obligarla a seguir adelante
con la absorción que habían acordado. Sin este acuerdo, Accredited
previene que bien puede enfrentar una situación de quiebra. Las acciones de
la empresa cayeron 3,08 dólares, equivalentes al 34,6% y se cotizó a
5,82 dólares.

El índice industrial Dow Jones a 10 años tuvo poca variación bajando a
4,78% frente a su posición del viernes tarde de 4,80%.

Los papeles en alza estuvieron casi a la par con las acciones en baja
en la Bolsa de Valores de Nueva York, donde el volumen de operaciones
fue de 1,59 millones de acciones transadas.

El índice Russell 2000, barómetro de las empresas más pequeñas que se
cotizan en la bolsa, perdió 8,97 puntos, equivalentes al 1,59%, y se
clocó en 779,81.

En otros mercados internacionales, el índice Nikkei (noticias) de la
Bolsa de Tokio cerró con un alza de 0,21%. El índice británico FTSE 100
(noticias) cerró con un avance de 2.99%, el índice alemán DAX (Xetra:
noticias) ganó 1,78%, y el índice francés CAC-40 sumó 2,21%.

Las bolsas europeas abren a la baja presionadas por la banca

Londres, 14 ago (Reuters).- Las bolsas europeas abrieron el martes con
baja presionadas por una caída del sector bancario tras la modesta
caída registrada en Wall Street y después de registrar la víspera la mayor
subida diaria en 15 meses.

Las acciones del grupo UBS lideraron las pérdidas, con un descenso de
más del tres por ciento después de que el banco desvelase perspectivas
más pesimistas sobre el negocio en el segundo semestre del año.

A las 07:29 GMT el índice FTSEurofirst 300 caía un 0,7 por ciento, a
1.502 puntos tras subir el lunes casi un 2,3 por ciento.

"Vamos a tener volatilidad. Estamos en el momento en el que parece que
esto ha pasado y los mercados recuperarán la fortaleza y encararán
nuevos máximos", dijo el estratega de HSBC Patrik Schowitz.

"Lo de ayer parecía como si estuviéramos en un horizonte despejado.
Esto puede ser engañoso en estas situaciones", añadió.

El índice londinense FTSE 100 (noticias) caía un 0,77 por ciento
mientras que el alemán DAX (Xetra: noticias) y el francés CAC 40 (Paris:
noticias) se dejaban algo más del uno por ciento.


Las Bolsas europeas se despiertan con pérdidas tras el rebote del lunes

Madrid, 14 ago (El Mundo).- Europa amaneció en rojo a pesar de haber
recuperado ayer parte del terreno perdido durante la pasada semana. El
'fantasma' de la crisis crediticia hacía otra de sus apariciones
estelares en los primeros compases de la jornada.

Las grandes plazas europeas, en consonancia con la española, también
optaban por las ventas, con retrocesos del 1,04% para París, del 0,785
para Milán y del 0,67% para Fráncfort y Londres.

El selectivo se depreciaba en las primeras operaciones un 0,95% hasta
situarse en 14.591 puntos. Mientras, el Índice General bajaba un 0,96%
hasta las 1.603 unidades.

"El mercado está dominado por la desconfianza y a una jornada de
subidas le sigue una de caídas, síntoma de la incertidumbre que domina a las
bolsas ante las preocupaciones desatada por la crisis del segmento
hipotecario de alto riesgo en Estados Unidos", dijo Carlos Illera, operador
de Banco Finantia Sofinloc.

Algunos operadores también señalaron que el hecho de que Wall Street
deshiciera al cierre todas las ganancias con las que estaba cotizando en
el momento de concluir las bolsas europeas la sesión contribuía a esta
apertura bajista.

El crecimiento de la economía española, que se situó en el 4% al
término del segundo trimestre del año, no fue suficiente para empujar a la
Bolsa española por el camino de las ganancias, al menos en su apertura.

Por otra parte, en esta jornada se publicarán también en Francia y
Reino Unido el IPC definitivo del mes de julio, así como el déficit
comercial de junio y los precios de producción del mes de julio, estos dos
últimos en Estados Unidos.

De vuelta a España, los mayores descensos los sufrían los títulos de la
compañía aérea Iberia, con un retroceso del 3,04% después de haber
subido la víspera un 13%.

Los principales valores del mercado español, que la víspera subieron
con fuerza, también cotizaban en números rojos por la mañana. BBVA caía
un 1,25%; Santander se desinflaba en un 1,09%; y Telefónica perdía un
0,56%. Por su parte, los títulos de Repsol YPF cedían el 1,40%

Entre los escasos valores que cotizaban en terreno positivo figuraban
los de Red Eléctrica, con un avance del 0,4%. Mientras, Altadis sumaba
un 0,16%, a 48,58 euros. Los accionistas de Imperial Tobacco aprobaron
mayoritariamente en junta su oferta por la tabaquera rival de 12.600
millones de euros, equivalente a 50 euros por acción.

El principal asesor de Bush abandona una
Casa Blanca que se tambalea por Irak


Washington, 13 ago (EFE).- Karl Rove, el "arquitecto" de las victorias
electorales del presidente estadounidense, George W. Bush, anunció hoy
su intención de abandonar una Casa Blanca que se tambalea por la
desastrosa marcha de la guerra en Irak.

El principal asesor de Bush dio a conocer sus planes, que se harán
efectivos a finales de este mes, en una entrevista publicada hoy por el
diario The Wall Street Journal en la que aseguró que deja los pasillos del
poder para dedicar más tiempo a su familia.

Atrás quedan los tiempos en los que, ayudado por un privilegiado olfato
político, sentó las bases que ayudaron a Bush a hacerse con la Casa
Blanca y a sus correligionarios republicanos con el control del Congreso.

El último y más destacado miembro del círculo de asesores de Texas en
abandonar la residencia oficial deja a un presidente con una popularidad
raquítica, a quien la guerra en Irak ha pasado una dura factura, que
culminó con el descalabro electoral republicano en los comicios
legislativos de noviembre.

Con los demócratas al frente del Congreso y optimistas sobre sus
posibilidades de ganar las presidenciales del 2008, el discurso de Rove sobre
un cambio histórico y duradero que prolongaría el control republicano
suena a cosa del pasado.

Pese a la baja popularidad de su jefe, Rove cree que los republicanos
se alzarán triunfales en el 2008.

"Creo que tenemos una buena oportunidad de conseguirlo", afirmó en la
entrevista con The Wall Street Journal.

Predijo que esa victoria es factible ante la posibilidad de que los
demócratas elijan como candidata a la Casa Blanca a Hillary Clinton, "una
candidata dura, tenaz y con fallos muy graves".

Bush agradeció a su hombre de confianza esa fe inquebrantable en la
causa republicana, así como el "enorme esfuerzo" realizado durante sus
largos años de servicio a la patria.

"Trabajamos juntos para estar en la posición de servir a este país y
por ello doy las gracias a mi amigo. Te seguiré dentro de poco", señaló
Bush en una comparecencia conjunta con su asesor en los jardines de la
Casa Blanca poco antes de salir de vacaciones hacia su rancho de
Crawford (Texas).

Rove, por su parte, elogió la integridad, el carácter y la decencia de
Bush virtudes que, según él, han permanecido "inalterables" en medio
del volátil escenario político.

Su salida está salpicada por varios escándalos políticos.

El más reciente tiene que ver con el despido de nueve fiscales
federales que según los demócratas obedeció a motivos políticos y en el que
Rove habría tenido que ver.

De hecho, el alto funcionario se acogió al "privilegio ejecutivo" que
otorga al Ejecutivo inmunidad frente a cualquier acción judicial o
investigación del Congreso, para no testificar sobre el asunto.

Patrick Leahy, el demócrata que preside el Comité Judicial del Senado,
señaló hoy que la salida de Rove no da el tema por cerrado.

"Hay una nube sobre esta Casa Blanca y una tormenta a la vista. Una
nube similar envuelve a Rove a pesar de su partida de la Casa Blanca",
aseguró Leahy.

La controversia sigue a la polémica que se destapó con la filtración a
la prensa en julio del 2003 del nombre de la ex espía de la CIA Valerie
Plame, cuya identidad se conoció poco después de que su marido, el ex
diplomático Joseph Wilson acusase a Bush de utilizar argumentos falsos
para justificar la invasión de Irak.

Wilson dijo hoy que la partida de Rove representa "el capítulo final en
la traición de la Casa Blanca a la identidad de una agente encubierta
de la CIA".

Pero en opinión de expertos como John Forier, analista del American
Enterprise Institute, un centro de estudios conservador con sede en
Washington, esas polémicas no son las que han propiciado la salida del hombre
al que Bush bautizó como "niño prodigio".

Forier cree que Rove se va porque ya no puede ayudar a impulsar la
agenda republicana ante el dominio demócrata del Congreso.

"Lo único que está haciendo el presidente ahora es utilizar su poder
para bloquear alguna que otra medida", dijo a Efe el experto, quien
describió como "significativo" el fracaso del tándem Bush-Rove a la hora de
impulsar una reforma migratoria que ambos consideraban clave para
atraer más votos hispanos, cuya importancia irá en aumento dado el creciente
protagonismo demográfico de ese grupo.

Se prevé que Rove escriba un libro durante los próximos meses.

Los demócratas celeberan
la dimisión de Karl Rove


Washington, 14 ago (AFP).- Los demócratas saludaron el lunes con un
"adiós y hasta nunca" al controvertido asesor político de la Casa Blanca
Karl Rove, tras el anuncio de la renuncia a fin de mes del artífice de
las campañas electorales de 2000 y 2004 del presidente George W. Bush.

"Creo que ha llegado el momento" de partir, declaró Rove al Wall Street
Journal del lunes. "Siempre hay algo por lo que uno podría quedarse,
pero por mucho que quisiera seguir aquí, tengo que hacerlo por el bien
de mi familia", añadió.

Los demócratas celebraron la noticia del Wall Street Journal, que
precisó que el funcionario dejará su puesto el 31 de agosto.

"Adiós y hasta nunca", dijo el precandidato presidencial demócrata John
Edwards.

Otro aspirante a la nominación demócrata para las elecciones de 2008,
el senador Barack Obama, señaló: "Karl Rove fue el arquitecto de una
estrategia política que dejó al país más dividido, los grupos de intereses
especiales más poderosos, y el pueblo estadounidense más alejado de su
gobierno desde que se tenga memoria".

El jefe del comité judicial del Senado, Patrick Leahy, que citó a Rove
para interrogarlo sobre el despido de fiscales federales que los
críticos dicen tuvo motivos políticos, acusó al asesor de haberse colocado
por encima de la ley.

"Hay una nube sobre esta Casa Blanca, y una tormenta que se está
formando. Una nube similar envuelve a Rove, aun ahora que abandona la Casa
Blanca", destacó Leahy.

La partida de la eminencia gris del mandatario estadounidense es la
última de una serie de dimisiones de sus más cercanos colaboradores y los
analistas la ven como la confirmación de la debilidad en la que se
halla Bush en materia de asuntos internos.

Bush rindió este lunes un breve homenaje a Rove, calificándolo de
"querido amigo" y agradeciéndole el "inmenso sacrificio" realizado durante
los años que lo acompañó en su carrera política.

"Somos amigos desde hace mucho. Seguiremos siendo amigos. Diría que
Karl Rove es un querido amigo", dijo Bush en los jardines de la Casa
Blanca, acompañado de su estrecho asesor.

Esta renuncia ocurre en momentos en que la Casa Blanca se ve asediada
por legisladores republicanos, que vaticinan una estrepitosa derrota
partidaria en los comicios de 2008 a no ser que se tomen medidas para
cambiar el descontento de los estadounidenses, en particular con la gestión
de Bush en Irak.

Considerado en el círculo republicano como un astuto político, Rove
acompaña la carrera de Bush desde cuando era gobernador de Texas.

Desde 2003 su labor fue objeto de varias críticas, sobre todo luego de
que el ex diplomático Joseph Wilson le acusara de dejar al descubierto
la tarea de su esposa, Valerie Plame, como espía de la CIA, en
represalia por cuestionar públicamente la justificación de la guerra contra
Irak.

Ese año, Wilson publicó un editorial en el diario The New York Times en
el que acusó al gobierno de Bush de haber manipulado informaciones de
inteligencia "para exagerar la amenaza iraquí", incluidas las
conclusiones de su informe tras una misión a Níger para investigar un supuesto
tráfico nuclear con Irak, del que nunca encontró pruebas.

Dado que en Estados Unidos develar la identidad de un agente de
inteligencia es un crimen federal, Wilson y Plame entablaron una demanda en
2006 contra altos funcionarios de la Casa Blanca, entre ellos Rove y el
vicepresidente Dick Cheney, por daños a sus derechos constitucionales y
la vida privada.

Pero el juez John Bates desechó el caso contra el asesor político
presidencial, así como contra Cheney y su ex jefe de gabinete Lewis
"Scooter" Libby, quien fue hallado culpable de obstrucción a la justicia,
aunque Bush conmutó su sentencia de dos años y medio de prisión.

Rove también estuvo en el banquillo por la remoción a fines de 2006 de
ocho fiscales, algunos encargados de investigaciones muy delicadas para
la Casa Blanca, una medida legal pero contraria a la tradición
estadounidense.

George W. Bush, tan impopular como Nixon y Truman

El 65% de los estadounidenses tiene una opinión negativa del presidente, según una encuesta hecha para 'The Washington Post' y la cadena ABC

Washington, 25 jul (EFE).- El índice de desaprobación pública de la
gestión del presidente de E UU, George W. Bush, ha subido a los niveles a
que llegaron sus predecesores más impopulares, Richard Nixon y Harry
Truman, según una encuesta hecha por la firma Gallup para el diario The
Washington Post y la cadena de televisión ABC, que ha sido divulgada
hoy. El estudio indica que el 65% de los entrevistados en mayo de 2006, y
en enero y junio de este año, tenía una opinión negativa de la gestión
de Bush.

"Ningún otro presidente desde Truman ha tenido índices negativos tan
sostenidos", afirma en su análisis el rotativo. Harry Truman, quien fue
presidente entre 1945 y 1953, también registró el 65% de desaprobación
en febrero de 1952, principalmente a consecuencia de la guerra de Corea.

Nixon, que fue presidente entre 1969 y 1974, tuvo un 66% de
desaprobación en agosto de 1974, pocos días antes de renunciar tras el escándalo
Watergate de espionaje político y la revelación de numerosas actividades
ilegales de su gobierno.

George H.W. Bush, presidente entre 1989 y 1993 y padre del actual
gobernante, registró su menor popularidad en agosto de 1992, según Gallup,
cuando el 64% de los entrevistados expresó una opinión negativa a tres
meses de la elección en la cual buscó un segundo mandato en la Casa
Blanca.

La impopularidad del presidente Jimmy Carter (1977-1981), según la
encuesta, llegó al 59% en julio de 1979, cuando el país padecía una
inflación acelerada.

Su sucesor, Ronald Reagan, tuvo la marca negativa más alta en enero de
1983, cuando preparaba su mensaje anual al Congreso en el cual se
bosquejaría un plan para sacar a Estados Unidos de una recesión económica.

El siguiente en cuanto a alta impopularidad es Lyndon Jonson
(1963-1969), que tuvo un 52% de desaprobación de la ciudadanía en agosto de 1968,
pocos meses después de que, agobiado por la guerra en Vietnam, anunció
que no buscaría la reelección.

Bill Clinton (1993-2001) superó en tres ocasiones la marca de
desaprobación de más de la mitad de los encuestados, y registró un rechazo del
51% por primera vez en agosto de 1993, durante el debate por un plan
nacional de asistencia sanitaria que encabezó su esposa Hillary.

La segunda ocasión que supuso para Clinton una desaprobación del 51% de
los encuestados fue en octubre de 1994, pocos días antes de que la
oposición republicana ganara la mayoría en la Cámara de Representantes. Y
la tercera de Clinton fue en enero de 1995, cuando tuvo el 51% de
desaprobación después de que una mujer, Paula Jones, le acusó de acoso
sexual, según la encuesta de Gallup.


Artículo de opinión de El País

Solitaria Casa Blanca


El anuncio de la retirada a final de mes de Karl Rove, el más estrecho
colaborador político del presidente George W. Bush, es un nuevo y serio
revés para el inquilino de la Casa Blanca y encoge aún más la
menguante nómina de incondicionales que acompañó a Bush en su victoria
electoral del año 2000. En relativamente poco tiempo han abandonado el puente
de mando del barco republicano personajes que, como Donald Rumsfeld,
Colin Powell o Paul Wolfowitz, han estado en el epicentro de
controvertidas y trascendentales decisiones políticas.

A la postre importa poco si Rove se va para estar más con su familia,
como ha dicho angélicamente al The Wall Street Journal, o porque la
estrella del mayor estratega político de Bush, que brilló cegadoramente
cuando consiguió la reelección del presidente en 2004, se ha ido apagando
y complicándose su futuro inmediato. En los últimos tiempos, Rove se ha
visto implicado en escándalos políticos que han minado su
credibilidad. El más importante es el caso Plame, en el que ha tenido que
testificar varias veces ante un gran jurado por la filtración del nombre de la
agente de la CIA después de que su marido criticara el uso por la Casa
Blanca del espionaje antes de la guerra de Irak. Este mismo mes, el
propio Bush, invocando el privilegio ejecutivo, ha impedido que su
consejero áulico, que le acompaña en la Casa Blanca desde 2001, compareciera
ante el comité judicial del Senado en relación con los nueve fiscales
federales destituidos el año pasado por el ministro de Justicia Alberto
Gonzales, otro fiel a ultranza en el ojo del huracán.

El desguace de la compañía estable de George W. Bush tiene una lectura
más allá de los nombres que van desvaneciéndose del entorno
presidencial. Tiene que ver con el huracán Katrina, con Irak, con Guantánamo, con
el amiguismo político o el radicalismo y la incompetencia que han
orientado muchas decisiones de la Casa Blanca.

El caso de Rove, en este contexto, es especialmente importante porque
él ha sido la materia gris conservadora detrás del sueño republicano,
compartido con Bush, para hacerse con el poder en EE.UU. y mantenerlo
durante una generación. Ese sueño parece haber llegado a su final. El
creciente aislamiento de la Casa Blanca, acentuado tras la victoria
demócrata en el Congreso el año pasado, anticipa tiempos más que inciertos
ante las presidenciales de 2008. Unas elecciones a las que los
conservadores acudirán desprovistos de todo hechizo.

Michael Moore quiere ver
los vídeos del Pentágono


Temprano lector de los libros de Thierry Meyssan, el realizador
estadounidense Michael Moore se abstuvo durante mucho tiempo de abordar
públicamente las incoherencias de la versión oficial del 11 de septiembre. Su
antepenúltimo film, Fahrenheit 911, que abordaba sin embargo los
estrechos vínculos existentes entre las familias Bush y Ben Laden mediante
el Carlyle Group, se concentraba principalmente en los Estados Unidos de
después del 11 de septiembre abordando desde las políticas
autoritarias de la administración Bush y la promulgación del USA Patrioct Act
hasta los horrores de la guerra contra Irak. Todo ello servía de base a la
argumentación demócrata anterior a las elecciones de noviembre de 2004.
Desde entonces, la reflexión de Michael Moore sobre el 11 de
septiembre parece haber evolucionado:

«Después de Fahrenheit 911, conversé con buen número de bomberos que me
confirmaron que oyeron explosiones antes del derrumbe de las torres y
que piensan que hay que mucho que escarbar en esa historia», explica
Moore.

Convencido ahora de que, mas allá de la explotación del 11 de
septiembre para justificar la invasión de Afganistán y la de Irak, la
administración Bush mantiene deliberadamente zonas de oscuridad sobre lo que
realmente sucedió el 11 de septiembre, Moore está llamando a la reapertura
de la investigación:

«No creo que la investigación oficial haya dicho toda la verdad. Por
eso espero que haya una nueva administración, con alguien que se las
arregle para abrir nuevas investigaciones antes de que estemos demasiado
lejos de esos hechos. Para que se sepa toda la verdad.»

Como realizador cinematográfico, Michael Moore es particularmente
sensible a la ausencia de imágenes del atentado contra el Pentágono, a pesar
de los cientos de cámaras de seguridad que filman permanentemente una
de las instituciones más vigiladas del mundo:

«Déjeme decirle una sola cosa que vengo preguntándome desde hace
tiempo. Yo filmé el Pentágono antes del 11 de septiembre. Hay cientos de
cámaras instaladas en los edificios, hasta en los árboles. Tenían la
posibilidad de filmar la llegada de aquel avión desde cien ángulos
diferentes. ¿Cómo es que no se puede ver el impacto de principio a fin? Yo quiero
ver los cientos de videos que existen de ese hecho. ¿Por qué no se
puede ver aquel avión precipitándose sobre los edificios del Pentágono?»

Duramente criticado después de esas declaraciones, Michael Moore acaba
de dar a conocer su nuevo film «Sicko», en el que aborda los problemas
del sistema de salud estadounidense.

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