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02 junio, 2010

El miedo es un asesino


CREE EN TI MISMA
Del libro Tierra
De Bárbara Marciniak

Os recordamos que vuestro poder acaba donde comienza vuestro miedo. Si teméis algo, es como si pusieseis un cartel sobre vuestra cabeza que diga: «Bienvenido, te estoy esperando». La razón de ser del mie­do es salvar vuestras vidas, catapultaros al «ahora» para actuar. Muchas veces sirve para apartaros de peligros y dirigiros hacia la mismísima esencia de vuestro Ser vital. Sin embargo, si hacéis del miedo vuestro estilo de vida y emitís la frecuencia de miedo a la vida, acabaréis con vues­tro cuerpo y mataréis vuestra fuerza vital. Esto crea estrés, mala salud y envejecimiento.

Vuestros pensamientos crean vuestra realidad. Forma parte de la iniciación de la conciencia pasar por la toxicidad y vuestro cuerpo físico necesita pasar por mas preparación y purificación que simple­mente por lo que podríamos llamar intento y valor. Si moráis en el miedo lo dispersáis todo. Dispersáis vuestro propio poder. De modo que, para encontraros con algo que es muy poco familiar a vuestra mente lógica, tenéis que mantener la claridad del intento y una tremenda canti­dad de valor, seguridad y desparpajo. Todo aquello que os aparta de conseguir algo es simplemente una idea.

A lo largo de los próximos veinte años —el momento para el cual todo el mundo está comprándose una entrada de pri­mera fila en el anfiteatro de la Tierra — ocurrirán muchos cambios. ¿Os acordáis cuando, de niños, os ibais al carna­val, participando por primera vez en una gran fiesta? ¿Pe­disteis a vuestra madre o a vuestro padre o a vuestros her­manos mayores que os acompañaran porque parecía todo tan gigantesco y tan lleno de aventuras? Los acontecimientos de la Tierra se parecerán a un inmenso carnaval. Todos participaréis en una fiesta tan grande que ahora mismo no os lo podéis ni imaginar y por eso debéis clarificar algunas cosas intencionadas. La mayoría de vosotros lo hará estu­pendamente bien. Haréis vuestro camino. No lloriqueéis, es una pérdida de energía. Aceptad todo lo que habéis crea­do y sabed que en todo hay una oportunidad. Desde nues­tro punto de vista, nos sorprende que invirtáis esfuerzo en el miedo a las cosas que en realidad son una oportunidad. En cierta manera, nosotros sabemos quiénes sois y lo que os ha costado llegar hasta aquí. Nosotros sabemos por qué estáis aquí en la Tierra y sabemos que no os han enviado para que hagáis las cosas en solitario. Las fuerzas que traba­jan con vosotros, aunque no sois concientes de su existen­cia, tienen la capacidad de influenciar y afectar a vuestra realidad de tal manera que no lo podéis comprender. No entendéis cómo sus dedos empujan a ésta o a aquella perso­na: «Vete ahí. Haz esto. Oh, no hagas esto». Los eventos se están escenificando.

Comprended que se están sembrando ideas y pensamien­tos cancerosos en el planeta, de la misma manera que se es­tá sembrando y alentando el tema del SIDA. La gente se cree que estas cosas están atadas a ella. Ahora mismo, la gente le tiene miedo al Sol. Tiene miedo de salir y se comporta como si hubiera habido un error en la naturaleza. La gente que cree semejantes opiniones verá cómo su miedo actuará más deprisa que cualquier rayo de sol que podría dañarles.

El miedo es un asesino. Es una idea que se atasca, igual que Paul Revère chillando y corriendo por las calles de la joven América. Cuando el miedo corre por vuestro cuer­po, éste recuerda a los elementos químicos que van con él a segregarse y llenar todo vuestro cuerpo. Estos elementos activan una espiral descendiente y la idea de la muerte. Básicamente, es así de simple.

Habéis oído hablar del SIDA y de que éste es causado por el virus VIH. Sin embargo, ahora hay SIDA pero el virus VIH no está presente. El SIDA se extiende ahora electro­magnéticamente, de la misma manera que otros muchos trastornos pueden ser extendidos electromagnéticament e. Recordad que el electromagnetismo tiene que ver con las grandes corrientes eléctricas que se encuentran en vuestro entorno y que son generados por los humanos y por otras fuentes. En el magnetismo, por supuesto, es la fuerza que mantiene las cosas unidas. En vuestro cerebro también hay partículas magnéticas.

Podéis aprovechar esta idea para ayudar a otras perso­nas a abrir su corazón. El SIDA se extiende electromagnética­ mente, yéndose de un portador a otro que tenga un patrón o una vibración similar: «Yo pienso como tú. Mándame tus pensamientos» . ¿Nos seguís? «Yo también tengo estas creencias de miedo. Estoy confundido y no sé qué pensar de mí mismo. No valgo nada. No tengo poder sobre mi cuerpo.» Este tipo de pensamiento se magnifica de tal ma­nera que es como si colocarais una señal, un póster o una pegatina encima de vuestro campo áurico proclamando aque­llo que creéis que sois. Los virus se pueden distribuir electromagnéticament e y en un momento dado podéis lle­nar todo un área metropolitana con ellos. ¿Por qué? El karma y la vibración de la gente os atrae a vivir en cierta ciudad o en cierto lugar. Es una de las razones por la cual mucha gente está cambiando de residencia actualmente.

Este mismo principio es válido para el corazón. Si el SIDA se puede repartir electromagnéticament e, también se puede repartir la apertura del corazón y la idea de la Diosa. Quisiéramos que comprendieseis que siempre hay muchos planes en movimiento. La gente dice: «¿Por qué tienen que moverse vibraciones malas, negativas y bajas por ahí?» Pues, la gente las espera. La gente no se sienta y espera que les sucedan cosas divertidas y buenas. Más bien permanecen tumbados en una mecedora, fumando y esperando a que irrumpa un coche en su sala de estar. ¿Por qué? Porque ven la televisión. Vuestra mayor impresión procede de esta máquina controladora de la mente que, básicamente, os impregna de miedo. El miedo crónico será el asesino. Atraerá todas aquellas cosas que teméis y de las que estáis tan segu­ros de que os van a pasar. De todas las posibilidades que hay en el mundo ¿por qué elegís la que elegís?

Cuanta más compasión tenéis por otros, más rápida­mente cambiará la conciencia de las masas. Os rogamos a todos vosotros que juguéis a este juego del corazón con más frecuencia y no solamente cuando tengáis un ratito libre. Comprometeos a tener vuestro corazón abierto y vigilad que se mantenga abierto y que utilicéis la energía del corazón de la Diosa. Esto será lo que marque la diferen­cia, porque no sólo vuestro corazón está involucrado, tam­bién lo está el corazón de la Diosa. Pero la Diosa necesita que vuestros corazones estén abiertos para que su energía pueda pasar a través de ellos.

Hoy en día existen muy pocas áreas geográficas en vues­tro planeta que emitan la frecuencia del amor. Cierto que esto está a punto de cambiar. La Tierra , como sabéis, está pasando por unos momentos difíciles —por decirlo de ma­nera suave—. Sin embargo, si pensáis que esto es fuerte, esperad. Os aguarda un gran viaje. Dentro de poco tiempo habrá una erupción de energías a nivel global y va a parecer que os estáis acercando cada vez más a lo que parece la destrucción de vuestro planeta. Queremos que lo sepáis. Queremos que comprendáis que, a veces, cuando la energía evoluciona, incluso cuando vosotros pasáis por un proceso evolutivo, aparecen la desorientació n, el caos, la confusión y una falta de identidad. Puede que vuestro cuerpo despida toxinas que os pongan enfermos. Puede que tengáis las tri­pas o el estómago revueltos o que sufráis de estreñimiento. Muchas cosas diferentes están anunciando los cambios que vienen.

Podéis imaginar la Tierra como un espejo gigantesco que os muestra lo que se está cociendo entre los seres hu­manos. La Tierra , en estos momentos, huele que apesta de tantos tóxicos que existen. Los guardó mucho tiempo. Du­rante muchos años se ha llenado la Tierra de tóxicos y no sólo de residuos radiactivos y todo tipo de basura, sino también de ira colectiva de los humanos que son criaturas energéticas y vuestras emociones crean una fuerza colectiva que se va emitiendo. No sólo emitís caos y miedo, que son las frecuencias básicas de vuestras vidas desde hace mucho tiempo, sino también emitís ira. La ira está porque en vuestro fuero interno sabéis que se os está negando algo.

Hay casi seis billones de vosotros —a punto de duplicar­se— echando su ira sobre el planeta. ¿Qué pensáis que pro­duce esto? Os muestra, como en un espejo, la ira del pro­pio planeta debido a la falta de cuidado y a la falta de amor. Esto es lo que está siendo vomitado ahora, pero a la larga supondrá una limpieza. Todos estáis llegando a una nueva comprensión. Os están empujando, como seres humanos y como planeta, hasta vuestros límites. Os obligan a redefinir vuestras fronteras, a decidir qué vais a defender y qué no vais a tolerar. Nadie se va a quedar sentado en su casa y se va a perder esta historia. Tenéis que participar todos; si no lo hacéis vais a desaparecer de una manera u otra.

Os recordamos que vosotros creáis vuestra propia reali­dad y la ira colectiva que sentís tiene que ver con la desa­creeditación de la imaginación. Sentid esto por un momen­to. La imaginación es la clave de la brillantez, de la unifica­ción de los conceptos y la manifestación de las ideas. ¿Cuán­do fue la última vez que os han animado para que, de manera regular, utilizaseis vuestra propia imaginación? Os robáis a vosotros mismos las cualidades que os resultan consustanciales y a través de las cuales os podéis salvar, a la vez que cambiar y redefinir vuestra libertad. La imagina­ción es como un auténtico billete para participar en el car­naval vivo y dinámico de la Tierra.

La Tierra está habitada no sólo por humanos sino por una multitud de fuerzas inteligentes. Los cerrojos dimensio­nales mantienen las diferentes formas de vida separada y segregada. Debido al colapso del tiempo, los seres humanos se ven obligados a activar la red de la Tierra. Cuando la energía de luz del cosmos os impregne, vuestro sistema nervioso se alterará, ya que éste funciona como una «autovía» a través de la cual viajan los impulsos energéticos al cere­bro. Igual que en la construcción viaria, vuestro sistema nervioso está siendo reconstruido, ampliado y fortalecido para poder procesar más datos. Es como un tráfico que se mueve a través de vuestro cuerpo. Cuando os enfrentáis a una experiencia que está fuera de lo normal, que no puede ser catalogada, vuestro sistema nervioso tiende a cerrarse. Vuestro cuerpo entra en un estado de «shock» porque es incapaz de procesar una realidad fuera de lo ordinario.

Conforme se incrementa la energía en el planeta, se magnifican los bloqueos en vuestros cuerpos físicos, menta­les, emocionales y espirituales. Los sentimientos e ideas no expresados obstaculizan el flujo de la energía cuyo propósi­to es el de conectaros. Tenéis que ayudar a este proceso haciéndoos responsables de quienes sois. Vuestras dificulta­des o prejuicios —«No quiero saber. Odio esto o aquello de mí mismo. Esto no me gusta»— serán amplificados median­te una lupa. Chillaréis y os retorceréis hasta que lo hayáis comprendido. Y si no, manifestaréis este bloqueo en forma de un reto muy difícil. Todo se está intensificando para que la gente aprenda a aceptar sus responsabilidades y siga manteniendo con claridad su intención y propósito. Las claves para la supervivencia, hoy en día y en esta época, son los diferentes métodos de trabajo con el cuerpo.

Los descu­brimientos que se logran mediante el trabajo con el cuerpo, facilitan y aceleran el reconocimiento de vuestra identidad. Cuantas más partes de vuestra identidad se abran, más pro­fundamente podréis entender vuestros dramas. De este modo, se consigue liberarlos a nivel de patrones celulares ya que son precisamente éstos los que os llevan a las situa­ciones que no han sido resueltas ni perdonadas. Sois voso­tros los que invitáis a todos los actores de vuestra vida. Sois los directores y, por lo tanto, elegís el elenco y dirigís el espectáculo. Si a estas alturas estáis cansados de vuestro guión, recordad que lo escribís vosotros mismos. Echar la culpa a los demás y jugar a ser víctima no hace otra cosa que atraparos aún más en un estado de impotencia. Recordad que tenéis dramas que son antiguos dramas divinos y es sólo ahora que os dais cuenta de ellos. Todas las partes de la realidad están entrelazadas y necesitan ser sanadas y unifi­cadas. Las energías altamente evolucionadas tienen un gran sentido del humor, especialmente aquellas que trabajan con la frecuencia del amor. Se les reconoce como se reconoce la marca de algo. Cuando os encontráis con las energías, ase­guraos de que haya un gran sentido del humor ya que la risa es la clave de la libertad. Hay mucho espacio para la alegría a lo largo y ancho de la existencia y esto es precisa­mente lo que estáis intentando entender.

Os animamos a trabajar desde vuestro centro de senti­miento —vuestro plexo solar o vuestras vísceras—. En la mucosa de vuestro estómago hay la misma capacidad y actividad que en las células de vuestro cerebro. Tenéis que miraros de nuevo. Podéis ver instantáneamente cómo cam­bian vuestras experiencias cuando tenéis fe y os dais cuenta de las oportunidades inherentes a las cosas que creáis. Que­remos recordaros que muchas veces una oportunidad se presenta disfrazada como una pérdida.

La zona del plexo solar es la zona de vuestro poder personal y desde ahí lo podéis extender hacia el mundo. También es ahí donde vosotros percibís el mundo. Es vues­tro centro de sentimiento. Ahí es donde recibís la informa­ción y en el plexo solar intuís hacia dónde hay que tirar cuando pasan cosas que no tienen sentido según vuestra mente lógica. Alejaos un paso y comprobadlo. Observad vuestro proceso de toma de decisiones y luego elaboradlo teniendo en cuenta las sensaciones de vuestro cuerpo. Ob­servad cómo sí sois capaces de sentir y reconocer la sabidu­ría innata de vuestro cuerpo. EL os habla como un conseje­ro fiel, pero tenéis que escuchar. Vuestro cuerpo quiere trabajar con vosotros —muchas veces sois vosotros y vues­tros pensamientos los que trabajan en contra del cuerpo—. Os recordamos que vuestra mente lógica ha sido entrenada por aquellos que quieren que funcionéis dentro de un para­digma muy restringido y una cierta frecuencia limitada.

Queremos que aceptéis la idea de que sois muy signifi­cantes. Hay un gran valor en quienes sois, en lo que deseáis y en lo que os permitís experimentar. Queremos que os sintáis enormemente elevados y apreciéis vuestro valor perso­nal porque sois capaces de tejer múltiples realidades de conciencia y os atrevéis a saltar a territorios que otros no soportarían. Os regalamos una estrella dorada por atreveros a ser tan arriesgados, porque liberáis alegremente la esclavi­tud de la percepción humana al explorar vuestros propios ciclos. Hay muchos maestros dispuestos a enseñaros en qué espacio del tiempo habéis florecido y os habéis desarrollado y de qué manera habéis afectado a una realidad interconectada y qué tienen que ver estas épocas y lugares con voso­tros ahora. Algún día comprenderéis que aquellas épocas son ahora. Todo ocurre en el «ahora». Este mismo momen­to en el que os encontráis, es el verdadero momento conti­nuo, espontáneo y significante. Es el momento en el cual os podéis encontrar una y otra vez.

Prestad atención a la información simultánea que po­déis recibir de otras civilizaciones. Tenedla en cuenta y mirad cómo la podéis ligar sincronizadamente. Muchas ve­ces tenéis el conocimiento. Aunque ocurra con frecuencia, necesitáis un tiempo para convenceros que de verdad sabéis cosas. Sed pacientes y podréis ir a donde vosotros queráis. Una vez que tengáis claro qué es lo que queréis, soltadlo.

Los delfines no guardan sus secretos ante sus compañe­ros. Voluntariosamente comparten todo lo que saben. Se puede adivinar el grado de evolución de un individuo vien­do hasta qué punto comparte lo que sabe. Cuanto más compartís lo que sabéis mas conocimiento recibiréis. Cuan­to más os agarréis a la sabiduría que se os ha concedido, más rápidamente se escurrirá por vuestras manos y la per­deréis. Abrid las manos y vuestra sabiduría saldrá volando como una mariposa; y nuevas mariposas acudirán.

Toda vida tiene un sistema de chakras. Una ciudad tiene calles a través de las cuales pasan los coches y dispone de una serie de lugares donde repostar, lugares donde se almacena la energía. Lo mismo sucede con el sistema de chakras. Son almacenes energéticos dentro y alrededor de las formas de vida. Los chakras conectan el trabajo interno —las operaciones fisiológicas de la tercera dimensión— con los sucesos de las capas etéricas a nivel multidimensional. Si se utilizan de manera apropiada, los chakras atraen energía desde los reinos no-físicos hacia los físicos.

Todas las formas de vida tienen estos portales energéti­cos y, además, son como entradas y lugares donde repos­tar. Lo que cada forma de vida hace con este «relleno» está inscrito en su propia heliografía o en su ADN. Dado el caso que vuestro ADN se está reordenando para conseguir una nueva expresión de sí mismo, vuestra frecuencia o identidad está comunicando algo a un nivel no-físico. Va­yáis a donde vayáis esta energía mutante se comunica. Vues­tra conciencia se comunica a todas las formas de vida. Puede que los que estén a vuestro lado en unos grandes almacenes o en un restaurante no sean muy concientes de quiénes sois. Pero si dais un paseo por el bosque y el cam­po u os metéis en el mar, veréis que ahí sí hay formas de vida que saben quiénes sois. Ellas cambian su respuesta, y su ADN se transforma porque el vuestro está cambiando. Gracias a vosotros toda la naturaleza se hace más accesible para la Biblioteca Viviente.

Visto desde vuestra perspectiva, hay muy poca gente que vive miles de años, sin embargo, los dioses creadores son capaces de extender la longevidad del cuerpo celular. Alargar la vida y rejuvenecer la vida celular se está ponien­do de moda otra vez. Esto forma parte de la construcción del cuerpo de luz, un cuerpo que no es tan denso y, por lo tanto, no se autodestruye —un cuerpo que se autorregenera—. Esto es lo que estáis buscando. Ya habríais llegado a este punto de convicción si vuestra mente lógica no estu­viese tan ocupada en ver si esto es posible o no. No pode­mos subrayarlo lo suficiente, tenéis que dejar de escuchar a la sociedad y a las versiones oficiales de la realidad. Esto supone hacer una elección y no una falta de respeto. Esta es la tarea más difícil para vosotros y supone una auténtica rotura —es cruzar el puente entre vuestro ser social y vues­tro ser espiritual—, ¿Cuál de ellos será sagrado? ¿Cuál de ellos será vuestra fuente de autoridad? Cuanto antes deis el salto, antes os divertiréis. Dejad que vuestro ser intuitivo sea el portador del estandarte de vuestra experiencia —una experiencia que nadie más va a valorizar, una experiencia que tiene que ver con la misión que conocéis pero no necesariamente recordáis.

Ejercicio energético
Ponte cómodo y serénate. Manda a tu cuerpo el mensaje de que se relaje, que suelte y que deje que las tensiones se vayan. Respira muy hondo. Una vez exhalado, siente cómo una ola de serenidad invade tu cuerpo. Continúa respirando concientemente y encuentra tu propio ritmo. Siente cómo se expande y se abre tu pecho. Siente cómo la zona de tu corazón se va calentando. Relaja tu garganta. Clarifica tu mente y centra tu visión. Concéntrate en tu respiración durante unos momentos. Visualiza una columna de luz to­cando el centro de tu cabeza y luego penetrando en tu cuerpo. Inspira y exhala profundamente, céntrate en tu res­piración. Haz que seas lo más ligero, lo más tranquilo que puedas y llénate de paz.

Una vez que hayas llegado a tu lugar de calma, focaliza tu energía en el tercer ojo y visualiza tu mundo, la Tierra. Sea lo que sea que te estás imaginando, está bien. Cuando ya tienes bien centrada la imagen del globo terráqueo, siente la existencia de una heliografía y un propósito individuales de cada uno de los habitantes de la Tierra. Puede que veas las heliografías como pequeñas chispas de luz o como formas geométricas.
Date cuenta de la unicidad y multitud de lecciones que hacen falta para que la conciencia evolucione. No sólo se está amplificando la conciencia de cada individuo sino que se está conectando la conciencia colectiva del globo de una manera muy especial. Siente la contribución de cada indivi­duo al plan global y desde tu «ahora» envía una ola de in­tención a todos los seres humanos para que se llenen de amor y confianza.

Ahora, siendo tu conciencia como un imán que atrae todas las conciencias similares, siente cómo emerges de tu heliografía igual que una bola dorada de luz. Deja que tu heliografía comience a girar alrededor de la Tierra y busque a otras heliografías que estén codificadas para traba­jar con la tuya, ya que el propósito final del plan es la activación de una nueva heliografía global para la raza hu­mana. Siente esta búsqueda a nivel global. Tú, la esfera dorada de luz, giras y giras alrededor del planeta, yendo de un lugar a otro. Siente cómo vas creciendo conforme se van uniendo otras conciencias similares hasta que se forma un manto de luz y cómo éste activa la red de energías entreteji­das, pues fue diseñada para que despertase en el momento en que se conectaran las conciencias. Siente cómo tu bola de luz dorada es atraída hacia lugares diferentes del globo. Ob­serva cómo tu presencia se va modificando, cómo se abre y se expande, estés donde estés.

Imagínate cómo seis billones de personas se unen, desde el centro de sus cuerpos, a esta heliografía global. Saben que los cambios venideros son una oportunidad de vivir vidas más alegres y más expansivas, en las que habrá libertad de ver todas las cosas desde una perspectiva completamente dife­rente.

Centra tu conciencia de nuevo en tu cuerpo físico. Visualiza cómo la luz recorre tu cuerpo, te llena, te conecta. Observa cómo la energía fluye cada vez más rápida hasta que tu cuerpo empieza a vibrar. Siéntete más fuerte y lleno de nueva información, salud y vitalidad. Siente cómo la columna de luz está contigo permanentemente, inundándote y uniéndote con tu fuente. Mantén esta columna de luz siempre conectada a tu cuerpo físico. La columna de luz es tu tarjeta de entrada a los reinos más elevados.

El pensamiento es. Estás aprendiendo a usar tus pensa­mientos de forma más productiva para que puedas cambiar vuestro mundo y crear un paradigma de realidad comple­tamente nuevo. Confía en ti y escucha bien lo que estás descubriendo. Puede que el camino que se abre ante ti sea muy interesante. Recuerda, tú lo creas siempre. Si no te gusta el escenario, sólo tienes que escoger un nuevo cami­no. Buen viaje.


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