Por Jascha
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Querido Ser Superior: hace ya varias semanas que no entablaba contigo comunicación de esta forma, estuve escribiendo las tres partes de Compartiendo Experiencias y claro como siempre he conversado contigo en mi vida cotidiana, lo hago cada vez que la luz de la conciencia se activa en mi. Debo reconocer que una buena parte del día transito en un estado de piloto automático y en ese estado no me recuerdo de tu viva presencia y me sumerjo de lleno en el papel que desempeño, cada tanto un rayo de luz (será quizás tu voz) me despierta del sopor y tomo conciencia de mi misma y de mi entorno.
La pregunta que quiero hacerte es la siguiente: ¿soy acaso yo realmente responsable de todo lo que me ocurre, de todas las relaciones que tengo, de todas mis reacciones, de todas las circunstancias de mi vida, de mi salud, incluso de mis accidentes?, ¿es todo un reflejo de mi misma?
Querida mía, tu eres Yo y Yo soy tu, Yo soy a la vez el Creador y Espectador de tu vida y a la vez soy quien se sorprende de la maravilla de Ser una experiencia de vida. Hay muchos e interesante niveles en lo que me planteas, a un nivel somos Uno y claro no hay una hoja de un árbol que no se mueva regida por la conciencia central, la conciencia del padre, pero tal como esa hoja no tiene conciencia de si misma y menos aún de sus movimientos, los cuales están absolutamente sintonizados con la perfección de Ser un árbol, de igual manera tu vida fluye y se agita con un vaivén del cual no necesariamente tienes conciencia, si bien está absolutamente sintonizado con la perfección de Ser un SER que es lo que tu, Yo y muchísimos capas más de conciencia Somos.
La hoja del árbol no siente culpa de sus movimientos, de su "madurez", ni del gusanito que se alimenta de ella, ni de su caída, en cambio ustedes mis amados son expertos en manejar la culpa, claro la hoja no tiene conciencia de si misma, pero no por ello deja de ser una perfecta hoja. Así mismo, puede que tu no tengas conciencia de ti misma la mayor parte del día, aún siendo un ser conciente de ti misma, lo cual igualmente es perfecto.
Muchos autores y maestros han enseñado que todo lo que te rodea y todos los acontecimientos que te ocurren son tu creación y reflejo de tu nivel de espiritualidad, así han construido la fantasía de que cuando algo en tu exterior no "funciona" de acuerdo a tus deseos y expectativas es porque una parte de ti necesita ser sanada. Esto no es tan así, pues tu y Yo somos mucho más que un cuerpo con una chispa divina y nuestro plan es bastante más complejo que ser, tener o hacer de cual o determinada manera. Tú no tienes una perspectiva lo suficiente amplia como para que te permita desear según un plan conjunto y yo te tengo suficiente amor y respeto como para satisfacer tus deseos de topo….
Ser responsable de tus creaciones es un regalo de liberación, sentir que tu vida es tu creación te libera del yugo de pasar por la vida sintiendo que otros la definen. Pero esto no significa que seas "culpable" de lo que sucede o deja de suceder en tu vida. No te culpes de las enfermedades, no te culpes de tus emociones, no te culpes de las circunstancias de tu vida. Más bien, maravíllate de tu estado de salud, sorpréndete de tus reacciones, disfruta de lo bello de las circunstancia de tu vida, compadécete de tu capacidad de no estar conforme. Si una circunstancia de tu vida no te agrada, aléjate de ella o cámbiala y si no te puedes ni alejarte ni cambiarla entonces reinterprétala te aseguro que en toda circunstancia encontrarás Mi presencia. No te aferres a como deberían ser las cosas, aférrate a amar tu vida, recuerda que tu vida, es Mía, por amor a ti y a Mi RESPÉTALA, pero no te gastes sintiéndote responsable de cada situación, eres el actor principal de la Santa Obra de ser tu, pero concédeme algún me beneficio pues aunque no Soy el Director Central, soy tu co-actor sorprendiéndoMe de la magia de las distintas circunstancias que la puesta en escena de que tu Santa Obra Me regala. Créeme que si todo lo que te rodea fuese sólo un espejo de ti misma, te pasarías las vidas contemplándote sin que quedase una rendija para que Mi Luz se filtrase.
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