Para National Geographic News
11 noviembre 2005
Las máquinas de movimiento perpetuo desafían las leyes de la física, pero un inventor de Indiana ha logrado recientemente patentar una.
El 1 de Noviembre, Boris Volfson, residente en Huntington (Indiana) recibió el nº de patente 6.960.975 por su diseño de un vehículo espacial de antigravedad.
La nave de Volfson es accionada teóricamente por un escudo superconductor que cambia el continuo del espacio-tiempo de un modo que desafía la gravedad. El diseño crea en efecto una máquina de movimiento perpetuo, lo cual es algo que la física considera imposible.
El periódista Philip Ball informó acerca de la nave recién patentada en el último número de la revista científica Nature.
Robert Park, asesor de la Sociedad Física Americana en Washington D.C. avisa que este tipo de patentes sospechosas no solo atañen al concepto de la antigravedad.
"Yo puedo oír una queja acerca de una patente en particular, y entonces voy a comprobarla" explicó. "Más a menudo de lo que quisiera se trata de una patente estrafalaria. Este es un viejo problema, pero incluso ha ido a peor durante estos últimos años. La carga de trabajo de la oficina de patentes se ha elevado enormemente".
Algunas personas pueden considerar que las patentes de productos que no funcionan puede ser un problema relativamente inocuo. Pero Park, profesor de física de la Universidad de Maryland en Collage Park, no está de acuerdo.
"El problema, por supuesto, es que esto engaña a un montón de inversores", comenta. "Uno no puede salir a la calle en busca de inversores para un nuevo invento hasta que no recibe una patente que pueda demostrar que si pones todo ese dinero en un concepto, no va a venir otra persona a robarte la idea".
"Aprobar esta clase de patentes estrafalarias hace más fácil que los artistas del engaño puedan timar a la gente."
Preguntas perpetuas
Las máquinas de movimiento perpetuo han atraído siempre de forma especial a los inventores; particularmente durante las épocas de mayor vitalidad y vigor de comienzos del siglo XX.
Las patentes sobre aplicaciones de esta clase de dispositivos se hicieron tan numerosas que en 1911 la oficina de patentes instauró una norma que solicitaba a los inventores que acompañaran sus conceptos relacionados con movimiento perpetuo con un modelo que pudiese funcionar en la oficina durante un periodo de un año.
El requerimiento del modelo ya no está en vigor, pero la agencia ha permanecido escéptica ante este tipo de aplicaciones.
"En la oficina de patentes solían decir que no patentaban máquinas de movimiento perpetuo, pero parece ser que en realidad esta regla no existía", comentó Park.
En 1990, la sentencia judicial de una corte federal en contra del inventor Joe Newman, que había presentado la patente de un motor que, según él, podía devolver más energía que la que consumía, fue interpretada como jurisprudencia en la exclusión de patentes de este tipo de dispositivos.
Pero el veredicto no ha detenido completamente la marea de solicitudes.
"El efecto que el fallo judicial ha tenido es que los buscadores de patentes han dejado de llamarlas máquinas de movimiento perpetuo", comentó Park. "Ahora las llaman capturadoras de energía de punto-cero".
La energía de punto cero es un tipo real de energía producido por los minúsculos movimientos de las moléculas en reposo. En teoría recolectar esta energía es posible, pero la tarea parece, al menos por el momento, prácticamente imposible.
Revisión de patentes
Cuando se preguntó a un portavoz de la Oficina de Marcas y Patentes de los Estados Unidos (USPTO
Primero la idea debe poder ser legalmente patentable, comentó Brigid Quinn de la USPTO, con sede en Alexandria (Virgina). "Existen leyes de patentes que describen que materias son objeto de patente; por ejemplo, las leyes de la naturaleza no son patentables".
Si una idea es satisfactoria entonces debe cumplir varios criterios específicos.
"¿Es nueva?" se preguntó Quinn. "¿Es útil?, es decir ¿funciona? ¿no resulta obvia? y ¿viene descrita a un nivel de detalle tal que permite que una persona con conocimientos en esa tecnología, pueda emplearla basándose en las descripciones que forzosamente acompañan la solicitud?"
Los ingenieros y científicos de la oficina de patentes, expertos en tecnologías particulares, hacen sus determinaciones basándose en estos criterios y en el estado actual de la ciencia involucrada.
Pero a pesar de sus grandes esfuerzos, los errores son inevitables y a veces se otorgan patentes a ideas que no funcionan. Los cerca de 5.000 inspectores deben manejar en la actualidad una carga de trabajo de 350.000 solicitudes anuales.
Mientras tanto, y a pesar del montón de negativas que reciben, ningún inventor detendrá sus sueños de lograr un avance espectacular al descubrir, de manera legítima, el movimiento perpetuo. Park cree que este tipo de personas esperanzadas superan con creces a los chanchulleros enfermizos.
"El aspecto más curioso de esto, es que casi todas estas personas de verdad creen que han hecho un nuevo descubrimiento con el que la mayoría de las personas no habían pensado", comentó. "Muy a menudo no funcionan".
Compartido por
Rafa Palacios
rafapal@rafapal.com
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