Había dos ratoncitos hermanos: Nopuedo y Sipuedo. La mamá siempre estuvo conciente de sus diferencias, que eran bastante grandes.
Desde pequeños, mientras Sipuedo todo lo hacía solo, Nopuedo era incapaz de soltar a su mamá. Cuando llegó la hora de que ellos se fueran, Nopuedo lloró mucho, pero acabó yéndose.
Pero, tras algún tiempo, ambos se separaron, pues eran demasiado distintos. Y decidieron encontrarse más tarde en un punto determinado, en un tiempo específico.
Al llegar el momento especificado, ahí estaba Sipuedo. Tuvo que esperar mucho, pero mucho tiempo hasta que llegó Nopuedo - ¡casi muerto! Asustado, Sipuedo empezó a ayudarlo y tras algunos días, nuevamente Nopuedo pudo comer y hablar y contó brevemente su historia:
"El día que nos separamos iba a entrar en una casa enorme, pero no encontré por donde entrar así que me dije: 'NO PUEDO entrar ahí.' Ya me iba acomodando en el patio trasero, donde casi no había comida, cuando una puerta se abrió y entré. Allá ví un pedazo de queso, pero estaba en una trampa, como las que mamá nos mostró. Me dije: 'NO PUEDO comer este queso.' Así que estuve varios días sin poder comer nada. Un día, me apareció un gato y me dije: 'NO PUEDO escapar de él.' No fuera este gato tan viejo, yo no estaría aquí hoy contándote todo esto."
Después que terminó, Sipuedo narró su historia:
"El día que nos separamos iba a entrar en una casa enorme, pero no encontré por donde entrar así que me dije: 'SÍ PUEDO entrar ahí.' Busqué y busqué, insistí e insistí hasta que logré abrir un agujero y pude entrar en ella, donde encontré el paraíso de las comidas, todo abundante. Un día, vi un pedazo de queso, pero estaba en una trampa, como las que mamá nos mostró. Me dije: 'SÍ PUEDO comer este queso.' Y era lo mejor de lo mejor, ¡exquisito! Un día, me apareció un gato y me dije: 'SÍ PUEDO escapar de él.' Corrí mucho, pero aquí estoy, intacto, para contarte esta historia"
*** Puedes Llegar - Voces unidas ***
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