El poder de fluir

Ahora estás recordando y redespertando al poder que posees. Entérate que, en tu desarrollo, nunca estás solo, incluso si eliges ir solo. Siempre estás conectado, incluso cuando te sientes desconectado.

En los sesenta y setenta, reinaba el “poder de las flores” (flower-power); en el nuevo milenio es el flow-er power (flower: flor; flow: flujo, fluir), o el poder del flujo infinito de amor. Lo que está fluyendo desde ti es lo que importa, porque tus pensamientos y sentimientos se convierten en materia.

Sentirse bien es lo que importa, porque toda la materia está hecha de lo que sientes.

Lo que importante es cómo impactas a los demás, no tanto como los otros te impactan. Presta atención a cómo estás dejando fluir tu energía, más que a cómo está la energía fluyendo hacia ti. Si eliges preocuparte o molestarte por las condiciones que te rodean, estás rodeándote con más de lo mismo. Lo que amas o temes lo atraes. ¿Por qué no tejer una red de admiración en vez de preocupación?

Eres el diseñador de tu destino en cada momento. Eres el centro del T-Universo. Atrévete a aventurarte en aquello que te excita y emociona. Baila con tus destinos al definirlos y diseñarlos como sean. Considera tus deseos, entonces nómbralos para reclamarlos. Después de identificarlos, deja tu energía fluir en la misma dirección. Todo responde a tus procesos de pensamiento. Toda manifestación física es evidencia de cómo has estado haciendo fluir tus SENTIMIENTOS.

Si estás sintiéndote triste, no estás verdaderamente triste. Cuando te sientes mal o triste, eso no eres tú. Si estás entusiasta, excitado o energético, estás en el camino recto. Esa es tu guía interior diciendo: “¡Sí!”. Escucha el interior, porque cuando estás siendo e irradiando lo que eres, la vida es una bendición. Haz este viaje al corazón para experimentar el sentimiento de tenerlo todo y no desear nada.

Regresas a la fuente de tu poder ilimitado cuando ves sólo aquello que quieres ver en tu experiencia. Vuelve la otra mejilla, como se dice. Busca sólo aquello que quieras encontrar. A través de tu atención enfocada, sea sobre algo real o imaginado, deviene el proceso de creación.

Atención es atracción. Enfocarse es fluir.

Recuerda que lo que quieres es reflejo de quien eres. Cuando haces fluir tu poderosa energía de la fuente hacia quien eres y lo que quieres, sentirás de modo natural emociones positivas. Cuando haces fluir tu energía hacia quien no eres y lo que no quieres, sentirás de modo natural emociones negativas. Es, simplemente, que no te sientes bien cuando el flujo de tu energía se aparte de quien eres y de lo que quieres.

Una de las claves para la maestría en el arte del creador es diferenciar entre expectativas y expectación. Tener una expectativa es limitante. Estar en estado de expectación es ilimitado. Tu libertad reside en la felicidad palpitante de soltar, no lo que quieres, sino el cómo, cuándo, quién o de dónde vendrá a ti. Los detalles pueden hacerte tropezar si dudas más que confías, te preocupas en vez de maravillarte, temes lo que pueda venir más que amas lo que es seguro que viene.

Hacer amistad con lo desconocido, es lo que hace de lo desconocido un lugar amistoso.

Todo lo que vibra en armonía con el núcleo de tu ser se manifiesta en tu vida más tarde o más temprano. ¿Por qué no hacerlo más pronto? Empieza ahora pensando pensamientos que te eleven. Levanta tu espada de la piedra, aprovechando los pensamientos de apreciación, porque aquello que aprecias, se aprecia (incrementa su valor).

Recuerda que la dicotomía de la orden divina es ordenarlo sin esperar que sea enviado en un modo determinado. Enuncia tu intención con gran claridad; entonces, libérala al T-Universo, y prepárate para recibir. Hay gran poder en dejar la lucha y rendirse a tu bien. Si te encuentras continuamente pidiendo las mismas cosas, es que no estás creyendo que ya son tuyas. ¿Por qué dudas de ti mismo como creador? En vez de eso, confía en que el T-universo hace los envíos en modos que van más allá de lo que podrías imaginar confía, déjalo ir y entérate de que así es.

¡Es fácil dejarse ir cuando sabes que ya está hecho!


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