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28 julio, 2009
DMT - La molecula espiritual
La dimetiltriptamina (DMT) es propiamente el principio activo enteógeno de la ayahuasca. La DMT se encuentra de manera natural en el cerebro humano exactamente en la epífisis o glándula pineal y en el de otros mamíferos, considerada como un neurotransmisor. Es el psicodélico de acción más intensa que se conoce y de mayor impacto visual. Se encuentra en numerosas plantas y semillas, como en la Mimosa hostilis o en la llamada ojo de venado. Se produce en pequeñas cantidades cada vez que un individuo sueña, y en las experiencias cercanas a la muerte.
El DMT (N-dimetiltriptamina) es un alcaloide triptamínico de núcleo indólico y tiene su antecedente en la naturaleza, que se obtiene mediante la pulverización de los granos de la planta piptademia peregrina (base de la cohoba amazónica), lo que no la hace similar, sino idéntica a la bufotenina. La piptademia peregrina, arbusto de la familia de las leguminosas, procede de las Antillas y de las regiones del río Orinoco. Los pancarú de Pernambuco (Brasil) utilizan el vinho de Jurumena, preparado con las semillas de la leguminosa Mimosa hostilis, en las ceremonias mágico-religiosas, cuyo alucinógeno, la nigerina, es en realidad DMT.
El DMT también se encuentra de forma endógena en el cerebro humano, probablemente a ello se deba lo espectacular y breve de sus efectos visionarios y su rápida metabolización. Algunos especulan que el DMT, producido en pequeñas cantidades por humanos y mamíferos, participa en los efectos visuales del sueño natural e incluso en las experiencias cercanas a la muerte y otros estados místicos. Un mecanismo bioquímico para estos efectos fue propuesto por el investigador médico J. C. Callaway, quien sugirió en 1988 que el DMT puede estar relacionado con el fenómeno del sueño visual, donde los niveles de DMT en el cerebro son periódicamente aumentados para inducir alucinaciones oníricas visuales y posiblemente otros estados naturales de conciencia.
Efectos: De 5 a 20 mg de la planta Cohoba (Anadenanthera peregrina) bastan para producir visiones no coloreadas y perturbaciones de la noción del espacio. La apreciación está también perturbada, sea porque parezca acelerada, sea, por el contrario, suspendido. La DMT se ha sintetizado y provoca trastornos de la percepción con gran rapidez, lo que se llama en argot "Blase" (una explosión). La mente y el sí mismo se despliegan ante nuestros ojos y se produce la sensación de que uno es lo otro. La comunicación emocional es de una intensidad sobrecogedora. La respiración es normal, los latidos firmes, la mente clara y atenta.
Los consumidores de esta sustancia coinciden al describir los diferentes estadios del efecto, existiendo un amplio repertorio de palabras específicas para los efectos que se van sucediendo tras su consumo por diferentes vías, así el inicial "Domo", o espacio cálido y oscuro lleno de sombras fugaces, previo a la experiencia del "Blase" en la conciencia.
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