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18 enero, 2007

¿Qué es el tercer ojo?

El tercer ojo es la puerta que abre al espacio de la conciencia y a los mundos interiores. También es el principal órgano para gobernar y poder despertar el cuerpo de energía. Así pues, en la práctica el tercer ojo actúa como un "conmutador" que puede activar frecuencias más elevadas del cuerpo de energía y, en consecuencia, conducir a estados de conciencia más elevados.

Desde un punto de vista terapéutico, la experiencia profesional me ha mostrado que numerosos pacientes se sentían mejor cuando conectaban con el tercer ojo, independientemente de la naturaleza de sus problemas. Debido a su función de conmutador, tan pronto como se activa el tercer ojo tiende a iniciarse el movimiento de diversas corrientes de energía. Lo cual supone el ajuste automático de un gran número de desórdenes físicos y emocionales, un proceso que podría definirse como una especie de auto-acupuntura. Además, incluso el proceso inicial del despertar del tercer ojo tiende a ponernos en contacto con los planos más profundos de la personalidad, lo cual por sí mismo supone una importante acción terapéutica. Por supuesto, no estoy sugiriendo que sea suficiente conectar con el tercer ojo para sanarlo todo, aunque el potencial de este centro es tan grande que no me sorprendería que en las próximas décadas se desarrollarán cada vez más las "terapias del tercer ojo".

Desde un punto de vista espiritual, tanto en la tradición cristiana como en la hindú se encuentran textos que comparan el cuerpo con un templo. Si pretendiéramos desarrollar dicha analogía, equipararíamos al tercer ojo con el portal del templo. Cruzando dicho portal se pasa de lo profano a lo sagrado, del estado donde se lee y se piensa acerca de la vida espiritual al estado en que se comienza a experimentar. El tercer ojo siempre ha sido considerado por quienes buscan conocerse a sí mismos como una de las joyas más preciosas, de ahí la piedra preciosa que se coloca en la frente de las estatuas de los Budas.

En este capítulo describiremos cómo comenzar a establecer una conexión con el tercer ojo (práctica 3.2), así como una técnica de meditación (3.7) mediante la cual se puede explorar y desarrollar aún más el tercer ojo.

Primera apertura
Advertencia previa a la práctica de apertura

Esta práctica de apertura se ha diseñado para dar una primera "pista" del tercer ojo, mediante el despertar de una cierta sensación en el entrecejo. Se ha pensado para que sea puesta en práctica una sola vez, o bien unas cuantas veces durante un corto período de tiempo. A partir de entonces, el trabajo en el tercer ojo se continuará mediante la práctica de meditación indicada en la sección 3.7, así como con las demás prácticas que contiene el presente libro.

Un buen modo de comenzar es elegir un día en el que no se tenga nada que hacer, por ejemplo al principio de un fín de semana, y enfocarse intensamente en las prácticas. Después de este fuerte impulso inicial será más fácil seguir las restantes prácticas.

Las prácticas pueden efectuarse a solas o con amigos, en cuyo caso la energía será más intensa. El mejor día del mes para empezar es el inmediatamente anterior a la luna llena. Sin embargo, no hay que preocuparse en exceso por el calendario, ya que lo principal es hacer, más que esperar a que llegue el momento perfecto.

Se recomienda vestir ropas de colores claros, preferiblemente blancas. Evítese vestir de negro.

Debe recordarse que se está tratando con percepciones sutiles. La vibración no es de esperar que sea sentida como una daga en la frente. Aún en el caso de que solamente se sienta una vaga titilación o presión en el entrecejo, es más que suficiente para comenzar el proceso. Todas las demás prácticas del libro contribuirán a intensificar y desarrollar la percepción inicial.

Recuérdese: ni imaginación ni visualización. Déjese que las cosas lleguen por sí mismas. Una tenue vibración ya está presente en el entrecejo de todo el mundo. El propósito es revelar esta vibración natural, para más adelante cultivarla.

Léanse detenidamente las instrucciones que se presentan en la siguiente sección, preferiblemente unas cuantas ocasiones antes de ponerlas en práctica.

Preparación

Elija una habitación tranquila donde nadie pueda interrumpir durante al menos una hora. Esta práctica puede realizarse junto con amigos - no es necesario hacerla a solas - pero no debería estar presente en la habitación nadie que no esté realizándola.

Enciéndanse velas alrededor de la habitación.

Despréndase del cinturón, corbata u otras prendas restrictivas.

Quítese el reloj de pulsera.

Túmbese en el suelo, preferiblemente sobre una alfombra, sábana o manta delgada. Los brazos no deberían cruzarse, sino yacer a ambos lados del cuerpo. Es recomendable que las palmas de las manos miren hacia arriba.

Las piernas no deberían cruzarse.

Cierre los ojos. Mantenga los ojos cerrados hasta el final de la práctica.

Relájese durante dos o tres minutos.

Hágase el zumbido durante cinco a diez minutos (sección 2.4).

Fase 1

Hágase consciente en la garganta. Comience a respirar con la fricción en la garganta, tal como se explicó en el capítulo precedente (sección 2.1).

Hágase consciente de la vibración generada en la laringe por la fricción en la garganta.

Únicamente se trata de estar consciente, sin ninguna concentración en particular.

Fluya con la energía. Si aparecen algunos movimientos en el cuerpo o en la conciencia, déjese que sucedan.

Continúe durante cinco a diez minutos, respirando con la fricción en la garganta y siendo consciente de la vibración en la laringe.

Fase 2

Mantenga la respiración con la fricción en la garganta.

En lugar de ubicar la conciencia en la laringe, hágase ahora consciente de la zona del entrecejo.

No hay que concentrarse. Si se "agarra" el área del entrecejo con un foco excesivo, el proceso no podrá revelarse. Flúyase con la energía. Sígase lo que llega espontáneamente. Si la respiración cambia con naturalidad y se hace más intensa, debe entonces seguirse dicha - u otra - tendencia natural de la respiración. No obstante, hay que asegurarse de que se está manteniendo al menos alguna fricción en la garganta durante las primeras cinco fases de la práctica.

Permanezca "solo consciente" del entrecejo, respirando con la fricción en la garganta durante unos cinco minutos. Para esta práctica no es preciso controlar el tiempo con precisión, por lo que no hay necesidad alguna de mirar al reloj.

Fase 3

Coloque la palma de la mano enfrente del área del entrecejo, sin que la mano toque la piel, a una distancia de unos tres a cinco centímetros.


Obsérvese que la mano no toca la piel.

Durante algunos minutos permanezca inmóvil en el suelo con los ojos cerrados, mientras respira con la fricción en la garganta, consciente del entrecejo y con la palma de la mano a unos tres centímetros por encima de dicha zona.

Fase 4

Mantenga la mano frente a sí mismo, o bien vuélvala al costado, según prefiera.

Permanezca con los ojos cerrados, respirando con la fricción en la garganta, consciente del área del entrecejo.

Comience a esperar la aparición de una vibración en el entrecejo, la cual puede tomar diferentes aspectos: bien una clara vibración o picazón, o incluso una presión bastante difusa, una sensación de peso o de densidad, en el área del entrecejo.

No hay que esforzarse. Permanezca tranquilo, ya que hay que permitir que las cosas sucedan naturalmente.

Recuerde que los ojos deben permanecer cerrados durante todas las fases de esta práctica.

Fase 5

Tan pronto como perciba la más leve sensación de vibración o picazón, presión, pulsación, peso o densidad, debe proceder del siguiente modo: conecte la fricción en la garganta con la sensación del entrecejo.


Conectar significa estar simultáneamente consciente, tanto de la fricción en la garganta como de la vibración (o picazón, densidad, presión...) en el área entre las cejas. Conforme se procede de este modo, la conexión entre la energía de la fricción en la garganta y el tercer ojo se va percibiendo cada vez con mayor claridad.

A medida que se combina con la fricción en la garganta, cambiará la vibración, haciéndose más sutil a la vez que más intensa.

Si se siente vibración o picazón en cualquier otra parte del cuerpo - por ejemplo en toda la frente, los brazos, o incluso en todo el cuerpo - no hay que prestar atención a la misma. Se trata de permanecer consciente de la vibración (o densidad, presión...) en el área entre las cejas.

Continúe con la realización de esta fase durante unos diez minutos, fortaleciendo la vibración en el entrecejo mediante la conexión con la fricción en la garganta.

Recuérdese que no hay que imaginar ni visualizar nada. Se trata de fluir con lo que venga.

Fase 6

Interrumpa la fricción en la garganta.

Ya no hay que enfocarse en la vibración.

Permanezca con los ojos cerrados, consciente únicamente del área del entrecejo durante otros diez minutos (o, preferiblemente, algo más).

Hay que estar absolutamente inmóvil, sintiendo la energía en torno a uno mismo. Cuanto más inmóvil se esté, más intensa será la sintonía.

Obsérvese si puede percibirse alguna sensación de luz o de colores en la zona del entrecejo.

Comentarios


No hay que concentrarse o "agarrar" el área del entrecejo, sino mantener un foco muy suave en dicha área. Con una concentración excesiva únicamente se conseguiría bloquear el proceso. No se trata de "hacer", sino de predisponerse a que las cosas sucedan por sí solas.


Enfocarse en el área del entrecejo quiere decir, sencillamente, estar consciente de dicha área, y no - por el contrario - dirigir los globos oculares como si se tratara de observarla. En el caso de que se efectuaran dichos movimientos con los ojos, se originaría una tensión que se interpondría y distorsionaría el curso natural de la experiencia. Es decir, los ojos no hay que dirigirlos hacia ninguna parte en particular. Este comentario es de aplicación para las demás prácticas contenidas en el presente libro.


Al principio es normal experimentar una vibración (o presión, densidad...) en otras zonas de la frente o de la cara. Cuando esto ocurra, no debe prestarse atención a dicha vibración, sino enfocarse en la vibración del entrecejo, conectándola con la fricción en la garganta. Con la práctica, todo será sencillo.


Si se practica con amigos debe comprobarse que no se está tocando a nadie, al objeto de evitar transferencias indeseadas de energía.


Si la experiencia se hace excesivamente intensa, lo único que hay que hacer es abrir los ojos, con lo cual se volverá al estado normal de conciencia.

Primera Apertura - Sinopsis de la Práctica

Tumbarse en el suelo y relajarse.

1) Fricción en la garganta + conciencia en la laringe

2) Fricción en la garganta + conciencia en el entrecejo

3) Como en 2) + palma de la mano frente al tercer ojo

4) Fricción en la garganta + buscar la vibración, picazón, presión, densidad... en el área del entrecejo

5) Conectar la fricción en la garganta con la vibración en el entrecejo

6) Quietud absoluta - conexión con la energía en torno a uno mismo.

Compartido por:
Hreiken_34@hotmail.com

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