Heavenletters™ Nº 2936: Acercando la Tierra más al Cielo
Traducción: Carolina Castagneto
Edición: Anita - wayran@gmail. com
El CIELO se encuentra aquí para alcanzar a cada alma para volver a despertar.
* Nuestra conexión con Dios*
* Nuestra creencia en nosotros mismos *
* Nuestra consciencia de nuestra valía compartida con Dios*
* Paz en la Tierra *
* Dios siempre nos está acercando a Él.
Dijo Dios:
No alejarse de Mí. Pueden alejarse de la ignorancia, y de eso se trata. Salir de la ignorancia es lo mismo que aceptar Mi gracia.
Cuando aceptan mi gracia, dejan de hacer pucheros. Dejan de atormentarse por aquello por lo que ahora se atormentan. Se cuestionan menos. Procuran hilar más que estar estudiando el sesgo y la trama del hilado del algodón
Son un hilado de Mi amor. Esa es su tarea inmediata. Hilen a lo largo del día. Hilen en la noche. Hilen una alfombra de Mi amor sobre la que todos puedan caminar. Hilen una saliente de mi amor que proteja a todos de cualquier molestia, aún cuando la molestia es sólo molestia y nada más. Lo que sucede en la vida es que el flujo de amor dentro de ustedes parece ser interrumpido. Por supuesto, lo interrumpen ustedes mismos. Se distraen a sí mismos de aquello que existe. Es sólo en su conciencia que se alejan del sendero elegido del amor. Se alejan a fin de regresar.
Es como cuando han dejado su bolso en alguna parte y vuelven a buscarlo. Y se alegran de encontrarlo. ¿Qué descuido fue ése de dejarlo? ¡Qué alegría es regresar y encontrarlo!
La mayor parte del tiempo se acuerdan de su bolso y lo llevan colgando, y aún así juegan ping pong con ustedes mismos pensando en si dejarán el bolso en el lugar equivocado, y se imaginan, y se dan de golpes en la vida, mirando detrás suyo, y enfrente, y de lado a lado, y se alejan de sí mismos. Aparentemente se alejan de sí mismos. Como si pudieran. De hecho, juegan el juego del “como si”.
Como si pudieran estar en otro lugar que donde Yo digo que están.
No tienen que encerrarse tras tablones en la vida. No necesitan tirarse a ustedes mismos hacia abajo o hacia atrás. Todo lo que tienen que hacer, mis amados, es permitirse ser. Las olas sobre las que navegan no tienen que hacerlos bambolearse de acá para allá. Manejen su tabla de surf con ecuanimindad.
Son como un transatlántico que navega imperceptiblemente sobre las olas. El transatlántico no mira hacia atrás para ver dónde estaba. Se dirige hacia donde quiere ir. Navega hacia delante. Los transatlanticos no vacilan. Navegan. Ustedes son los marinos de un barco que navega. Con sus manos sobre la cubierta. Y sin embargo hay más que cubiertas en el barco. Hay más que olas en los océanos. Naveguen sobre las olas y abarquen el océano.
¿Y cuál es su apuro en llegar a la costa? Mientras más se apuran, más tonteras hacen. Mientras más se agitan, más giran sus ruedas.
Ustedes no son un motor a vapor que va un paso adelante y hacia atrás. Son un transatlántico que cruza el océano. ¿A dónde ir? ¿Qué hay para ustedes sino sumergirse en el océano mismo? El océano los lleva. Los transporta en las buenas y en las malas. A pesar de todo su bamboleo, el océano los lleva, y los dirige hacia alguna parte. Los lleva de regreso hacia aquel “si mismos” que ustedes han rechazado como si tuvieran una opción distinta o mejor. Pueden elegir ahora o después. En cualquier caso, su respuesta está garantizada.
Sé que se han sentido a la deriva en la vida, pero ello sólo se debe a que la extensión del océano es tan vasta, y porque han olvidado que ustedes son el mismo océano que pensaron que estaría en algún lugar lejano.
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Gloria Wendroff, Godwriter
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