Medito en la idea de la prosperidad. Abro mi mente a la Inspiraición Divina. Deseo estar inmóvil para escuchar, para dejar que las ideas de Dios me sean reveladas.
Sea cual fuere el estado de mis finanzas, sea cual fuere mi necesidad, aunque pareciera que un dinero que surgiese repentinamente podría significar prosperidad, yo sé que detrás de toda esa prosperidad que necesito o deseo, hay una idea. Mi oración ahora es estar abierto y receptivo a las ideas de prosperidad. Oro para estar alerta a la orientación que viene. Oro para reconocer las ideas de prosperidad, para valorarlas, para tomar posesión de ellas y para utilizarlas.
Yo afirmo:
Estoy abierto y receptivo a las ideas nuevas y enriquecedoras.
Les doy la bienvenida, las acepto y las utilizo.
MIS ACTITUDES me prosperan…
Las actitudes son resultado de las ideas. Pienso acerca de mis actitudes y oro para que se me revele como mejorar cualquiera de ellas que me haya limitado o que me haya apartado de reclamar mi bien. ¿ Hago resistencia a mi bien culpando a personas o circunstancias por aquello de lo que carezco? Llevo esa actitud a Dios. Dejo ir cualquier tendencia de culpar a alguien o a algo, cualquier tendencia que me lleve a sentir que otros son más favorecidos que yo. Mi actitud es de abundancia mientras oigo a Dios decirme: “Tu eres mi hijo y heredero”. ¡Qué diferencia hace el comprender esto! Cuando verdaderamente me acepto a mi mismo como hijo de Dios, me veo bajo otra luz, lo veo todo bajo otra luz. Entonces mis actitudes son de las que atraen el bien a mi.
Yo afirmo:
Miro todo en la vida con una nueva actitud al comprender
que soy amado hijo de Dios, heredero de Su Bien.
MI ENTUSIASMO me prospera…
En mi meditación de prosperidad, una idea significativa que viene a mi mente es que el entusiasmo, no solamente es un elemento positivo, sino más aún, un elemento de prosperidad. Si no me siento entusiasta acerca de la vida, acerca de la gente, acerca de un trabajo, cualquiera que este sea, acerca del lugar en que me encuentro, puedo promover este entusiasmo. No debo pensar que el entusiasmo es una cualidad que algunos poseen de forma innata y de la que otros carecen. Hay un espíritu en mí y en todas las personas, que es capaz de experimentar entusiasmo.
Detrás del entusiasmo está el interés. Oro por la sabiduría y la visión para ver la vida – la ordinaria de todos los días – con ojos de interés. Oro para que yo vea a la gente – para que la vea realmente, para que escuche a la gente – para que realmente la escuche. Aquello en lo que estoy verdaderamente interesado, despiera mi entusiasmo.
Yo afirmo:
Miro la vida con una nueva comprensión e interés.
Siento entusiasmo por el mundo, por la gente, por mis actividades diarias.
Siento entusiasmo por la vida y por vivirla.
MI COMPRENSION me prospera…
De todas las ideas que vienen a mi mente mientras medito y oro por prosperidad, ninguna es más importante que la comprensión. Cuanto más pienso acerca de la prosperidad, más comprendo que este es un proceso de crecimiento y realización. Llego al conocimiento de que Dios es sustancia, de que todas las cosas surgen de la sustancia esencial de Dios. Veo que todo el bien en mi vida, todo el bien en el universo, es realmente una parte de Dios, una parte de Su sustancia. Llego al conocimiento de que mi bien me rodea, pero debo reclamarlo para que llegue a mí. Reclamo mi bien desarrollando y utilizando las cualidades de Dios que hay dentro de mí. Estas son también parte de la sustancia de Dios que es inagotable. Cuanto más utilicemos las ideas de Dios, de las cuales surge la sustancia, mayor provisión habrá disponible.
Yo afirmo:
Abro mi mente a la comprensión de la universal sustancia de Dios,
proveedora de todo bien. Reclamo mi bien.
MI FE me prospera…
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. En tiempos de escasez, la fe ve abundancia. En tiempos de desaliento, la fe ve éxito y logros. En tiempos de frustración, la fe ve realización. ¿En qué tengo fe? ¿En qué baso mi fe? Mi fe es mi origen. Cualquiera que sea mi necesidad, mi fe me asegura que ya soy uno con la realización de esa necesidad, porque soy uno con Dios. Baso mi fe en el principio inmutable de sustancia y provisión subyacentes a todo lo que existe. Mi fe me asegura que Dios es mi ayuda en toda necesidad. Mi fe se hace eco de las palabras del salmista: “El Señor es mi pastor, nada me faltará”.
Yo afirmo:
Tengo fe para ver más allá de la apariencia de la carencia
y contemplar la provisión de Dios que nunca falla.
MIS ORACIONES me prosperan…
Mis oraciones me prosperan porque a través de la oración y meditación llego a la comprensión de que soy un hijo de Dios. Siento mi unidad con lo Infinito. Me siento rodeado por el gran amor protector de Dios. Mis oraciones me prosperan, porque al comulgar con Dios en la quietud de mi alma, me encuentro a mi mismo en un sendero de riqueza. Mi viaje interior hacia la presencia de Dios me prepara para un viaje de éxito en la vida. Mis oraciones me prosperan, porque me ponen a tono con la Mente Divina, porque abren mi mente a las ideas de Dios, porque me liberan del miedo, porque me liberan de las viejas ideas de carencia y limitación. Mis oraciones me prosperan, porque la oración me enseña a alabar y la alabanza pone en movimiento la ley del aumento. Mis oraciones me prosperan porque ellas me llevan a la presencia de Dios, ellas me conducen a su reino de Bien. Mis oraciones me prosperan, porque ellas me hacen saber que soy un amado hijo de Dios. Su amor me sostiene. Su espíritu en mí, corona mis esfuerzos con éxito. Vengo a ti, Dios, en oración. Estoy ahora abierto y receptivo a todas las ideas de prosperidad.
Yo afirmo:
Gustosamente dejo ir cualquier actitud limitadora acerca de mi mismo, o acerca de mis asuntos.
Siento entusiasmo por la gente, por mi trabajo, por todas las oportunidades de dar y recibir
que están alrededor mío.
Mi comprensión se basa en la verdad y que Tu eres la única fuente,
la única sustancia, el único poder prosperador.
Gracias Dios, por bendecirme tan ricamente.
Autor desconocido
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