¿Cómo poder agradecer un momento tan difícil como lo es estar en medio de un parto de luz?
Un cambio de conciencia como el que estamos viviendo acarrea una serie de molestias tanto personales como colectivas. A nadie nos gusta que aparezcan de pronto a la luz nuestros fantasmas del pasado. A nadie nos gusta reconocernos en esas caras ocultas. Nadie está contento con su lado oscuro.
Hasta que le agradeces su enseñanza. Reconocer la verdad no es fácil, pero es indispensable.
Si México es un país violento, corrupto, injusto, y a veces hasta inhumano, es porque nosotros lo hemos creado así, con nuestros pensamientos.
Esa es la realidad creada, pero no es la verdad del país.
México es un paraíso terrenal al cual no le falta nada: le sobran malos pensamientos. Nos educaron a pensar negativamente: piensa mal y acertarás. Lo que tenemos que hacer, entonces, es cambiar nuestro sistema de creencias.
Dejar de juzgar la realidad, y empezar a crear una nueva. Con amor, ya no con miedo.
¿Cómo? Antes que nada, agradeciendo la realidad existente. Porque gracias a que las cosas están tan turbias y confusas es que nosotros estamos abriendo los ojos.
Nacer duele.
Estamos dejando el país de las víctimas y los culpables, para hacernos responsables. Esa es la evolución mexicana. El despertar de la conciencia colectiva. La toma de poder de uno mismo.
La reconquista, reconstrucción, y reconciliación nacional.
El perdón es la antesala de la gratitud. Amar el camino recorrido es dar gracias a la vida. Es un honor vivir hoy en México el parto de luz de la madre tierra.
En el mundo se le conocerá como la evolución mexicana: la epidemia de amor.
Santiago Pando
creerescrear.com
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