TIRA TUS PREOCUPACIONES POR LA VENTANA

Heavenletters™ No 3106: Acercando la Tierra más al Cielo
Mayo 29, 2009

Traducción: Juan Escobar
Edición: Anita Manasse – wayran@gmail. com

El CIELO se encuentra aquí para alcanzar a cada alma para volver a despertar.

* Nuestra conexión con Dios*

* Nuestra creencia en nosotros mismos *

* Nuestra consciencia de nuestra valía compartida con Dios*

* Paz en la Tierra *

* Dios siempre nos está acercando a Él.



DIOS DIJO:

¿Vas a dejar de preocuparte, de una vez por todas? Te preocupas demasiado. Cualquier preocupación es demasiado. La preocupación no tiene sentido. Toma tu energía y no te da nada a cambio, sino más de sí mismo. Haz un mejor trato que este.

La preocupación es mortificante. Es pensar en lo que podría salir mal. Uno se preocupa hasta después de que algo salió mal. Luego te preocupas hasta la médula acerca de lo que podrías haber hecho mejor si solo pudieses regresar en el tiempo. Mis queridos, no pueden regresar en el tiempo. No pueden deshacer lo hecho. Ahora, por favor, dejen ir la preocupación y la queja. Dejen ir la preocupación antes, durante y después. Solamente suéltenla.

La preocupación es cargar un saco pesado. No hay razón para ello. No necesitas cargarlo. No ayuda a ningún buen propósito. Todo lo que hace es jalarte hacia abajo.

Lo que puedes hacer es soltar a la preocupación, dejar que se vaya. Deja que caiga entre las ranuras. Piérdela de vista. Patéala lejos de ti. No te sirve para nada. Preocuparse es un hábito. Es un hábito que debes romper. La preocupación, en una forma perversa, es como chuparse el pulgar.

Bota todas tus preocupaciones por la ventana y deja que vuelen lejos. Las preocupaciones no tienen sustancia a menos de que las aceptes. No las aceptes. No hay razón para aplacar o apaciguar a la preocupación. Ustedes aprendieron a preocuparse, mis queridos. Olvídenlo ahora. Ustedes aceptaron la preocupación, y ahora la van a dejar irse.

¿Pueden imaginarse la gran energía que habría en el mundo si la preocupación se fuese? De verdad, la tierra se elevaría hasta el cielo. Toda la energía que actualmente se desperdicia en preocuparse sería transformada en amor. ¿Quién no prefiere amar a preocuparse?

Qué cosa sin valor es la preocupación. Y sin embargo, ¡que agarre tiene! La preocupación ha servido para engañarte, para hacerte creer que va a prevenirte de las desgracias. ¡Qué estafadora es la preocupación¡ La preocupación no es una garantía. La preocupación es buena para traerte desgracias. Ya eres desgraciado cuando estás consumido por la preocupación.

Ven de la premisa que no hay nada errado, y que nada errado va a pasar. La preocupación quiere convencerte de que hay peligro detrás de cada esquina. La preocupación es el peligro, mis queridos. No puedes saber que lo que ves como errado es errado. Puede ser que algo no sea lo que tú quieres. Puede ser que todos digan que está errado, y sin embargo puedes deshacerte del concepto de lo errado. Debes hacerlo. El que no quieras algo no lo hace estar errado. La muerte, tan temida, no está errada.

Comprensiblemente deseas mantener a tus seres queridos firmemente en la tierra. Para tu preocupado corazón, es injusto que alguien muera. Aun si sabes que está bien, piensas que es injusto. Aun cuando ha llegado el tiempo para que alguien deje el planeta, protestas que es injusto. Te opones. No te opongas, y no te preocupes. La preocupación es auto tormento. Si hay algo a lo que debes considerar como errado, considera a la preocupación como algo errado.

Ahora sé portador de la buena voluntad en vez de la preocupación. La buena voluntad se expande. La preocupación se contrae. La preocupación te mantiene atado. La buena voluntad te libera. Que tan profundamente deseas ser libre, y sin embargo que tan fuertemente te aferras a la preocupación y no la dejas ir.

Sé alguien que desea el bien y no más alguien que se preocupa.

Destierra a la preocupación de tu vida. No hay motivo para que la preocupación se mantenga contigo. Aléjala de ti. Aleja el ancla de la preocupación. Dirígete a otra orilla, donde la preocupación no pueda ir. Sed libres de preocupación, mis amados. Abandonen la preocupación. Dejen la preocupación en una isla desierta. Déjenla allí.



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Gloria Wendroff, Escritora de Dios

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