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Los egipcios se servían de él para anticiparse al futuro, los hindúes lo consideraban la llave de la iluminación y los, aztecas intentaban despertarlo para obtener una visión directa de lo invisible. Lo cierto es que el tercer ojo fue considerado el "órgano del alma" en numerosas civilizaciones ya extinguidas y que todas ellas coincidieron en ubicarlo en el entrecejo, sobre la frente.
Durante años, el tercer ojo fue incluido en el terreno de lo mítico, pero en la actualidad la ciencia cree haber establecido una conexión entre él y la glándula pineal, un órgano de función desconocida que todos los seres humanos poseemos, casi oculto entre la masa encefálico.
El esoterismo y la parapsicologí a insisten en señalar al tercer ojo como el responsable de la telepatía y la visión extrasensorial. Aseguran, además, que si bien los místicos y los niños pequeños son quienes tienen mayores posibilidades de utilizarlo, todos podemos despertar su poder con un poco de práctica, para abrimos así al maravilloso universo de la intuición.
MILENARIAS TEORÍAS SOBRE EL OJO SAGRADO
Se cree que en el Paleolítico los seres humanos conocían la existencia del tercer ojo, ya que se han encontrado en diversos puntos del planeta antiguos cráneos que habían sido trepanados en la frente y en la coronilla: una práctica bastante habitual en el centro de Europa y en la América Precolombina, cuyo fin era "abrir" un ojo artificial, en el lugar exacto en donde debía ubicarse el verdadero ojo sagrado.
Pero la teoría esotérica más antigua sobre el tercer ojo la encontramos recién en Egipto. Para los egipcios sólo los faraones poseían este órgano de visión extrasensorial, al que llamaron el ojo de Horus. En muchas de sus pinturas sagradas, lo representaron como un triple ojo, símbolo de la trinidad ocultista del dios Thot. Y también en numerosos sarcófagos, estatuas y en los relatos del "Libro oculto de la Morada" (la gran obra religiosa de los habitantes del Nilo) el tercer ojo aparecía asociado a una serpiente, ya que este animal, enrollado en espiral sobre la frente de un iniciado, permitía leer el destino.
La otra civilización que se ocupó de la existencia del tercer ojo fue la hindú. Los lamas tibetanos, en su intento por lograr el desarrollo interior a través de la capacidad de la mente, consideraban el tercer ojo como un punto de proyección hacia la conciencia cósmica. Asociaban este sitio con el sexto chacra (uno de los centros superiores de energía del cuerpo humano, situado entre ambas cejas), adjudicándole las funciones de aguzar la intuición y de permitir al hombre el éxtasis.
Casi todas las técnicas para---abrir el tercer ojo son herencia de los monjes del Tibet. Meditar, llevando toda la atención al entrecejo es una de ellas, así como concentrarse en la observación de cristales (que reflejan la luz tal como el tercer ojo multiplica la Verdad), ya sea cristal de roca, una bola de cristal o incluso un cuenco de agua cristalina. La trepanación también era habitual entre los lamas orientales para ayudar al florecimiento de este poder intuitivo, aunque en la actualidad se considera que esta práctica es muy peligrosa, ya que una persona que no esté preparada para ver el futuro, distinguir el aura humana o realizar viajes astrales, corre el riesgo de enloquecer.
Cuando un lama iba a ser trepanado, permanecía a oscuras un día entero, con una compresa de hierbas anestésicas sobre su frente. Al amanecer se le conducía a otra habitación, en la cual un grupo de lamas le clavaban en el entrecejo un punzón esterilizado, hasta llegar al hueso. Durante 3 semanas, el iniciado permanecía sin comer, con una astilla de madera en su herida. Al finalizar este período se quemaba la astilla con incienso, como ofrenda, luego de lo cual el lama era ya capaz de distinguir el aura de las personas a voluntad.
LA GLANDULA DE LA LUZ
Para los biólogos del siglo pasado, la glándula pineal era apenas un órgano atrofiado, que a lo largo de la evolución humana había perdido su función y, utilidad. Pero cuando en 1959 el investigador norteamericano Aarón Lerner relacionó este órgano con la producción de una hormona llamada melatonina, muchos estudiosos se interesaron en esta glándula y en las legendarias teorías que la vinculaban al tercer ojo. Lo primero que se descubrió fue que la glándula pineal, a pesar de estar ubicada en el centro de la masa encefálica, era casi tan sensible a la luz como la retina: la oscuridad lograba activarla, llevándola a producir mayor cantidad de melatonina, mientras que la luz la mantenía en una especie de letargo.
Como la melatonina es una hormona que interviene en el desarrollo sexual y también en ciertos cuadros depresivos, se pudo comprender entonces por qué en países fríos, donde la luz solar era escasa, la poca estimulación de la glándula pineal ocasionaba una maduración sexual tardía y cuadros depresivos mucho más frecuentes. Pero al mismo tiempo (aunque las estadísticas no se ocupasen de este "detalle") también en los lugares de inviernos rigurosos como el Tibet o Escandinavia los poderes paranormales parecían más frecuentes, a causa de una mayor actividad pineal
Mientras la biología humana realizaba estos descubrimientos, los zoólogos y paleontólogos descubrían que numerosos animales poseen también una glándula semejante a la pineal, la cual está estrechamente relacionada con el instinto de conservación y con el reloj biológico. La novedad que aportaron estas investigaciones fue que tanto los reptiles prehistóricos como las palomas y ciertos peces, percibían -gracias a esta glándula- variaciones en el campo magnético y distinguían además los cambios de intensidad en las ondas ultravioleta, siendo probable que esta percepción les permitiese "ver" realidades que los humanos ni siquiera sospechamos.
Estos datos llevaron a los investigadores a remitirse a las fuentes del budismo, que ya en el siglo V a de C. sostenía que el sexto chacra, donde se ubica la glándula pineal, es una ventana hacia la luz divina. Para estos ascetas, el tercer ojo es una especie de "antena cósmica" y su doctrina sostenía que aprendiendo a desbloquear energéticamente este sitio cualquier ser humano -según sus propias experiencias personales- podría comunicarse con seres no físicos, leer el pensamiento y visualizar el aura de quienes los rodeaban.
Algunos neurobiólogos de vanguardia, convencidos de la verdad biológica que se ocultaba en los preceptos del misticismo, comenzaron a experimentar con animales y luego con seres humanos para determinar si la glándula pineal era o no un órgano atrofiado. Fue así. que, luego de diversas pruebas, el doctor español José Luis Bardasano elaboró en 1971 una tesis fundamental que lleva su nombre.
Según este científico, si bien no se puede afirmar categóricamente que el tercer ojo exista tal como lo describieron los egipcios y los hindúes, si puede asegurarse que la glándula pineal es la sede anatómica de la percepción extrasensorial y que, a pesar de estar poco desarrollada en el hombre, se la puede estimular convenientemente con prácticas de meditación profunda y con ejercitación lumínica
VELO Y VEO, DOS FORMAS DE ENTRENAMIENTO
La glándula pineal se activa en la oscuridad y se atrofia al recibir demasiada luz. Esto fue comprobado ampliamente por los neurobiólogos que enunciaron las teorías VELO y VEO, vinculadas con este fenómeno.
VELO es el nombre que se le aplica a la activación de la glándula pineal, mediante sesiones de oscuridad prolongada, hasta lograr ver los objetos a pesar de la falta de luz. "Tras un entrenamiento de varias sesiones -relata un sujeto en prueba de adaptación VELO-colocaron ante mis ojos un objeto que no llegué a reconocer, antes de quedar sumergido completamente en las sombras. Primero distinguía una luminosidad grisácea pero llegó un momento que noté claramente que se trataba de un ramo de orquídeas. Lo más interesante es que llegó un punto en que pude ver sus colores y todos sus detalles, gracias a una especie de luz pulsante que irradiaba de la planta ".
Otra forma de entrenar la glándula pineal es mediante la práctica del VEO, que consiste en permanecer con los ojos vendados en un sitio luminoso, tratando de concentrar la energía en el entrecejo, hasta percibir las imágenes. Este ejercicio es más complicado que la práctica VELO, requiere mayor entrenamiento y concentración y, por eso, para quienes se inician en el desarrollo de su tercer ojo es más recomendable acudir a la técnica VELO.
De todos modos, ambas ejercitaciones lumínicas son de gran utilidad para mejorar el funcionamiento pineal: permitiendo que en forma paulatina se aprenda a ver en la oscuridad, mejorando la propia intuición y ayudando a que quienes las practican puedan distinguir el aura (una irradiación luminosa y colorida que rodea a todos los seres vivos). Para efectuar usted también una ejercitación lumínica, proceda de la siguiente forma:
- Elija un sitio tranquilo y que pueda oscurecerse por completo. Coloque frente a usted un objeto colorido (por ejemplo, un ramo de flores), apague la luz y permanezca observándolo en la oscuridad durante 10 minutos. Durante, este lapso intente mantenerse muy concentrado. Para lograrlo respire lenta y profundamente, tratando además de no pensar en ningún asunto que pueda distraerlo de su práctica.
- Repita en forma diaria, durante una semana, la práctica VELO. Trate de estar atento a los nuevos detalles que descubra cada día en el objeto citado, ya que a pesar de la oscuridad su glándula pineal se irá aguzando hasta permitirle distinguir los detalles de forma y los tonos.
- Busque la colaboración de alguna persona para aplicar la ejercitación VELO en la visualización del aura. Durante una semana, tal como hizo con las flores, observe a su compañero en la oscuridad, tratando de concentrarse sobre todo en su cabeza y sus manos.
- Si usted consigue abrir los canales energéticos de su glándula pineal llegará a notar irradiaciones en la cabeza y las manos de su acompañante (le causará la impresión de que estos miembros se alargan) a pesar de no haber luz en el cuarto. Si además del contorno de estos miembros logra distinguir matices de color, será sinónimo de que su tercer ojo está comenzando a despertarse.
- Una vez adquirida esta facultad pineal, consiga un cristal de cuarzo y repita los ejercicios sosteniendo esta piedra sobre su entrecejo. Potenciará de este modo la capacidad energética de su sexto chacra y tal vez -si usted es una persona que logra conectarse con su parte intuitiva- pueda no sólo ver el aura sino también anticiparse a sucesos futuros cada vez que realice la experiencia.
CONCLUSION
Se cree que ciertas especies animales y algunos antecesores del hombre poseían efectivamente desarrollado un tercer ojo sobre su frente, y que hoy este órgano se ubica en el centro del cráneo, convertido en una glándula que lleva el nombre de pineal.
La principal función de esta glándula sería la de posibilitar la percepción extrasensorial. Si se la ejercita adecuadamente (lo cual para los hindúes consistiría en despertar el sexto chacra el ser humano sería capaz de desplegarse hacia otros mundos, evadirse del tiempo y del espacio, viajar al pasado o al futuro y leer el pensamiento, tal como se supone que algunos animales "primitivos" pueden hacer en la actualidad. Le hemos ofrecido aquí una serie de prácticas para iniciarse en el desarrollo de este órgano. La constancia y, sobre todo, la paciencia serán sus mejores aliados en esta tarea. No desespere, no se apresure y -lo que es fundamental- piense que el nivel de resultados que alcance está íntimamente relacionado con su capacidad extrasensorial y con lo que el Universo está dispuesto a otorgarle en este momento de su vida. Acéptelo.
FABRIQUE EL TALISMÁN DEL "OJO HORUS"
Este es un amuleto que utilizaban los sacerdotes egipcios para desarrollar sus capacidades de videncia y telepatía. Se lo conocía también con el nombre de Udjat, que significa ojo místico, y se creía que proporcionaba la bendición solar del dios Ra, aportando fuerza, vigor y claridad mental a quien lo poseía.
Para fabricarlo es necesario proveerse de un trozo de jaspe o de lapislázuli y exponerlo durante tres días completos a la luz del Sol, pronunciando al atardecer la siguiente invocación:
El dios Thot ha preparado el Udjat para que Rá mande su fuerza. Estoy sano. Está sano Nebesti, el señor de la Piedad. Tú, cuyo ka asciende con alas cuando el Ojo de Horus remonta con las alas de thot por el lado de Oriente sobre la divina escalera. ¡Oh mortal cuyo cuerpo quieres elevar a los cielos! Sigue la mirada de Horus y coloca ante él, ante su hermano y ante cada espíritu este talismán que llegará al cielo.
Una vez confeccionado el objeto es conveniente tenerlo siempre cerca, ya sea usándolo pendiendo del cuello o transportándolo en una pequeña bolsita hecha de terciopelo. Nadie, excepto el dueño del talismán, debe tocarlo, ya que en manos extrañas pierde toda su energía benéfica.
PARA DESPERTAR EL TERCER OJO
A diferencia de los místicos orientales, muchos científicos de Occidente opinan que no es posible que ningún ser humano pueda aprovechar por completo la energía de su glándula pineal. Sin embargo, todos aquellos que se han ocupado del tema coinciden en afirmar que practicar ejercicios en una habitación oscura es el mejor método para que las potencialidades del tercer ojo se activen.
La técnica correcta para estimular el tercer ojo es la siguiente:
Con la luz apagada, siéntese en forma cómoda si es posible el el piso, sobre una alfombrilla y con las piernas cruzadas) y comience a respirar en forma profunda, llevando el aire al abdomen.
Cuando sienta que su respiración se ha estabilizado y perciba una agradable sensación de serenidad interior, concéntrese en su entrecejo y entreabra ligeramente los ojos.
Lleve ahora su mirada a este punto entre ambas cejas, ya que este es el asiento natural del tercer ojo. Toda su atención debe permanecer allí, observando este centro energético en medio de la oscuridad (si prefiere puede hacerlo con los ojos cerrados)
En este mismo sector, imagine un punto de azul intenso, al que seguirá mirando.
Ahora comience a trabajar con un mantram. Tratando de sacar el aire del estómago, pronuncie nueve veces el sonido EN y nueve veces el sonido IN.
Al terminar, intente relajarse, permaneciendo unos minutos más en la oscuridad. Y luego ábrase a las imágenes premonitorias que pueden comenzar a fluir libremente por su inconsciente.
Lo ideal es repetir este ejercicio tres veces al día, durante seis meses. Aunque, si la práctica se realiza en forma regular, puede ser efectuada con menos frecuencia.
TERCER OJO Y CLARIVIDENCIA
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EL TERCER OJO
El tercer ojo no es una glándula endócrina, aunque está relacionado con las glándulas Pineal y Pituitaria. Se trata en realidad de un organo que surge con el desarrollo espiritual de la personalidad integrada, y se deriva de la superposición e interrelación de los tres chakras superiores.
El tercer ojo, llamado también ojo de la visión etérea simbolizado en el cuerpo del unicornio (su cuerpo representa el cuerpo astral), es a veces activado por el delirium tremens de los alcohólicos, permitiéndoles ver los seres del bajo astral, y también se suele activar en niños menores de 7 años que a veces hablan de duendes y hadas.
Para que el tercer ojo funcione y produzca la clarividencia, los tres chakras superiores deben estar energetizados con una energía espiritual de naturaleza triple, que fluye al aura desde el alma humana; y estas energías vienen de tres planos espirituales denominados Atma, Buddhi y Manas, y energetizan las glándulas Pineal, Pituitaria y Tiroide.
LA APERTURA DEL TERCER OJO
Abrir el tercer ojo es algo complicado, pues los componentes del tercer ojo son los mismos materiales con los cuales debemos buscarlo.
Este vórtice de energía positiva produce tanto la entrada como la salida de energía, y para poder activarlo es necesario realizar simultáneamente cinco procesos:
- Un cambio en la personalidad.
- Construir el Antakarana
- Dirigir todas las energías hacia los tres chakras superiores
- Reconstruir el aura
- Encauzarse cada vez más en el desarrollo espiritual, a medida que se desarrolla el tercer ojo
La personalidad se compone de los tres vehículos que la integran y que son: el cuerpo mental, el cuerpo astral y el cuerpo físico; mientras que el alma se compone del cuerpo átmico, el cuerpo manásico y el cuerpo búdico.
El secreto del tercer ojo consiste en saber atraer hacia el aura elementos tomados de Atma, Buddhi y Manas para formar el Antakarana que lo comunicará con Atma, Buddhi y Manas, ya que de ésta sustancia estan compuestos tanto el Antakarana como el tercer ojo. Esto se logra a través de la meditación, y el servicio a la humanidad.
Cuando se activa el chakra del corazón este proyecta su energía hacia el entrecejo que es donde se encuentra el tercer ojo, y para desarrollar el chakra del corazón se puede meditar sobre las enseñanzas de Cristo, Buda, Krishna, Sai Baba o quien sea su Maestro y Ser Superior.
Para aumentar y mantener esta corriente de energía, se debe aprender a practicar las cualidades del alma, ya que cada vez que manifestamos Atma, Buddhi o Manas en nuestra vida cotidiana, se integra material de dichos planos en nuestra envoltura etérea.
Todo ojo necesita una lente para poder definir las imágenes, el tercer ojo también, por lo cual en el aura de adelante de la frente, se debe formar su lente, y por esto sabemos que el empleo de bolas de cristal proporciona un punto focal para la acumulación de materiales en el aura, lo cual favorece la visión psíquica.
LA CLARIVIDENCIA
Es muy difícil tratar el fenómeno de la clarividencia sin hacer referencia al plano astral, porque a dicho plano pertenece.
Como también es muy difícil explicar el plano astral prescindiendo de la idea de la reencarnación.
Se puede decir que el plano astral comprende todos los planos superiores al físico e inferiores al espiritual. Donde un plano es más bien un estado de consciencia que un sitio o lugar, por lo que diferentes estados de consciencia pueden residir en el mismo lugar.
En el plano astral es donde funcionan los cuerpos astrales encarnados de quienes han desarrollado el arte del viaje astral.
Tal como sucede en la tierra, todos los planos astrales poseen protectores espirituales procedentes de los planos superiores, que son almas devotas que prefieren pasar su tiempo ayudando a los demás en vez de gozar de su merecido descanso.
Luego de la muerte física, cada alma despierta en el plano correspondiente a la índole de sus más nobles anhelos, rodeada de almas semejantes, y desde aqui puede desarrollarse dando pasos adelante de su última encarnación. Aunque igual que sucede en la tierra, muchos sucumben a los goces groseros de los planos astrales inferiores, en cuyo caso su alma no se beneficia de la estadía en el plano astral, y renace en el mismo estado del cual partió.
Los planos astrales inferiores, están llenos de almas groseras incultas y bestiales, que viven casi como en la tierra, hasta que llegan a anhelar algo superior que lograrán en un nuevo renacer.
Estas almas son las que están más cerca del plano físico, y pugnan por estar tan cerca como les sea posible, llegando a aglomerarse cerca de los lugares que frecuentaban en su grosera vida, apoderándose a menudo del pensamiento de gente de su baja laya, a la cual le infunden sus deseos para gozar con ellos.
Salvo las almas muy superiores que comprenden conscientemente todo esto, las demás están más o menos conscientes de los planos inferiores, pero en total ignorancia de los planos superiores y del significado de su existencia, llegando a creer tal como sucede en la tierra, que la suya es la verdadera realidad.
Al ser la clarividencia una facultad que se desarrolla, puede presentarse en diferentes indivíduos con diferente grado de poder, y podemos decir que en un clarividente se distinguen tres clases de clarividencia:
La clarividencia simple
La clarividencia en el espacio
La clarividencia en el tiempo
LA CLARIVIDENCIA SIMPLE
Es aquella en la cual el clarividente percibe el aura de las otras personas, o la facultad de percibir impresiones astrales desde un punto cercano.
Aquí el vidente percibe solo las vibraciones mentales y emocionales de otras personas, pero no ve sucesos de ningún tipo, pudiendo llegar a percibir el aura de vegetales y animales, sus deseos y emociones.
Quien posee la clarividencia simple puede ver literalmente a traves de las personas y las paredes, puede leer las cartas cerradas, puede descubrir minerales en la tierra, y percibir el aura de quienes se ponen en contacto astral con él, pudiendo descubrir en el doble etéreo la índole y localización de sus enfermedades, en el cuerpo astral los sentimientos y deseos, y en el cuerpo mental los pensamientos del indivíduo.
LA CLARIVIDENCIA EN EL ESPACIO
Consiste en la visión de cosas lejanas, situadas fuera del campo de visión ordinaria.
Una forma extraña de clarividencia en el espacio es aquella en la cual una persona se hace presente a otra depertando sus sentidos astrales, para que la pueda ver en forma espectral como si estuviera presente.
Los clarividentes expertos siempre asumen un estado meditativo con frecuencias cerebrales profundas, para que sus sentidos astrales funcionen más eficientemente, ya que cuando las facultades físicas se encuentra estimuladas, las otras facultades no pueden manifestarse.
LA CLARIVIDENCIA EN EL TIEMPO
Se divide a su vez en dos:
La clarividencia del pasado
La clarividencia del futuro
LA CLARIVIDENCIA DEL PASADO
También se la conoce como retrocognición, y es una facultad frecuente en los ocultistas adelantados, y compartida también por muchos psíquicos ordinarios que no se dan cuenta cabal de su poder.
Por supuesto que no es posible percibir ni siquiera clarividentemente algo que ha dejado de existir, pero lo cierto es que nada de lo que sucede deja de existir por completo sino que pasa a otro estado de la existencia.
La clarividencia del pasado es posible porque nada perece, y en los planos superiores de la materia quedan imperecederamente registradas todas las escenas y pensamientos que han ocurrido. Estos registros akáshicos no se encuentran en el plano astral, sino en el plano causal.
Los registros akáshicos son el equivalente de lo que los cristianos conocen como El Libro de la Vida, en el cual se encuentran indeleblemente grabados todos los sucesos correspondientes al presente ciclo de evolución humana.
LA CLARIVIDENCIA DEL FUTURO o PRECOGNICION
A esta clase pertenecen todos los casos de profecía. La historia sagrada está llena de estos ejemplos, que no tienen nada de sobrenatural.
En algunos casos de supuesta clarividencia del futuro, lo que realmente sucede es que el subconsciente infiere que tales o cuales sucesos han de suceder, si no surgen circunstancias imprevistas. (Es de destacar que un clarividente tiene más fácil acceso al subconsciente que las personas comunes).
Los presentimientos o corazonadas, son pues formas rudimentarias de clarividencia del futuro.
Debe tenerse en cuenta que cada suceso a acontecer en el futuro, es consecuencia de otros que se produjeron en el pasado, por lo cual han de suceder, salvo que interfieran nuevos sucesos que determinen nuevos resultados.
Cuando se es capaz de transportar la consciencia a planos superiores, desde alli resulta mucho más sencillo ver las consecuencias de las acciones del presente, hasta el punto de podeR ver el efecto que una palabra pronunciada al azar tendrá no solo en la persona hacia la cual va dirigida, sino también sobre otras personas por medio de las vibraciones, hasta influir en la comunidad toda.
Para poder considerar que existen formas superiores de clarividencia, debemos partir de aceptar que la idea del tiempo es solo una forma de convención social, y que los sucesos están siempre presentes, siendo nosotros los que llegamos hasta ellos, y no ellos los que llegan hasta nosotros. De la misma forma en que el paisaje está siempre en el mismo lugar, mientras al viajero del tren le parece que se mueven.
La clarividencia del futuro puede manifestarse por estados de meditación, psicometría o hialoscopía, y se desarrolla con la práctica, cuando prima la intención de convertirnos en un elemento beneficioso para el mundo.
Escrito por el Dr. Roberto A. Bonomi
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