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18 octubre, 2006

Ricardo González "El testigo de una realidad increíble"

Ricardo González "El testigo de una realidad increíble"
por Camilo Valdivieso

Entrevista exclusiva para Andesenios.com
 
No se define ni como un investigador, ni como un contactado mas; si no como el fiel testigo de una realidad increíble, aquella capaz de traspasar los limites de la imaginación...
 
LIMA marzo-2002(ANDESENIOS).- Vivió su primera gran experiencia a la temprana edad de 14 años en su casa en la urbanización costera de Maranga, en la histórica ciudad de Lima. Desde entonces la vida le cambió, entregándole la posibilidad de ser portador de un mensaje trascendental para la humanidad... A puertas del lanzamiento de su segundo libro "El Legado Cósmico" Ricardo González habla en exclusiva para Andesenios.com.
 
¿Cómo comenzó tu interés por estos temas?
Pienso que desde siempre, como si se tratase de una búsqueda, quizá procurando la activación de un recuerdo que yacía dormido. No obstante, no fue hasta el verano de 1988, cuando tenía 14 años, que esta sensación se transformó en una experiencia palpable. Fui testigo, como mucha gente en Lima, de una intensa oleada de observaciones OVNI, que incluso fue cubierta por los medios de comunicación. Cuando esto ocurrió, intuí que lo más fuerte podría venir en cualquier momento.
Así, cinco años más tarde de este avistamiento OVNI, los tripulantes, que forman parte de una avanzada civilización extraterrestre, me contactarían mentalmente, iniciando con ello una preparación que me llevaría a vivir las experiencias más increíbles y profundas.
 
¿Cómo te defines en el ámbito del conocimiento?

Como un aprendiz.
No me considero un investigador, a pesar que he procurado informarme sobre el tema para comprender desde otra perspectiva la dinámica de la experiencia de contacto, además de organizar diversas expediciones a la cordillera de los Andes, la selva amazónica y otros puntos del mundo, para confrontar todo cuanto nos han afirmado estos seres en los contactos. Me siento tan sólo como un testigo de una realidad increíble que convive con nosotros.


¿Has tenido experiencias de contacto físico?

En seis ocasiones he podido estar con ellos físicamente. La primera oportunidad se dio en 1996, durante una expedición a las selvas de Madre de Dios, en la zona sur oriental del Perú, allí donde las leyendas sostienen la existencia de Paititi, la ciudad perdida de los incas.
El encuentro físico ocurrió el 5 de septiembre, cuando me hallaba explorando los petroglifos de Pusharo, un conjunto de enigmáticos ideogramas que se reparten en una roca de treinta metros de largo y similar altura. En ese instante me vi interrumpido por la presencia de un hombre de marcados rasgos orientales, anciano, vestido con una especie de túnica metálica, dorada, y emitiendo un fulgor también dorado en torno suyo. De inmediato me habló en perfecto español, pero sin mover los labios, como si en verdad me estuviese hablando telepáticamente. Este hombre dijo llamarse Alcir, afirmado ser un Estekna-Manés, una suerte de "bibliotecario cósmico" que forma parte de una civilización subterránea que desde hace más de 10.000 años se encuentra establecida en la reserva biológica del Manú. No es descabellado pensar que la leyenda del Paititi oculte en verdad la existencia de estos seres que se mantienen en secreto custodiando en planchas metálicas y en cristales de roca la verdadera historia de la humanidad, archivada y protegida desde la noche de los tiempos.
 
El último encuentro físico que afronté, y sin lugar a dudas el más intenso, ocurrió el 24 de febrero del 2001, en el desierto de Chilca, 63 Km. al sur de la ciudad de Lima. En aquella oportunidad, me permitieron subir físicamente a una de sus naves. Según mis cálculos permanecí con ellos durante cinco horas, en donde me entregaron importante información sobre sus bases orbitales en nuestro sistema solar e, incluso, me anunciaron con mucha anticipación el conflicto bélico que protagonizaría los EE.UU. con Oriente Medio, como sabemos, a consecuencia del lamentable atentado en las Torres Gemelas.
 
¿Cómo puedes corroborar que estas experiencias si las has vivido?

En primer lugar, no pretendo que la gente crea abiertamente en mis afirmaciones. Pienso que es sumamente importante reflexionar en el aspecto de fondo de estas experiencias, porque más allá de la fenomenología que envuelve al tema de los OVNIs, existe un mensaje de alternativa y esperanza. Comparto mi testimonio por amor a ese mensaje, para que la gente piense, investigue, y por encima de todo sienta el momento maravilloso que estamos viviendo.
Ahora bien, si no estuviese seguro de lo que viví, no estaría hablando de ello ante medios de comunicación y conferencias públicas en diversos países del mundo. Sé que fue real. Y desde luego, muchas de estas experiencias las hemos vivido en grupo, confrontando todo cuanto observamos y recibimos.
Recordemos que la experiencia no es importante en sí misma, sino todo cuanto puedan transmitir estos seres; informaciones que se han cumplido con precisión matemática en el futuro, incluyendo en qué momento y circunstancias se mostrarían. Todo ello nos ha movilizado a invitar a la prensa para que pueda testificar la autenticidad de estos contactos. Por ejemplo, en octubre de 1998, con tres meses de anticipación, recibí detalles de una oleada de observaciones OVNI que estallaría en Perú en enero de 1999. Fue así que el prestigioso Canal 2 (Frecuencia Latina), con la conocida conductora de TV Mónica Chang a la cabeza, envió un equipo de investigación a mi propia casa, donde pudieron corroborar que todas las observaciones OVNI que se estaban sucediendo en Lima, y que dicho sea de paso fueron filmadas tanto por aficionados como por diversos canales de TV, era un hecho que nosotros conocíamos con mucha antelación. Por si esto fuera poco nos dimos el lujo de aparecer en repetidas ocasiones en radio y TV y vaticinar cómo iría evolucionando esta actividad OVNI, que se prolongó hasta el mes de marzo tal como los extraterrestres nos lo advirtieron.
Tan serio ha sido todo esto, que recientemente la Fuerza Aérea Peruana (FAP) se ha visto obligada a crear un organismo de investigación del fenómeno OVNI en territorio nacional. Ellos saben que "algo" nos está observando...

Sabemos que sientes una fuerte unión al tema de la existencia del mítico Paititi: ¿A qué se debe?

El interés partió a raíz de mis primeras investigaciones del mundo intraterrestre en los andes del Cusco, entre 1994 y 1995. En Cusco se respira en cada esquina la leyenda del Paititi. Definitivamente, es el mejor lugar para rastrear las pistas de la presunta ciudad perdida de los incas; quizá por ello todos los años viajo a la ciudad Imperial, sin volver a Lima con las manos vacías.
Pero no fue hasta la expedición al Paititi de 1996 que mencioné anteriormente¾, y el insólito encuentro con aquel hombre llamado Alcir, que mi interés logró finalmente "transformarse" en acción.

Escribiste un libro relacionado con el mundo subterráneo: ¿Nos puedes contar algo de él?
Claro. El punto de partida fue esta expedición al Paititi: a pesar de tener sólo 22 años en aquel momento, al llegar a Lima, fuertemente impresionado por las afirmaciones de aquel hombre intraterrestre, decidí escribir "Los Maestros del Paititi". Nunca me imaginé el impacto que podría tener esta obra, y no era para menos, ya que era la primera a nivel mundial que abordaba el tema de Paititi describiendo al detalle una civilización subterránea, y ya no un Imperio amazónico desconocido o construcciones de sobrevivientes incas en la selva.
En "Los Maestros del Paititi" (Marzo de 1998), relaciono el tema de la ciudad perdida con la Sierra del Roncador, en el Mato Grosso brasileño; menciono la existencia de un túnel subterráneo que desde Norteamérica se "dispara" al sur, hasta llegar a la mismísima Patagonia argentina. Además, ensayo un origen cósmico para los incas, basado en las informaciones que me proporcionara Alcir y las investigaciones que realicé tanto en Cusco como en Bolivia, en especial en el yacimiento arqueológico de Tiahuanaco, la piedra cimiento de todo este misterio que podría llevarnos a la existencia de la Atlántida.
Quizá uno de los aportes más importantes del libro es la narración de un viaje a Q'eros, "La Comunidad del Santuario", descendientes legítimos del incario que permanecen enclavados en las alturas de la cordillera de los Andes incluso por arriba de los 5.000 metros, en el sector de Paucartambo. Viví 13 días con ellos, y fruto de esta experiencia pude recopilar importante información sobre la existencia de Paititi, que según los más ancianos de la comunidad, se llama "Quañachoai", una palabra quechua, al parecer ancestral, cuyo significado aún nos es desconocido.

En exclusiva para Andesenios.com: ¿Qué nos puedes hablar de tu segundo libro?

Bien, "El Legado Cósmico" (Febrero 2002), es una clara continuación de mi primer libro,pero con un final impensable e informaciones demoledoras a manos de los hermanos mayores, como llamamos a los seres extraterrestres que nos contactan.
En esta publicación comparto los nuevos viajes que realizamos al Titicaca, en especial, a la Puerta de Hayumarca, en Puno, un posible umbral interdimensional que conectaría con un Retiro Interior de la denominada Hermandad Blanca. Desde las chinkanas o laberintos intraterrestres en la Zona X del Cusco, a nuevas y definitivas incursiones al Paititi, describo el proceso que seguimos para hallarnos ante una revelación extraordinaria, y que nos involucra con una civilización extraterrestre de la constelación de Orión.
 
Más que una crónica de experiencias donde incluyo el ingreso físico a una nave en el desierto de Chilca, he procurado plasmar una visión profunda de cómo enfrentamos la experiencia de contacto, con nuestros errores y aciertos, nuestras pruebas y aprendizajes.

¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Aquellos que ha dispuesto el Universo.
Entretanto, continuó con la difusión de la experiencia de contacto y su mensaje. En lo que sigue del año estaré en países como España, Francia, Suiza, Canadá, EE.UU., Australia, entre otros, además de una expedición a la Cueva de los Tayos (Ecuador) fijada para el mes de agosto.
Por otra parte, es muy posible que establezca una "base de operaciones" antes que termine el año en España, un punto estratégico para consolidar una plataforma de difusión en la Unión Europea, y teniendo en cuenta que desde allí es un buen lugar para planificar los próximos viajes de contacto con la Hermandad Blanca que nos llevarán a la India, África y Asia.
Ahora me encuentro escribiendo mi tercer libro, que narra la historia del Plan Cósmico y nuestra relación con Orión, y preparando un Web Site sobre el enigma del Paititi. Hay mucho por hacer.

¿Cuál es el mensaje que podrías sintetizar para los nuevos tiempos que se están gestando en la Tierra?

De cara a los últimos acontecimientos, como el atentado en la Torres Gemelas, la tensión en Oriente Medio y la crisis económica mundial, sonaría descabellado pensar en un futuro de esperanza y optimismo para el ser humano. Personalmente creo en que sí hay esperanza, y que podemos modificar nuestro futuro. Es una enseñanza que nos han compartido estos seres. ¿Cómo? Es lo primero que me preguntan. Pienso que lo primero que debemos hacer es "cambiar" nuestra manera de pensar, porque hacemos y vivimos condicionados a nuestros pensamientos, que muchas veces se hallan cimentados en equivocados "arquetipos mentales" de nuestro entorno y sociedad.
Por ejemplo, la presencia extraterrestre es uno de aquellos activadores que procuran un despertar de conciencia y, por consecuencia, un cambio de mentalidad.
La misión del ser humano consiste en ser libre, y existen muchas "prisiones" en nuestro mundo; no sólo aquel hombre que está atado con grilletes tras unas rejas. Podemos ser prisioneros de nuestros esquemas mentales, de nuestros deseos, temores; y si ello ocurre, y dejamos de escuchar al corazón quien nunca se equivoca, podríamos estar dejando de vivir; podríamos estar apartando las más bellas oportunidades que nos ofrece la vida.
Muchas veces me han preguntado si el contacto cambió mi vida. Pienso que en verdad la formó, ya que desde mi adolescencia vengo afrontando estas experiencias que me han otorgado una visión maravillosa del mundo. Hay que compartirla, creer y vivir en ella. Si deseamos que el mundo se transforme, iniciemos primero una verdadera transformación con nosotros mismos.
 
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