EL IMPACTO DE MAITREYA EN LA EDUCACION
A Joseph Chilton Pierce, el autor de "El Niño Mágico", se le dio una vez por su instructor espiritual una experiencia de su propia naturaleza interna. La respuesta de Pierce fue simple, "Yo quiero eso." El supo, de una forma indiscutible, que lo que había experimentado estaba relacionado a su propósito de estar vivo, en realidad el propósito de la vida misma.
Se espera que Maitreya repita esta proeza a una escala mundial. El dará a todos o a la mayoría de nosotros una experiencia de nuestra naturaleza interior. Después de esto existen todas las razones para esperar una respuesta colectiva de "Queremos eso." Desde ese punto en adelante, la educación tal como la conocemos comenzará un proceso de cambio radical.
Quizás el principio fundamental de las enseñanzas de la Sabiduría Eterna es que el propósito de la vida es la evolución de la conciencia. Mientras que varias versiones filosóficas y religiosas de este principio han sido debatidas durante siglos, el emerger de Maitreya acabará con la controversia. Nuestra observación de las capacidades de Maitreya, y la experiencia de nuestra naturaleza interior, se espera que provoquen una demanda generalizada de sistemas de educación que permitan un crecimiento espiritual sostenido. En ese punto el desafío para los educadores será doble: primero desarrollar su propia comprensión de las verdades que Maitreya ha demostrado, y segundo desarrollar los medios para trasmitir la realidad de esas verdades a la siguiente generación.
¿Cuáles serán las ideas fundamentales relevantes a la educación que personificará Maitreya?
Después del Día de la Declaración deberá estar perfectamente claro que hay un significado y propósito para la existencia; no un significado creado por la humanidad, sino un significado inherente a la vida misma. Invirtiendo la cita famosa de Sartre: el significado precede a la existencia. Estamos aquí por un propósito. Ese propósito es progresar hacia la unidad -- la unidad dentro nuestro, la unidad entre todas las personas, la unidad con la Gran Vida de la cual somos una pequeña parte.
Los educadores comprenderán cada vez más que los propósitos por los cuales estamos aquí son inherentes a nuestra constitución interna. En el presente, la mayoría de psicólogos y educadores reconocen más o menos tres aspectos diferentes del yo: el cuerpo físico, la vida emocional, y la vida mental. La educación generalmente tiene como meta conseguir el desarrollo de la mente sobre una base de control físico y emocional. Muy ignorada por el momento está el alma, el Ser verdadero, un centro de conciencia más real, en un sentido esencial, que nuestras personalidades, sin embargo aún fuera del alcance de experiencia de la mayoría de la gente. La naturaleza del alma es amar y servir. No conoce ni la separación ni el temor. En su experiencia de unidad con el todo, el alma está absolutamente dedicada al bienestar del todo. Los grandes hombres y mujeres de la historia como Leonardo da Vinci, Juana de Arco y Mahatma Gandhi han demostrado la naturaleza de vidas 'infundidas' por el alma. Una vez que comprendemos que tales vidas no ocurren por casualidad sino que son el resultado de un proceso legítimo, querremos sistemas educativos que nos conduzcan conscientemente hacia el alma.
¿Cómo puede facilitar la educación la conciencia despierta del alma?
El antiguo precepto 'conócete a ti mismo' señala el sendero hacia la conciencia despierta del alma. De forma similar, la 'realización del Ser' es un término a menudo utilizado para describir la meta inmediata de la humanidad. Como estas frases sugieren, la comprensión y control de las fuerzas interiores serán básicos para la educación en el futuro. Sin embargo esto no debe significar un énfasis indebido en la introspección. El progreso también depende de un profundo interés y comprensión del mundo que nos rodea. Finalmente, el servico a otros en un espíritu de olvido de uno mismo se convierte en los medios y la meta primordiales del progreso espiritual.
Desde el nacimiento en adelante un nuevo respeto de la autonomía y la singularidad de cada niño impregnará la educación. Lo más importante será el reconocimiento de que cada niño es un alma encarnada, y no una pizarra en blanco para escribir sobre ella. Por tanto, los educadores intentarán valorar la naturaleza particular de cada niño y ajustarán sus métodos acordemente. "Cuando se lo maneje inteligentemente desde la infancia; cuando se lo considere la preocupación más importante de sus padres y maestros (porque el niño es el futuro en embrión); y cuando al mismo tiempo se le enseñe el sentido de proporción por medio de su correcta integración al pequeño mundo del cual forma parte, veremos surgir claramente las principales dificultades, las tendencias básicas de su carácter y las fallas de su equipo ... Tales dificultades podrán manejarse en forma clara, y contrarrestarse tendencias básica indeseables, mediante la sabiduría del educador, más la comprensión y la colaboración del niño. Entonces el niño comprenderá porque a su vez será comprendido y, en consecuencia, no sentirá temor." (Alice A. Bailey, La Educación en la Nueva Era, pág. 91-92, Fundación Lucis, Buenos Aires)
El énfasis en la individualidad no implicará de modo alguno el abandono de la responsabilidad grupal. En probablemente el mejor sistema educativo que funciona actualmente -- la educación Waldorf como la diseñó Rudolf Steiner -- la individualidad se desarrolla desde la base de la relación con el todo. Virtualmente todas las actividades de clases involucran a todos los estudiantes; existe poca o ninguna programación individualizada. Sin embargo los profesores Waldorf dedican una gran atención para observar y responder sutilmente a los temperamentos individuales. Los colegios Waldorf también llevan a la imaginación y las artes a un equilibrio apropiado con los temas más cognitivos y no fomenta la competencia eliminando en gran medida la calificación. Todos estos elementos se espera que caractericen la educación elemental en el futuro.
Para estudiantes veteranos el plan de estudios estará cada vez más orientado hacia los esfuerzos conscientes para integrar la personalidad y contactar el alma. Para la mayoría de la humanidad la clave de esto será volverse más mentalmente focalizados, verdaderamente un ser pensante y no más dominado y dirigido por la emoción. El desarrollo de una forma de pensar clara en busca de nueva comprensión, opuesto a la memorización de hechos, será primordial en la educación superior. La relación entre individuos y naciones será enfatizado, y se alentará a los estudiantes para que disciernan el propósito o significado espiritual de los fenómenos externos.
La ciencia de la meditación, libre de todo matiz religioso, también será enseñada. Para los miembros más avanzados de la humanidad, ciertas escuelas de la Sabiduría Eterna serán abiertas en todo el mundo. En ellas, se llevará a cabo una preparación específica para las principales expansiones de conciencia. También se predijo que se abrirán numerosos centros donde se les enseñará a los jóvenes nuevas técnicas de crecer en conciencia despierta del Ser. A través de una forma simple de meditación y la ayuda de Maitreya, los estudiantes podrán experimentar su propia identidad. Para estos individuos, como para toda la humanidad, se preve que hasta un fugaz vislumbre de la verdadera naturaleza del Ser suscitará una vida de esfuerzos por realizar esa visión.
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Heg hego-s.m@ono.com
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