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06 agosto, 2011
Descubren el gen de la juventud
Hallan un gen cuya activación permite que las células
rejuvenezcan y vivan dos veces más tiempo de lo normal.
29 jun (El Intransigente).- Como sabemos muy bien, las células humanas
tienen un ciclo de vida muy limitado. De hecho, sólo pueden renovarse
un número determinado de veces antes de morir. Existe, sin embargo,
una excepción a esta regla universal: El «contador» de la esperanza de
vida celular «se pone a cero» cuando se trata de crear nuevas células
destinadas a la reproducción. Es la razón, por ejemplo, de que los
hijos engendrados por varones de veinte y de ochenta años tengan, los
dos, las mismas expectativas de vida.
Por desgracia, la ciencia ignora cuál es el mecanismo que permite este
extraordinario «reseteo» de las células humanas y, hasta ahora, los
esfuerzos por desentrañar el misterio han sido en vano. Aunque las
cosas pueden estar a punto de cambiar.
En efecto, un grupo de biólogos del MIT (Massachussets Institute of
Technology) ha conseguido localizar un gen que parece ser el
responsable de este proceso. Los resultados son muy prometedores:
activando el gen en células de levadura muy envejecidas, los
investigadores consiguieron que éstas vivieran el doble de tiempo de
lo normal.
Si el mecanismo funciona de la misma forma en las células humanas, el
equipo del MIT podría haber dado con la clave para mantener la
juventud durante mucho más tiempo. O por lo menos eso es lo que piensa
la bióloga Angelika Amon, uno de los autores de un artículo recién
publicado en Science: «Si podemos identificar qué genes participan en
el rejuvenecimiento, podremos diseñar, por medio de la ingeniería
genética, formas de activarlos en las células normales».
Se dividen treinta veces
Pero veamos qué es exactamente lo que han podido ver los biólogos del
MIT. Las células de levadura (con las que se han realizado los
experimentos) se dividen, normalmente, unas treinta veces antes de
morir. Y resulta muy fácil distinguir, por su aspecto, las células
viejas de las jóvenes.
Las más ancianas, en efecto, han sufrido durante su vida una serie de
cambios muy visibles y que incluyen, entre otros, la acumulación de
fragmentos «extra» de ADN y de proteínas o la presencia de estructuras
anormales, especialmente en los nucleolos, los «almacenes» de
proteínas y ácidos nucleicos que se encuentran en el interior del
núcleo de las células y que sirven para fabricar nuevas proteínas.
Sin embargo, los científicos no está seguros de cuáles de estas
características físicas son realmente importantes en el proceso de
envejecimiento. «En realidad -explica Angelika Amon- nadie sabe con
exactitud qué es el envejecimiento. Sabemos que estas cosas ocurren,
pero no sabemos cuál de ellas terminará por matar una célula o por
hacer que enferme».
«Proceso de rejuvenecimiento»
Las células de levadura se reproducen mediante un tipo de división
celular llamada meiosis, una especie de «doble división» que permite,
al final del proceso, la aparición de cuatro nuevas células. Y los
biólogos del MIT observaron que los signos de envejecimiento celular
desaparecen casi por completo al final de la meiosis. Lo cual, para
Angelika Amon, es «un auténtico proceso de rejuvenecimiento».
Los investigadores se dieron cuenta de que la clave estaba en un gen
llamado NDT80, que se activaba al mismo tiempo en que se producía este
rejuvenecimiento. Para comprobarlo, activaron el gen el células que no
se estaban reproduciendo. Y el resultado fue que esas células vivieron
el doble de tiempo de lo normal. En palabras de Amon, «tomamos células
viejas y las volvimos jóvenes otra vez».
Además, en las células viejas con el gen NDT80 activado, el único
signo de envejecimiento que cambió o desapareció por completo fue
precisamente el de las deformidades en los nucleolos, lo que sugiere
que es precisamente allí donde se encuentra el «motor» que pone en
marcha el proceso de envejecimiento.
Este espectacular hallazgo, sin embargo, no es definitivo. De hecho,
la proteína que fabrica el gen NDT80 es un «factor de transcripción» o
, dicho de otra forma, una clase de proteína cuya misión principal es
la de activar otros genes. Por eso, los biólogos del MIT intentarán
ahora localizar cuáles son esos «otros genes» a los que el NDT80 está
apuntando y que podrían tener, también, un papel importante en el
proceso de envejecimiento.
En paralelo, los investigadores estudiarán también los efectos que
produce el NDT80 en criaturas más complejas, como el gusano C.
elegans. Y se dedicarán a estudiar los efectos de un gen análogo que
poseen los ratones, llamado P63, lo que nos dará una idea muy clara de
cómo funciona el proceso recién descubierto en los mamíferos. Por
cierto, los seres humanos también disponemos del P63, lo que deja
abierta la puerta a nuevas y prometedoras investigaciones.
http://www.elintransigente.com/notas/2011/6/29/descubren-juventud-89774.asp
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