Todos necesitamos elegir continuamente nuestro mejor pensamiento y nuestras mejores acciones. Necesitamos elegir continuamente cómo vivimos cada momento del día. Nos tenemos que preguntar constantemente si lo que estamos haciendo en este momento es el mejor modo de usar nuestro tiempo y nuestros talentos.
Cada instante de nuestra vida es en cierto sentido un momento de la verdad. Según lo que escojas en cada momento o bien creces como ser humano o disminuyes. Lo que eres ahora, es la suma total de las elecciones que has hecho desde el día que naciste hasta este día. Tu destino se determina según tus elecciones.
Las opciones que han determinado los pensamientos que has pensado habitualmente, la gente con que te has rodeado, los libros que has leído y las acciones que has emprendido te han configurado y definido en la vida. Has creado la vida que tienes ante tus ojos. Ninguna otra persona lo ha hecho.
Si no aceptas ninguna responsabilidad por tu vida y culpas a los demás, estás entregando el poder a esa gente. Al culpar a las cosas que te sucedieron en el pasado o a las cosas que empequeñecen tu vida, das poder a esos sucesos. Porque cuando culpas del estado de tu vida a otras personas, en realidad estás diciendo que ellas han modelado tu destino y son la causa de tu situación presente.
Necesitas ser auténtico y la autenticidad empieza por aceptar la responsabilidad. Las circunstancias no definen a una persona pero sí la revelan. Es tiempo de que empieces a actuar como un ser humano impecable y te conviertas en uno. El desempeño supremo en la carrera y en la vida consiste en la promoción de la responsabilidad personal. Consiste en mantener los compromisos que has hecho contigo mismo. Para vivir una vida honorable, es esencial que honres tus promesas. La grandeza de una persona depende sobre todo de decir lo que haremos como personas y después hacer lo que dijimos que haríamos.
Piensa en estar presente para la gente de tu vida. Es algo sumamente importante. Preocúpate genuinamente por la gente. Haz por ellos lo inesperado y entrégales algo de ti mismo. Todos nosotros necesitamos dejar de preocuparnos tanto por el éxito, la prosperidad y el respeto; necesitamos preocuparnos mucho más por ser buenos.
Tu vida alcanzará la máxima elevación sólo cuando te quites el traje, la armadura, que casi todos usamos todo el día y muestres alguna vulnerabilidad, apertura y afecto. Los mejores lideres dejan ver sus debilidades, son verdaderos y la gente los ama por eso.
Serás mucho más feliz si aprendes a estar auténticamente con las personas de tu vida y construyes relaciones extraordinarias con ellas. Si les muestras que los valoras, te van a valorar a ti. Muéstrales amor y buena disposición y te retribuirán con lo mismo. Pregúntales por sus esperanzas, sueños y deseos y harán lo mismo contigo. Las grandes vidas se construyen sobre grandes relaciones.
Los otros pueden sentir si te importan, pueden saber si consideras sus intereses con el corazón. Por más hábil que seas no puedes fingir afecto. Puedes hablar lo que quieras, pero a menos que estés genuinamente dedicado a ayudarlos y a mejorarles su vida, no harán tratos contigo, pues sentirán que no eres genuino. La gente necesita confiar en que la quieres ayudar.
La clave es la confianza. Sin ella, tus relaciones son sólo la cáscara de lo que podrían ser. Y mantienes una cuenta corriente de confianza con cada persona de tu vida. Cada vez que interactúas con alguien estás haciendo depósitos en esa cuenta o efectuando retiros. Cada vez que cumples con un compromiso que has contraído, cada vez que encuentras un momento para decir «gracias», cada vez que demuestras verdadero interés en alguien y cada vez que ayudas de verdad a alguien estás haciendo un depósito.
Y cada vez que antepones tus intereses por encima de todo estás haciendo un retiro. Los depósitos diarios profundizan la relación y los retiros diarios la disminuye. Y lo interesante es que cuando has invertido mucho en esta cuenta de confianza, puedes efectuar algunos retiros sin muchos problemas.
Cuando conozcas a alguien, concédete un segundo y recuerda honrar la bondad que hay en esa persona. Concéntrate en valorar la magnífica criatura que es. Esto afectará profundamente la manera como te responde.
Robin Sharma
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