Ser vulnerable en muchas formas es ser fuerte; ya que sólo una persona firme y madura puede permitirse conocer su propia vulnerabilidad, aceptarla y manifestarla abiertamente sin mayores temores.
  La persona débil oculta sus debilidades, evita los ataques y erige defensa para protegerse y así poder huir. Sin dudas una armadura pesada siempre esconde un carácter  débil.
  La confesión de vulnerabilidad nos abre a relaciones amistosas con los demás, ya que ellas son tan vulnerables como cada uno de nosotros. En cierta forma en la debilidad reside nuestra gran fortaleza y éste es el principio de salvación en todos los órdenes.
  Ser vulnerables quiere decir que puedo manifestar mis sentimientos: Admitir que me afectan las alabanzas o el desprecio, la comodidad o la molestia, el éxito o el fracaso; quiere decir que puedo revelar que estoy de mal humor tal como manifiesto mi alegria, y que puedo declararme víctima de la envidia, el enfado, el desánimo y la ansiedad.
  Ser vulnerable, también quiere decir que a veces me siento triste, que no  siempre estoy de tan buen animo, que de vez en cuando me descontrolo, y que también me siento inseguro de lo que estoy  realizando.
  Ser vulnerable quiere decir que soy un ser humano.
Fraternalmente en la luz del amor
  Miccael Sais
  
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