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22 diciembre, 2009
Millones de almas peregrinas buscaran la luz
Julio Andres Pagano
Vi una estrella fugaz, le pedí llegar a tu corazón. Su brillo me recordó tu esencia. Su paso luminoso también trajo a mi memoria que vinimos para ayudar a iluminar. Te extraño. Necesito abrazarte a través de las palabras, es mi forma de hacerte sentir acompañado. Tu intuición está en lo correcto, éste no es un año más. El llamado a despertar será aún más fuerte. Millones de almas peregrinas buscarán la luz. Comienza el gran cambio. ¿Estás listo?
A veces sentimos que nos movemos en círculos. Parecería que solamente cambió el número del año. Salimos a la calle y todo permanece igual. ¿Dónde está la magia, dónde está el amor, dónde está la armonía? Sigue firme, con fe. La constancia es parte del aprendizaje en la tarea de servicio. Tus ojos muy pronto verán lo que tu espíritu te susurra. Transitamos una espiral ascendente y cristalina que nos instruye y humaniza.
Este año comprenderás el valor de tantas pruebas superadas.
Impulsarás a que otros reconozcan su propia divinidad interna,desplieguen sus alas y vuelen con el corazón abierto. Todo lo vivido tuvo su razón de ser. Para ayudar a transformar primero había que transformarse. Verás reflejados tus primeros pasos en quienes se acerquen manifestando desánimo, falta de sentido y confusión. Será tu corazón quien les hable y los anime. Habrá amor en tus acciones y un sincero sentimiento de hermandad.
Sonreirás al hacer que otros se pongan de pie para retomar la marcha. Recordarás con cuánto esfuerzo emprendiste tu camino, y agradecerás a las vivencias por las lecciones aprendidas. Otro será el sentido que tendrán tus palabras cuando menciones “la escuela de la vida”. Es nuestro tiempo de ayudar. Con las manos unidas y los corazones sintonizados en vibraciones sutiles, activaremos una nueva humanidad más consciente y sensible.
En aprecio a nuestro acuerdo álmico de transitar este tramo juntos, también le pedí a la estrella que donde quiera que te encuentres tus ojos siempre contemplen el vaso lleno, con una mitad de agua y la otra de aire. El otro deseo lo dejé libre para vos. Nunca dejes de iluminar. Puedo sentir tu fortaleza interna. En ti confío. Sé cuál será tu respuesta cuando a la hora de poner el hombro te pregunten: “¿Estás listo?”.
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